EL BANCO

Uy!!!, me he venido arriba y olvidado
que quería hablar del otro banco, el de carne y hueso, el de toda la
vida, el banco de piedra, madera o metal, el banco gratuito para
solazarse y ver pasar el mundo y la vida.
Traigo el tema a cuenta de que oigo por la radio que algunos
ayuntamientos se plantean la recuperación no comercial de los
espacios públicos, calles, paseos, bulevares. Antaño reivindicábamos áreas peatonales para
ralentizar la vida, pero al peatonalizarse las vías públicas se han ido privatizando convirtiéndose en bares, comedores y fumaderos de gente estresada,
de modo que bienvenida la oferta municipal.
Pero mientras se mueven o no las alcaldías aprovechemos lo que
queda, sentémonos a ver pasar la vida sin prisa, aburrámonos.
Mientras los bancos, estos naturalmente, sigan siendo gratuitos, no
haya que consumir o pagar un alquiler, poseámoslos, hablemos con sus
pobladores, seguramente gente ociosa como nosotros, ancianos, ricos,
pobres, espectadores, protagonistas, tullidos, cansados, porretas,
indigentes, aburridos, cotillas, meditabundos, dibujantes,
pensadores, sedientos de sol o de aire libre. ¡¡Viva el banco, el
público, el de todos!!
Pues a ello, a sentarnos a ver como “Pasa la vida” (Pata Negra).