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martes, 12 de noviembre de 2024

Lluvia 2

Lluvia 2

No hace mucho, y precisamente por el fenómeno contrario, la sequía, dediqué un blog al meteoro húmedo de moda, la lluvia (https://charlievedella.blogspot.com/2023/05/lluvia.html)

Dice el refranero castellano que nunca llueve a gusto de todos, una verdad que el cambio climático refuerza alternativamente con pertinaces sequías e inundaciones. Pantanos que en verano estaban a menos del diez por ciento de su capacidad se ven ahora obligados a desaguar. El fenómeno se lleva además vidas y recursos por delante, algo a lo que, aunque estuvieran responsables políticos y ciudadanía dispuestos a tomar medidas quirúrgicas inmediatas, cosa nada probable, deberemos acostumbrarnos, porque según todos los indicadores científicos vamos ya con retraso.

Pero es que además todo indica que, pese a catástrofes y hecatombes varias, la dinámica va globalmente en sentido contrario.

La tragedia en la C.Valenciana de la Dana, una palabra que hace apenas tres años desconocía,  me ha pillado releyendo "Tratado de ateología", un libro muy recomendable que reivindica el esfuerzo de la razón, de la evidencia científica frente a las creencias, que su autor ubica en los viejos libros sagrados, la biblia, el corán y la tora, a los que Borges ubicaba dentro de la literatura fantástica.

Tras listar el elenco de pensadores y científicos denostados y perseguidos por unos y otros, Onfray, autor del ensayo, señala que "dar la espalda a los logros de la investigación, obrar como si esos hallazgos nunca hubiesen tenido lugar y volver al comienzo significa, en el mejor de los casos, estancarse y entrar en un inmovilismo peligroso; en el peor de los casos, mientras otros avanzan retroceder a viva marcha y dirigirse a ciegas hacia las tinieblas, de las que, por esencia y por definición toda civilización intenta librarse para poder ser".

Como en aquellas épocas pretéritas se nos ha llenado el mundo de nuevos charlatanes, eso que ahora denominan youtubers o influencers, vendedores de "crecepelo" y de lo que haga falta, pretendidos antisistema siempre que no te metas con el mega sistema. Los "constantinos" actuales, grandes propietarios con poder y omnímoda riqueza, los Musk, Zuckenberg, Bezos les dan el púlpito virtual de los nuevos templos, X, Facebook, Instagram, donde los nuevos profetas sueltan mayormente estupideces para un público entregado, entre otras, que el cambio climático es un invento ecocomunista para tenernos dominados.

Urdaibai, la reserva de la biosfera
amenazada

Esa es, desde luego, la raíz argumental de lo que ha pasado en Valencia. Cuando alguien insiste en que siempre ha habido inundaciones, algo cierto, pero solo para descartar que la "intervención" humana es ya el mayor impacto en la evolución del clima, favorece que el sistema construya en zonas inundables, no tome medidas preventivas, e incluso, como es el caso de la comunidad azotada, sustituya sus fondos y recursos en apoyar la tauromaquia y los corre bous. Con un argumentario más elaborado, no tan tosco, en Bizkaia se nos vende la oportunidad de cambiar menaje y astillero por arquitectura y arte "de firma", aunque eso suponga seguir construyendo en terreno robado al agua e ir cargándonos pasito a pasito una reserva de la biosfera.

Después viene o vendrá todo lo demás. La asignación de culpas, los lemas propagandísticos, la solidaridad emocional y la real, el desahogo, la demagogia, la mentira, la heroicidad, la tragedia, el a “río revuelto ganancia de pescadores”…, filfa, porque esto de las tormentas, tempestades y grandes sequías parece venido para quedarse, y como la cosa no cambie nuestros hijos y nietos bastante tendrán con poder guarecerse, porque como dice este clásico y profético poema de Bob Dylan, "A Hard Rain’s A‐Gonna Fall", "es dura, es dura, es muy dura, es muy dura la lluvia que va a caer". 

Vagi per València i els valencians.

Una dura lluvia va a caer
Oh,¿dónde has estado,mi querido hijo de ojos azules?
¿dónde has estado, mi joven querido?
He tropezado con la ladera de doce brumosas montañas,
he andado y me he arrastrado en seis autopistas curvadas,
he andado en medio de siete bosques sombríos,
he estado delante de una docena de océanos muertos,
me he adentrado diez mil millas en la boca de un cementerio,
y es dura, es dura, es dura, es muy dura,
es muy dura la lluvia que va a caer.

Oh, ¿y qué viste, mi hijo de ojos azules?
Oh, ¿qué viste, mi joven querido?

Vi lobos salvajes alrededor de un recién nacido,
vi una autopista de diamantes que nadie usaba,
vi una rama negra goteando sangre todavía fresca,
vi una habitación llena de hombres cuyos martillos sangraban,
vi una blanca escalera cubierta de agua,
vi diez mil oradores de lenguas estaban rotas,
vi pistolas y espadas en manos de niños,

y es dura, es dura, es dura, y es muy dura,
es muy dura la lluvia que va a caer.

¿Y qué oíste, mi hijo de ojos azules?
¿Y qué oíste, mi joven querido?

Oí el sonido de un trueno, que rugió sin aviso,
oí el bramar de una ola que pudiera anegar el mundo entero,
oí cien tamborileros cuyas manos ardían,
oí diez mil susurros y nadie escuchando,
oí a una persona morir de hambre, oí a mucha gente reír,
oí la canción de un poeta que moría en la cuneta,
oí el sonido de un payaso que lloraba en el callejón,

y es dura, es dura, es dura, es muy dura,
es dura la lluvia que va a caer.

Oh, ¿a quién encontraste, mi hijo de ojos azules?
¿Y a quién encontraste, mi joven querido?

Encontré un niño pequeño junto a un pony muerto,
encontré un hombre blanco que paseaba un perro negro,
encontré una mujer joven cuyo cuerpo estaba ardiendo,
encontré a una chica que me dio un arco iris,
encontré a un hombre que estaba herido de amor,
encontré a otro, que estaba herido de odio;

y es dura, es dura, es dura, es muy dura,
es muy dura la lluvia que va a caer

¿Y ahora qué harás, mi hijo preferido?
¿Y ahora qué harás, mi joven querido?

