jueves, 5 de junio de 2025

Jackie Leven 2


JACKIE LEVEN, MÚSICO, BEBEDOR Y ESCOCÉS

"Soy un héroe, los héroes pueden ser de cualquier tamaño"

(Jackie Leven)

los Doll by Doll

Tras su exitoso paso por el blog a final de año (https://charlievedella.blogspot.com/2024/12/jackie-leven.html) prometí una nueva entrega dedicada a este héroe musical, un tipo del que yo ni siquiera había oído hablar hace apenas un año, lo que demuestra dos cosas: que la ignorancia es atrevida y que nunca es tarde si la dicha es…

Supongo que Jackie Leven, en la realidad Alan Moffatt (Kirkaldy – Escocia 1950-2011), se consideraba un héroe por las muchas batallas a las que se había enfrentado a lo largo de su vida, fueran estas trifulcas de barrio o peleas épicas con ejecutivos, desamores y sustancias varias. Supongo también que ser una mole de carne y músculo que pasa su infancia esperando a su padre en la puerta de un bar de mineros, un tipo que además tiene una voz de terciopelo y una sensibilidad musical y vitalidad apabullantes no debe ser fácil. O sí.

Analizando y comparando biografía y carrera musical veo en su vida como dos etapas. La primera es caótica, contiene discos tan peculiares como extraordinarios, con los “Doll by Doll” o camuflado en un heterónimo, John St. Field, y una vida privada con “sucesión de pandillas de navajeros, viajes de ácido, matrimonios precipitados y noches en la cárcel”, según palabras propias.

En los años ochenta, con el grupo peleado con productores y cabezas de cartel, que a menudo les echan por broncas a mitad de la gira, tocó fondo. Para redondear el momento, durante una noche londinense en pubs de mala reputación le pegan una paliza que le afecta a la laringe. Las secuelas temporales, pero sobre todo la desesperación, le conducen a la adicción de moda: la heroína.

El ecuador entre las dos etapas vitales de las que hablaba antes es largo. Va desde mediados de los ochenta a primeros de los noventa, y se corresponde con el periodo de adicción y desintoxicación. 

Abandonadas las jeringas, que no el alcohol, funda una asociación a medio camino entre lo benéfico y lo sectario, hasta que entrados los noventa recobra su vida musical, principalmente gracias a su nueva compañera, Deborah Greenwood.

Esta segunda etapa es desbordante. Da rienda suelta a una cabeza llena de música y buenas letras hasta el
punto de tener que inventarse un nuevo alias, Sir Vincent Lone, porque la discográfica no podía absorber toda su producción: 44 álbumes en 17 años. 

También deambula por pubs y baretos, apenas acompañado por su guitarra y algún colega, principalmente por el multi instrumentista Michael Cosgrave. En esos tugurios desgrana su prolífico repertorio y se mantiene fiel a sí mismo, emborrachándose como lo hacía su padre junto a viejos mineros y obreros metalúrgicos, ahora pensionistas y parados en una Escocia que ya no es lo que era. 

Todos somos en algún grado rehenes de nuestra imagen. En el caso de Leven víctima, incluso mártir de su estampa de hombre malote. En el obituario que le dedicó el crítico Paul Du Noyer este afirma que “algunos fans opinaban que casi querían verlo sufrir. Querían verlo emborracharse hasta el cansancio, tomándose una pinta de vodka con Windolen, porque esa era la imagen que tenían de la persona que querían. Sentían que él estaba haciendo algo por ellos”.

En febrero de 2011, seguramente ya tocado por la enfermedad, extenuado por giras de hasta 200 días al año, decidió "pasar más tiempo escribiendo canciones en casa y menos tiempo saqueando minibares". Era demasiado tarde. Jackie Leven falleció el 14 de noviembre de 2011, un día antes de mi 59 cumpleaños.

Su obra es tan extensa como incatalogable. Va del pop al country pasando por el blues, la música celta y hasta el hip-hop. Con títulos y letras desasosegantes, absurdas, provocadoras, a veces terroríficas, también amorosas, líricas o tiernas, es difícil permanecer indiferente a este anti-héroe musical muy del siglo XX. 

Me he permitido traducir libremente una de sus canciones emblemáticas, "Poortoun", elaborar una relación personal de mis preferidas, que me gustaría despertara el deseo de escucharle más, y seleccionar el concierto que ofreció en un programa de televisión alemán en 2004, donde interpreta algunas de esas piezas. 

Salud. Pronto empieza el verano !!!!

POORTOUN
Vengo de Poortoun
donde corre el río Leven.
Los molinos desaparecieron
y los embalses brillan al sol.
Dejé Poortoun
para vivir huyendo con tristeza.

Mi hermano pequeño
murió consumiendo heroína
y mi madre pastillas
que la ayudaran en el duelo,
en las iglesias vacías
y en el valle bajo la lluvia.

Ahora la gente me ve
teniendo problemas con la bebida,
como mis amigos de la infancia.

Siento que mi coraje se hunde lentamente, 
que mi mente está desapareciendo 
y no queda nada en qué pensar,
que mi mente está desapareciendo 
y no queda nada en qué pensar...

Veo a chicos jóvenes
mirando fijamente coches quemados
con campanadas de rabia.
Nuestros hijos se paran fuera de los bares,
los hombres los ignoran
y los abandonan a la vacuidad de sus guerras.

Vengo de Poortoun
donde corre el río leven
los molinos desaparecieron
y los embalses brillan al sol
Dejé Poortoun
para vivir en la tristeza 
y en la conciencia de la huida.


