domingo, 14 de diciembre de 2014

Navidad con Salvat Papasseit

UN POEMA NAVIDEÑO DE SALVAT PAPASSEIT 
Y OTRO DE PROPINA

Joan Salvat Papasseit (Barcelona 1894-1924) es uno de los poetas más peculiares de los inicios del siglo XX. Autodidacta, pacifista, vanguardista, militante antitaurino, hombre de ideas libertarias, catalanista radical, conoció a muchos de los intelectuales y políticos más influyentes de la época en el Ateneo Enciclopédico Popular. Quizás porque solo vivió 30 años, su poesía me parece de una ingenuidad y cotidianidad entrañables, y pese a que arrastró desde muy joven una tuberculosis que acabó llevándole a la tumba y perdió a una hija de dos años, sus poemas tienen una gran vitalidad y un optimismo contagioso.

estatua de Salvat Papasseit en
el Moll de la Fusta de Barcelona
donde trabajó en su juventud
Cuento en un poema que escribí en los años noventa que conocí a Salvat Papasseit por la publicación de unos versos suyos en una hoja parroquial de Arenys de Mar en pleno franquismo (“Somos mediterráneos,/ niños que cogen ranas en los aljibes de la huerta/ o van camino arriba por la riera de Arenys/leyendo los versos locos,/ extravagantes, de Salvat-Papasseit/ en la hoja parroquial de un domingo de verano,/ y esperan que una torrentera, de improviso,/ lance al mar el coche del alcalde,/ y lo jalean/ llenos de esa risa contagiosa de jóvenes/ sin prisa y sin dolor”). Cuando lo recuerdo me parece algo surrealista, teniendo en cuenta la ideología del poeta, redactor jefe de la enemic del poble” (Un enemigo del pueblo), revista autotitulada “fulla de subversió espiritual” (hoja de subversión espiritual) y tampoco soy muy consciente de qué hacía en mis manos una hoja parroquial. Pero así fue.


Aunque lo tenía un poco olvidado, reencontré a Salvat Papasseit hace unos días buscando versos dedicados a la Navidad. Tratándose de un poeta no creyente y teniendo en cuenta lo de la hoja parroquial, me ha parecido una buena elección. El otro poema, escrito durante una de las convalecencias previas a su muerte, muestra el optimismo que le caracterizaba.

Nadal 
Sento el fred de la nit 
i la simbomba fosca. 
Així el grup d'homes joves que ara passa cantant. 
Sento el carro dels apis 
que l'empedrat recolza 
i els altres qui l'avencen, tots d'adreça al mercat. 
Els de casa, a la cuina, 
prop del braser que crema, 
amb el gas tot encès han enllestit el gall. 
Ara esguardo la lluna, que m'apar lluna plena; 
i ells recullen les plomes, 
i ja enyoren demà. 
Demà posats a taula oblidarem els pobres 
-i tan pobres com som-. 
Jesús ja serà nat. 
Ens mirarà un moment a l'hora de les postres 
i després de mirar-nos arrencarà a plorar. 


Navidad
Siento el frío de la noche
Y la oscura zambomba.
El grupo de muchachos, que ahora pasa, cantando
Siento el carro de apios
que sostiene el empedrado
y otros carros que avanzan, todos hacia el mercado.
Los de casa en la cocina
junto al rojo brasero que quema,
con el gas encendido han preparado el gallo.
Ahora miro la luna que parece llena
y recogen las plumas
y ya añoran mañana.
Mañana en la mesa olvidaremos a los pobres
-¡Tan pobres como somos!-
Jesús ya habrá nacido
Nos mirara un instante a la hora del postre
y después de mirarnos, se echará a llorar.

Tot l'enyor de demà
Ara que estic al llit
malalt,
estic força content.
Demà m’aixecaré potser,
i heus aquí el que m’espera:

Unes places lluentes de claror,
i unes tanques amb flors
sota el sol,
sota la lluna al vespre;
i la noia que porta la llet
que té un capet lleuger
i duu un davantalet
amb unes vores fetes de puntes de coixí,
i una rialla fresca.