Voy a regresar afuera antes que la lluvia comience a caer,
caminaré hacia el abismo del más profundo bosque negro,
donde la gente es mucha y sus manos están vacías,
donde el veneno contamina sus aguas,
donde el hogar en el valle encuentra la sucia prisión,
y la cara del verdugo está siempre bien escondida,
donde el hambre amenaza, donde las almas están olvidadas,
donde el negro es el color, y ninguno el número,
y lo contaré, lo diré, lo pensaré y lo respiraré,
y lo reflejaré desde la montaña para que todos puedan verlo,
luego me mantendré sobre el océano hasta que me hunda,
pero sabré bien mi canción antes de empezar a cantarla,

y es dura, es dura, es dura, es muy dura,
es muy dura la lluvia que va a caer



lunes, 23 de septiembre de 2024

The Smiths

LA CANCIÓN DEL VERANO 2024: 
“BACK TO THE OLD HOUSE“  DE THE SMITHS


No soy fan de los Smiths ni los he seguido como grupo, tampoco a Marr o Morrisey en su periplo de solistas, pero tengo un vinilo con la recopilación de sus grabaciones en la BBC, que editado a mediados de los ochenta del siglo pasado me pareció en su momento que aportaba aire fresco al universo del pop/rock. 
Se da además la circunstancia de que uno de sus cortes me venía bien para acompañar la colección de fotos y referencias vinílicas que cierra el verano en Orduña, porque habla con ambivalencia de una vieja casa, la familiar, que  adapto a la repleta de recuerdos, en este caso siempre buenos, de Maite, mi chica.
La música de los Smiths me parece algo caótica, con ritmos que se solapan o rompen y un Morrisey demasiado tentado por el falsete, pero capaz de conseguir extrañas melodías que acaban enganchando. Sus letras también suelen mostrar la tendencia a la ambigüedad y la bipolaridad, hecho confirmado por la de esta bellísima y melancólica "Back to the old House" ("Vuelta a la vieja casa") que nombro canción del verano casi cuatro décadas después de ser grabada. Pienso renovarme sin falta el año próximo.

Transcribo la letra e inserto la canción de fondo musical del itinerario en blanco y negro del verano orduñés. Espero que una u otro, y a poder ser amb@s, os agraden. ¡¡¡Feliz otoño!!!

I would rather not go
Preferiría no ir
Back to the old house
De vuelta a la antigua casa
I would rather not go
Preferiría no ir
Back to the old house
De vuelta a la antigua casa
There's too many bad memories
Tengo demasiados malos recuerdos
Too many memories
Demasiados recuerdos
When you cycled by, here began all my dreams
Cuando pasabas en bicicleta, ahí comenzaron todos mis sueños
The saddest thing I've ever seen
Era lo más triste que he visto jamás
And you never knew
Y tú nunca supiste
How much I really liked you
Lo mucho que me gustabas
Because I never even told you
Porque ni siquiera te lo llegué a decir
Oh, and I meant to
Oh, y vaya si lo intenté
Are you still there?
¿Aún estás allí?
Or have you moved away?
¿O te has ido?
Or have you moved away?
¿O te has ido?
I would love to go
Me encantaría ir
Back to the old house
De vuelta a la antigua casa
But I never will
Pero nunca lo haré
I never will, I never will
Nunca lo haré, nunca lo haré
I never will
Nunca lo haré


martes, 10 de septiembre de 2024

Arte Thomasson

ARTE THOMASSON

Gracias a Pedro Torrijos, twittero al que sigo y autor de un libro tan curioso como recomendable, “La pirámide del fin del mundo”, he conocido un tipo de arte que ignoraba, el Thomasson. 

El nombre está tomado de un jugador de beisbol, Gary Thomasson, que considerado uno de los mejores del mundo fue fichado por un club japonés, convirtiéndose en el mejor pagado de la liga de ese país. La putada es que el rendimiento deportivo de Thomasson no solo fue descendente durante los dos años de su estancia en Japón, sino que acabó en el banquillo y estuvo a punto de batir el récord de strickhouse (eliminación por fallos de bateo) de la liga.

Un conocido artista de vanguardia, Genpei Akasegawa (Yokohama- 1937-2014), se basó en esa experiencia para inventarse un movimiento artístico y darle el nombre del bateador fallido. Partiendo del principio de que el arte es una “disciplina” inútil, que no tiene función ni posibilidad de uso, y tras una investigación que nació como una broma, la recopilación de elementos arquitectónicos también fallidos, Akasegawa creó con varios artistas contemporáneos la Sociedad de Observación de la Calle, dedicada a descubrir ese tipo de arte cotidiano, del que acompaño un par de ejemplos curiosos.

Otro de los miembros más destacados del grupo, tanto por lo prolífico como por la excentricidad de su obra, de tono humorístico y transgresor, es Terunobu Fujimori (Miyakawa-Mura – 1946). 

Instigador del grupo de Detectives de la Arquitectura, precedente de la sociedad antes citada, Fujimori reinvierte tanto materiales, normalmente naturales, como modos tradicionales. El  ejemplo más conocido es su famosa Casa de Té Takasugi-an (Casa de té demasiado alta), que subvierte la costumbre nipona de agacharse al entrar, ubicándola a una altura de seis metros y acceso casi imposible. 

Sin esa pretensión artística, pero también crítica, tanto del despilfarro de recursos como de la banalidad de profesionales o simples usuarios, corren por las redes ejemplos diversos que recuerdan al Arte Thomasson. 

Boniatobill, twittero con más de 40.000 seguidores, suele usar la expresión “esto pa qué…” para dar a conocer barbaridades arquitectónicas, de diseño absurdo, o simplemente de uso estúpido o temerario de objetos varios.

También habituales son los concursos, normalmente informales, sobre incumplimientos graves en la protección de riesgos laborales, pero husmeando en las redes he sabido que una federación empresarial incluso convocó un certamen real, con premio incluido, para la foto de actividad temeraria que consiguiera más twits. Acompaño un ejemplo espectacular de andamio que me parece pura creatividad thomassiana…

Como artistas reconocidos, tanto la de Akasegawa como la de Fujimori son obras muy cotizadas, algo que puede asombrar a primera vista, pero comprensible si nos acercamos a lo que el estudioso de urbanismo y  colaborador de “El Intermedio”, Erik Harley, denomina “Pormihuevismo”, un tipo de “arte” muy extendido en el reino de España y mucho más caro e inservible que el de los artistas japoneses. 

