lunes, 14 de septiembre de 2020

Murales de Orduña

 ORDUÑA: UNA CAPILLA SIXTINA LAICA EN LOS HASTIALES

Creo que es algo común. Has pasado mil veces por esa calle del centro de tu ciudad, elevas la mirada y das con un bello detalle arquitectónico, un mirador, una gárgola, el tirador de una puerta, una cornisa…

Sentado ociosamente en los arcos de la plaza de Orduña he comprobado que es un suceso repetido. Una turista que no ha pasado, o sí, por la oficina de turismo, levanta la vista y se pasma de que sobre su cabeza están algunos de los cómicos de los que oyó hablar a sus antepasados, Charlot, por descontado, pero también Cantinflas o Charlie River, así que agarra la cámara o el móvil y hace una foto. Ahí empieza la capilla sixtina laica que, variada en estilo y contenido, techa los hastiales de la plaza.

Orduña, vista general

Inauguradas a finales de 2012 (https://charlievedella.blogspot.com/2012/10/13-artistas-vascos-plasman-la-historia_29.html) y anunciadas como las pinturas murales de mayor superficie de Europa, catorce obras de trece artistas (uno de ellos, Porrilló, repite con dos) dignifican la techumbre arqueada de la plaza de los Fueros, el centro histórico y comercial de la villa. Algun@s de ell@s, no sé si tod@s, está ligados de alguna manera a Orduña, sea porque son vecin@s o han sido premiad@s en el concurso anual de pintura al aire libre. Por cierto, un tipo de concurso practicado por un modelo de artista admirable y en extinción, el/la pintor@ de caballete, alguien con cualidades hoy en desuso: el olfato para elegir la composición, es decir, el paisaje a interpretar; y la precisión plástica en tiempo récord. Y es que, por lo que he visto al indagar en la obra del autor de mi mural preferido, el dedicado al Salto de agua del Nervión, los concursos de pintura rápida son un buen medio de subsistencia. Claro está, si uno es capaz de ganar alguno de los premios en liza, pues tal es el caso de José Reyes Ramos (Bilbao – 1963).

Mi preferido, Salto de agua del Nervión
de José Reyes Ramos

Los cinéfilos de mi juventud decían que había que ver cine en las primeras filas, algo a lo que desistí pronto por su evidente incomodidad y definitivamente tras descubrir a cineastas como Tati, o películas como ”El guateque”, en las que en cada fotograma coincidían varios gags visuales imposibles de captar a un tiempo desde tan cerca.

Ese problema, además de la postura obligada, hace difícil contemplar los 460 metros cuadrados de bóveda que Miguel Ángel pintó en la llamada Capilla Sixtina sin acabar con torticolis, y pese a medida y motivos más terrenales, la techumbre orduñesa también requiere una mirada sosegada y a poder ser reiterada. Nos ayudará a conocer diversos estilos, desde un realismo onírico o costumbrista hasta el abstracto, pasando por el expresionismo y el collage, con temática igualmente variada, pero en su mayor parte dedicada a la historia de la ciudad y a la singularidad y privilegio de ver nacer el Nervión, eje del desarrollo industrial del territorio de Bizkaia. Así que ya sabéis, solo está a apenas 40 kilómetros de Bilbao y Vitoria.

Ah! me olvidaba. Hay nuevos murales en Orduña pero los dejamos para otro día...





He aquí el pequeño documental elaborado en su día para la presentación de la obra.