No sé si es la mejor o una de las mejores poetas en castellano, todo depende del color del monóculo, pero nadie que lea a Isla Correyero (Miajadas – Cáceres – 1958) puede ser inmune a la furia, placer o desazón que producen sus versos. En 1996 publicó el impresionante “Diario de una enfermera”, con un puñado de poemas que reflejaban el punto de vista peculiar de alguien que, como ella misma, veía el mundo bajo “la lluvia negra de la muerte en los pasillos”. Esta es su mirada la noche vieja de 1993, una experiencia, la de “celebrarla” en un hospital, que yo mismo experimenté hace exactamente cuarenta y un años. Ufff!!!
31 DE DICIEMBRE DE
1993
Hemos preparado una
mesa ovalada,
como una isla
blanca, en el centro transgresor de la UVI.
El mantel son dos
sábanas del hospital que aún tienen
los bramidos del
dolor.
No han podido el
etanol ni el agua arrebatar de la tela la
poderosa
microbacteria de la muerte.
Así que sobre ellas
están los vinos y los canapés, el
marisco y el cerdo
con ciruelas.
Las velas son
azules.
Los enfermos de las
costas de la nieve respiran por sus
aparatos imaginando
que también ellos están invitados
al banquete.
La música declara
esta noche de fiesta.
Ven pasar nuestros
rostros maquillados y sueñan con
bailar una pieza
inquietante y oscura, vestidos de
etiqueta, felices y
más jóvenes.
Los mansos alejados
de este mundo confunden
nuestras batas
sintéticas con terciopelos blancos, y aún
tienen el aliento de
esperar la caricia de una bella
nocturna.
Nosotras,
melancólicas, comemos y bebemos
dulcemente
embriagadas y un monitor vencido nos da
cuenta del final de
un muchacho.
Las doce campanadas
resuenan en la UVI con un tono
alterado de medallas
estáticas.
Después de la
última uva dorada de este año daremos a
los padres del
cadáver la noticia terrible.
Pero antes brindemos
con el cava
por las próximas
horas felices que pasaremos sin la cruz
Lo suyo sería poner
uno de los cientos de canciones de navidad o llegada del nuevo año,
pero como hace unas semanas mi amigo Trespa me remitió por segunda
vez esta locura con Tomasito (¿es de goma?), Junior y Diego
Carrasco, valga este fin de fiesta para “después de la última uva
dorada”.
Hace
unas semanas tuve ocasión de ver el documental (“Gas the arabs”)
que ha ganado el Goya 2019 en su versión de cortometraje (“Gaza”).
Como fue una visión casi familiar, con uno de los directores, Julio
Pérez del Campo, dispuesto a explicarnos los avatares de su
realización, no solo “padecimos” la crudeza de unas imágenes
que te sumergen en la ruina metáforica y real en la que el estado de
Israel tiene sumida a la franja de Gaza, también conocimos de
primera mano que la larga mano del lobby sionista pretende que eso,
además, no se sepa.
Para
empezar, Julio no entró en Gaza en calidad de documentalista, sino
como biólogo, su profesión original. Cuando salió del país
llevaba un trabajo aparente, fotos de huertas, parajes rurales,
etcétera, y otro real, horas de metraje oculto que transformó en
una película que no describe, únicamente expone imágenes de la
barbarie que se está produciendo en la zona.
Viendo en el documental las atrocidades cometidas por el estado de Israel, uno entiende lo que el director nos explicó al
acabar, a saber, la inicial grabación clandestina y la persecución
posterior del film, que incluyó anulaciones de su programación en
casi todos los festivales internacionales, las amenazas a los
distribuidores (un cierto número mantuvo su dignidad y la proyectó) el silencio de las cadenas televisivas tras la concesión
del premio (solo se pasó en las de Castilla La Mancha e Illes
Balears, eso sí, a horas intempestivas) y la prohibición expresa del arzobispado de Madrid a que se proyectara en la parroquia de San Carlos Borromeo (https://www.elconfidencial.com/cultura/cine/premios-goya/2019-02-01/documental-gaza-iglesia-documental-prohibicio_1798402/).
La
libertad de expresión no existe en las dictaduras. Si un periodista
o un artista se pasa un pelo se le liquida y punto(caso
Khashoggi – Arabia Saudí, por poner un ejemplo, hay cientos), pero de la que
presumen los países democráticos se hace puré cuando las potencias
colonizadoras (Israel es una estado en expansión a base de colonos
que usurpan territorios a la fuerza) y los poderes económicos persiguen, prohiben o extorsionan cualquier expresión crítica.