La obra más importante del “pormihuevismo” patrio es la “Ciudad de la Justicia” de la Comunidad de Madrid, un proyecto iniciado en 2004 y abandonado el 2009, tras dejar un reguero de mierda de 355 millones y un solo edificio de los catorce planteados. El único uso conocido en estos casi veinte años fue servir de morgue durante la pandemia. 

Ayer mismo se supo que uno de los entonces consejeros de la comunidad ha sido condenado a siete años de cárcel por la Audiencia Nacional, pero no, por lo menos por ahora, la principal mentora de la “ciudad”, Esperanza Aguirre que, pese a ser por entonces presidenta, ha declarado poco más o menos que “ella solo pasaba por allí”. Isabel Ayuso, su alumna aplicada, ha renovado el proyecto, que ahora prevé costará 680 millones (que venga dios y lo vea…) y, según la artillería mediático-económica normalmente a su servicio, ahorrará el coste del mantenimiento de la dispersión de inmuebles actual (hojalá…). 

Si la ciudad se lleva finalmente a término, el único edificio existente pasará milagrosamente de “obra de arte Thomasson” a simple “edificio funcional”.

Para acompañar el festín/festejo he elegido esta actuación de la "Balkan Paradise Orchestra" con Miki Florensa, guitarrista de La Pegatina, grupo que ya estuvo en el blog no hace mucho (https://charlievedella.blogspot.com/2024/02/botones.html). Por cierto, hace solo dos semanas la fanfarria catalano/balkánica ofreció un concierto de la leche en el el Urdu Folk de Orduña. 

¡¡¡ A bailar !!!

sábado, 31 de agosto de 2024

Vestíbulos


VESTÍBULOS

La búsqueda de hiperrentabilidad del espacio mengua e incluso está acabando en muchos casos con los vestíbulos, superficies de supuesta holganza que surgieron seguramente como una forma de ostentación, pero también, sobre todo en el siglo XX, de una cierta socialización de lo funcional, superficie dedicada a la distribución del personal a modo de rotondas avant la lettre y una suerte de trailer comercial.

el Windsor Palace
El de los maristas de Barcelona, revestido de madera, con los "cuadros de honor" de los alumnos aplicados colgando en sus paredes olía a la pegadolça (extracto de regaliz en catalán) que, se decía, el hermano administrador usaba para engatusar a las víctimas que magreaba tras los cristales opacos de su despacho. Por la mañana era un tránsito rápido, pero a la hora de salir, después de casi diez horas de clase, comida y permanencia, era el lugar de espera de las madres, que venían a rescatarnos de un mundo que solo se fue alumbrando a medida que se acercaba la adolescencia.

De esa misma época data alguna visita al vestíbulo de cine más lujoso del momento, el del Windsor Palace de Barcelona, entonces en la zona intermedia de la Diagonal. Como solo he encontrado la bellísima foto exterior que acompaño he tenido que tirar de memoria y creo recordar un juego de espejos con los marcos dorados y un alfombrado por el que pasearon Louis Amstrong y Lionel Hampton, porque el Windsor, además de tener bar, restaurante e incluso night club, alternaba el cine con actuaciones de jazz.

Se dice que en el poco tiempo que duró era, quizás con el Coliseum, el cine más espectacular de la ciudad, pero todas las salas, fuera más grande o más pequeño, tenían un vestíbulo al que podías acceder a ver los cartones con fotogramas de las películas en cartel, también los de próximos estrenos y reestrenos. En las tardes lluviosas pasear por el vestíbulo de las numerosos cines de barrio era una alternativa socorrida, algo que François Truffaut inmortalizó en una bella secuencia de "Los 400 golpes", un retrato/homenaje a la patria de la infancia que surtió de debate social a los cineclubs en las décadas de los sesenta y setenta del pasado siglo.

Algunas casas pudientes también albergaban entradas pomposas, que el portero o portera cuidaba luciendo latones y terrazos. Pero eso sí que está en franca decadencia, porque los pudientes ya no viven en inmuebles de pisos, y estos se dedican cada vez más a oficinas que han cambiado la portería manual por la automática y, en todo caso, por un vigilante de seguridad. En los pisos existía el recibidor, normalmente una pequeña entradita con mueble de estilo que, según el humorista Gila, servía para saludar y oler a las visitas.

Estación de Francia de BCN
Quiero acabar con dos de mis vestíbulos preferidos. Uno que creo haber nombrado alguna vez, el vestíbulo de la Estación de Francia de Barcelona, que conserva en buen estado una majestuosidad casi versallesca. Diseñado por el arquitecto Durán i Reynals, también famoso por desgraciar una obra de Domènech i Montaner (no es versalles todo lo que reluce), tiene además el valor sentimental de haberlo frecuentado esperando la llegada en tren de dos de mis abuelos.

Vestíbulo del Euskalduna
El segundo es relativamente reciente, como desmintiendo su desaparición, y aunque como distribuidor es un tanto confuso me encanta su aspecto de palmeral, y en los recibidores superiores las incrustaciones acristaladas del suelo que dibujan figuras rupestres: me refiero al vestíbulo del palacio Euskalduna de Bilbao, obra de los arquitectos Soriano y Palacios, dos desconocidos cuando ganaron el concurso para su construcción, en un momento, además, en el que Bilbao solo se revestía de firmas consagradas. 

Como llevamos unos blogs con antiguallas musicales, un grupo tan solo veterano que ha estado hace poco por la península, Kasabian, con pop de estribillo pegadizo, ideal para canción del verano: "Coming back to my good".


https://youtu.be/dg5QImMsY5A

lunes, 13 de mayo de 2024

Benidorm

BENIDORM

Benidorm (foto familiar de 1962)
Hace unas semanas me he bautizado en el turismo social que anualmente patrocina el IMSERSO. Ya sé que pasar ocho días en Benidorm no es comparable con ir al Ártico o al desierto del Gobi, pero sí hace más difícil crear un texto que lo haga atractivo. Así que a por ello.

