miércoles, 23 de septiembre de 2020

Raúl Zurita, poeta raro

 RAÚL ZURITA, POETA RARO

La concesión del premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana a Raúl Zurita (Santiago de Chile – 1950) parece un gol por la escuadra del jurado, una concesión de la ex reina consorte al gobierno más nominalmente republicano de las últimas ocho décadas o, quién sabe, una especie de venganza personal al emérito huido.

No en vano Zurita, al que dediqué una entrada hace cinco años, es, en el lenguaje montaraz de la derecha extrema, un peligroso comunista que ha ido dejando tras de sí un largo reguero de literatura anti represiva.

Pero sobre todas las calificaciones Raúl Zurita es un poeta “raro”. Enormemente

Zurita en un gesto característico
prolífico - le he contado hasta 35 obras poéticas, además de perfomances, en las que llegaba a herirse o automutilarse, y discos y conciertos acompañando/acompañado a/de distintos grupos musicales – está considerado como el poeta de la “desesperanza” y compara sus experiencias de martirio con la figura de Cristo. No en vano sus primeros libros tienen claras connotaciones religiosas - “Purgatorio”, “Anteparaíso”, “El paraíso está vacío”, “Inri”, este último poemario ya de 2003 – y juega, como en el caso de la palabra “patria”, que reconoce despreciaba antes del golpe militar de Pinochet, con darles un contenido diametralmente opuesto al conferido por la dictadura: el dios del hambre, la patria de tablas…

Como exponente de una “rareza” de carácter que acrecentó la tortura a la que fue sometido durante 25 días, vuelvo a dos de su obras más curiosas y espectaculares (aposta lo de “espectáculo”): “La vida nueva”, poema escrito por cinco aviones que trazaban letras de humo blanco en el cielo de Nueva York; y “Ni pena ni miedo”, verso escrito sobre el terreno rocoso del desierto de Atacama que ya reproduje en su momento (https://charlievedella.blogspot.com/2015/08/un-poema-para-ser-visto-desde-el-cielo.html).

El primer evento fue grabado en vídeo por Juan Downey el 2 de junio de 1982 y estaba compuesto por quince frases de entre 7 y 9 kilómetros de largo. El segundo mide más de tres kilómetros y, como es evidente, solo puede leerse desde el cielo. Todo un alarde.

Como otra de sus “rarezas” consiste en liderar con versos a grupos como “González y los asistentes” y “Los electrodomésticos”, es de recibo mostrar alguna de las actuaciones que corren por Youtube ("Verás", con los primeros) y, cómo no, un pedazo del cielo de Nueva York surcado por palabras. Enhorabuena, colega.