martes, 4 de octubre de 2022

Madrid y 2

 MADRIDES ( y 2)

El Centro de Estudios Hidrográficos está junto al recuperado río Manzanares. Es una obra espaciosa de tipo industrial muy bien conservada, en un entorno agraciado de paseos y parques. Decidí acercarme por dos de las zonas más populares de la capital, los barrios de Lavapiés y La Latina, para descender por una de esas calles, la de Segovia, que descubren que el centro de Madrid está en una colina.

Ahí, antes de atravesar el viaducto, popularmente llamado puente de los suicidas, me pareció ver una ciudad más auténtica, abigarrada y diversa, con sus viejos comercios resistiendo a duras penas el empuje de franquicias y grandes superficies, una ciudad bulliciosa y mestiza que conserva milagrosamente algunos cines y numerosos teatros. En el trayecto una muchacha trans de casi dos metros me pide unas monedas, "todas todas", me dice mientras se viene arriba. Antes, una chica latina que regenta un obrador me convence para que pruebe un pastel de maracuyá, un "Tyson" esbelto me deja que le haga una foto mientras boxea contra la nada, un grupo de jubilados va quemando el tiempo que les queda jugando a la petanca y, cómo no, varios trabajadores “autónomos” de Glovo, empresa convertida en la oposición más dura a la reforma laboral, buscan su destino en el Google Maps.

Al fondo detalle de las vigas hueso
Ya en el último Fisac que me dará tiempo a ver en visita tan corta, descubro que una placa destaca el más innovador de sus inventos constructivos, la viga hueso, elementos huecos de hormigón que cubren un espacio solo algo inferior a un campo de fútbol. Dicen los técnicos que su forma triangular permite la entrada de la luz, el aislamiento térmico y acústico del interior y su impermeabilización, porque facilita la recogida de aguas. Fisac cuidó también el interior del edificio de cemento y cristal dedicado a las oficinas, diseñando el auditorio y gran parte del mobiliario. El conjunto, en ese entorno de privilegio, volvía a cumplir expectativas.

Junto a ese inmueble, que por sus materiales poco perecederos me recordó a los utilizados por Foster en el metro de Bilbao, casi muro contra muro, está la mítica discoteca La Riviera. Como ese día cientos de mujeres con banderolas LGTBI hacían cola, pregunté y supe que lo hacían para ver a Lali, cantante y actriz argentina que ahora, tras echarle un vistazo a la wiki, descubro que es, además, militante feminista activa. Madrides...

Alojado en un hotel rodeado de calles en las que han nacido, vivido o muerto
Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Tirso de Molina, Moratin...; de decenas de pequeñas tiendas, librerías, talleres artesanales, algunos insólitos como La casa del Arpa o el local del luthier Juan Álvarez; de las quejas de una vecindad que se ve asediada, expulsada, por la especulación y un turismo depredador; pero también de los museos que han dado a esa zona de la ciudad el apellido de Paseo de las Artes, estaba obligado a dedicar las últimas horas a visitar alguno de ellos, en este caso el que la viuda del barón Thyssen mantiene en la capital a cambio de una pasta gansa.

Casi frente al del Prado, la pinacoteca permanente, muy completa, atenúa el culto al ego kitsch que desprenden los cuadros dedicados a los barones y los reyes eméritos, que firmados por Ricardo Mazarrón, conocido y prolífico "pintor de corte y encargo", asustan al visitante en el hall de entrada. Visto con más prisa de lo que la colección merece, ya que contiene lo mejor de las firmas pictóricas del arte internacional, disfruté a medias de las joyas conocidas y apunté algunas de las que ignoraba y me sorprendieron para revisarlas más adelante: Michael Andrews, Ludwig Meidner, Ben Shahn, Andrew Wyeth, George Bellows, Francis Silva...

Retrato de Timothy Behrens
(Michael Andrews) 
Dos horas después, desde uno de los vericuetos petados de barreras arquitectónicas que comunican algunas líneas del metro de Madrid, un popular violinista callejero parecía despedirme con una flamante y esperanzadora interpretación del Hallelujah de Leonard Cohen, una canción que, mezclando amor místico y terrenal, quizá pudo llegar a gustar a mi pariente lejano, el arquitecto Miguel Fisac. No en vano este fue invitado a dejar el Opus Dei al optar en un momento de su vida por el segundo, cometer el abominable pecado de enamorarse de una mujer y casarse con ella.


Madrides...