EL IMSERSO

A mediados de los años ochenta del pasado siglo el entonces alcalde de Calviá (Illes Balears), acompañado de un pequeño grupo de empresarios turísticos, se reunió con Joaquín Almunia, entonces ministro de Trabajo y Seguridad Social, para hablarle de una idea que pretendía dar contenido al todavía joven INSERSO (actual IMSERSO).

Esa primera reunión daría lugar a una de las ideas más luminosas desde el punto de vista económico de los gobiernos de Felipe González: el mantenimiento de la estructura hotelera del Estado durante las estaciones de otoño e invierno, con el consiguiente alivio en el desempleo y la movilización del ahorro congelado de millones de pensionistas.

¿Cómo? Creando un programa que ofertaba plazas turísticas a precios módicos fuera de temporada. En el año 1985 solo 16.000, 19 hoteles y dos únicos destinos, Benidorm y Palma de Mallorca.

PEDRO ZARAGOZA, EL HOMBRE QUE EMBOTELLÓ EL SOL

Para entonces Benidorm ya llevaba dos décadas en el mapa turístico internacional. Un tal Pedro Zaragoza (Benidorm 1922-2008), alcalde de la villa desde 1950, impulsaba el que, según algunos, sería primer PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) del Estado en 1956. 

Ese plan inicial, que ideaba convertir un pueblo dedicado a la agricultura y la almadraba en una ciudad cuadriculada, al estilo Cerdá, propició una primera línea de costa con pequeñas casas unifamiliares y edificios no muy altos, pero sobre todo empezó a poner de moda un lugar hasta entonces desconocido, también al propio alcalde, “el hombre que embotelló el sol”.

Pedro Zaragoza con Franco 

Hijo de marino, él mismo estudiante frustrado de náutica, minero y mozo de maletas, salta a la política desde la Caja de Ahorros del Sur como miembro del partido único y aunque se le llegó a calificar de visionario, pienso que inicialmente solo adaptó experiencias adquiridas en su estancia en Barcelona a un paisaje natural paradisíaco, el que conforman las seis playas de Benidorm, principalmente las de Levante y Poniente, de más de 5 kilómetros de largo y 300.000 metros cuadrados de arenales.

Sí se le puede acusar de osado, e incluso de nadar contracorriente en una España gris y autárquica, algo que parece contrario a una ideología a la que nunca renunció. De ello se habla en un curioso documental (https://youtu.be/gezaKkAu5Tw ) que también descubre que parte de su mitología es, como mínimo, exagerada. Ciertas parecen sus disputas con el clero por la permisividad del bikini y ciertas son sus campañas de marketing, algunas estrafalarias pero exitosas: desde anunciar Benidorm en señales de tráfico de toda Europa, hasta invitar a una familia de lapones, pasando por la creación del vino embotellado como “sol de España”. Pero por lo menos no hay constancia registral de su famoso viaje en vespa al palacio del Pardo (sede del dictador), ni de la amenaza de excomunión por los obispos de Orihuela y Valencia. Sí, evidentemente, de la creación del Festival de Benidorm, en el que se foguearon y dieron a conocer algunos de los cantantes de éxito de la época.

LA CAJETILLA VERTICAL

Dice la leyenda que cuando el éxito turístico de la ciudad provocó mayor demanda de plazas a principio de los años sesenta del pasado siglo, uno de los arquitectos que trabajaban en el plan de ordenación, Juan Guardiola Gaya (Reus – 1927-2005), colocó una cajetilla de tabaco en tres posiciones: plana, horizontal y vertical. Con ese ejemplo aludía a las opciones de edificación que se podían contemplar. Por lo que he leído, tanto el nuevo concepto de modernidad, entonces más decantado por los rascacielos que por las ciudades jardín de primeros de siglo, como la idea de un mayor aprovechamiento del suelo, dieron paso al Plan de Ordenación de 1963, que respetando el trazado urbano, con dos grandes y avenidas y una red de amplias manzanas, liberalizaba la construcción vertical.

El nuevo modelo urbanístico, unido a la aparición de los grandes operadores, modificó la silueta de la ciudad y el tipo de turista. Hasta entonces el visitante de Benidorm era un ciudadano de clase media/alta que podía comprar o alquilar un chalet o un apartamento. A partir de ese momento se pasa a un turismo masificado que abarca todas las clases sociales, cuya sola pretensión es tomar el sol y pasar una semanita en un hotel a mesa puesta.

Con ese modelo Benidorm presume actualmente de eficiencia energética y de mínima ocupación del territorio, así como de un aprovechamiento del agua de un 95%, al parecer tercera ciudad mundial en ese ránking. 

EL ADEFESIO QUE GUSTA A LA MAYORÍA

Llevaba tantos años oyendo hablar de las bondades de Benidorm a gentes de tipología, intereses y aficiones tan variadas que tenía una curiosidad malsana por comprobarlas.

Lo cierto es que si te limitas a comparar una foto del Benidorm pre-turístico, un enclave salvaje de arenales con cuatro casitas de pescadores, y la comparas con la ciudad actual, poblada de edificios altos, estrechos y en general nada bellos, te entra una inmensa melancolía. Pero la melancolía puede ser una sensación la mar de poética pero nunca útil. 

Por otra parte, si viajas por la zona costera, urbanizada hasta límites perversos, o por los aledaños del interior, con laderas repletas de chalets, piensas que ojalá 4 benidorms a cambio de una costa libre de cemento.

Pero además su principal característica, la que la define, juega a su favor: ciudad de vacaciones. Es decir, sus visitantes – luego hablaremos de los indígenas – vamos allí a solazarnos, nunca mejor dicho, porque otra de sus virtudes es un clima privilegiado que te permite bañarte en el mes de marzo. Si a ello unes una oferta de diversión que conjuga el ocio sin más con la triple corona del sexo, las drogas y el rock and roll a precio asequible, bingo!!!. Qué más se puede pedir…

FAUNAS VARIAS

En una villa de algo menos de 70.000 habitantes censados, que se multiplica por cuatro en temporada baja y alcanza el medio millón en verano, las especies son tan variadas y polícromas que me río yo de un safari en el Serengueti. En el mes de abril, fecha de mi estudio antropológico, predomina el Jubilatus Ociosus, pero no a mucho distancia del Britannico Alcoholicus, sin olvidar a los Latinnae y Eslava Currantis. Todos con hábitos, itinerarios, edades e incluso género distinto. Me centraré ahora en estas últimas y en los indígenas de toda la vida, los y las benidormenses. 

