viernes, 19 de mayo de 2017

"L´HOME QUE DOBLA EN BRUCE WILLIS", 
UNA CANÇÓ DE "ELS AMICS DE LES ARTS" 
PARA EL FIN DE SEMANA

Como son de mi pueblo y me ha dado la morriña, una canción para "dobladores y segundones varios" de "Els amics de les arts" para este fin de semana.

Salut



A l'escena final,
fa aterrar un avió a Central Park.
I la gran patacada,
dóna pas a un silenci brutal.

Els vianants s'hi aproximen,
primer atònits després expectants.
Que cada segon que passa,
té més números d'haver-la palmat.

I quan la porta finalment s'obre,
la gent crida i comença a aplaudir.
Tots dos saluden, es besen i ell li diu:
"Nena, ara ja som més que amics?".

Sóna una orquestra i el pla fon a negre,
i surten les lletres finals.
Recull la carpeta i els auriculars,
s'abraça amb el tècnic i marxa cansat.

I es que l'home que dobla en Bruce Willis,
que viu aventures només amb la veu.
L'home que dobla en Bruce Willis,
que no és de Manhattan, que és de Cardedeu.

Avui nit d'estrena, de comiat,
un actor posa el punt i final.
El nostre home té una idea, no si val dubtar.
Potser és l'última oportunitat.

Tothom es gira i una limusina s'atura entre flaixos i tweets.
S'obre pas entre entre els fotògrafs,
es treu el barret tremolant,
se'l posa contra el pit i diu:

"Hello dear Mr. Willis,
it's such a big pleasure to meet you at last".
No és pas un crack en idiomes,
però almenys aquest tros se'l porta preparat.

Tots dos es miren i el món s'atura.
"Ai l'as si tingués un minut".
Per dir-li gràcies per les aventures,
per tot el camí que hem recorregut junts.

Però la cara que posa en Bruce Willis
no deixa cap marge per l'ambigüitat.
I es que l'home n'hagués tingut prou
amb un gest, un somriure de complicitat.

Que no arribarà mai perquè hi ha un gaurdaespatlles,
que el paguen per això, que li fot una empenta i que cau en rodó.
Que queda estès a terra que es pensen que és boig.
"Oh, my god! Oh, my god! Oh, my god!".

L'home que dobla en Bruce Willis
de fora el cinema sent la seva veu.
Uns vianants intenten reanimar-lo. Entre dos l'agafen i el posen d'empeus.
L'home els hi diu que en Bruce Willis és un amic seu,
però ningú no se'l creu.
En la escena final
hace aterrizar un avión en el Central Park
y la gran hostia
da paso a un silencio brutal

Los viandantes que se aproximan
primero atónitos después expectantes.
Que cada segundo que pasa,
tiene más números de haberla palmado.

Y cuando finalmente se abre la puerta
la gente grita y empieza a aplaudir.
Los dos saludan, se besan y ella le dice:
“Nena, ahora ya somos más que amigos?”.

Suena una orquesta y el plano funde en negro
y salen las letras finales.
Recoge la carpeta y los auriculares,
se abraza al técnico y se va cansado.

Y es que el hombre que dobla a Bruce Willis,
que vive aventuras solo con la voz.
El hombre que dobla a Bruce Willis,
que no es de Manhattam, que es de
Cardedeu.

Hoy noche de estreno, de despedida,
un actor pone el punto y final.
Nuestro hombre tiene una idea, no
vale dudar.
A lo mejor es la última oportunidad.

Todo el mundo se gira y una limusina se para entre
flases y tweets.
Se abre paso entre fotógrafos,
se quita el sombrero temblando,
se lo pone contra el pecho y dice:
"Hello dear Mr. Willis,
it's such a big pleasure to meet you at last".
No es un crack en idiomas,
Pero por lo menos esta parte la lleva preparada.

Los dos se miran y el mundo se para.
“Ay el astro si tuviese un minuto”.
Para decirle gracias por las aventuras,
por todo el camino que hemos recorrido juntos.

Pero la cara que pone Bruce Willis
no deja ningún margen para la ambigüedad,
Y es que el hombre hubiera tenido suficiente
Con un gesto, una sonrisa de complicidad.
Que no llegará nunca porque hay un guardaespaldas,
al que pagan para eso, que le da
un empujón y le tira en redondo.
Que queda tirado en tierra que piensan que está loco.
"Oh, my god! Oh, my god! Oh, my god!".

