ABEL MEEROPOL, EL AUTOR DESCONOCIDO
DE “STRANGE FRUIT”
El caso de Abel Meeropol es el del
autor eclipsado por una de sus obras, de quien coloca en la historia la
hermosura estremecedora de unos versos pero es olvidado para el resto de sus
días. Algo sin duda injusto porque, además de escribir una de las piezas más
versionadas del jazz de todos los tiempos, Meeropol siguió siendo un buen tipo
durante toda su vida.
Impresionado por la imagen del
linchamiento y ahorcamiento público de dos negros en Indiana, escribió el poema
“Strange fruit” (Fruta extraña) en 1939 y lo publicó en la revista del Partido
Comunista, al que pertenecía, sin demasiada repercusión.
Ejercía como maestro en el Bronx y
solía acudir al Café Society, un local que servía de punto de reunión de negros
y blancos progresistas, además de club de jazz. Fascinado por la sensibilidad
musical de Billie Holiday acompañó los versos con una armonía triste, apenas un
piano, y presentó el proyecto a la cantante.
Pocos días más tarde Billie Holiday lo interpretaba en público con lágrimas en
los ojos y lo convertía en un himno contra la segregación racial. No en vano
Billie había visto morir a su padre después de llevarlo de hospital en hospital
sin que fuera atendido por el color de su piel.
La grandeza de la canción y la
personalidad de la Holiday dejaron a Meeropol en un segundo plano, pero este
tipo sencillo, siempre comprometido, escribió más páginas en la historia del
siglo XX. En 1953 el matrimonio Rosenberg, Ethel y Julius, formado por dos
izquierdistas a los que se acusaba de supuesto espionaje a favor de la Unión
Soviética, fue ejecutado en la prisión de Sing Sing. Meeropol, contrario a la
deriva estalinista de la URSS, ya había abandonado el Partido Comunista pero
seguía siendo un defensor de los derechos humanos, y como tal, detestaba el
periodo represivo que su país había emprendido contra toda forma de disidencia,
de modo que tomó una decisión acorde con su pensamiento: adoptó a los dos hijos
pequeños de los Rosenberg.
En la actualidad, Rachel, la nieta
simultánea de Meeropol y los Rosenberg, sigue la tradición familiar y es una de
las abogadas “chinche” que viene denunciando el sistema carcelario
norteamericano, una industria que mueve miles de millones de dólares (piénsese
que USA tiene el 25% de los presos del mundo con solo un 5% de su población).
En cuanto a su abuelo adoptivo,
siguió una digna carrera de poeta y compositor y ofreció éxitos a gente como
Frank Sinatra o Sacha Distel.
Concluyendo: Abel Meeropol era sin
duda algo más que un buen tipo…
En la búsqueda del acompañamiento
musical he encontrado una indispensable interpretación de Billie Holiday, y
recordado la apabullante versión de Siouxsie and the Banshees en un vinilo que
me enorgullece conservar: Siouxsie And The
Banshees – Strange Fruit
Y de colofón una de las traducciones
de los emocionantes versos de “Strange fruit”:
De los árboles sureños cuelga una extraña fruta.
Sangre en las hojas y sangre en la raíz,
negro cuerpo meciéndose en la brisa del Sur.
Fruta extraña que cuelga de los álamos.
Pastoril escena del galante Sur.
Los ojos desorbitados, la boca retorcida,
dulce y fresco aroma de magnolia.
¡Y entonces el repentino olor a carne ardiendo!
Aquí está la fruta para que los cuervos la picoteen,
para que madure con la lluvia, para que el viento la chupe,
para que el sol la pudra, para que los árboles la dejen caer.
Aquí hay una cosecha amarga y extraña.
Sangre en las hojas y sangre en la raíz,
negro cuerpo meciéndose en la brisa del Sur.
Fruta extraña que cuelga de los álamos.
Pastoril escena del galante Sur.
Los ojos desorbitados, la boca retorcida,
dulce y fresco aroma de magnolia.
¡Y entonces el repentino olor a carne ardiendo!
Aquí está la fruta para que los cuervos la picoteen,
para que madure con la lluvia, para que el viento la chupe,
para que el sol la pudra, para que los árboles la dejen caer.
Aquí hay una cosecha amarga y extraña.