Es
curioso y alentador que Julio Pérez del Campo se mostrara
esperanzado en el coloquio. Supongo que es porque una persona
luchadora no se puede permitir ser pesimista.
Además
de los enlaces a las tres partes de la película, he incluido la
valiente dedicatoria de Julio, en la entrega de su Goya, y música palestina, de la que me declaro analfabeto y he tenido que
improvisar al redactar el blog. Espero haber acertado con un corte de
la actuación en el Olimpya de tres hermanos laudistas llamado Trío
Joubran.
Para
los pre-millenials, pero sobre todo para los hijos de la posguerra,
los cines eran como santuarios lúdicos, el escenario de un
paréntesis vital que nos salvaba de la grisura del momento. En
apenas ocho manzanas de mi barrio barcelonés había hasta media
docena de cines, y si alargaba la vista a la magnitud del barrio
puedo recordar hasta una veintena.
Cine Texas, aún en activo
Hace
tiempo dediqué un blog al nombre de las calles
(https://charlievedella.blogspot.com/2013/12/el-nombre-de-lascalles-hay-quien.html),
un tema que sigue siendo motivo de controversia cada vez que hay
cambio en el poder municipal. También apuntaba allí que el mejor
homenaje que se podía dar a Gabriel Aresti era eliminar su nombre de
todo callejero, tal como él había demandado en uno de sus poemas,
pero es una petición caída, de momento, en saco roto.
Como
en el caso de las calles, muchos cines de Barcelona se vieron
obligados a adecuar su nombre, fuera a la realidad republicana o franquista. El cine Urquinaona tuvo su ida y vuelta, al pasar a
ser Cine Francisco Ferrer durante la república (en homenaje al
pedagogo libertario Ferrer Guardia) y a Cine Borrás, en la
dictadura, en referencia al actor Enric Borrás. El cine Manelic
(personaje principal de “Terra Baixa”) pasó a llamarse Albéniz;
El Esplai (simplemente inadecuado por ser un vocablo catalán) pasó
a denominarse Alondra; y así una larga lista de salas.
Más
recientemente, y por razones simplemente comerciales, el mítico
Texas se llamó Lauren durante algún tiempo. Afortunadamente para mi
memoria sentimental ha recobrado su nombre inicial y ahí sigue, con
los fantasmas de mis amigos y familiares comiendo pipas y palomitas
en sus butacas. Además
de esa referencia personal, que puedo asociar a un estreno, a una
novia, familiar o amigo, incluso a una redada (sufrí dos en pleno
franquismo), los nombres de los cines tienen su porqué.
el Niza, desaparecido en 2005
el teatro-cine Olimpia, en Medina del Campo
Algunos
propietarios no se comían mucho la cabeza. Si el cine estaba ubicado
en la calle Pelayo o el Paseo Maragall, para qué inventar… Pero
los había ligados a la modernidad que supuso el cine en el siglo XX
y colocaron a sus salas los apelativos de Nuevo, Novedades, Moderno o
Progreso. Los más “cinéfilos” homenajeaban a sus referentes,
fueran estos Arkadín, Lumiére, Renoir o Casablanca. Los había
americanófilos, supongo que también influenciados por la hegemonía
hollywoodense, que recurrieron al renombrado Texas, Atlanta, Florida,
Maryland, o simplemente América. Los grandilocuentes lo hacían a la
excelencia, y así aparecieron en las carteleras los Excelsior,
Delicias, Máximo o Regio Palace. Los imagino recordando su origen,
fuera este Bailén, Roquetas, Mahón, Triana, o incluso más lejanos,
Provenza, París, Nápoles o Niza, u homenajeando algún referente
cultural, principalmente teatrales (no en vano algunos cines nacieron
teatros o compartieron ambos recursos), y así subsistieron durante
décadas los Alarcón, Calderón o Maragall, pero también los Clavé
o Jaume I…
He
dado un repaso a los cines de Barcelona, porque mi llegada a Bilbao
coincidió con el inicio de la decadencia del negocio, tras la
aparición de nuevos formatos, pero imagino que aquí o en cualquier
ciudad la gente de mi edad tiene su propia lista e itinerario. Por mi afición al cine y a la arqueología urbana suelo fotografiar locales desaparecidos o en proceso (https://charlievedella.blogspot.com/2013/05/cinema-tognazzi-el-cinematognazzi-esta.html). Mías son las fotos del Texas y el Niza (veo en internet que ya del todo derribado), ambas de hace dos años, y la del Teatro Olimpia de Medina del Campo, de este mismo verano. La del Máximo es una auténtica maravilla que he cazado por ahí.
el Máximo cerró sus taquillas en 1972
El
cine Máximo era el más cercano a la casa familiar, dos manzanas
exactamente. También, por cierto, el más “pipero” de la zona (así
calificaba mi padre a las salas más cutres): un vestíbulo destartalado, una platea con los muelles de las butacas al aire y un acomodador desaseado que hacía la vista gorda a cambio de una peseta. Con doce años de
edad pude colarme a una sesión no tolerada junto a una docena de
chicos y chicas con ganas de la libertad, ahora francamente naif, que
destilaba “Qué noche la de aquel día”. Es sin duda uno de los mejores
recuerdos de mi pre adolescencia.