Latinas y eslavas, también magrebíes en menor escala, son en general las capas más bajas de este microcosmos. Te puedes cruzar con ellas en el pasillo del hotel mientras acarrean la lencería que cambian a diario, algo absurdo, o pedirles que te preparen un mojito en la cafetería de la planta baja. No hay casi comercio o negocio hostelero que no sea atendido por esta casta tan parecida a “los intocables”, que, por lo que pude comprobar, habitan los edificios avejentados de la parte vieja, seguramente compartiendo pisos o habitaciones.

En un crisol con 30 nacionalidades y un 30% extranjero de la población estable se puede hablar de otras castas intermedias, la compuesta principalmente por chinos y pakistaníes, con pequeños negocios más bien cutres, y la más alta, de pensionistas europeos, con predominio inglés. Por encima están los dueños de las compañías hoteleras y negocios inmobiliarios, pero esos ni viven en Benidorm ni se les espera.

En cuanto a la población indígena, la nacida en la misma ciudad, solo llega al 19%. Esta distribución genera su punto débil, sea por la variedad de intereses y culturas de la población estable, que de algún modo se siente de paso, o por la disfunción que provoca gestionar una ciudad como producto de “usar y tirar”, y no como un asentamiento real. Algo que ya viene dándose en los principales núcleos poblacionales del estado, como Madrid, Barcelona, Málaga o, cada vez más, el mismo Bilbao. El gestor no se preocupa tanto del vecino, que forma parte del producto, como del visitante, su consumidor.

Benidorm gozó desde su eclosión turística de un urbanismo moderno, pero el “hombre que embotelló el sol” no pensó en que una ciudad creciente requiere de servicios, guarderías, escuelas, centros de salud, un hospital, una de las quejas principales de las benidormenses con los que hablamos. Ni más ni menos que la consecuencia de dar servicios solo a una población de 70.000 habitantes cuando supera en todo momento los 250.000.

EPÍLOGO

Presentación 
de la obra de Calatayud

Gracias a la librera que nos descubrió la existencia de un tejido cultural resistente, asistimos a la inauguración de una exposición artística. Se daba en el Museo Boca del Calvari, ubicado en lo que fue antiguo ayuntamiento y entrada al barrio del mismo nombre. 

La exposición estaba dedicada a Miguel Calatayud (Aspe – Alacant – 1942),
reconocido ilustrador, representativo de la línea clara valenciana y tres veces premio nacional, y al acto inaugural acudía un centenar de gente encopetada, muy en contraste con la vestimenta común de la ciudad, más de bermuda y camisero florido que de vestido largo. 

La introducción corrió a cargo de la concejala de cultura, y tras una breve intervención del artista, mayor y en silla de ruedas por alguna circunstancia que se me escapa, pasó a hablar el actual alcalde de la ciudad, un tal Toni Pérez. 

Si alguien repasa la historia consistorial de la ciudad lo puede hacer por dos vías de la hemeroteca: la puramente institucional y la de sucesos. Y es que desde el cese del “hombre que embotelló el sol”, que imagino podía escapar de la justicia en su calidad de jefe provincial del movimiento, no hay alcalde de Benidorm de todo signo que no haya sido imputado por causas diversas: prevaricación, financiación irregular, delito electoral, blanqueo de capitales, acoso laboral… Entre los más conocidos, Eduardo Zaplana, que llegó a ser hombre fuerte de los gobiernos de Aznar, y entre los más cercanos en el tiempo el propio Toni Pérez.

Viéndole y escuchándole allí, presentando a Calatayud, alguien que ilustró durante años las portadas de la muy roja “Cartelera Turia”, con el empaque, desenfado dialéctico, paternalismo, autobombo y campechanía “molt de la terra” que tan bien retrató en sus últimas novelas Rafael Chirbes, pensé que hay cosas que no tienen remedio, en algunos casos, quizás, como este Benidorm multicolor, capaz de transmitir sensaciones encontradas, y volví a pensar en la melancolía. Inútil, ya sé, pero siempre poética…


Como durante esa corta pero apasionante estancia me dediqué a hacer algunas fotos más o menos representativas, me atrevo a exponerlas en youtube y en el blog acompañadas de la canción ganadora de su primer festival de la canción: “Un telegrama”, interpretada por Monna Bell. 

Melancolía…




domingo, 15 de octubre de 2023

El senyor Paco

 EL SENYOR PACO, RETRATISTA CALLEJERO

El senyor Paco 
con su instrumental 

Solemos creer que nuestro barrio es el mejor, aquel con personajes más pintorescos o chirenes, en el que sucedieron hechos más inmortalizables, cuando a veces la realidad era más cutre y mezquina de lo que parecía. Aunque había héroes y referentes, en el nuestro también estaba “el sube y baja”, porque tenía un gran defecto en la deambulación, el “pareume, pareume” (paradme, paradme), con un parkinson que le impedía frenar cuando caminaba cuesta abajo, o “el colorines”, un indigente de cara enrojecida al que encontraron muerto en un portal con una pasta gansa en el refajo. Como se ve, a menudo implacables y crueles con la incapacidad y la desgracia. Así éramos, ¿así somos?

Desde hace años pertenezco a un grupo de Facebook que recrea la historia del Passeig de Sant Joan, de Barcelona, territorio de mi infancia y adolescencia al que Vila Matas, vecino del mismo, calificó injustamente de espacio polvoriento y pedregoso. Se trata de una página entrañable, donde yayos de edad parecida e incluso mayor recrean fotos y recuerdos. De vez en cuando hago alguna aportación, casi siempre teñida de nebulosa frente a auténticos cronistas, que conocen su desarrollo desde que a principios del siglo XX adquiriera el título honorífico y fisonomía urbanística de “passeig” (paseo).

Pues bien, hace unas semanas uno de esos eruditos de barrio colgó la foto de un fotógrafo callejero, al que alguien, aún con más conocimiento, descubrió con el nombre de Paco. Yo recuerdo vagamente a este hombre, como se ve ya mayor en los años cincuenta, época de la instantánea, y creo que alguna vez nos/me hizo alguna foto familiar. Como una de las virtudes de internet es el intercambio de información, sé ahora que el “senyor Paco” también cortaba el pelo en su domicilio de la calle Còrsega, a apenas 100 metros de la casa donde yo vivía.