Mansion tension – del disco "Control" – John St. Field (1971) https://open.spotify.com/intl-es/track/631f1ZXPLJ2yQhLcDEbO3z?si=3c90da6d3d554dd7

Human face – del disco "Gypsy blood" – Doll by doll (1979) https://open.spotify.com/intl-es/track/2vI87I1UHg6aU3dZAB1OlC?si=7eb3269d5813485f

Forbidden worlds – de "Gypsy blood" (1979) https://open.spotify.com/intl-es/track/3054XlTLSglmEsd1jBI3q1?si=2f6697094ae042c1

Caritas – del disco "Doll by doll" (1981) https://open.spotify.com/intl-es/track/3Whyl8YL9tGGp9UzYXtttB?si=80b217d7790549a8

Working Alone / A Blessing - del disco "Forbidden Songs of the Dying West" (1992) – https://open.spotify.com/intl-es/track/3FmojhuNbQTrMZwl1QtAy1?si=82798aac474145bf

Men in Prison - de Forbidden Songs of the Dying West 1(992) - https://open.spotify.com/intl-es/track/71k803THsQGqCFOEE07Rcl?si=9885d148ff084b03

Poortoun - del disco  “Fairy Tales for Hardmen” (1997) - https://open.spotify.com/intl-es/track/0tnUgtZh3ciEWGCo9qDrt5?si=4c4d95cb90db4636

Jim O Windygates – de “Fairy Tales for Hardmen” (1997) - https://open.spotify.com/intl-es/track/7zh4Qd2GdWgpIl3L3KUfWK?si=07b5aa8705014294

My Spanish dad - del disco “Creatures of Light and Dark” (2001) - https://open.spotify.com/intl-es/track/36cVYnw4ppBOZUo1G3d2xF?si=5e3f6335f77b4edb

Friendship Between Men and Women - de “Creatures of Light and Dark” (2001) - https://open.spotify.com/intl-es/track/0DjsOz3z0k1ymfM1tyuc50?si=c59a06ce5f644d0a

Irresistible Romance - del álbum "Shining Brother Shining Sister" (2003) - https://open.spotify.com/intl-es/track/41kMVrofReDpZjz2Ggl2yI?si=e8101d1263654c01

Tied-up house - de "Shining Brother Shining Sister" (2003) - https://open.spotify.com/intl-es/track/34kCYuCfcDWpBlhCKeJs6h?si=60c59a13e5f144d4

Savannah waltz – de "Shining Brother Shining Sister," (2003) - https://open.spotify.com/intl-es/track/1dNOGHh1c4Fxfqe0Rbv7kg?si=cc98a26f302f4a16

King of the Barley - del disco "Elegy for Johnny Cash," (2005) - https://open.spotify.com/intl-es/track/1ksxnHlq7dCn16Vu6Ww9T6?si=dcf886bf17404ded

Blue soul dark road – de "Elegy for Johnny Cash" (2005) - https://open.spotify.com/intl-es/track/4kfUclsEr17Kx4iYw49Zx9?si=079747dc72cd4a6b

(I,ve never known) Peace on earth - del álbum "Songs for lonely americans" (2007) Sir Vincent Lone - https://open.spotify.com/intl-es/track/1ifG4tD44E2AGZNZdGlhMx?si=e913a9a8d61c4c19

Another Man's Rain  - de “Oh, What a Blow That Ghost Gave Me!” (2007) - https://open.spotify.com/intl-es/track/6iWkdbvYY5G3g31VKFoBUT?si=ade8471a2da2410a

Olivier Blues- del disco "Lovers At The Gun Club" (2008) - https://open.spotify.com/intl-es/track/71x0SjwMwrk0AQdJYJnUND?si=aa20104275c84771

To Live and Die in Levenland - del álbum "Wayside Shrines and the Code of the Traveling Man" (2011) - https://open.spotify.com/intl-es/track/49XoGHRLCaSrtjJoR0OWEd?si=4e89bdaf5882478b



lunes, 5 de mayo de 2025

Aguadulce

AGUADULCE

Este año el Imserso nos ha facturado a Aguadulce, hermoso nombre que, como todo enclave humano, merece cierto detenimiento.

UN POCO DE HISTORIA

Aguadulce a inicios del S.XX
Aunque considerada una barriada de Roquetas de Mar, núcleo urbano de 133.000 habitantes, Aguadulce tiene entidad e historia propia, algo que incluso se percibe geográficamente, ya que sigue separada del mismo por terrenos, el humedal de Algaida entre ellos, que parecen abandonados a su suerte.

Si bien se admiten ciertos asentamientos en el siglo XVIII, como lugar de descanso de los torreros que daban mantenimiento a las torres de Cerrillos y de la Rambla Honda, no se la considera como población estable hasta 1830, cuando Ginés Perales, natural de Roquetas, abre una venta aprovechando el agua dulce del manantial, hoy cegado, que viene de la sierra cercana.

Pasa este a ser un lugar de descanso de quienes viajan entre Almería y Málaga o bajan de las Alpujarras, pero también, muy pronto, de refugio de contrabandistas y estraperlistas, principalmente de tabaco. También de los chivatos que controlan a los carabineros.

Su cercanía a la capital y el hecho de que la costa, hasta allí escarpada, se arremanse, la convierte ya a finales del siglo XIX en una zona de baños, a la que acuden las gentes adineradas de Almería, industriales, ingenieros, terratenientes y militares. 

Máximo Cuervo, a la izquierda,
junto a Fraga Iribarne 
Dos de estos últimos, Pablo Clares, pero sobre todo el general Máximo Cuervo (Madrid 1893-1982) son personajes de cierta importancia en la evolución de la ciudad. El primero, comandante retirado y hombre culto, por sus preocupaciones sociales, principalmente por la enseñanza, llegando a presidir la Junta de Instrucción de la provincia.

