Un pariente de mi mujer definió con acierto a un perfil de persona que parece abundar, cuando no estar de moda, el "tonto malo". Al tonto malo, nos aconsejaba, no hay que despreciarlo ni ningunearlo, hay que temerlo, porque es tremendamente peligroso.
Donald Trump responde sin duda a ese modelo de persona, y también de él nos burlamos antes de ser presidente en su primera y esta segunda etapa pensando que sus estupideces nunca llegarían a producirse. No quiere decir esto que, como muchos defienden a toro pasado, no sea tonto. Sí lo es, de baba. Tampoco lo desmiente que haya "triunfado" en la vida, ni que haya llegado a presidente - la última elección entre un abuelito gagá, Kamala solo era suplente, y este anuncio viviente de maquillaje naranja no es que diera mucho margen - ni mucho menos la leyenda de que en los Estados Unidos cualquiera puede serlo con esfuerzo y capacidad. Mentira. Todos los presidentes eran multimillonarios antes de ser elegidos. El primero en el ranking el propio Trump, el segundo el mismísimo George Washington, el fundador. Tampoco es cierto que se hayan hecho a sí mismos. Tan falso como la falacia de la "cultura del esfuerzo" que predican algunos lideres de la España cañí, un país en el que, según un estudio del Peterson Institute for Internacional Economics, el 54% de los mil millonarios lo son por herencia directa, un 19% por inversiones financieras, normalmente herencia indirecta, y solo el 23% por esfuerzo emprendedor.
Según he leído en un artículo de la BBC Trump ganaba 200.000 dólares a los 3 años y ya era millonario a los 8, herencia de su abuelo y padre, migrantes bávaros, y de su madre, de origen escocés.
Como buen tonto malo con poder ejecutivo, legislativo, militar y económico sin casi contrapeso, el negociante acostumbrado a humillar al débil, el niño arrogante al que nunca le dieron un par de tortas a tiempo, se puede permitir disimular su imbecilidad y destapar al tiempo una perversión sin límites morales. Ahí están sus proyectos genocidas, el de la desokupación de los gazaties y la conversión de su tierra en una gran Marina d'Or para jubilados yanquis, también el desprecio de la legalidad internacional y el abandono de toda institución científica, de salud y cooperación.
Defiendo hace años la existencia de dos capitalismos: uno inteligente, consciente de las limitaciones físicas del sistema del que se lucra, porque si no hay planeta no hay riqueza; y otro suicida, el de los tontos malos, los tan bien reflejados en la película "No mires arriba", quienes creen que en último caso siempre podrán huir a Marte, como Elon Musk, otro malcriado del que el también maligno Steve Bannon dice que tiene la madurez de un niño.
Viene de lejos. En el S. III de nuestra era el emperador Constantino optó por la Biblia, se cepilló a los filósofos neoplatónicos contemporáneos y dejó en manos de Teodosio la fundación del primer estado teocrático. Ambos prefirieron la creencia a la razón y retrasaron la evolución de la civilización varios siglos, persiguiendo y asesinando a quienes siguieron defendiendo la ciencia y la tolerancia frente al fanatismo y la superchería. De aquellos barros vienen estos tontos.
Que los siete sabios de Grecia nos protejan...
Creo que nunca había traído a Lucio Dalla al blog y aunque sea con calzador introduzco aquí uno de sus himnos, "Piazza Grande".
Quienes como Francesco De Gregori, que le acompaña, fueron sus amigos, dicen que Lucio era un mentiroso compulsivo y un hombre contradictorio, pero sobre todo un "listo bueno" y un espíritu realmente libre.
Si tal como decía en aquel artículo Baixeras nunca retrató temas y personajes escabrosos, el protagonista de esta nueva entrega, Vicente Cutanda (Madrid 1850-1925), autor descubierto en el libro que Kirmen Uribe dedicó al museo de Bellas Artes de Bilbao en su 110 aniversario, sí lo hizo. En concreto abundantes obras que mostraban los avatares de la industrialización, principalmente en los dos márgenes de la ría del Nervión en Bizkaia, mi tierra de adopción.