En una época en la que las máquinas de fotos eran casi un artículo de lujo, el fotógrafo callejero cubría la memoria gráfica de las clases populares, que mucho menos podían pagar a un profesional de estudio. Su herramienta era una rudimentaria máquina de cajón, seguramente de fuelle, que se podía trasladar con facilidad y permitía revelar las fotos en muy poco tiempo. El senyor Paco se acompañaba también de un caballo de cartón rodante con el que, engatusando a los niños, perseguía que los padres se pegaran un largo.

En la plaza del Perú (Madrid)
Aunque he sido invitado a alguna boda con despliegue de cámaras de video, mis últimas experiencias son fotográficamente autogestionarias. Los invitados usan artilugios digitales con definición más que potable para intercambiar el resultado por guasap. La mayor parte, todo hay que decirlo, se acabará perdiendo en la nube o en un laberinto de archivos mal ordenados. En una de las últimas, no hace más de diez años, apareció un hombre mayor con una cámara analógica ofreciéndose a hacernos una foto de grupo. Le recuerdo algo desaliñado, vistiendo un traje ajado y una camisa de cuello mellado, pero sobre todo como un profesional abatido cuando uno a uno le enseñamos, agitando nuestras herramientas fotográficas, que era un naufrago arrumbado por el tiempo y la modernidad.

Imagino que el senyor Paco tuvo la suerte de no vivir lo suficiente para sentirse así, porque pocos años después aparecieron los fotomatones, curioso nombre que hace de la instantánea una suerte de fusilamiento, cuando en realidad es un autoservicio o selfie que cubre con rapidez la necesidad de retratos de carnet o similares. También quedan muy pocos, así que los fotografío cuando los pillo, como el que acompaño de la plaza del Perú de Madrid. Por cierto, oportuno el homenaje que Jean Pierre Jeunet les hizo en la película “Amélie” a través de un equívoco tierno y divertido, un dato que me sirve para ofrecer como acompañamiento musical su delicioso “Valse des vieux os” (Vals de los huesos viejos), música compuesta por Yann Tiersen.



domingo, 6 de agosto de 2023

Salas de cine

SALAS DE CINE

UN MUNDO QUE DESAPARECE


No hay sala de cine en derribo, superviviente o simplemente en venta que se libre de que la fotografíe, algo que se ha ido repitiendo a lo largo del blog con más o menos insistencia, ya que no se trata de una búsqueda sino solo de un tropiezo. Supongo que hay ahí algo de la mala conciencia de no defenderlas como se debe, es decir, asistiendo a ellas, o de asirnos a un mundo que desaparece más rápido de lo que nunca pensamos. En este último año han caído cuatro de los que luego hablaré, pero antes haré algún pequeño ejercicio de memoria.

Cuando yo era niño las salas de cines eran auténticos templos laicos, una especie de cara B o antítesis de las iglesias católicas. Ambas tenían su ceremonia, su ritual, pero si en unas te sumergías en una realidad telúrica, de un gris azulado apenas mitigado por las pinceladas de color que las vidrieras dejaban en los muros y columnas del recinto, en las salas de cine la luz provenía de la ventana a una realidad que nos hacía soñar en Technicolor.

cine Regio
No creo que de niño pasara más de una semana sin ir al cine a cualquiera de la decena de salas que había a otras tantas manzanas de casa. “Piperos”, como llamaba mi padre a los de poca monta, o con ínfulas de cine de estreno, categoría que no se daba en los barrios, salvo honrosas y bien situadas excepciones.

La memoria de los cines es también una memoria del aprendizaje de la vida, no solo por las películas que viéramos, aveces eso era hasta secundario, sino por nuestra actitud hacia y en ellos. De muy niño puedo recordar sesiones eternas con mi abuelo materno, dos películas, más NoDo y cortos de Jaimito, Charlot o Tom y Jerry. Me veo llevado de la mano a un mundo desconocido que luego me hará reír o sufrir pesadillas. Durante más de cuatro horas permaneceré quieto en la butaca. Algunos sábados incluso cenaremos el bocadillo de tortilla que mi madre haya preparado mientras aprendemos los nombres de los héroes y las estrellas de entonces.

el Versalles
Ir solo, quiero decir, sin la compañía de un familiar, era un salto cualitativo tan espectacular como llevar los primeros pantalones largos. En esa época adolescente la actitud hacia las salas de cine no era ajena al lío que uno tenía en la cabeza. Está la película de héroes, a poder ser de guerra todavía, o esa otra en la que dicen apenas se ve una tetilla. Vas con alguna chica y es un lugar fantástico para pegarte los primeros lotes. También está el amigo de tu hermano mayor, que habla de películas extrañas, con subtítulos. Algunas tardes te acercas con la pandilla al cine más pipero del barrio. Por cinco pesetas puedes hacer el gamberro durante toda la tarde. Más tarde, cuando vayas a la universidad, no faltarás a los cine clubs, espacios curiosamente libres donde se habla mal del régimen. Pero de entre los momentos mágicos de esa época de inmadurez, quizás también de la época dorada del cine, me quedo con el baile que varias filas de chavales emprendemos en el intermedio de un sala de cine colegial cuando suena el “With a girl like you” de los Troggs, una irreverencia impensable en los templos religiosos.

Las salas de cine eran tan majestuosas que hoy día, salvo que su derribo permita construir en vertical, se hace difícil la recuperación de su espacio para otros menesteres. Algunas, las más afortunadas, se han reconvertido en pequeños multicines que sobreviven como pueden frente a la invasión de las plataformas audiovisuales, otras son garajes o supermercados profundos, pero muchas de ellas, como dos de las que reproduzco, llevan años en venta, como ruinas de viejos conventos o ermitas que nadie quiere.


