domingo, 20 de mayo de 2018

LA CABINA

LA CABINA
Como aficionado a la arqueología urbana llevaba tiempo pensando en fotografiar una cabina telefónica que sobrevive cerca de casa, cuando se ha cruzado la noticia de la muerte de Antonio Mercero, seguramente, y a su pesar, su mejor propagador.

cabina a apenas 100 metros de mi casa
La cabina, medio destartalada, con el logo del antiguo monopolio en el frontispicio, permanece en una plazoleta próxima, frente a la terraza de dos bares habitualmente concurridos. Llama la atención su estatura y amplitud, que en su momento, antes de perder la puerta de acceso, era un espacio habitable que permitía cierta intimidad. No recuerdo si podían cerrarse por dentro, aunque ese fue el componente decisivo de “La cabina”, el corto televisivo que dio fama a Mercero.
La película, con un tono eminentemente kafkiano, pretendía hacer crítica de una modernidad que asaltaba plazas y aceras. El encierro involuntario de López Vázquez era una metáfora del poder injusto y arbitrario; también de la  creciente despersonalización. Ahora, su final, en un aparcamiento de cabinas rellenas de humanos, es casi naif. 
El móvil, con sus distintas capacidades (twitter, guasap, etc.) es un cepo virtual que nos confina a un espacio aún más reducido y a una aparente comunicación, impulsiva y obsesiva, carente normalmente de reflexión, en la que todo quisque pone lo primero que se le ocurre. Ahí tenemos al “nou honorable” con sus twitters xenófobos; al otro lado del espectro a Iglesias conquistando los cielos desde un chalet de Galapagar; y a la mafia de la Gürtel, perdón, del PP, dejando un sendero de conversaciones grabadas que pondrían rojo a Capone. ¿Solo se libra Rivera, comodín ideológico, socialdemócrata y ultraliberal, español y europeísta? Vaya joya… Si no te valen sus firmes principios, no hay por qué preocuparse, como decía Groucho, tiene más.
Con semejante panorama, hasta dan ganas de comprar “Matildes” (*)…
(*) Precisamente por anuncios de López Vázquez en televisión, las acciones de Telefónica eran popularmente conocidas como Matildes.

En esta ocasión qué mejor homenaje a Mercero y a la arqueología urbana y televisiva que revisar “La cabina”.


lunes, 7 de mayo de 2018

Fronteras


FRONTERAS INVISIBLES
Cuando leí hablar a Modiano de las fronteras invisibles que separan los barrios, me di cuenta, rebobinando, de que el barrio de mi infancia acababa a apenas 400 metros de casa. Si cerraba los ojos era capaz de recordar las porterías, los comercios, bares, quioscos, de un espacio físico de unas doce manzanas, pero mi memoria se perdía al atravesar su limite virtual. Apenas era capaz de recordar algún itinerario ajeno, el que llevaba al colegio o a algún lugar de encuentro.
Gracias a mi pequeño nieto he traspasado recientemente una de las fronteras invisibles de mi barrio actual con el fin de acercarle al nuevo parque infantil de la Mina del Morro, en una de las plazoletas de sus viviendas de protección oficial. En la primera visita me di cuenta de que mi nieto era, con Alba e Isaac y sus primos de etnia gitana, el único autóctono entre una veintena de niños que jugaban felices en aquel nuevo espacio lúdico. Entre ellos María Ángeles y Hansel, nicaragüenses con apenas un mes en nuestro país, o el grupo de africanos de cuerpos esbeltos y sonrisa amplia que amparaban a mi nieto, uno de los niños más pequeños del parque. La experiencia demuestra que las peores fronteras, las de los prejuicios, no existen para los niños que apenas conocen todavía las palabras mío, tuyo, nosotros y vosotros.
Les supongo clientes de la escuela cercana de la Mina del Morro y no de la que, trasladada desde la otra punta del barrio, conserva su nombre primigenio de ikastola, que intuyo, alberga a niños del centro de Santutxu, porque los veo transcurrir en procesión por las calles que ascienden hacia el centro del barrio. Cuando sean mayores imagino que recordarán ese itinerario y sus detalles, pero quizás desconozcan la existencia de ese parque cercano y la desolación de las calles laterales, con decenas de lonjas vacías que vanamente se venden o alquilan desde hace años.
Yendo al otro lado del barrio por la calle Fika, también abatida por locales en alquiler o venta, hacia allí donde antes se ubicaba la ikastola, transcurre la calle Zabalbide, dicen y creo que la más larga de Bilbao, porque une el casco viejo con la ladera del monte Artxanda. Hace años la parte que une Santutxu con el casco viejo era una vía medianamente comercial con bares y tiendas. Yo mismo trabajé en en un centro hoy cerrado en el cruce entre ambas. Pues bien, hoy es una calle desangelada, con los bajos en estado de abandono.
el grupo Garamendi, con el cerrado centro del INSS al fondo,
en el cruce de las calles Fika y Zabalbide
Los construccionistas sociales insistían en la importancia de las vías de paso como elementos de desarrollo que, ya obsoletos, carecen de su sentido primigenio. Ya hablé en un blog anterior de algunos puentes de Bilbao (http://charlievedella.blogspot.com.es/search?q=puentes) como medios de enlace entre conventos de uno u otro lado de la ría, algo que hoy no tendría sentido. El caso más claro se da en la economía de pueblos que, por culpa de circunvalaciones, perdieron su condición de zonas de paso. Recuerdo el caso de Arenys de Mar, en la costa del Maresme, donde vendedores ambulantes de peladillas y garrapiñadas hacían el agosto gracias a un par de semáforos. Por contra, el poyecto de Zorrozaure, en Bilbao, con amplia oferta de nuevo terreno urbanizable y puentes reales y metafóricos, va a condicionar el desarrollo de las zonas o barrios colindantes y servirá, sirve, para una creciente especulación.
No me gustaría acabar sin hablar de otro fenómeno novedoso: el rechazo a la peatonalización en algunas zonas de Bilbao. Hace unas decenios los vecinos reivindicábamos lo que suponíamos dulcificación de los barrios mediante el desalojo del automóvil, hoy hay manifestaciones y recogidas de firmas para que el ayuntamiento no convierta determinadas calles en un inmenso bar sin fronteras. Ah!, perdón, con la frontera invisible que separa a clientes y turistas de habitantes y ciudadanos.
Dediqué otro blog anterior a Lhasa de Sela, ángel errante fallecida en 2010 (http://charlievedella.blogspot.com.es/2013/05/lhasa-de-sela-la-cantante-lhasa-de-sela.html). Ahora recupero una versión de “La frontera”. Una auténtica gozada.