jueves, 17 de julio de 2014

ABEL MEEROPOL, EL AUTOR DESCONOCIDO DE “STRANGE FRUIT”
El caso de Abel Meeropol es el del autor eclipsado por una de sus obras, de quien coloca en la historia la hermosura estremecedora de unos versos pero es olvidado para el resto de sus días. Algo sin duda injusto porque, además de escribir una de las piezas más versionadas del jazz de todos los tiempos, Meeropol siguió siendo un buen tipo durante toda su vida.
Impresionado por la imagen del linchamiento y ahorcamiento público de dos negros en Indiana, escribió el poema “Strange fruit” (Fruta extraña) en 1939 y lo publicó en la revista del Partido Comunista, al que pertenecía, sin demasiada repercusión.
Ejercía como maestro en el Bronx y solía acudir al Café Society, un local que servía de punto de reunión de negros y blancos progresistas, además de club de jazz. Fascinado por la sensibilidad musical de Billie Holiday acompañó los versos con una armonía triste, apenas un piano, y presentó el proyecto a la cantante.
Pocos días más tarde Billie Holiday lo interpretaba en público con lágrimas en los ojos y lo convertía en un himno contra la segregación racial. No en vano Billie había visto morir a su padre después de llevarlo de hospital en hospital sin que fuera atendido por el color de su piel.
La grandeza de la canción y la personalidad de la Holiday dejaron a Meeropol en un segundo plano, pero este tipo sencillo, siempre comprometido, escribió más páginas en la historia del siglo XX. En 1953 el matrimonio Rosenberg, Ethel y Julius, formado por dos izquierdistas a los que se acusaba de supuesto espionaje a favor de la Unión Soviética, fue ejecutado en la prisión de Sing Sing. Meeropol, contrario a la deriva estalinista de la URSS, ya había abandonado el Partido Comunista pero seguía siendo un defensor de los derechos humanos, y como tal, detestaba el periodo represivo que su país había emprendido contra toda forma de disidencia, de modo que tomó una decisión acorde con su pensamiento: adoptó a los dos hijos pequeños de los Rosenberg.
En la actualidad, Rachel, la nieta simultánea de Meeropol y los Rosenberg, sigue la tradición familiar y es una de las abogadas “chinche” que viene denunciando el sistema carcelario norteamericano, una industria que mueve miles de millones de dólares (piénsese que USA tiene el 25% de los presos del mundo con solo un 5% de su población).
En cuanto a su abuelo adoptivo, siguió una digna carrera de poeta y compositor y ofreció éxitos a gente como Frank Sinatra o Sacha Distel.
Concluyendo: Abel Meeropol era sin duda algo más que un buen tipo…
En la búsqueda del acompañamiento musical he encontrado una indispensable interpretación de Billie Holiday, y recordado la apabullante versión de Siouxsie and the Banshees en un vinilo que me enorgullece conservar: Siouxsie And The Banshees – Strange Fruit 
Y de colofón una de las traducciones de los emocionantes versos de “Strange fruit”:

De los árboles sureños cuelga una extraña fruta. 
Sangre en las hojas y sangre en la raíz,
negro cuerpo meciéndose en la brisa del Sur.
Fruta extraña que cuelga de los álamos.
Pastoril escena del galante Sur.
Los ojos desorbitados, la boca retorcida,
dulce y fresco aroma de magnolia.
¡Y entonces el repentino olor a carne ardiendo!
Aquí está la fruta para que los cuervos la picoteen,
para que madure con la lluvia, para que el viento la chupe,
para que el sol la pudra, para que los árboles la dejen caer.
Aquí hay una cosecha amarga y extraña.