Mapa de alojamientos de AIRBNB en Bilbao (fuente Javier Gil)
AIRBNB,
la
empresa
dedicada
a la ofertade alojamientos turísticos sitúa
a Bilbao como segundo destino en el ránking para 2020. En su página
web
(https://news.airbnb.com/es/el-top-20-de-2020-airbnb-revela-los-20-destinos-tendencia-del-proximo-ano/), que curiosamente no incluye una foto de Bilbao sino de
Portugalete, habla de un aumento de un 402% de la demanda de
estancias en su plataforma, solo por detrás de Milwaukee
(Wisconsin).
La
noticia podría enorgullecer a quienes vivimos en la villa, pero a mí
particularmente me acojona. No solo porque coincide con el reciente
desembarco de UBER, una empresa virtual que compite con las empresas
del taxi a base de tirar precios a cargo de sus inversores, lo que
hace que según un reportaje de la BBC no haya dejado de perder
dinero en sus diez años de vida
(https://www.bbc.com/mundo/noticias-50305163),
sino por la experiencia negativa en otras ciudades.
Fundado
hace solo 11 años AIRBNB ha tenido un crecimiento paralelo a la
globalización del ocio turístico y a la depredación de los
espacios públicos y privados, convertidos en un negocio extendido
por 100.000 ciudades de todo el mundo. El eslogan es muy sencillo y
aparentemente democrático y socializador: ¿si usted tiene un piso
céntrico por qué no va a poder hacer el mismo negocio que las
grandes cadenas hoteleras?
Mani contra el buitreo especulativo
No
sé si ese fue el motivo de que CIU y el PP pactaran la desregulación
del sector turístico en la Catalunya de 2007 (qué tiempos
aquellos...) pero lo cierto es que diez años después de convertir a
Barcelona en pionera del negocio del apartamento turístico, la
ciudad tiene cerca de 30.000 alojamientos de esa categoría
(https://www.elperiodico.com/es/barcelona/20181021/ganancias-mayores-propietarios-airbnb-barcelona-7099989). Pisos y apartamentos que, claro, han sufrido una importante
concentración de la propiedad: un 13% de los propietarios, los
llamados eufemísticamente “anfitriones”, poseen el 60%.
Pero
volvamos a Bilbao. Si vemos los datos existentes, la ciudad, con
apenas 500 ofertas, está muy lejos de caer en el agujero en que lo
ha hecho la capital catalana, Madrid, Mallorca, isla en la que ya hay
municipios con más oferta de pisos turísticos que habitantes, o la
misma Donosti, que ya oferta más de 1.200 alojamientos, pero a la
vista de la información de AIRBNB no nos relajemos, porque se trata
de una mancha de aceite que crece exponencialmente cuando penetra,
porque es un caramelo especulativo de primer orden.
Veamos:
según expertos en el asunto un alojamiento medio de AIRBNB en Bilbao
tiene unos ingresos medios de 2.420 euros mensuales, negocio redondo
para cualquier propietario con una vivienda vacía, lo que, como
es lógico, repercute en el
precio de los alquileres ordinarios (en Bilbao el alquiler medio ya
alcanza los 955 euros/mes, situándose cuarto en el ránking
estatal), empuja a los propietarios a echarse en brazos de la
plataforma y, consecuentemente, a los inquilinos a buscar techo en
lugares lejanos y asequibles. Según datos del Banco de España el
precio del alquiler ha subido un 50% en los últimos cinco años
(https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/07/31/economia/1564596612_618229.html
).
Pero
veamos también el chocolate del loro, a saber, lo que AIRBNB deja en
las arcas públicas del estado
(https://cincodias.elpais.com/cincodias/2019/09/27/companias/1569589163_495721.html):
solo 86.000 euros en 2018, mediante el truco de facturar en España
únicamente los servicios de marketing, y en Irlanda (paraíso
fiscal), el grueso de los beneficios producidos por las comisiones
que cobra a sus clientes.