Por su parte el caso de Cuervo es similar al de “impulsores” similares del desarrollo de otras zonas turísticas peninsulares. Militar franquista, Director de Prisiones en la posguerra, fundador de la Biblioteca de Autores Cristianos y la Editorial Católica, él mismo heredero de amplios terrenos en la localidad, Cuervo consigue, como miembro del Consejo de Estado, que Fraga Iribarne declare  Aguadulce nada menos que primer Centro de Interés Turístico en 1964, adelantándose incluso a Benidorm, una calificación que rendirá al general pingües beneficios económicos y la condición de ilustre de la localidad.

AGUADULCE HOY

Tras una corta estancia, dedicada además al “dolce far niente”, es difícil dar una visión que no sea la de un turistón jubilado que pasea sus carnes ajadas por el paseo marítimo y vermutea en los baretos del puerto náutico, pero sí se percibe en la zona cercana a la línea de mar detalles que la distinguen de otros pueblos costeros. Urbanizaciones de cierto nivel arquitectónico, como la del Palmeral (1968), de Fernando Cassinello, edificios hosteleros en general no muy altos, y una planificación, incluso en la zona interior, donde vive la gente que curra, bastante apañada, con la excepción del hormigón que escala las laderas de los montes aledaños. Los abundantes espacios verdes proporcionan un ambiente tranquilo, que contrasta con el urbanismo desbordado de Roquetas y el paisaje desolador de los invernaderos que la rodean.  

Interior de Ntra. Sra. del Carmen

Quiero detenerme un poco en Cassinello (Almería 1928-1975), no solo porque he leído que fue colega y amigo de Miguel Fisac, pariente de uno de mis abuelos, sino porque es el artífice de gran parte de los edificios y complejos de la primera época de desarrollo turístico de la provincia, como el Gran Hotel Almería (1965) o el citado El Palmeral. También porque fue protagonista en el derrumbe de un edificio almeriense en construcción con el resultado de quince muertos, del que según algunas fuentes fue absuelto y según otras declarado responsable. En cualquier caso ese fue uno de las primeras tragedias del incipiente desarrollismo especulativo ligado al turismo de playa.

Sin salir de Aguadulce, y para acabar, me quiero referir al que considero su edificio más peculiar, la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen (1973), una construcción característica de la singular personalidad de su firmante, el arquitecto Antonio Ortiz Gacto (Córdoba 1941 – 2011), que simultaneó la obra de culto religioso con una pintura de colores y formas explosivas, de abundantes desnudos y referencias “libertinas”. Se trata de un edificio de aspecto espacial, un “Gehry rudimentario” de paredes encaladas y un espacio interior de gran originalidad, porque se estructura como un auditorio con graderío más propio de un teatro que de un templo religioso. De "imsersar" en Aguadulce la iglesia es el único monumento que ningún turista de pro debería eludir.


Y como epílogo musical un hombre de la tierra, Tomatito (Almería 1958), acompañando el humilde puñado de fotos que fui recopilando en nuestra estancia “imsersiva” anual. La canción, “Pa Salinas”, pertenece a su disco “Aguadulce”, publicado en 2004. 



NOTA: el pasado mes de abril el blog batió su récord de visitas, 6.700, impensable cuando se inició con 11 allá por 2012. Eskerrik asko.



domingo, 20 de abril de 2025

PEDRO LEÓN, YAGO LAMELA, GOÑI II...

DE NINGUNEADOS, ÁNGELES CAÍDOS Y JUGUETES ROTOS...


¿QUIÉN ERA PEDRO LEÓN?

"Si se estrella el avión del Real Madrid, tú tampoco jugarías" (José Mourinho)

Pedro León (Mula – 1986) llegó al Real Madrid de José Mourinho con apenas 23 años y cierta fama ganada en la selección sub 21. Según se dice tuvo varios desencuentros en el vestuario con el entrenador, un tipo que ha demostrado una antipatía de manual a lo largo de una carrera que fue de más a menos, como la de León. Por aquel tiempo la afición y el periodismo futbolero buscaban héroes autóctonos y el centrocampista, jugador fino, hermano del longevo y muy buen ciclista Luis León, parecía reunir ese perfil, pero parece que el portugués no perdonó la osadía de que le llevara la contraria. 

Ya en una rueda de prensa Mourinho se enfrentó a un periodista que reclamaba la alineación del murciano espetándole, ¿Pedro León, quién es Pedro León?, y un tiempo después la frase que arranca este blog, un ejemplo de mobbing laboral televisado, que acabó con el murciano buscando nuevo equipo.

Quince años después y catorce temporadas en equipos humildes, pero de una competición tan exigente como es la primera división española, León aún viste de corto en el equipo de su comunidad, el Real Murcia, que compite en el tercer escalón del fútbol español, pero no llegó a ser el referente que reclamaba parte de la afición merengue, algo en lo que tuvo parte de responsabilidad el famoso entrenador, que le ninguneó colgándole el sanbenito de segundón con ínfulas.

Me he acordado de ese futbolista, que también pasó sin demasiada gloria por el Eibar, intentando recordar casos de deportistas que, por causas diversas, o no respondieron a las expectativas que generaron inicialmente o incluso tuvieron un final, como no es el caso, más o menos trágico. 


YAGO LAMELA, ÍCARO O AQUILES

“Yo solo quería ser bueno en lo mío” (Yago Lamela)

Según los periódicos de la época Yago Lamela (Avilés 1977-2014) falleció de un infarto de miocardio, pero muchos de los artículos dejaban entrever que, incluso aunque aquel fuera la causa de su muerte, el saltador de longitud más brillante del atletismo español dejaba tras de sí una vida tintada por la depresión.

Todo empezó bien. A finales de marzo de 1999 un Yago que aún no había cumplido 22 años  ponía en aprietos a otro de los grandes saltadores, Iván Pedroso, con un vuelo de 8,56 metros, récord de Europa del momento. 

