UN POEMA PARA SER VISTO DESDE EL CIELO
No sé el número de visitas que habrá tenido el poema que Raúl Zurita excavó en el desierto de Atacama a raíz del artículo que Rosa Montero le dedicó hace unos meses. Yo no he podido resistir a la tentación, y he aprovechado la indicación de sus coordenadas para descubrir una caligrafía colegial de más de tres kilómetros en una página rocosa y polvorienta.
Detenido, preso y torturado por la dictadura de Pinochet, dicen sus biógrafos que durante su cautiverio soñó con poemas celestes. En 1982 cumplió su sueño y escribió un poema de humo con la ayuda de varios aviones en el cielo de Nueva York, y en 1993 creó el geoglifo al que hizo referencia Rosa Montero con un breve texto, “ni pena ni miedo”, que debe ser observado desde ese mismo cielo. Helo aquí.