Turistas llegando al Casco Viejo de Bilbao
Sin
profundizar mucho más, algunas conclusiones: ¡OJO CON ELLOS! Si no
se controla, Bilbao será, como otras ciudades hiper turísticas, un
parque temático donde no hay ciudadanos, solo monumentos, tiendas de
souvenirs y hostelería de franquicia con platos pre-cocinados. Ahora
un poco de broma, siempre nos quedará el Athletic...
Pero
antes me gustaría terminar haciendo una reflexión comparativa sobre
algo que está en el candelero: si no es sostenible el sistema de
pensiones ¿es sostenible el sistema de vivienda? Sí, ya sé ¿cómo
poner en el mismo nivel un sistema público con un mercado privado?
Sin
embargo, un dato: la Constitución Española garantiza ambos derechos
en sus artículos 47 (“Todos los españoles tienen derecho a
disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos
promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas
pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la
utilización del suelo de acuerdo con el interés general para
impedir la especulación”) y 50 (“Los poderes públicos
garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente
actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la
tercera edad”),ergo...
Bien,
lo dejo ahí para ver si los “constitucionalistas” lo mastican y
digieren con la esperanza de que luego no lo defequen en cualquier
esquina.
Para
interesados en el tema de la vivienda recomiendo recurrir a esta
página: https://twitter.com/Gil_JavierGil, al día en materia de vivienda y etcétera.
Un poco de "Aire de la calle" de contrapunto, por cinco gamberretes de barrio: La Pandilla voladora (formada nada menos que por Muchachito, Tomasito, Lichis, Canijo y Albert Pla). Bueno, aire de la calle y olor a hierba...
Espero
que el fichaje de Rosa Díez frene este domingo el auge en los sondeos del PP, dada su reconocida categoría de persona gafe y perdedora que acaba aniquilando casi
todo lo que toca. Y si de paso arrastra al resto de la derechona cutre, albricias!!! porque lo del PSOE parece inevitable...
No
es el caso, pero las personas gafes son atractivas por su exotismo y
peculiaridad, aunque dé cierto yuyu cuando las conoces, tratas y
tienes alguna relación personal o profesional. Durante varios años
tuve esa relación con un informático que cada vez que tocaba A
terminaba “jorobando” B. Evidentemente en broma, porque nada más
lejos de mis intenciones que estigmatizar a un compañero, comenté
en “petit comité” que era gafe. Mientras otra compañera le
defendía, porque además de colega habían sido alumnos del mismo
instituto, recordó que en el viaje de fin de curso el autocar les
dejó tirados, creo recordar que en Turquía. Como es lógico nos
entró la risa.
Imagino
que acabamos endilgando a una persona meras casualidades. Por
ejemplo, en ambos casos se podía acusar a la compañera y no al
informático de esos accidentes, ya que también estaba presente en
ambos escenarios.
He
estado buscando películas sobre gafes, porque no recordaba el nombre
de una relativamente reciente, y he encontrado una lista más que
potable.
Haré
una primera referencia al gran clásico del cine español, “El
gafe”, con un reparto que a la gente de mi época sonará a
entrañable: José Luis Ozores, Antonio Garisa (al que nombro en un
pequeño relato), María Isbert, Julia Caba Alba…No recuerdo su
contenido, y eso que seguro que la vi más de una vez, pero con ese
reparto sería difícil aburrirse.
La
segunda, “The cooler”, que no he visto pero habrá que estar a
ello, aborda la figura de la leyenda urbana del “enfriador”
(traducción de cooler), un personaje contratado por casinos y salas
de juego para cambiar el rumbo de la noche mediante artimañas
diversas, en muchos casos una rubia despampanante que distraía al
tahúr; el más directo, un gafe de reconocida solvencia, en este
caso interpretado por el siempre efectivo William H. Macy
Horacio Quiroga, gafe de manual
El
tercer encuentro es el de la peli que buscaba, tirando del recuerdo
de que uno de los protagonistas era el también impecable Eusebio
Poncela. “Intacto” es un thriller algo asfixiante con una maraña
de gafes y supervivientes que creo aconsejable revisar.
En
cuanto a la literatura he descubierto que uno de los pequeños
narradores que más me impresionaron en su momento, Horacio Quiroga
(Uruguay 1878-1937), fue un gafe de manual, dejando tras de sí
varias decenas de suicidas, dos de sus cónyuges y él mismo, e incluso un
homicidio involuntario, el de su amigo y colega, el poeta Federico
Ferrando. Recomiendo recurrir a su biografía porque no tiene
desperdicio.
