martes, 14 de noviembre de 2023

Tom Waits

 “KENTUCKY AVENUE”, DE TOM WAITS, 

MI CANCIÓN DEL VERANO 2023

No sé muy bien quién y cómo se decide la elección de “canción del verano”, una tipología que ha ido encumbrando año tras año a especialistas en el fenómeno, desde Georgie Dann hasta Los del Río, pasando por Shakira o Los Diablos.

Como dedico esa estación a repasar vinilos que tiene como mínimo 30 años de edad, las elegidas son siempre viejunas, muy alejadas de los tiempos y modas que corren. Este año me he obsesionado con una canción de Tom Waits (California - 1949), ese cantante y actor de voz ronca y salvaje, pero también, según el director Jim Jarmusch ,“príncipe de la melancolía”, algo que demuestra pariendo una cosa como “Kentucky avenue”, agria oda a la camaradería de un amigo discapacitado.

Perteneciente a su sexto disco, “Blue Valentine”, publicado en 1978, no es una de sus canciones más apreciadas por la crítica, pero tanto su música, que va creciendo a medida que avanza, su texto y el vozarrón apasionado de Waits me parecen de lo más redondo. Como veréis, el poema es muy expresionista y de vocabulario muy complejo, con argot y referencia personales (los personajes son reales), lo que ha hecho difícil su traducción. Aunque, además de la ayuda traductora de mi amiga Victoria Párraga, ex “profa” en Berkeley, he intentado apaciguar el texto, explicaré que está dedicado a su amigo Kipper, un chico que padecía poliomelitis e iba en silla de ruedas. Waits desea y fabula compartir con él todas las gamberradas y fechorías propias del lugar, la Kentucky Avenue de su ciudad natal. Disfrutadla.



Eddie Grace Buick recibió 4 agujeros de bala en el costado
mientras Charlie Delisle permanecía sentado
en lo alto de un árbol de aguacate.
Si pisas el césped, la señora Stormll te apuñalará con un cuchillo.
Pero tú ven conmigo. Tengo medio paquete de Lucky Strikes.
Llenemos nuestros bolsillos de nueces de macadamia
y vayamos a casa de Bobby Goodmansons
a saltar del techo.

Hilda juega al strip poker
con las “madams” al otro lado de la calle.
Joey Navinski dice que le metió la lengua en la boca.
Dicky Faulkner consiguió una navaja
y unas mangueras para fumigar.
Ese eucalipto es jorobado.
Hay un viento del sur,
así que déjame atarte con hilo de cometa
y te mostraré las costras en mi rodilla.
Cuidado con los cristales rotos.

Ponte los zapatos y los calcetines
y ven conmigo.
Sigamos esa pista de fuego
porque creo que tu casa se está quemando.
Bajemos a la jungla de los vagabundos
y matemos una serpiente cascabel con una pala.
Vamos a romper todas las ventanas de la casa del viejo Anderson
y a robar un montón de moras
para restregárnoslas por la cara.
Cogeré un dólar del bolso de mamá
y compraré un anillo con una calavera y tibias cruzadas.
Puedes colgártelo alrededor del cuello
con un pedazo de cadena vieja.

Entonces escupiremos a Ronnie Arnold
y le mandaremos a tomar por el saco.
Vamos a rajar los neumáticos del autobús escolar
pero no digas una palabra.
Cogeré un clavo oxidado y marcaré tus iniciales en mi brazo.
También te mostraré cómo subir sigilosamente al tejado de la
farmacia.

Coge las esponjas de tu silla de ruedas
y alas de urraca
y átalas a tus hombros y a tus pies.
Le robaré una sierra a papá
y cortaré las ataduras de tus piernas
para enterrarlas esta noche en el maizal.

Pon un abrelatas en tu bolsillo.
Saltaremos al pasillo de un tren de carga
y nos colaremos en otoño hasta llegar
a Nueva Orleans.

miércoles, 1 de noviembre de 2023

Gabriel Aresti

 “PARTIERA” (LA PARTIDA), UN POEMA DE GABRIEL ARESTI 

PARA EL DÍA DE LOS DIFUNTOS

Siguiendo la lóbrega costumbre de dedicar un poema al día de los difuntos, oso con uno de los más reconocidos escritores vascos, Gabriel Aresti (Bilbao – 1933-1975), y más en concreto con un apartado del poema “Partiera” (“La partida”), incluido en una de sus obras más admiradas desde el punto de vista formal, “Maldan behera” (“Pendiente abajo”).

Escritor polifacético pese a fallecer con poco más de cuarenta años de edad, se dice que aprendió el euskera de forma autodidacta, siendo uno de los defensores iniciales de un idioma común unificado y popular, lo que él, con cierta ironía mestiza definía como “euskara klarua”.

“Maldan behera”, libro premiado por la Academia de la Lengua Vasca en 1959 pero no bien recogido por la crítica, pertenece a una primera etapa en la que, con un lenguaje descriptivo en el que combina símbolos nihilistas y cristianos, muestra la historia de amor/itinerario vital de Miren y Joane (María y Juan Bautista??). Más allá de su contenido, el gran lingüista vasco Koldo Mitxelena consideraba que Aresti se habría adelantado en “Maldan behera” a lo que más adelante se definiría como euskara batua (unificado), lo que da a la obra un gran valor iniciático.

Recojo únicamente la primera estrofa de “Partiera”, al tratarse de un largo poema de 150 versos, que, gusten o no gusten, me parecen más que apropiados para este encuentro anual con la "parca".


Atabute honetan ehortzirik nago

Nire gainean lauza pisu bat baitago,

ezomendut bururik kanpora jasoko;

izarretako keinu batere ikusiko,

aierik hartuko

musu bat emango,

lorerik moztuko,

haragirik jango.

Eznaiz egon hobeki inun, hemen baino.

Eznaiz inola egundo,

balaunbiko jarriko.

Pozkarioa ezin liteke

jaditzi jada gorago.

Amorioak egun honetan

eztu niretzat balio.

Estoy enterrado en este sarcófago.

Dicen que no sacaré fuera la cabeza

ni veré los guiños de las estrellas

pues sobre mí hay una pesada losa.

Ni respiraré

ni besaré

ni cortaré flores

ni comeré carne.

No he estado mejor que aquí en parte alguna.

No me pondré

nunca de rodillas

pues no puede alcanzarse

gozo más alto.

Nada vale el amor

hoy para mí.

Ambos textos, euskera y castellano, están recogidos literalmente de la edición de sus Obras Completas en Editorial Kriselu (1976.)


Siguiendo con Gabriel Aresti, ampliamente musicado, he elegido dos versiones que no conocía. La primera, una curiosa interpretación de "Nire poesia" por Rogelio Botanz (Legazpi -1956), cantante vasco afincado en Islas Canarias, acompañado en su parte final del mexicano Alejandro Filio (Ciudad de México -1960).

En la segunda, Rafa Rueda (Munguía - 1972) musica el bellísimo poema "Bilbaoko kaleak", con el que Gabriel Aresti esperaba que la llegada de la libertad cambiara los nombres odiosos que Bilbao había dedicado a generales, próceres y cardenales por otros como paz, amistad o autonomía. La canción está acompañada de un buen paseo por el Bilbao del siglo XXI.



https://youtu.be/FympVztAqe8