Me ha parecido adecuado comparar ambos cuadros, porque desde el punto de vista formal comparten una pintura clásica, ajena a las vanguardias que avanzaban imparables en Europa, pero son antagónicos en la forma de afrontar la realidad que retratan. Mientras Baixeras se acerca a la vida de la gente sencilla con una mirada complaciente, Cutanda, que ha empezado a pintar en Toledo, ocupando durante años la plaza de dibujo en la Sociedad Cooperativa de Obreros, opta, por lo menos durante un largo intervalo de su vida, por reflejar momentos críticos de la clase obrera industrial. Hablo de “intervalo”, porque parte de su obra, principalmente de encargo, está orientada a la imaginería religiosa, de alta demanda en Toledo.
Miembro de una familia acomodada e intelectual – su padre fue catedrático de Organografía y Fisiología vegetal en el Jardín Botánico de Madrid y de Fitografía y Geografía botánica en la Universidad de Madrid - Cutanda, persona conservadora y religiosa, da un giro a su obra a partir de la publicación de la encíclica papal “Rerum Novarum”, que en 1891 muestra un nuevo interés de la iglesia católica por las condiciones de trabajo de las clases populares.
Impresionado por la polémica que genera la encíclica, que vive directamente en un viaje a Roma, viene a Bizkaia, donde pintará una serie de dibujos, ilustraciones y cuadros, alguno de ellos, como éste, de grandes dimensiones, que reflejan las vicisitudes del trabajo en la industria metalúrgica, también de los inicios del movimiento obrero.
Lo curioso, quizás lo que le empareja a Baixeras, cosecha personal, es que ambos pintan como espectadores. Todo pintor lo es, pero en este caso se manifiesta claramente en ese Baixeras que acude a las playas barcelonesas a contemplar el descanso de las familias, pero también en esta especie de cronista de los avatares de la clase obrera en los altos hornos de Sestao. Si observamos el punto de vista del pintor en el cuadro que encabeza este blog, éste se sitúa por detrás y a cierta distancia del tumulto generado por la arenga de un líder sindical. Una óptica, la de observador, que le aisló del compromiso político directo, pese a haber colaborado puntualmente con el periódico socialista “La lucha de clases”.
En cualquier caso la obra de Cutanda tiene un alto interés histórico, porque es insólita en un momento en el que los pintores se inclinaban hacia el post-impresionismo, el fauvismo y los primeros atisbos del cubismo.
El prejuicio vanguardista, a menudo injusto cuando no hablamos solo de arte en un sentido abstracto, sino también del entorno en el que nace, hizo que “La huelga de obreros en Vizcaya”, hoy considerado el cuadro más representativo del realismo social de la época, estuviera a punto de perecer en los sótanos del Ministerio de Trabajo, primero olvidado y luego proscrito durante el franquismo.
Solo a primeros de este siglo XXI, más de cien años después de su creación, de ser premiado en la Exposición Internacional de Madrid de 1892 y adquirido por el Museo del Prado, fue redescubierto y restaurado, volviendo al lugar que sin duda le corresponde.
Nota: hay un elemento del cuadro que a mi modo de ver desvirtúa su indudable calidad, la dos figuras, adolescente e infantil, que aparecen por detrás de la vagoneta, no solo extrañas, sino desproporcionadas respecto del conjunto. Nadie es perfecto...
Hemos tenido una entrada de año familiar un poco complicada pero estoy seguro de que acabaremos ganando "la champions y el mundial", como dice esta animosa y bella canción de Love of lesbian acompañado de Leiva.
A raíz de la visión de "Los que se quedan", hermosa película destinada a convertirse en clásico de navidad, y de "El 47", epopeya vecinal del barrio Torre Baró de Barcelona, me acordé de la pipa, no la de girasol, sino del instrumento que en tiempos pretéritos, los alter ego de Giamatti y Fernández en los setenta del pasado siglo, se usaba para fumar.