Bueno,
que la sangre no llegue al río, pero que la ex líder del PSOE y UPD cumpla con su
condición de persona aciaga y nos libre, como dice el rezo, de todo mal, o por lo menos del peor de ellos...
No
exactamente sobre gafes pero sí sobre malos farios esta canción de
Manolo Tena que, como en otras ocasiones, asocio a viajes en coche
con toda mi familia cantándola con más o menos tino o tono: “Tocar
madera”.
Vuelvo a un doble clásico para la ocasión.
Publicar un poema sobre muertos y ver qué ha sido de poetas que en
su momento fueron “antologados”.
En este caso se trata de David Cunliffe, nacido en
Blackburn (Reino Unido) en 1941, e incluido en una selección de
poetas ingleses de 1975 que he utilizado alguna vez por su diversidad.
Cunliffe en el centro en una presentación
Cunliffe es un tipo curioso que me ha recordado
algunas experiencias personales de finales de los años setenta del
pasado siglo
(https://charlievedella.blogspot.com/2018/03/facebook-1.html).
He buscado en internet qué fue de él tras una publicación que el
mismo antólogo se cuestionó en su momento y apenas da señales de
vida. En las primeras pesquisas solo he encontrado breves referencias
a la revista que fundó junto a su novia, posterior esposa y
divorciada, Tina Morris, y un par de fotos que reproduzco por lo que
tienen de testimonio gráfico de la época.
Cunliffe enfrentándose a Enoch Powell
Más tarde, incentivado por la aparente
desaparición de un señor que llegó a compartir páginas con
autores muy reconocidos como Kingsley Amis, Geoffrey Hill o Philip
Larkin, he encontrado un estudio dedicado a su obra y una nota final
que lo ubica actualmente, ya con 78 años de edad, en la redacción
de “Beat scene”, revista sobre la generación beat fundada en
1988.
El trabajo de Bruce Wilkison (Cultura
oculta, historia olvidada -Penniless Press, 2017), estudioso y “conservador” de la obra de Cunliffe, repasa los
únicos años de una actividad creadora que culmina con su detención
en 1966, por publicación de poesía obscena. Desde ese momento hasta
la noticia de su presencia en “Beat scene”, Cunliffe es un poeta
fantasmal al que podría darse por muerto. Nunca mejor dicho.
Portada de PoetMeat
De procedencia humilde, casi marginal, vive de
forma autónoma aún adolescente y se gana la vida trapicheando con
las sustancias más de moda en los años cincuenta y sesenta,
marihuana, heroína, LSD...hasta que conecta por esa vía con la
bohemia que se refugia en el Soho londinense.
última portada de Beat Scene
Su politización en los primeros años sesenta le
lleva a aparecer en marchas y manifiestos antinucleares de carácter
anarquista, y ya en 1963 a crear la revista POETMEAT (¿poeta
carnal?), casi principio y fin de su obra poética.
“Poetmeat” era un pequeño panfleto de pocas
páginas e impresión artesanal que se vendía por un chelín en
pubs, tugurios y envíos postales a unas centenas de seguidores que
también escribían poesía, practicaban sexo libre y participaban en
movimientos alternativos. Su exotismo y singularidad hace que esas
revistas se pueden comprar actualmente por entre 45 y 100 libras.
Y
bien, el poema elegido pertenece a uno de sus contados libros, “Night
book of the mad”, publicado en 1964,que por su fuerza expresiva creo que ni piripintado
para la ocasión.
LAS VIDAS Y LAS MUERTES DE UNA RAMERA
Ellos desfilan lentamente a través de tu vida y han probado
la piel estirada y reseca de tu gastado cuerpo, resplandeciendo
suavemente en la noche mientras te penetraban.
Nunca vieron tus muslos desnudos, magullados, apaleados
estúpidamente
entre los suelos fríos y de barro; humedecidos débilmente con
esa rancia orina;
absorviendo los vinos poco a poco a través de la espesa frazada
marrón
y las sábanas delgadas y manchadas de amor.
Has muerto joven, sin cariño,
y tu desalentadora tragedia es que a los que
que han sido sensibles a tus necesidades y a nosotros,
que te hemos visto morir, ni siquiera nos importa.
Pese a la rebeldía de Dave Cunliffe, el hit
número uno del Reino Unido en 1964 no pertenecía a los Rolling,
Beatles o Kinks. Era esta empalagosa balada interpretada por un
olvidado Jim Reeves. Es posible que esto se debiera a que el cantante
falleció ese mismo año en un accidente de avión, tras una exitosa
gira por Irlanda e Inglaterra.
Joee...con tanto muerto me ha quedado el blog la
mar de lapidario.