El hombre que dobla a Bruce Willis
fuera del cine siente su voz.
Unos viandantes intentan reanimarlo. Entre dos
lo cogen y lo ponen de pie.
El hombre les dice que Bruce Willis es
amigo suyo
pero nadie se lo cree.





lunes, 15 de mayo de 2017

Roger Mc Gough

UN POEMA ANTIPATRIÓTICO 
DE ROGER MC GOUGH

A veces me acerco a las librerías de casa y repaso viejos libros. Veo en ellos fechas y dedicatorias ancianas, puntos de página improvisados, textos subrayados, apuntes al margen, páginas con un vértice doblado a modo de aviso, muchas veces billetes o abonos de tren, metro o autobús. Amo especialmente los de cartón marrón de los Ferrocarriles Catalanes por su diseño y resistencia, pero sobre todo porque me recuerdan una etapa especialmente activa de mi juventud. Una vez encontré la carta de una antigua novia que me había regalado un libro de teatro. Me decía que el libro le había costado varios desayunos y me dio vergüenza reconocer que yo ni siquiera lo había leído. Lo cierto es que tengo bastantes libros sin leer. En determinadas épocas los compraba por si acaso… Cuando no había bibliotecas virtuales, los libros que desaparecían de las librerías entraban en un agujero negro que hacía difícil su reencuentro, así que los adquiría por ese temor arcano a perderlos de vista para siempre. Pero debo aceptar que en la mayoría de los casos los libros que no he leído es porque al poco tiempo dejaban de interesarme.

Roger McGough en la actualidad
Tampoco recordaba haber leído el libro que rescaté hace unos días: una antología bilingüe de poesía inglesa contemporánea. Gracias a mi manía de señalar la fecha de adquisición pude comprobar que lo había hecho en febrero de 1980, es decir, hace una eternidad, de modo que, puestos a curiosear, he dedicado estos días a ver qué ha sido de aquellos entonces jóvenes poetas contemporáneos y elegir, de momento, porque hay varios de interés, a uno de entre todos ellos: en esta ocasión Roger Mc Gough.

El elegido bien merece esta página por una obra dilatada y alguna curiosidad o coincidencia que desconocía y luego veremos, pero el motivo principal de su inclusión es el tema del poema, el patriotismo, y la mirada irónica del autor, con la que coincido.

Y es que Roger Mc Gough (Litherland – 1937), que sigue en activo conduciendo el programa “Poetry please” en la BBC, ha escrito en este tiempo varias decenas de libros, siempre teñidos de un humor crítico. Ligado inicialmente al mundo musical, colaboró en el text
Los McCartney
o del film de los Beatles, “Yellow submarine” y fue uno de los integrantes del grupo Poetas de Liverpool, con los que publicó un primer libro de resonancias  pop, “Mersey sound”.

Pero esa no es su única relación con la música. Mc Gough estuvo integrado en los años sesenta del pasado siglo en la banda musical The Scaffold junto a John Gorman y Mike McCartney. ¿Os suena este último? Pues sí, efectivamente, este es hermano del beatle Paul McCartney, conocido en el mundo musical, que abandonó  tras una corta carrera no muy exitosa, como Mike McGear.


Leamos pues el poema que McGough dedicó a los patriotas en 1967 y oigamos luego a ambos en una de su canciones de la época, "Lily the pink".

PORQUE LOS PATRIOTAS SON UNOS ALCORNOQUES
Los patriotas son unos alcornoques
porque tienen
anteojos azules y blancos y rojos
(rojo para la sangre
blanco para la gloria
azul…
si sale niño)
y andan en peligro efervescente
de terminar sus vidas
las vidas son buenas para usted
cuando usted está vivo
puede comer y beber un montón
y salir con muchachas
(y con algo de suerte
acostarse con ellas)
pero no puede hacerlo
si le revientan de un tiro en la barriga
y sus semillas
vuelan por los campos extranjeros
para abonar
con el tiempo y con las aguas
un sembrío de arena en ultramar
cuando usted es póstumo todo
es frío y oscuro
y por eso los patriotas son

apenas alcornoques.