Sus enormes cualidades físicas y un desparpajo en la pista que contrastaba con su timidez fuera de ella hacían presagiar una carrera sin límites, en una especialidad muy valorada, en la que había destacado gente tan mediática como Bob Beamon, Carl Lewis o el mismo Pedroso.

El dramaturgo Julio Béjar usó la doble leyenda de Ícaro y Aquiles para describir en su obra “8,56” un ciclo vital que le llevó a asombrar al mundo atlético volando sobre la arena del foso y acabar casi cojo, herido en ambos talones, como el héroe griego.

Tras aquel subcampeonato y su bis al aire libre el mismo año llegó la primera frustración en los Juegos Olímpicos de Sidney, donde, quizás asfixiado por la presión, ni siquiera llegó a los ocho metros. 

En 2002 y 2003 volvió a conseguir medallas de metales diversos, nunca el oro, en europeos y mundiales de pista cubierta y aire libre, pero de nuevo fracasó en la olimpiada de Atenas de 2004, a la que ya acudió anestesiado por dolor en los gemelos. Eso es, al fin y al cabo, lo que los voceros de la fama exigen de un Ícaro televisivo.

Operado ese mismo año del tendón de Aquiles, que se volvería a romper por dos veces, se retiró definitivamente en 2009. Descubrió entonces que era un don nadie en el mundo real. Aspirante a piloto de helicóptero en una empresa privada que quebró, universitario en Iowa sin llegar a titularse, músico electrónico fugaz, asediado por la depresión, en 2014 su corazón y sus talones, fuera o no por voluntad propia, dijeron basta.


GOÑI II, UN GIGANTE SIN CABEZA

«Siempre he reconocido que no soy un ángel, pero tampoco un demonio” (Mikel Goñi)

Se suele repetir que en cierta ocasión, Mikel Goñi (Oronoz-Mugaire 1977), se acercó fumando a Julián Retegui, un ídolo que había ganado 21 txapelas, es decir, 21 finales manomanistas en diversas categorías, y le preguntó qué tenía que hacer para parecerse a él: "Si te quitasen la cabeza y te pusieran la mía a lo mejor conseguías algo grande".

Puede que no tuviera cabeza pero era el más gigante en los frontones de la frontera del milenio, 1,87m. y 90 kilos en sus mejores tiempos, un físico que unía a una genialidad que ya como juvenil le convirtió en el pelotari más prometedor del circuito.

Debutante como profesional en 1996, con solo 18 años, pronto empezó a hablarse de un coloso que empezó a asombrar a los aficionados con su demoledora volea, sus ganchos y una derecha que podía enviar la pelota al rebote del frontón, amén de una precisión en las dejadas que, eso sí, podía, alternar con alguna que otra pifia fruto de la falta de concentración. Sin éxitos reales por un espíritu que primaba la fiereza sobre la disciplina y la estrategia, sí atrajo a nuevos públicos, entre ellos el femenino, y le dio una fama que pronto empezó a enseñorear en el mundo de la noche.

No era difícil verle jugar tras una velada en blanco de garito en garito y, descuidado el entrenamiento, coger hasta 15 kilos más de su peso ideal. En 2002, tras un hostión automovilístico bajo los efectos del alcohol, la empresa que le daba cobertura le retiró de la competición antes de una semifinal manomanista que hubiera ganado en condiciones normales. “No ofrece garantías de pasar el control antidopaje”, declaró el espónsor.

Tras esa primera caída aceptó rehabilitarse en un centro y ser tratado por psicólogos, pero siguió descuidando su físico y flirteando con sustancias lo que hizo que empezara a lesionarse. 

En 2009, tras varios años paseando por los frontones con más pena que gloria, se enfrentó a Oinatz Bengoetxea, campeón del año anterior, en el frontón de Eibar y tuvo que ir varias veces al vestuario por la lesión en la pierna que arrastraba. La bronca fue tan monumental que la misma afición que le había encumbrado le empujó a retirarse definitivamente como profesional.

No había acabado todo. Ya en una vida “civil” que combinaba con actuaciones de feria fue detenido acusado de secuestro y torturas tras un ajuste de cuentas por un alijo de marihuana. Total, tres años y seis meses de cárcel que cumplió en 2022.

Leo preparando el blog que en 2024 jugó la final de parejas de un campeonato de “viejas leyendas” en Pamplona, precisamente frente a Bengoetxea, el hombre que le retiró. La crónica resume gran parte de su carrera: una afición coreando el nombre de un pelotari de físico excelso a punto de una nueva espantada. El resultado final, eso sí, una pérdida más que honorable: 22-18. La vida sigue…

Aunque no en su mejor momento Cat Stevens (Londres 1948), de nacimiento Steven Demetre Georgiou, seguía metiendo alguno de sus temas en las listas de éxito y gozando de la fama que había aquilatado a principio de los setenta, cuando decidió abrazar el islam, llamarse Yusuf y subastar todas sus guitarras en 1977, abandonando una carrera musical que no reinició hasta 2006. Me parecía otro modelo de "héroe" caído, esta vez por deseo propio, que venía bien a este blog, además con la hermosísima "The wind", que interpretada en esta última etapa nos habla, qué raro, del destino.



jueves, 27 de marzo de 2025

Abusos 3

ABUSOS 3

Veo que el tema de los abusos en el seno de la iglesia católica empieza a ser un clásico del blog, sea por experiencia personal o actualidad intermitente. El caso es que hace unas semanas asistí a una charla de la asociación Europa Laica y el asunto volvió a interpelarme, aunque en este caso no solo para hablar de “ABUSOS” en plural, sino del ABUSO, con mayúscula, que es el sistema de privilegio en el que vive esta confesión religiosa en el estado español.

