domingo, 9 de junio de 2019

El Chalé


EL CHALÉ
En la Catalunya de mediados de los años setenta la “torre”, equivalente a la acepción castellana de chalé, empezaba a estar al alcance de la clase media y de los trabajadores de las grandes industrias. Recuerdo que mi hermano estuvo trabajando algunos meses como comercial de venta de terrenos en urbanizaciones que se extendían por el Vallés, el Maresme, el Alt Penedés y otras zonas de la provincia. Supimos algo después que muchas de aquellas urbanizaciones estaban precisamente en terrenos no urbanizables, eran ilegales, y carecían por tanto de todo tipo de servicios (leo que llegó a haber 2.300 ilegales y unas 400 en terrenos no urbanizables de Catalunya). Así que conocí a más de un currela que tuvo que litigar durante años para conseguir la legalización de la torre que había levantado con todos sus ahorros.
El Bosc d´en Vilaró, entre Montcada i Reixac y Badalona, un ejemplo de urbanización auto construida
Por lo que sé, lo mismo ocurría en otras grandes ciudades, como Sevilla, Valencia o Madrid, y así se llenaron laderas y vaguadas de urbanizaciones, por decir algo, que con los años han podido, no siempre, gozar de cierta dignidad.
La historia de la segunda vivienda es la historia de un ascenso social, el de la nueva clase media, que a base de horas extras y currar como una c…na podía añadir la torre al utilitario y a la educación de los hijos. Ese ascenso social es ahora, cuarenta años después, algo que vuelve a ser impensable. Gran parte de los hijos de aquellos asalariados, empleados públicos, pequeños comerciantes, no tienen ni para pagar un alquiler.
En el interín se puso de moda la vivienda unifamiliar y el adosado, que agrupaban en su estructura el piso urbano y la segunda vivienda semi rural, arrasando el paisaje con rascacielos horizontales y una demanda exponencial de recursos, pero hasta eso es, por lo menos de momento, agua pasada.
Es curioso que tener un chalé sea ahora un pecado mortal en las tertulias y los cenáculos políticos, porque se vuelve asociar a un cierto grado de opulencia y alto rellano social. En el caso de la pareja que quería asaltar los cielos es una traición a “los de abajo”, por más que pasen a engrosar a las masas de hipotecados con la banca. En el de la marca naranja, por dejarse querer por el Ibex35. Tampoco importa si gasta de lo suyo.
Lo curioso de ambos casos es que la palabra chalé no tiene ya la connotación de aquel currante que te mostraba orgulloso la “torre” que acababa de ayudar a construir con sus manos en una vaguada de Cardedeu o una ladera de Montcada i Reixac. Siempre fue una metáfora de ascenso social, pero ahora tiene una connotación negativa y puede costar unas elecciones: desclasamiento. Es lo que hay...


En su momento se alzó a Blur como principal rival de Oasis en la época dorada del britpop y aún sigue en activo con los miembros originales, lo que es casi un milagro. “Country house” no habla precisamente de un chalé ilegal y autoconstruido, sino de la gran casa de campo de un hombre rico que huye de la ciudad. La grabación pertenece a la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de 2012.

https://youtu.be/Pragxu_v28k





3 comentarios:

  1. En Mallorca, al menos, la siguiente estación del "chalé", aquí conocido como "casa de foravila" en la "Part forana", es decir fuera de la capital Ciutat de Palma, (en Palma y alrededores las urbanizaciones y parcelaciones ilegales también abundan), la siguiente estación decía ha sido engrosar el alquiler turístico legal o ilegal. La pagesía, el campesinado ha prácticamente desaparecido.
    Los pequeños propietarios del alquiler turístico se dedican a cambiar sábanas, limpiar piscina i arreglar el jardín de la casa que alquilan. Los grandes lo contratan directamente a empresas comercializadoras.
    En esto ha acabado el "Beatus ille".

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    1. Por lo que leo frecuentemente, y más en temporada alta, lo que ocurre en les Illes con el tema de la vivienda es aterrador

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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