Para volver al principio un repaso a las últimas adquisiciones fotográficas: el cine Arinco, de Palamós, al que asistí de niño/adolescente, sigue vivo, aunque convertido en multicine; inaugurado en 1943 y cerrado en 1989 el cine Regio, de Tudela, una monstruosidad diseñada por Víctor Eúsa, arquitecto estrella del régimen franquista en Navarra, se vende en la actualidad por 1,5 millón de euros; más reciente es el cine Versalles, también en Tudela e igualmente en venta, que veo en internet hospedó al cine-club Muskaria y por lo menos estuvo abierto hasta 2001; en cuanto al Phenomena de Barcelona, aunque con otro nombre, cine Nápoles, era uno de los cines de mi infancia y adolescencia. También sobrevive, dicen que remodelado con las más avanzadas técnicas de imagen y sonido.

No sé por cuanto tiempo, pero continuará...

Y de acompañamiento musical, cómo no acabar con el “With a girl like you”...
¡¡A bailar!!










miércoles, 5 de julio de 2023

Tablas de Daimiel

 TABLAS


Dicen los libros sagrados del judeo-cristianismo que Moisés, que acababa de recibir las Tablas de la Ley del mismísimo Yahweh, tuvo un cabreo de la leche al ver que en su ausencia los judíos habían construido un becerro de oro al que adoraban y las tiró al suelo, dejándolas hechas unas trizas.

Esa leyenda, con un Moisés muy parecido a Charlton Heston, me reconduce a los primeros años colegiales y otro tipo de tablas, estas de madera, más pequeñas y menos sacras, las tablillas, extensiones del pupitre para ubicar tintero, punteros y plumillas, herramientas con las que los chavales de la época aprendimos a escribir en letra inglesa.

Muchos de esos huecos recónditos, un espacio que también usábamos para hacer carreras de minicars y esconder minúsculas chuletas, fueron testigos de otro tipo de tablas, las que de forma repetitiva nos enseñaron a sumar, restar, multiplicar… todas estas tablas, incluidas las de la ley de dios, que Moisés restauró dando inicio a la celebración judía del Yom Kippur, están en desuso. Los mandamientos tienen ahora una escala jerárquica, siempre al servicio del poder; desaparecieron los pupitres; y la memoria o está desprestigiada o ha sido suplida por la wikipedia y el ChatGPT.

También están en proceso de desaparición los tabloides, periódicos de pequeño formato que apenas cabían en los kioskos en los años setenta y ochenta del pasado siglo, y la amenaza se extiende en mi caso a otra parte de mi memoria, la sentimental que nos liga a las raíces de donde venimos.

las Tablas en 
época boyante
Me refiero a la Tablas de Daimiel, el pueblo de nacimiento de mi abuelo materno, un humedal de algo más de 30 kilómetros cuadrados declarado Reserva de la Biosfera en 1981, que languidece asediado por el hiper-regadío y una gestión siempre a la defensiva de los poderes públicos.

La primera vez que las vi en la adolescencia me pareció mentira que en medio de una llanura, convertida en verano en secarral, pudiera haber un lugar tan paradisíaco. Según su página web aún subsisten especies propias, como garzas, patos, rállidos, nutrias, zorros, diversos tipos de ranas y lagartos, además de algunos peces, como los cachuelos o la carpa común. Si el clima y un cierto nivel de agua lo permite, veranean o hibernan garzas imperiales, cigüeñas negras, grullas y aguiluchos laguneros, algo que empieza a ser casi un milagro.

La denominación de “tabla” se debe a su característica de encharcamiento por la confluencia de los ríos Guadiana y Cigüela en un espacio plano, de tabla, y del brote del extenso acuífero 23, situado en la zona occidental de la llanura manchega, uno de los de mayor volumen de España.

foto tomada por mí en 2012
El problema es que la sequía afecta a la llegada de agua de ambos ríos, pero sobre todo a la sobreexplotación del acuífero. Hace apenas 10 años había quien presumía de cultivar arroz en la zona, una barbaridad tratándose de un cultivo que se efectúa en terrenos y campos encharcados. Según un informe de la asociación ecologista WWF, ya en 2019 se extraía un 72% más del volumen permitido por los planes hidrológicos, el equivalente a algo más de 62.000 campos de fútbol.

Se decía hace tiempo que muchos de los conflictos, incluso de guerra, del siglo XXI se producirían por el uso y la propiedad del agua. De norte a sur de la península esos conflictos ya están ahí: una pugna entre el cortoplacismo y el futuro, el despilfarro de los recursos hídricos o la contención y el decrecimiento, el capitalismo salvaje o el capitalismo inteligente y el socialismo.

Mientras, veo las fotos de las Tablas en la actualidad, con apenas un 5% de su territorio inundado y se me encoge el corazón. Si mi abuelo, el yayo Justo, levantara la cabeza…


Para consolar el ánimo, un homenaje a las pocas tablas que siguen en auge, las de surf, con su grupo paradigmático, los Beach Boys.



sábado, 6 de mayo de 2023

Lluvia

LLUVIA

"El diluvio"
de Gustavo Doré
En la tradición judeocristiana, más en concreto en el Génesis, primer libro de la Biblia, dios castiga a hombres y ángeles díscolos con un diluvio, “lluvia copiosa y violenta”, de cuarenta días y cuarenta noches. Como es obvio, el llamado “diluvio universal” no fue tan universal, por más que sucesos parecidos aparezcan en la tradición oral o escrita de las más diversas culturas, china, hindú, inca o chadiana. En el caso de la judeocristiana las lluvias torrenciales se sitúan en Mesopotamia (“tierra entre dos ríos”), el Tigris y el Éufrates, en una zona que actualmente abarca gran parte de Irak y el noreste de Siria.

La palabra lluvia está de moda. En nuestra península casi siempre lo estuvo, no digamos cuanto más viajemos hacia el sur, donde el agua es más valorada por los nativos que cualquier pedrusco precioso. Todavía hay lugares en los que las poblaciones afectadas salen en rogativa al mismo dios que provocó el diluvio universal, con el fin de que se apiade y les envía aunque sea unas gotas. He encontrado varias muestras recientes que atestiguan el hecho, como la que acompaño del Cristo de la Estrella en La Algaba, pueblo de la provincial de Huelva, si bien hay más público fotografiando el evento que orando con la devoción que la ocasión requiere.

Rogativas al
Cristo de La Algaba
La falta de lluvias, pero no solo, provoca las pertinaces sequías a las que solía referirse el dictador Franco al hablar del citado fenómeno meteorológico. Pese a que en su momento, sobre todo por su obsesión por inaugurar pantanos, tenía el apodo de “Paco el rana”, la implantación de embalses que mitigaran la falta de agua no fue un invento suyo. Dos planes nacionales hidrológicos de 1902 y 1933, auspiciados por Rafael Gasset e Indalecio Prieto, demuestran que la preocupación y construcción hídrica tenía precedentes.