LOS ABUSOS FÍSICOS
Voy a empezar con los abusos en plural y con un matiz que amigos y antiguos alumnos de colegios religiosos me han planteado acertadamente más de una vez: el del abuso mediante agresiones físicas que se producía en el pasado siglo. Sé que esas prácticas violentas se daban tanto o más en las escuelas públicas de la época y quiero creer que en el XXI habrán desaparecido totalmente en ambos casos.

El caso es que de los abusos sexuales en el seno de la iglesia ya se ha hablado abundantemente y parece que ésta ha empezado a reconocer su responsabilidad, por lo menos en algunas diócesis. De lo que ni se habla ni se ha investigado es de los castigos físicos que, de forma institucionalizada, se daban en colegios y organismos religiosos.

Cualquiera que haya asistido a uno de ellos en las décadas franquistas – ya digo que no sé si con posterioridad – sabe de lo que hablo. El clima de autoritarismo en el que se movía la enseñanza daba pie a una situación de absoluta indefensión de los alumnos. 

Las prácticas de abuso empezaban normalmente por una catalogación del alumnado, sea por su procedencia social, capacidades físicas, intelectuales o grado de simpatía por razones variadas y a veces pintorescas. Esa catalogación producía un plus o déficit que acompañaba al alumno durante el curso, en bastantes casos mediante un trato desigual, que en el caso de los maltratadores, reconocidos y temidos, se manifestaba despectivo y a menudo insultante. 

Chasca: aunque intrumento
musical rudimentario,
era usado para apresar
o golpear a alumnos díscolos
El zénit del abuso se daba en los maltratos físicos. Al margen de los sufridos por mí mismo - solo citaré los golpes de regla en los nudillos con apenas 5 años y la paliza recibida a los 11, de la que ya hablé en otro blog – en aquellos años vi levantar a un alumno por las orejas, sacar de clase a otro a patadas y, la normalidad, golpes de chasca, regla, lanzamiento de llaves, capones a contrapelo y la bofetada tradicional.

El maltratador sádico acompañaba este repertorio con prácticas más sofisticadas y personalizadas como expulsar a los alumnos fuera de clase durante horas, incluso días en pleno invierno, no dejar ir al servicio a niños con problemas de retención, o tener corriendo al gordito alrededor del patio hasta la extenuación, entre otras.

Me gustaría que los actuales rectores de la iglesia reconocieran por lo menos que permitieron y usaron esas prácticas de un modo muy extendido. Sería una forma de mínima reparación.

EL ABUSO MAYESTÁTICO
Según datos de Europa Laica la iglesia católica ya recibía del Estado 11.600 millones de euros en 2018, prácticamente la mensualidad de los cerca de 9 millones de pensionistas de entonces, lo que demuestra que es sostenible lo que se quiere que sea sostenible, en este caso una institución ideológica basada en creencias.

Ese monto total incluye, como es lógico, las aportaciones directas vía 0,7% del IRPF, ni mucho menos la partida mayor, como se piensa; la financiación de la enseñanza concertada, que se lleva cerca de la mitad; y los fondos dedicados a obra social, hospitales, patrimonio, eventos, funcionarios capellanes y obra pía (¿¿¿). 

Me gustaría subrayar tres partidas llamativas, por no calificarlas de extravagantes: los 300 millones dedicados a cofradías, procesiones y festejos religiosos varios; los 40 millones que se reservan al mantenimiento de capellanías en ejército, cárceles e incluso universidades; y esos 10 millones que financian la denominada obra pía (¿rezar?). Todo un ejemplo de estado laico.

Pero además de estas aportaciones directas, la iglesia católica está exenta, por la gracia de dios, de un montón de impuestos: IBI, Sociedades, IAE, transmisiones, obras…, que Europa Laica cuantificaba en 2018 en unos 2.000 millones de euros.

Si a ello unimos las inmatriculaciones que el gobierno de Aznar legalizó en 1998, muchas de ellas un robo al patrimonio popular (cerca de 15.000 bienes inmuebles no dedicados al culto, según algunos estudios), estamos hablando de la iglesia católica española como la entidad, organismo o empresa con mayor patrimonio inmobiliario del Estado. Algunas fuentes dicen que de la Unión Europea.

Resumiendo, a los abusos domésticos, los que no han dejado heridas personales, se une este ABUSO con mayúsculas, algo que se perpetúa gobierne quien gobierne, y ello pese a que en los acuerdos concordatorios de 1979 la iglesia católica se comprometía a autofinancierse, algo que, por cierto, algunos denostados sindicatos han conseguido ya en un 85%.

Si preguntas en la red por músicos clásicos ateos o no creyentes solo hay un nombre que se repite, el de Nikolai Rimski-Kórsakov (Novgorod 1844-1908). Considerado maestro de la orquestación, es popularmente conocido porque algunas de sus creaciones pertenecen al abc de la música clásica. He elegido una de ellas, su espectacular “Vuelo del moscardón”, que aprendo ahora es un interludio de “El cuento del zar Saltán”. En este caso en versión 10, la de Zubin Mehta dirigiendo la Filarmónica de Berlín.
Aunque el moscardón es en la obra un príncipe convertido en insecto para poder acercarse a su padre, que lo cree muerto, a mí me ha parecido una buena metáfora del incordio que los laicos debemos seguir profiriendo al inmenso poder que aún detenta la iglesia católica. AAAAmén...



jueves, 6 de marzo de 2025

Ruth Stone

CUATRO POEMAS DE RUTH STONE CERCA DEL 8 DE MARZO

Compré “Bayas púrpuras”, colección de poemas de Ruth Stone (Roanoke  Virginia 1915-2011), casi a ciegas, detalle solidario tratándose de una mujer que dictó la última parte de su obra en la oscuridad de una degeneración macular, es decir, por una de esas críticas, acertada o no, que te llaman la atención. 

