lunes, 30 de junio de 2025

Pensiones

LAS PENSIONES: GASTO O/Y MOTOR DE CRECIMIENTO

Cada paga extra en el sistema público de pensiones desencadena una retahíla de titulares interesados, un universo mediático alentado por quienes babean al ver las cifras que se mueven.

Ya expliqué hace tiempo que por razones profesionales asistí a mediados de los años ochenta, o sea, hace la friolera de 40 años al acto de promoción de los primeros fondos de pensiones organizado por una aseguradora multinacional. Desde entonces, principalmente a base de cifras descontextualizadas y expresiones y calificativos malintencionados, "la factura escala", “se dispara el gasto”, “quiebra”, “colapso”, los medios dependientes de empresas interesadas en el pastel se empeñan en demostrar, hasta ahora sin éxito, que la salida es renunciar o cuanto menos menguar el sistema público en favor de esos fondos y planes privados. Resumiendo: poner en manos de negociantes y no de gestores la totalidad o parte del pastel. 

El lenguaje nunca es neutro. La mayoría de los análisis económicos insisten en hablar de gasto cuando lo hacen de las pensiones, lo que, como advertía, no es neutral. Tiene un sesgo ideológico. Pone la lupa en la parte negativa y alienta el malestar de quien paga directamente, que en un sistema de reparto son los trabajadores en activo. 

Afortunadamente, y aunque sean minoritarios y no se les acoja en los medios sobre-subvencionados por los poderes económicos, también hay heterodoxos que hablan de las pensiones en un sentido, ahora sí, por lo menos neutro, detectando sus problemas demográficos, ciertos, de necesidad de crecimiento del empleo y la productividad, ciertos, pero también de su aportación a ese crecimiento. 

La Review Political Economy, que en su frontispicio se reconoce como publicación heterodoxa - algo que hoy en día es casi reconocerse como anti-sistema ¿a dónde hemos llegado? - publicó el año pasado un artículo que ponía el acento en la porción de las pensiones que retorna al ciclo económico. 

El artículo se sustenta en un estudio pormenorizado de lo que sus autores, Febrero y Bermejo, denominan “demanda autónoma”, que según la IA es la “demanda de bienes y servicios que no depende directamente del nivel de ingreso de los consumidores” y en lenguaje llano el dinero que retorna en forma de impuestos directos y derivados y el consumo de los pensionistas.

En el mismo lenguaje llano, y según sus datos, de cada euro dedicado al pago de una pensión 42 céntimos vuelven al Estado por distintas vías impositivas, y cada pensionista genera 0,21 unidades de trabajo a tiempo completo o, para que sea más comprensible: por cada 5 pensiones se crea un nuevo puesto de trabajo.

El hablar de esto, algo casi imposible en los medios dependientes de quienes quieren el pastel, da, por lo menos, un punto de vista distinto y contradice esa visión solo negativa del yayo sufragado, sesteante e insolidario, que parece que nunca ha aportado nada, ni antes ni ahora, a la actividad productiva. 

Si los negociantes ortodoxos plantean siempre un escenario apocalíptico, basado en datos demográficos, ratio trabajador/pensionista, porcentaje sobre los presupuestos generales y pocas veces sobre la evolución del PIB y mucho menos del retorno del que hablamos, el artículo, que se manifiesta claramente a favor de la sostenibilidad del sistema de reparto, el actual, señala las condiciones necesarias para que esto sea así hasta 2050: mantener el porcentaje impositivo de retorno alrededor del 50%, creación de 4 millones de empleos, en línea con las actuales previsiones del INE y la Comisión Europea, y un crecimiento de un 3% en las exportaciones. 

Resumiendo: todo es del color o “el interés” con que se mira.

Nota: para interesados en la totalidad del artículo he aquí el enlace: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/09538259.2024.2351833

De cierre musical este hermoso video que habla de amores im-perdurables: "Dance me to the end of love", del también eterno Leonard Cohen