lunes, 7 de mayo de 2018

Fronteras


FRONTERAS INVISIBLES
Cuando leí hablar a Modiano de las fronteras invisibles que separan los barrios, me di cuenta, rebobinando, de que el barrio de mi infancia acababa a apenas 400 metros de casa. Si cerraba los ojos era capaz de recordar las porterías, los comercios, bares, quioscos, de un espacio físico de unas doce manzanas, pero mi memoria se perdía al atravesar su limite virtual. Apenas era capaz de recordar algún itinerario ajeno, el que llevaba al colegio o a algún lugar de encuentro.
Gracias a mi pequeño nieto he traspasado recientemente una de las fronteras invisibles de mi barrio actual con el fin de acercarle al nuevo parque infantil de la Mina del Morro, en una de las plazoletas de sus viviendas de protección oficial. En la primera visita me di cuenta de que mi nieto era, con Alba e Isaac y sus primos de etnia gitana, el único autóctono entre una veintena de niños que jugaban felices en aquel nuevo espacio lúdico. Entre ellos María Ángeles y Hansel, nicaragüenses con apenas un mes en nuestro país, o el grupo de africanos de cuerpos esbeltos y sonrisa amplia que amparaban a mi nieto, uno de los niños más pequeños del parque. La experiencia demuestra que las peores fronteras, las de los prejuicios, no existen para los niños que apenas conocen todavía las palabras mío, tuyo, nosotros y vosotros.
Les supongo clientes de la escuela cercana de la Mina del Morro y no de la que, trasladada desde la otra punta del barrio, conserva su nombre primigenio de ikastola, que intuyo, alberga a niños del centro de Santutxu, porque los veo transcurrir en procesión por las calles que ascienden hacia el centro del barrio. Cuando sean mayores imagino que recordarán ese itinerario y sus detalles, pero quizás desconozcan la existencia de ese parque cercano y la desolación de las calles laterales, con decenas de lonjas vacías que vanamente se venden o alquilan desde hace años.
Yendo al otro lado del barrio por la calle Fika, también abatida por locales en alquiler o venta, hacia allí donde antes se ubicaba la ikastola, transcurre la calle Zabalbide, dicen y creo que la más larga de Bilbao, porque une el casco viejo con la ladera del monte Artxanda. Hace años la parte que une Santutxu con el casco viejo era una vía medianamente comercial con bares y tiendas. Yo mismo trabajé en en un centro hoy cerrado en el cruce entre ambas. Pues bien, hoy es una calle desangelada, con los bajos en estado de abandono.
el grupo Garamendi, con el cerrado centro del INSS al fondo,
en el cruce de las calles Fika y Zabalbide
Los construccionistas sociales insistían en la importancia de las vías de paso como elementos de desarrollo que, ya obsoletos, carecen de su sentido primigenio. Ya hablé en un blog anterior de algunos puentes de Bilbao (http://charlievedella.blogspot.com.es/search?q=puentes) como medios de enlace entre conventos de uno u otro lado de la ría, algo que hoy no tendría sentido. El caso más claro se da en la economía de pueblos que, por culpa de circunvalaciones, perdieron su condición de zonas de paso. Recuerdo el caso de Arenys de Mar, en la costa del Maresme, donde vendedores ambulantes de peladillas y garrapiñadas hacían el agosto gracias a un par de semáforos. Por contra, el poyecto de Zorrozaure, en Bilbao, con amplia oferta de nuevo terreno urbanizable y puentes reales y metafóricos, va a condicionar el desarrollo de las zonas o barrios colindantes y servirá, sirve, para una creciente especulación.
No me gustaría acabar sin hablar de otro fenómeno novedoso: el rechazo a la peatonalización en algunas zonas de Bilbao. Hace unas decenios los vecinos reivindicábamos lo que suponíamos dulcificación de los barrios mediante el desalojo del automóvil, hoy hay manifestaciones y recogidas de firmas para que el ayuntamiento no convierta determinadas calles en un inmenso bar sin fronteras. Ah!, perdón, con la frontera invisible que separa a clientes y turistas de habitantes y ciudadanos.
Dediqué otro blog anterior a Lhasa de Sela, ángel errante fallecida en 2010 (http://charlievedella.blogspot.com.es/2013/05/lhasa-de-sela-la-cantante-lhasa-de-sela.html). Ahora recupero una versión de “La frontera”. Una auténtica gozada.