Tras una triple introducción, crítica docta, nieta y traductora, empecé a leer sus poemas traducidos, intentando esforzarme en algún que otro en la lengua original, más por intentar captar la musicalidad de los versos que por entenderlos, dado mi escasísimo conocimiento del inglés. 

Pese a un estilo bastante directo, en lectura inicial no me agradó, principalmente los primeros poemas, incluidos en “En un tiempo iridescente”, libro publicado poco antes del suicidio de su segundo esposo en 1959, el también poeta Walter Stone, del que no he podido saber prácticamente nada. 

Es evidente que un hecho traumático que engendra el dolor de una quiebra vital está obligado a variar el rumbo de una obra creativa. En el caso de Ruth lo primero es un duelo de seis años en los que abandona la creación, no la actividad formativa, que desarrolla como profesora en la Universidad de Harvard. A partir de ese momento (1965) la poeta inicia un distanciamiento, una especie de desdoblamiento de identidad que se percibe en numerosos poemas. Formalmente en un estilo todavía más directo y sin prejuicios que enamora a base de relectura. 

He seleccionado cuatro de sus poemas, que creo dan buena muestra de una obra que mereció los premios Nacional del Libro y Wallace Stevens en 2002, además de una nominación al Pulitzer de 2009, y como resumen crítico uno de los párrafos que le dedica la crítica literaria Sharon Olds, por tan sucintos como acertados:
“Es una poeta de la tragedia y es una poeta desenfadada, no una formal, su trabajo está exento de la mojigatería propia de la clase media. Es una gran poeta del humor – incluso de la burla -, y de la mirada osada, irreverente. En sus poemas hay una ausencia de respeto, una libertad tomada, que para mí se parece a la fuerza de los excluidos.”

TENACIDAD
¿Puede haberse acabado tan pronto?
Por qué, si tan solo hace un día
me dejabas ganar al ajedrez
mientras palpabas mi vestido
a la altura de la rodilla.
Esa habitación a la que fuimos
a cien kilómetros de aquí –
¿Se han terminado esos viajes en bus?
Los sauces pasando una tras otro,
lánguidos como bestias pacientes
bajo su pelo amarillo
en los campos invernales;
cruzar los arroyos con nieve –
¿Era la última vez?
Cuando iba a reunirme contigo, creí
haber visto al embalsamador allí parado
en la calle sucia y corriente
de esa ciudad repulsiva y corriente
que se abría como una flor de papel
en el ballet, en la galería de arte,
en aquellos reservados oscuros donde bebíamos cerveza.
Una noche, apoyada en un portal de piedra,
esperé a la persona equivocada,
y cuando él llegó percibí el mortecino
color azul de su piel bajo las luces de neón,
y el olor a basura tras la caseta del metro.
Me siento durante horas junto a la ventana
preparando una carta; tú vienes hacia mí,
hacemos equilibrios como bailarines en mis recuerdos,
palpo tu abrigo, huelo tu ropa,
tu tabaco; tú casi me tocas.

CICATRICES
A veces voy en tren 
camino de una ciudad extraña, 
y tras la ventana
tú me explicas tu suicidio,
atosigándome como un niño enfermo.
Mi paz nunca es total.
A veces te cubro
con un alfabeto
o los cabestros mugen tu nombre
pidiéndome lo imposible.
Las flores de achicoria hablan de ti,
miran el cielo con fijeza
como si yo fuera invisible.
A menudo la distancia desde
aquí al estanque cambia.
Anoche un fuego verde 
bajó cual nave espacial
y me acordé
de aquella gente en Argentina
que entró a una
allí donde la hierba apareció quemada,
y olvidó su forma
como leche que se echa a perder;
olvidaron quiénes debían ser
o quiénes sospechaban que acabarían siendo,
y luego mostraron las cicatrices
de sus frentes
a todo el mundo,
rogando que les creyeran.

EL ABRIGO DE SEGUNDA MANO
Siento, 
al palpar sus bolsillos, que ella usaba guantes finos de algodón,
que tenía una caja de pañuelos, que ella misma de lavaba las bragas,
que comía en el Holiday Inn, que tenía un congelador en el sótano,
que era socia de un club de bridge.
Al despertarme pienso
que me he convertido en ella.
Cuelga abajo, en el vestíbulo,
sombra de tensos hilos.
La deslizo por mis brazos, piel de matrona.
¿Dónde estás? Me digo a mí misma, a ese cuerpo huérfano,
y su abrigo dice,
toma tu cartera, ¿has cogido las llaves?

EL FONTANERO
Su labor es íntima.
Él instala tu retrete.
Coloca un aro de cera
bajo el asiento vítreo
donde irá tu caca.
Le estás agradecida.
Es diestro con la llave inglesa; 
un joven callado
que maneja el soplete.
Él suelda las junturas.
Se arrastra por tu ático polvoriento
entre las cajas de muebles de muñecas,
los trenes, los sacos de dormir
desgarrados, los posters de los Beatles,
los catres de acampada, los platos, los muelles de la cama,
para conectar el tanque de agua caliente.
Y lo admiras
como admirarías a San Francisco,
por cómo acepta con sencillez
el estado de las cosas.
Y el agua fluye como un milagro.
Por la noche cada vez
que tienes la vejiga llena
te levantas de la cama.
Y en vez del horrible hedor
del día antes y quizá
hasta del anterior,
en un momento de alegría pura
no hueles nada más que el dulce
moho de una casa vieja
y tu propia orina al salpicar
con el agua cuando tiras de la cadena.
Y te sientes cómoda, mimada,
como una rica matrona romana
que un chico acabara de amar.