No es que fumar en pipa te permitiera completar la lectura del "Ulises"de Joyce o entender "Materialismo y empirocriticismo" de Lenin, pero quienes alguna vez probamos un artefacto que había que re-encender repetidamente, pensábamos que ello te dotaba de un plus cultural, como cuando en los exámenes metías algún latinajo, cita o barbarismo sin venir a cuento, para ver si colaba y pasabas del aprobado justo. Confieso que a mí no me duró mucho la experiencia, creo que un par de pipas que, como es obvio, no conservo.
Ya nadie fuma en pipa, salvo que se trate de algún rito narcótico e imagino que los jóvenes no entenderán expresiones ligadas a ese objeto: estoy que fumo en pipa o fumemos la pipa de la paz. Hace tantos años que dejó su sitio entre la parafernalia personal que el último usuario conocido, un compañero, técnico de la administración, tenía el apodo de "el pipas", si bien creo que también abandonó la costumbre hace unos años.
La pipa tenía un ritual previo que parecía el preámbulo de un gran acontecimiento. Había que elegir el tabaco apropiado, en mi época el dulzón y aromático Amsterdam, que leo aún existe, y prensarlo con cuidado en la cazoleta. Cánula y boquilla habrían sido limpiadas previamente con una especie de escobilla para eliminar los restos de nicotina, y solo en ese momento se podía encender el contenido con cuidado de no quemarte con el mechero.
Supongo que su prestigio venía dado por los hombres que la popularizaron, Henry Miller, Bertrand Russell, Jean Paul Sartre, célebres intelectuales de su época dorada, mediados del siglo XX. No en vano y años antes Valle Inclán había dedicado un poema a la "pipa del kif", con esos versos que describe que "en mi pipa el humo da su grito azul, mi sangre gozosa claridad asiste si quemo la verde yerba de Estambul."
Al no recordar a ninguna mujer fumadora de pipa he recurrido a internet y solo he reconocido a Margarita Landi, la llamada "dama del crimen", por su larga producción de noticia negra en El Caso e Interviú. Imagino que la afición le venía de otro celebre fumador del mundo policiaco, en este caso ficticio, Sherlock Holmes. Pero si hay un personaje para el que la pipa era un apéndice físico ese era el gran Jacques Tati, de quien he seleccionado el entrañable trailer de "Mon oncle" (Mi tío).
Nota: leo alarmado que las cazoletas solían estar aisladas con amianto, riesgo añadido al mero hábito de fumar, todo tan lejos del temerario reclamo de Sara Montiel: fumar es un placer genial, sensual...
Y EL RECUERDO DE PUIG ANTICH Y HEINZ CHEZ PARA EL DÍA DE LOS DIFUNTOS
La corta obra de Bertomeu Rosselló Porcel (Palma de Mallorca – 1913-1938) contiene un alto porcentaje de material pesimista e incluso mortuorio, imagino que en gran parte motivado por la tuberculosis que contrajo cuando apenas salía de la adolescencia, una enfermedad que le impidió llevar una vida normalizada y acabó conduciéndolo a la muerte sin haber llegado a los 25 años de edad.
Estudiante de Filosofía en la Universidad de Barcelona, tuvo cierto contacto con poetas de la Generación del 27, ya que posteriormente aprendió el oficio de tipógrafo en Madrid.
Considerado un referente en les Illes Balears también está considerado el símbolo de una generación perdida, sea, como en su caso, por su pronta desaparición, como por la represión que acompañó a los escritores republicanos tras el golpe militar, más si estos cultivaban lenguas consideradas proscritas.
Acompaño dos poemas al hoc, que he intentado traducir conservando su estructura formal. Ambos fueron musicados e interpretados por María del Mar Bonet (Palma de Mallorca 1947), cantante casi obsesionada en dar valor y a conocer la obra poética de Rosselló Porcel, al que ha dedicado cerca de veinte canciones y dos discos completos. Así que en el apartado musical me quedo con uno de ellos, “Ronda amb fantasmes”, soneto llevado a canción en el segundo disco de larga duración de María del Mar, un vinilo que conservo en su versión original y ahora descubro en Spotify con una nueva portada y alguna canción de propina.