Pensaba
que el Estado había asumido que el deleznable episodio de la playa
de El Tarajal merecía una depuración de quienes, por activa o por
pasiva, provocaron la muerte por ahogamiento de quince emigrantes en
2014. Por el contrario, la Abogacía del Estado ha recurrido el
procesamiento de 16 guardias civiles iniciado por un Juzgado de
Instrucción de Ceuta, cuya jueza había señalado de modo impecable
que “la
protección de la frontera...no puede dar pábulo a sobreentender, ni
remotamente, que las fronteras o espacios entre las mismas son zonas
de excepción en relación a los derechos humanos".
Pues
bien, el
recurso de la abogacía del estado se basa en
tres elementos que, siendo suave, me
atrevo a
calificar de pintorescos: 1) los hechos se produjeron tras un intento
de traspasar la frontera en avalancha 2) las muertes se dieron en el
lado marroquí y 3) ninguna de las muertes fue directamente provocada
por agentes de la guardia civil.
Como
no soy jurista no sé si de esas afirmaciones se puede derivar algún
atenuante, bienvenida
sea, pero
1)
¿se
quiere decir que tras una avalancha los cuerpos de seguridad tienen
barra libre? 2)
En
el caso de admitir que las
muertes fueron provocadas por la actuación de los agentes imputados,
¿tiene alguna importancia que aquellas se produjeran en territorio
extranjero? y
3) por mi experiencia como nadador en
mar abierto sé
lo difícil que es mantener la calma, la respiración, en situaciones
complicadas (en mi caso el oleaje, la desorientación…), en el caso
que nos ocupa, además
de eso, ser
recibidos desde la orilla con pelotas de goma, aunque éstas no
fueran a dar; en consecuencia, ¿se puede decir que semejante
recibimiento no tuvo nada que ver con la muerte por “anoxia
anóxica” (ahogamiento)
de
los emigrantes?
Tengo
que advertir que no soy un radical en este tipo de temas. No creo que
los policías o los guardias civiles sean seres perversos a los que
simplemente les va la marcha. Los hay, seguro que los hay, pero creo
que si
ocurren estas cosas es porque hay mandos que las auspician y
abogacías del estado dispuestas a no depurarlas.
Este
caso, que de verdad creía ventilado, y la actitud nociva de la
abogacía ante algo tan natural en un estado democrático como es
aceptar el error, la negligencia, el delito, llámese como se quiera,
me ha empujado a dedicar el blog al palabro que lo encabeza,
ABATIDOS, ese eufemismo tan en boga desde hace años para amparar
determinadas acciones más que discutibles de cuerpos de seguridad de
procedencia varia.
¿VUELTA
A LA LEY DE FUGAS?
Es
evidente que Eduardo Dato fue un legislador creativo. No solo se le
conoce por ser el promotor de la primera normativa de seguridad
social, la Ley de Accidentes de Trabajo del año 1900. Ante el
creciente auge de los movimientos sindicales, principalmente en
Barcelona, Dato, en su condición de presidente de gobierno de
España, firmó en 1921 la denominada Ley de Fugas, un engendro que
permitía asesinar a toda persona que “huyera” de las fuerzas del
orden, en aquel momento a decenas de sindicalistas de la CNT. Por
cierto, él mismo fue “abatido” tiempo después por un grupo de
anarquistas.
Casi
100 años después el espíritu de esa ley se ha extendido por toda
Europa, incluido el Estado Español, donde demasiado a menudo ni
siquiera se intenta detener a los “terroristas”, supuestos o no,
sino que simplemente se les “abate” sin más remilgos por
policías bien pertrechados y protegidos por infinitas medidas de
seguridad. Lo peor es que se aplaude esa actuación, y en algún caso
hasta se condecora a sus artífices con el silencio casi unánime de
los partidos políticos y medios de comunicación, que anuncian que
los terroristas fueron ABATIDOS con una banalidad insultante. Me ha
parecido curioso, yo diría que molestado por defecto, que uno de los
pocos artículos que denuncia esta lacra haya sido publicado en un
periódico de derecha dura con la firma de Amando de Miguel.
Y
bien, como dicen que una imagen vale más que mil palabras he creído
conveniente acompañar el texto con dos videos, ambos de sobra
conocidos: El primero es un excelente trabajo de Diario.es sobre lo
sucedido en El Tarajal, y pone de manifiesto el “bananerismo” de
los diálogos de los agentes de la guardia civil y el cinismo de los
responsables políticos, principalmente del ex ministro Fernández
Díaz.