Tirando de autolisis he visto que la lista de músicos suicidas es enorme. Al repasarla me ha sorprendido encontrar nombres que sabía muertos pero no porque ellos mismos lo hubieran decidido, lo que da para uno o varios artículos. 
Por nostalgia he decidido escoger a la pareja formada por Dalida y Luigi Tenco. Compañeros de fatigas en el Festival de San Remo de 1967 defendiendo la canción “Ciao amore ciao”, ambos acabaron con su vida con 21 años de distancia temporal. La tecnología ha juntado las voces de su participación en el certamen.








lunes, 10 de febrero de 2025

Trump

EL TONTO MALO

Un pariente de mi mujer definió con acierto a un perfil de persona que parece abundar, cuando no estar de moda, el "tonto malo". Al tonto malo, nos aconsejaba, no hay que despreciarlo ni ningunearlo, hay que temerlo, porque es tremendamente peligroso. 

Donald Trump responde sin duda a ese modelo de persona, y también de él nos burlamos antes de ser presidente en su primera y esta segunda etapa pensando que sus estupideces nunca llegarían a producirse. No quiere decir esto que, como muchos defienden a toro pasado, no sea tonto. Sí lo es, de baba. Tampoco lo desmiente que haya "triunfado" en la vida, ni que haya llegado a presidente - la última elección entre un abuelito gagá, Kamala solo era suplente, y este anuncio viviente de maquillaje naranja no es que diera mucho margen - ni mucho menos la leyenda de que en los Estados Unidos cualquiera puede serlo con esfuerzo y capacidad. Mentira. Todos los presidentes eran multimillonarios antes de ser elegidos. El primero en el ranking el propio Trump, el segundo el mismísimo George Washington, el fundador. Tampoco es cierto que se hayan hecho a sí mismos. Tan falso como la falacia de la "cultura del esfuerzo" que predican algunos lideres de la España cañí, un país en el que, según un estudio del Peterson Institute for Internacional Economics, el 54% de los mil millonarios lo son por herencia directa, un 19% por inversiones financieras, normalmente herencia indirecta, y solo el 23% por esfuerzo emprendedor.

Según he leído en un artículo de la BBC Trump ganaba 200.000 dólares a los 3 años y ya era millonario a los 8, herencia de su abuelo y padre, migrantes bávaros, y de su madre, de origen escocés.

Como buen tonto malo con poder ejecutivo, legislativo, militar y económico sin casi contrapeso, el negociante acostumbrado a humillar al débil, el niño arrogante al que nunca le dieron un par de tortas a tiempo, se puede permitir disimular su imbecilidad y destapar al tiempo una perversión sin límites morales. Ahí están sus proyectos genocidas, el de la desokupación de los gazaties y la conversión de su tierra en una gran Marina d'Or para jubilados yanquis, también el desprecio de la legalidad internacional y el abandono de toda institución científica, de salud y cooperación.

Defiendo hace años la existencia de dos capitalismos: uno inteligente, consciente de las limitaciones físicas del sistema del que se lucra, porque si no hay planeta no hay riqueza; y otro suicida, el de los tontos malos, los tan bien reflejados en la película "No mires arriba", quienes creen que en último caso siempre podrán huir a Marte, como Elon Musk, otro malcriado del que el también maligno Steve Bannon dice que tiene la madurez de un niño.

Viene de lejos. En el S. III de nuestra era el emperador Constantino optó por la Biblia, se cepilló a los filósofos neoplatónicos contemporáneos y dejó en manos de Teodosio la fundación del primer estado teocrático. Ambos prefirieron la creencia a la razón y retrasaron la evolución de la civilización varios siglos, persiguiendo y asesinando a quienes siguieron defendiendo la ciencia y la tolerancia frente al fanatismo y la superchería. De aquellos barros vienen estos tontos.

Que los siete sabios de Grecia nos protejan...

Creo que nunca había traído a Lucio Dalla al blog y aunque sea con calzador introduzco aquí uno de sus himnos, "Piazza Grande". 

Quienes como Francesco De Gregori, que le acompaña, fueron sus amigos, dicen que Lucio era un mentiroso compulsivo y un hombre contradictorio, pero sobre todo un "listo bueno" y un espíritu realmente libre.


sábado, 25 de enero de 2025

Vicente Cutanda

"LA HUELGA DE OBREROS EN VIZCAYA", 

UN CUADRO DE VICENTE CUTANDA


Hace unos años, a raíz de una visita al museo de Bellas Artes de Asturias, en Oviedo, dediqué un blog a “Felicidad”, cuadro de Dionís Baixeras, pintor costumbrista de mi tierra. (https://charlievedella.blogspot.com/2017/04/felicidad-un-cuadro-de-dionis-baixeras.html?m=0)

Si tal como decía en aquel artículo Baixeras nunca retrató temas y personajes escabrosos, el protagonista de esta nueva entrega, Vicente Cutanda (Madrid 1850-1925), autor descubierto en el libro que Kirmen Uribe dedicó al museo de Bellas Artes de Bilbao en su 110 aniversario, sí lo hizo. En concreto abundantes obras que mostraban los avatares de la industrialización, principalmente en los dos márgenes de la ría del Nervión en Bizkaia, mi tierra de adopción. 

Me ha parecido adecuado comparar ambos cuadros, porque desde el punto de vista formal comparten una pintura clásica, ajena a las vanguardias que avanzaban imparables en Europa, pero son antagónicos en la forma de afrontar la realidad que retratan. Mientras Baixeras se acerca a la vida de la gente sencilla con una mirada complaciente, Cutanda, que ha empezado a pintar en Toledo, ocupando durante años la plaza de dibujo en la Sociedad Cooperativa de Obreros, opta, por lo menos durante un largo intervalo de su vida, por reflejar momentos críticos de la clase obrera industrial. Hablo de “intervalo”, porque parte de su obra, principalmente de encargo, está orientada a la imaginería religiosa, de alta demanda en Toledo. 