Decía que la sequía, es decir, la falta de agua no solo está provocada por la ausencia de lluvia. Es evidente que sin lluvia la cosa se complica, pero una actividad humana nociva, como es el caso de la proliferación de pozos ilegales en zona de acuíferos o el uso intensivo del regadío en lugares que históricamente eran de secano, empeoran sustancialmente la situación. De actualidad la locura que se pretende en Doñana y la casi desecación de las Tablas de Daimiel. Y qué decir de la “España de las piscinas”, a la que ya dediqué un blog hace casi un año (https://charlievedella.blogspot.com/2022/06/piscinas-3.html).

También auguran los científicos que las lluvias serán en el futuro torrenciales, lo que nos devuelve al mito del diluvio universal y a la necesidad de Noés capaces de construir un arca metafórica que nos salve del desastre.

La lluvia es protagonista de películas, sea como elemento jovial, “Cantando bajo la lluvia”, o inquietante, el caso de “Blade Runner”. En cuanto a canciones, los Beatles le dedicaron una específica, “Rain”, y hay himnos que la utilizan como icónica sustancia, el caso de la hermosa “A hard rain´s a gonna fall”, de Dylan con el estribillo: “y es dura, es dura, es dura, es muy dura, es muy dura la lluvia que va a caer”.

Pero para le gente de mi generación creo que hay otro himno más emblemático, pienso que porque daba a la lluvia un valor sustantivo de esperanza. La compuso Pablo Guerrero en 1972 y he encontrado esta estupenda versión cuarenta años más tardía (2012), acompañado de un grupo de colegas más que conocidos: “A cántaros”.



martes, 4 de octubre de 2022

Madrid y 2

 MADRIDES ( y 2)

El Centro de Estudios Hidrográficos está junto al recuperado río Manzanares. Es una obra espaciosa de tipo industrial muy bien conservada, en un entorno agraciado de paseos y parques. Decidí acercarme por dos de las zonas más populares de la capital, los barrios de Lavapiés y La Latina, para descender por una de esas calles, la de Segovia, que descubren que el centro de Madrid está en una colina.

Ahí, antes de atravesar el viaducto, popularmente llamado puente de los suicidas, me pareció ver una ciudad más auténtica, abigarrada y diversa, con sus viejos comercios resistiendo a duras penas el empuje de franquicias y grandes superficies, una ciudad bulliciosa y mestiza que conserva milagrosamente algunos cines y numerosos teatros. En el trayecto una muchacha trans de casi dos metros me pide unas monedas, "todas todas", me dice mientras se viene arriba. Antes, una chica latina que regenta un obrador me convence para que pruebe un pastel de maracuyá, un "Tyson" esbelto me deja que le haga una foto mientras boxea contra la nada, un grupo de jubilados va quemando el tiempo que les queda jugando a la petanca y, cómo no, varios trabajadores “autónomos” de Glovo, empresa convertida en la oposición más dura a la reforma laboral, buscan su destino en el Google Maps.

Al fondo detalle de las vigas hueso
Ya en el último Fisac que me dará tiempo a ver en visita tan corta, descubro que una placa destaca el más innovador de sus inventos constructivos, la viga hueso, elementos huecos de hormigón que cubren un espacio solo algo inferior a un campo de fútbol. Dicen los técnicos que su forma triangular permite la entrada de la luz, el aislamiento térmico y acústico del interior y su impermeabilización, porque facilita la recogida de aguas. Fisac cuidó también el interior del edificio de cemento y cristal dedicado a las oficinas, diseñando el auditorio y gran parte del mobiliario. El conjunto, en ese entorno de privilegio, volvía a cumplir expectativas.

Junto a ese inmueble, que por sus materiales poco perecederos me recordó a los utilizados por Foster en el metro de Bilbao, casi muro contra muro, está la mítica discoteca La Riviera. Como ese día cientos de mujeres con banderolas LGTBI hacían cola, pregunté y supe que lo hacían para ver a Lali, cantante y actriz argentina que ahora, tras echarle un vistazo a la wiki, descubro que es, además, militante feminista activa. Madrides...

Alojado en un hotel rodeado de calles en las que han nacido, vivido o muerto
Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Tirso de Molina, Moratin...; de decenas de pequeñas tiendas, librerías, talleres artesanales, algunos insólitos como La casa del Arpa o el local del luthier Juan Álvarez; de las quejas de una vecindad que se ve asediada, expulsada, por la especulación y un turismo depredador; pero también de los museos que han dado a esa zona de la ciudad el apellido de Paseo de las Artes, estaba obligado a dedicar las últimas horas a visitar alguno de ellos, en este caso el que la viuda del barón Thyssen mantiene en la capital a cambio de una pasta gansa.

Casi frente al del Prado, la pinacoteca permanente, muy completa, atenúa el culto al ego kitsch que desprenden los cuadros dedicados a los barones y los reyes eméritos, que firmados por Ricardo Mazarrón, conocido y prolífico "pintor de corte y encargo", asustan al visitante en el hall de entrada. Visto con más prisa de lo que la colección merece, ya que contiene lo mejor de las firmas pictóricas del arte internacional, disfruté a medias de las joyas conocidas y apunté algunas de las que ignoraba y me sorprendieron para revisarlas más adelante: Michael Andrews, Ludwig Meidner, Ben Shahn, Andrew Wyeth, George Bellows, Francis Silva...

Retrato de Timothy Behrens
(Michael Andrews) 
Dos horas después, desde uno de los vericuetos petados de barreras arquitectónicas que comunican algunas líneas del metro de Madrid, un popular violinista callejero parecía despedirme con una flamante y esperanzadora interpretación del Hallelujah de Leonard Cohen, una canción que, mezclando amor místico y terrenal, quizá pudo llegar a gustar a mi pariente lejano, el arquitecto Miguel Fisac. No en vano este fue invitado a dejar el Opus Dei al optar en un momento de su vida por el segundo, cometer el abominable pecado de enamorarse de una mujer y casarse con ella.


Madrides...