martes, 29 de agosto de 2023

Willie Bobo

"BOBO´S BEAT" Y "LET´S GO BOBO", DE WILLIE BOBO


portada del primer
número de Discoplay
Tras el cierre de la tienda de discos que compartí durante unos tres años con mi tocayo y gran amigo Carlos V. tuve una etapa de cuelgue del vinilo. Pasar de tener a mano la discografía deseada al vacío se hizo duro, de modo que durante un tiempo recorrí otras tiendas como alma en pena hasta que descubrí Discoplay, la especie de Amazon discográfica avant la lettre que, más allá de su carácter innovador y hoy nostálgico, acabó asentando una cierta aversión a este tipo de comercio on-line.

Discoplay, tienda de discos fundada en el Madrid del franquismo crepuscular (1970), inició su andadura de venta por correo en 1982. Una vez al mes publicaba un catálogo de discos que ordenaba por géneros y precios, según se tratara de novedades u ofertas. Así que para alguien acostumbrado a acceder a todo tipo de discos con facilidad, Discoplay era como el camello que te llama una vez al mes dispuesto a abastecerte de cualquier sustancia a domicilio, algo que te conducía a pedir un par de vinilos conocidos y deseados y tres o cuatro “restos” de serie a precio de saldo que apenas llegabas a “consumir”. Un amigo coleccionista me confesó que nunca había escuchado un 50% de sus adquisiciones. Sé ahora que el fenómeno Discoplay subsistió hasta 2007 y aún lo hace, solo con libros y cómics, desde 2013.

Pues bien, el disco al que dedico el blog responde al segundo modelo de oferta. Editado por el sello Marfer, marca española de Roulette Records, compañía discográfica que dicen servía de blanqueo a la mafia neoyorquina, más en concreto a la familia Genovese, es uno de los dobles que el sello dedicó al jazz en los años ochenta del pasado siglo con el nombre rimbombante de “Echoes on a era”, en este caso al percusionista de origen portorriqueño Willie Bobo.

Como la mayoría de los vinilos de la colección, se trata de una reedición de dos viejos discos de los años sesenta del pasado siglo, “Bobo´s beat” y “Let´s go Bobo!”. Supongo que acompañado de alguna novedad en el momento, 1982, quién sabe si Roxy Music, Police u algún otro éxito, lo oiría un par o tres veces y pasaría a la estantería sin demasiada pena ni gloria. Rescatado este verano, descubro en él a un intérprete que en su terreno, el de la salsa/jazz, suena potente y de vez en cuando hasta moderno.

Nacido en el área latina del Harlem neoyorquin, Willie Bobo, en realidad William Correa (1934-1983), estudió y trabajó con dos de los grandes del jazz afro-cubano, Mongo Santamaría y Tito Puente, pero su despegue musical se produjo al incorporarse al grupo de Cal Tjader, un vibrafonista y compositor de éxito en los años 50. En la década siguiente Bobo se independizó y grabó sus primeros discos como protagonista principal, entre ellos los dos que integran la obra aquí homenajeada.

Aunque no he podido saber quiénes le acompañan en el segundo de ellos, porque se limita a hablar de la orquesta de Willie Bobo, es casi seguro que en ambos repitió con Clark Terry (trompeta), Joe Farrell (saxo) y Frank Anderson (teclista). Hay críticos que creen que algunos rifs pertenecen al malogrado guitarrista Mike Bloomfield, muy conocido por participar en los primeros discos "eléctricos" de Bob Dylan. El caso es que los dos discos son una buena muestra de la calidad de una propuesta que no te deja permanecer con los pies quietos.

He leído y visto estos días que colaboró con muchos músicos, entre ellos Carlos Santana, cosa que tampoco he podido confirmar porque no aparece en sus discos de mayor proyección; también que tuvo un éxito como cantante interpretando “Dindi”, una melosa bossa nova compuesta por Antonio Carlos Jobim; pero para acompañamiento visual he encontrado una trepidante y multitudinaria colaboración con Dizzie Gillispie y otros jazzeros de pro. También, cómo no, acompaño dos de los cortes del doble vinilo que conservo y puede escucharse en su totalidad en Spotify (https://open.spotify.com/intl-es/album/6KrAygavI8X1KiFEHIPF8g?si=Y3G0q9XnQ-mUIQAp58ETUQ