El
segundo no se produce en una ciudad de Texas. Los policías no son
blancos supremacistas a la caza de un delincuente negro que se
defiende con un cuchillo. Son mossos de escuadra “abatiendo” a
uno de los terroristas del atentado de Las Ramblas. Se trata por lo
tanto de un asesino, cierto, en un clima de emoción desatada,
cierto, aparentando que llevaba explosivos, cierto, pero según
nuestras leyes y principios morales, alguien que tenía el derecho a
ser detenido y poder defenderse ante un juez. Quizás, incluso a
reisentarse, pero nunca a ser cazado con las normas de la denostada
Ley de Fugas.
He recordado para la
ocasión a este grupo mestizo, No Blues, que tenía olvidado y del
que me entero que hace dos años perdió a su alma máter, el
holandés Ad van Meurs. No eran virtuosos, pero esa mezcla acústica
de blues y música árabe que ellos llamaban “arabicana” tenía
un encanto muy especial.
En
la huelga anterior nos habían pegado un revolcón, de modo que Aznar
no se cortó y volvió a congelar los salarios de los empleados
públicos. No solo no habíamos conseguido llenar la sala de la
asamblea, sino que el personal estaba desanimado y la mayoría de las
intervenciones eran pesimistas. En aquel ambiente desolador una
compañera apeló a la dignidad de los trabajadores y trabajadoras
con palabras de contenido ético. Poco después, otro trabajador le
contestaba que eso de la dignidad estaba muy bien pero que cuando iba
a la pescadería o la frutería le pedían dinero, no dignidad, y que
una huelga sin resultados era perder una parte de la nómina a cambio
de nada. Para nuestro desconsuelo el compa se llevó una cerrada
ovación y pocos días después la huelga se ventiló con una nueva
derrota.
He
pensado más de una vez en esa experiencia y sigo pensando que el
compañero no tenía razón en despreciar la dignidad, por un razón
sencilla. Los empleados y empleadas públicas nos jugábamos cierta
apretura para pagar la hipoteca, quizás las vacaciones, retrasar la
renovación de la cocina, pero teníamos el trabajo y un salario de
subsistencia garantizado, es decir, podíamos seguir yendo a la
frutería y a la pescadería sin necesidad de decirle al tendero: no
te puedo pagar pero no sabes lo digno que soy.
En
aquellos tiempos solíamos desfilar detrás de una pancarta que
exigía salarios dignos, ahora, años después, nos colocamos frente
a una pancarta para reivindicar pensiones dignas, pero ¿qué es la
dignidad? ¿Qué distingue lo digno de lo indigno?
entrada de la benefactora o Colonia Dignidad
Pues
bien, este verano he leído una de las novelas que Xabier Zabalo ha
escrito sobre su experiencia en la actual República Democrática del
Congo, más en concreto en su capital Kinsasa. La novela se subtitula
“la hora de la gente honrada aún no ha llegado” y describe un
universo de manguis, delatores y funcionarios corruptos, vamos, de
gente indigna, que o humilla o se deja humillar. No hay en ese
universo devastado ni una persona honrada, ¿sinónimo de digna?
No
creo que pueda haber dignidad ni honradez allí donde las personas no
pueden ir a la pescadería o a la frutería sin otro objetivo que
salir corriendo con una pescadilla o un manojo de plátanos, allí
donde la subsistencia tiene prioridad sobre la ética, pero sí entre
quienes podemos permitirnos el lujo de ni humillar ni dejarnos
humillar.
En
todo caso parece que la palabra dignidad es, como tantas otras, un
concepto demasiado abstracto y por tanto interpretable. En 1961 un
nazi prófugo, Paul Schäfer, fundó en Chile la llamada Colonia
Dignidad, un asentamiento pseudo-religioso que acabó siendo
condenado por pederastia y tráfico de armas, además de convertido
durante la dictadura de Pinochet en centro de detención y tortura.
Este verano he rescatado un CD de música sokous (rumba congoleña) que grabé hace unos años, y aquí viene que ni pripintado un corte de Bakolo Music International, lo que queda de la que fundara Papa Wendo (1925-2008) en los años cincuenta del pasado siglo (Victoria Bakolo Miziki)
Si te metes en los
casi incontestables oráculos de internet, la historia de Orduña es,
como siempre, una sucesión de fechas e hitos con apellidos ilustres.
Que si primeras referencias en la época de Alfonso III; que si
fundada por Lope Díaz de Haro en 1229; que si reconocida como ciudad
en 1467 por Enrique IV; incendio en 1535; creación de la aduana en
los reinados de Carlos III y IV y…
Cuando los hitos,
con la funesta excepción del campo de concentración, por el que
pasaron miles de prisioneros republicanos entre 1937 y 1941; digo que
cuando los hitos pasaron a mejor vida, por la desaparición de la
aduana en el siglo XIX y la decadencia consiguiente, no parece que
haya más historia que narrar.