Miembro de una familia acomodada e intelectual – su padre fue catedrático de Organografía y Fisiología vegetal en el Jardín Botánico de Madrid y de Fitografía y Geografía botánica en la Universidad de Madrid - Cutanda, persona conservadora y religiosa, da un giro a su obra a partir de la publicación de la encíclica papal “Rerum Novarum”, que en 1891 muestra un nuevo interés de la iglesia católica por las condiciones de trabajo de las clases populares.

Impresionado por la polémica que genera la encíclica, que vive directamente en un viaje a Roma, viene a Bizkaia, donde pintará una serie de dibujos, ilustraciones y cuadros, alguno de ellos, como éste, de grandes dimensiones, que reflejan las vicisitudes del trabajo en la industria metalúrgica, también de los inicios del movimiento obrero. 

Lo curioso, quizás lo que le empareja a Baixeras, cosecha personal, es que ambos pintan como espectadores. Todo pintor lo es, pero en este caso se manifiesta claramente en ese Baixeras que acude a las playas barcelonesas a contemplar el descanso de las familias, pero también en esta especie de cronista de los avatares de la clase obrera en los altos hornos de Sestao. Si observamos el punto de vista del pintor en el cuadro que encabeza este blog, éste se sitúa por detrás y a cierta distancia del tumulto generado por la arenga de un líder sindical. Una óptica, la de observador, que le aisló del compromiso político directo, pese a haber colaborado puntualmente con el periódico socialista “La lucha de clases”.

En cualquier caso la obra de Cutanda tiene un alto interés histórico, porque es insólita en un momento en el que los pintores se inclinaban hacia el post-impresionismo, el fauvismo y los primeros atisbos del cubismo. 

El prejuicio vanguardista, a menudo injusto cuando no hablamos solo de arte en un sentido abstracto, sino también del entorno en el que nace, hizo que “La huelga de obreros en Vizcaya”, hoy considerado el cuadro más representativo del realismo social de la época, estuviera a punto de perecer en los sótanos del Ministerio de Trabajo, primero olvidado y luego proscrito durante el franquismo. 

Solo a primeros de este siglo XXI, más de cien años después de su creación, de ser premiado en la Exposición Internacional de Madrid de 1892 y adquirido por el Museo del Prado, fue redescubierto y restaurado, volviendo al lugar que sin duda le corresponde.

Nota: hay un elemento del cuadro que a mi modo de ver desvirtúa su indudable calidad, la dos figuras, adolescente e infantil, que aparecen por detrás de la vagoneta, no solo extrañas, sino desproporcionadas respecto del conjunto. Nadie es perfecto...


Hemos tenido una entrada de año familiar un poco complicada pero estoy seguro de que acabaremos ganando "la champions y el mundial", como dice esta animosa y bella canción de Love of lesbian acompañado de Leiva.



martes, 7 de enero de 2025

La pipa

LA PIPA

A raíz de la visión de "Los que se quedan",  hermosa película destinada a convertirse en clásico de navidad, y de "El 47", epopeya vecinal del barrio Torre Baró de Barcelona, me acordé de la pipa, no la de girasol, sino del instrumento que en tiempos pretéritos, los alter ego de Giamatti y Fernández en los setenta del pasado siglo, se usaba para fumar. 

No es que fumar en pipa te permitiera completar la lectura del "Ulises"de Joyce o entender "Materialismo y empirocriticismo" de Lenin, pero quienes alguna vez probamos un artefacto que había que re-encender repetidamente, pensábamos que ello te dotaba de un plus cultural, como cuando en los exámenes metías algún latinajo, cita o barbarismo sin venir a cuento, para ver si colaba y pasabas del aprobado justo. Confieso que a mí no me duró mucho la experiencia, creo que un par de pipas que, como es obvio, no conservo. 

Ya nadie fuma en pipa, salvo que se trate de algún rito narcótico e imagino que los jóvenes no entenderán expresiones ligadas a ese objeto: estoy que fumo en pipa o fumemos la pipa de la paz. Hace tantos años que dejó su sitio entre la parafernalia personal que el último usuario conocido, un compañero, técnico de la administración, tenía el apodo de "el pipas", si bien creo que también abandonó la costumbre hace unos años.

La pipa tenía un ritual previo que parecía el preámbulo de un gran acontecimiento. Había que elegir el tabaco apropiado, en mi época el dulzón y aromático  Amsterdam, que leo aún existe, y prensarlo con cuidado en la cazoleta. Cánula y boquilla habrían sido limpiadas previamente con una especie de escobilla para eliminar los restos de nicotina, y solo en ese momento se podía encender el contenido con cuidado de no quemarte con el mechero.

Supongo que su prestigio venía dado por los hombres que la popularizaron, Henry Miller, Bertrand Russell, Jean Paul Sartre, célebres intelectuales de su época dorada, mediados del siglo XX. No en vano y años antes Valle Inclán había dedicado un poema a la "pipa del kif", con esos versos que describe que "en mi pipa el humo da su grito azul, mi sangre gozosa claridad asiste si quemo la verde yerba de Estambul."

Al no recordar a ninguna mujer fumadora de pipa he recurrido a internet y solo he reconocido a Margarita Landi, la llamada "dama del crimen", por su larga producción de noticia negra en El Caso e Interviú. Imagino que la afición le venía de otro celebre fumador del mundo policiaco, en este caso ficticio, Sherlock Holmes. Pero si hay un personaje para el que la pipa era un apéndice físico ese era el gran Jacques Tati, de quien he seleccionado el entrañable trailer de "Mon oncle" (Mi tío).


Nota: leo alarmado que las cazoletas solían estar aisladas con amianto, riesgo añadido al mero hábito de fumar, todo tan lejos del temerario reclamo de Sara Montiel: fumar es un placer genial, sensual...