miércoles, 13 de mayo de 2015

Fumadores

FUMADORES

Aunque dejé de fumar hace ya casi dieciocho años, cada vez me siento más solidario con los que siguen aspirando alquitranes contra viento y marea. Una legislación restrictiva en progresión les va conduciendo a un ostracismo y clandestinidad que hasta no hace tanto era más propia de consumidores de sustancias psicotrópicas por vía parenteral.

La puerta del edificio en el que trabajo, en plena Gran Vía de Bilbao, suele estar “custodiada” por centinelas que fuman a hurtadillas el pitillo entre horas que ahuyenta el mono de su adicción. De cuando en cuando son motivo de chanza, consejos, reprobaciones, que soportan con la resignación de quien tiene la batalla perdida. No solo se están jugando un cáncer de vejiga, útero, próstata o pulmón, son además tratados como pecadores y apestadas que la gente rehúye y menosprecia cuando están en ello. Ojo!  si son simples fumadores de hachís o marihuana es distinto. Es curioso, pero este consumo ha pasado a ser mejor visto que el del tabaco mondo y lirondo.

Me asombra pensar que no hace tanto fumábamos donde nos daba la gana, incluidos ascensores, autobuses, aviones y hospitales, sin el menor recato. En un viaje de avión a Mallorca a finales de los años setenta se sentó a mi lado una mujer que me sacaba una cabeza. En un momento dado se dirigió a mí para pedirme fuego. Me mosqueó su voz algo varonil y sus facciones demasiado  marcadas. Al día siguiente leí en la prensa que aquella mujer, una tal Bibi Anderson, iba a actuar en una famosa sala de fiestas de Palma. Hace mucho menos me encontré a un tipo con su pijama de enfermo convaleciente fumando en los wáteres del Hospital de Ciudad Real. Al fin y al cabo la de los médicos es, presiento, una de las profesiones más fumadoras.

Impresionado por su versión del “So in love” de Cole Porter, en 1997 compré un Cd de K. D.Land, “Drag”, que dedicaba a la afición al tabaco.  Entre las doce canciones figuraba esta versión de “The joker”, la historia de un bufón que presume de buenas maneras amatorias y mejor marihuana, que la Steve Miller Band había popularizado en 1973.


Que usted lo cale bien…