I encara aquell vailet que cridarà el diari,
i qui puja als tramvies
i els baixa
tot corrent.

I el carter
que si passa i no em deixa cap lletra m’angoixa
perquè no sé el secret
de les altres que porta.

I també l’aeroplà
que em fa aixecar el cap
el mateix que em cridés una veu d’un terrat.

I les dones del barri
matineres
qui travesseen de pressa en direcció al mercat
amb sengles cistells grocs,
i retornen
que sobreïxen les cols,
i a vegades la carn,
i d’un altre cireres vermelles.

I després l’adroguer,
que treu la torradora del cafè
i comença a rodar la maneta,
i qui crida les noies
i els hi diu: -Ja ho té tot?
I les noies somriuen
amb un somriure clar,
que és el baume que surt de l’esfera que ell volta.

I tota la quitxalla del veïnat
qui mourà tanta fressa perquè serà dijous
i no anirà a l’escola.

I els cavalls assenyats
i els carreters dormits
sota la vela en punxa
quje dansa en el seguit de les roderes.

I el vi que de tants dies no he begut.

I el pa,
posat a taula.
I l’escudella rossa,
fumejant.

I vosaltres amics,
perquè em vindreu a veure
i ens mirarem feliços.

Tot això bé m’espera
si m’aixeco
demà.
Si no em puc aixecar
mai més,
heus aquí el que m’espera:

Vosaltres restareu,
per veure el bo que és tot:
i la Vida
i la Mort. 

Toda la nostalgia de mañana
Ahora que estoy en cama
enfermo,
me noto muy contento.
--Mañana me levantaré quizás
y he aquí lo que me espera:

Unas plazas brillantes de luz,
y unas cercas con flores
bajo el sol,
bajo la luna, al ocaso;
y la chica que trae la leche
de cabecita loca
con su delantalito
de bordes rematados por encajes,
y con su risa fresca.

Y además aquel chico que voceará el diario,
que sube a los tranvías
y que los baja
en marcha

Y el cartero
que me angustia si pasa sin dejarme una carta
porque no sé el secreto
de las otras que lleva.

Y también el avión
que hará alzar mi cabeza
tal si desde un terrado me llamara una voz.

Y las mujeres del barrio
Madrugadoras,
que cruzan muy deprisa camino del mercado
con sus cestos pajizos
y vuelven
rebosantes de coles,
algunas veces carne,
y en otro, rojas cerezas.

Y después el tendero
que saca la tostadora de café
y empieza a darle vueltas al manubrio,
y que llama a las chicas
y les dice: --¿Ya lo tiene todo?

Y las chicas sonríen
son la clara sonrisa,
que es el olor que sale de la esfera que él mueve.

Y todos los niños de mi vecindario
que armarán mucho ruido porque ya será jueves
y no irán a la escuela.

Y los caballos dóciles
y los carreteros dormidos
bajo la lona en punta
que danza al recorrer las roderas.

Y el vino que hace días no he bebido

Y el pan,
puesto en la mesa.
Y el cocido rubio,
humeante.

Y vosotros amigos,
porque vendréis a verme
y nos miraremos, felices.

Todo eso me espera
si me levanto
mañana.

Si no me puedo levantar
nunca más,
he aquí lo que me espera:

--Vosotros quedaréis,
Para ver que todo es excelente;
y la Vida
y la Muerte.

Traducción de José Agustín Goytisolo


Se trata de un poeta que ha sido musicado infinidad de veces por Serrat, Ribalta, Miserachs, Llach, Toti Soler, Ovidi Montllor, etcétera, etcétera, pero me ha parecido más original echar mano a la versión de Loquillo de “Ara no es fa, però jo encara ho faria”