Aquí empieza o
sigue, sin embargo, su verdadera historia, la real, la de las
personas que la levantaron, sufrieron, disfrutaron…
La pasada primavera,
con el esfuerzo desinteresado de un grupo nutrido de orduñes@s y el
amparo del ayuntamiento actual, abrió sus puertas el Centro de
Exposiciones “Orduña Hiria”, 1.200 metros cuadrados de memoria
popular.
Cuando algun@s
amig@s que han participado activamente en su creación me hablaron de
ello, pensé en un pequeño museo que recopilara trastos en desuso y
documentos amarilleados antes de ir al contenedor. No imaginaba para
nada que la voluntad y el orgullo ciudadano fuera capaz de convertir
lo que fue escuela y luego biblioteca en un centro expositivo de
semejantes proporciones y una riqueza cultural incuestionable.
No aparecen en él
esos grandes señores de la historia con mayúsculas, pero sí los
nombres y apellidos de pequeños empresarios, trabajadoros y
artesanos de los tres últimos siglos, precisamente cuando esa
historia con mayúsculas dio la espalda a la ciudad.
Comparten ese lugar
entrañable, junto a un espacio arqueológico especialmente potente,
confiteros, cereros, músicos, carpinteros, zapateros, labradores y
yeseros de apellidos reconocibles para el orgullo de sus familias y
de quienes, aunque foráneos, amamos a Orduña.
Acompaño enlace a
la web ( https://www.orduñahiria.org
) e invito a quienes a menudo olvidan esta ciudad lejana a visitarla.
Vale la pena.
Estos días, oyendo
una recopilación de cantantes italianos, he tropezado con esta bella
canción de Gino Paoli, que me parece adecuada para la ocasión,
“L´ufficio delle cose perdute” (La oficina de las cosas
perdidas), que he traducido y dado forma con la ayuda de Fabrizio,
gran amigo romano.
L´Ufficio
delle cose perdute
Nella
grande tartaruga
con
i tetti a scaglie grige si
rincorrono gli odori
i
colori e le puttane nel
gran ventre del paese ci son
posti che sono
strani
certe
volte anche per me Sulla strada che val al porto
dopo
un’arco c’e' una piazza
sempre
piena di bambini
qualche
gatto e un vu
cumpra' tra
un negozio di bottoni e un tizio che
si fa'
c’e'
un ufficio senza targa e senza eta'
ed
e' un ufficio del vento
cose
perdute quelle che
son sparite in fondo
a qualche
momento chiuso
Ed
e' un ufficio pieno di vecchie
cianfrusaglie
di giorni
poco usati e di candeline
di un’altra
eta'
Sono
andato li a cercare
i capelli
che ho perduto il sorriso
di mio padre
ed il canto
di un amico voglio
indietro i miei vent’anni e le speranze
in piu'
voglio
l’albero dei come e dei
perche'
Ma dentro
quel momento
non
c’e' nel mio giardino
l’albero
che ho piantato
qualche
anno fa' per
sempre
Ma nell’ufficio
delle cose
perdute devo in cambio
dei vent’anni ridare
tutto tutto
quello che ho E ritorno piano a casa
con
le rughe ed i pensieri
lascio
li' i miei vent’anni i capelli,
i sogni in piu'
mi va bene
rimanere
con
quello che ho torno a casa
apro
la porta e ci sei
tu e ci sei tu e ci sei tu.
La
oficina de las cosas perdidas
En
la gran tortuga con
techos de escamas grises se
persiguen los olores,
los colores y
las putas.
En
el gran vientre del país hay
lugares extraños,
algunas
veces
hasta para mí.
En
el camino que va al puerto,
tras un arco, hay una plaza siempre
llena de niños, algunos
gatos,
un vendedor ambulante.
Entre
una tienda de botones
y
un fulano que se droga hay
una oficina sin registro y sin edad,
una
oficina de viento
que
tiene al fondo objetos perdidos, desaparecidos
en tiempos pasados.
Es
una oficina llena de
viejos perifollos, de
días inútiles y velitas de
otra edad. Fui
allí para buscar el
pelo que he perdido la
sonrisa de mi padre y
la canción de un amigo. Quiero
volver a mis veinte años
con sus grandes
esperanzas. Quiero
el árbol del cómo y
del por qué,
pero
ya no está
el
árbol que planté
para
siempre
en
mi jardín hace
unos años,
y en la oficina de las cosas
perdidas debo