Y UN RECUERDO EN EL 50 ANIVERSARIO DEL ASESINATO DE HEINZ CHEZ
Y SALVADOR PUIG ANTICH
Salvador Puig Antich, militante anarquista, fue junto a otro antisistema al que se hizo pasar por delincuente habitual, el alemán Georg Michael Welzel, conocido como Heinz Chez, uno de los dos últimos presos ajusticiados mediante garrote vil, ahora hace 50 años.
De no haberse cruzado en su vida el dictador y la emboscada que culminó con su detención, acusado sin pruebas fehacientes de la muerte de un inspector de policía, otra víctima de la época, Salvador tendría hoy día 76 años. Chez 80.
Joan Isaac (Esplugues de Llobregat 1953) tuvo el acierto de dedicar una bellísima canción a la pareja de Puig Antich, Margalida Bover (Felanitx 1953). Del asesinato de Salvador siempre se ha dicho, y lo constato, que no se hizo todo lo que se debía haber hecho para evitarlo. Con la carga de tristeza y melancolía de aquellos días, vaya por los tres esta canción (Salvador, Heinz y Margalida) en versión del momento. También por todos y todas los que en aquellos tiempos salieron y salimos a la calle, es decir, sí hicimos lo que había que hacer.
Para empezar este humilde homenaje a Nikki, a la que luego presentaré, me he atrevido a autocitarme reproduciendo los párrafos que dediqué hace unos años a los mapas del MOPU:
“Aunque útil para otras prácticas menos cotidianas (el arte de la guerra entre ellas), el mapa era antaño un producto imprescindible para viajar. Antes pues de iniciar el trayecto hacia algún destino más o menos cerrado había que saber si se disponía de mapa de trayecto y zona, y si no era así, se adquiría sin la menor duda el mapa oficial, es decir, el del MOPU, en tiempos pretéritos, Ministerio de Obras Públicas, del que, como es obvio, dependía la configuración de las carreteras del estado. Lo contrario era, a mediados del pasado siglo, exponerse a acabar perdido en algún vial secundario lleno de baches y cunetas peligrosas.
Salvo en las carreteras nacionales, el mapa tenía que estar permanentemente a mano, y en viajes largos acababa maltrecho y cuarteado de tanto mal doblaje. A finales del pasado siglo, con el acelerón de las obras civiles, el mapa podía estar desfasado a mitad del viaje, porque entretanto te habían construido una autovía gratuita o de peaje.” (https://charlievedella.blogspot.com/2015/07/el-mapa-esta-vez-ha-sido-la-inversa.html)
Si el “vídeo no mató a la estrella de la radio”, como equivocadamente defendieron los Buggles en los ochenta, el TomTom y Goggle Maps, esta vez sí, acabaron con los mapas mal doblados en la jardinera del utilitario.
Nosotros la llamábamos Manolita, porque desconocíamos que tras nombre tan cañí estaba la voz de Nikki García, un timbre real que funcionaba como anticipo de la inteligencia artificial generativa, que ya no precisa un original para ser creada.
Nacida en Madrid en 1985, locutora, narradora, actriz, ahora volcada en su faceta de cantante, Nikki, la voz de Goggle Maps, era capaz de sacarte de un laberinto de rotondas sin perder los nervios, demostrándote que una pérdida pasajera no es como para divorciarte.
Su ida y vuelta en el mundo de la inteligencia artificial me parece una metáfora del que hay y del que se nos viene, quizás también de la resistencia de los humanos a los futuros pobladores, robots capaces de actuar moral o amoralmente. Lo digo porque Goggle Maps, una herramienta que te saca de apuros a cambio de controlar por dónde vas en cada momento, nació en 2005 con una voz robótica, algo que quince años después se vio abocado a corregir, ya que a los humanos, es decir, a sus consumidores, no nos gustaba. Fue entonces, 2020, cuando Nikki García se convirtió en nuestro San Cristóbal, patrón cristiano de los conductores, una voz reconocible, como la de nuestras compañeras, hermanas o hijas.
Tengo que aceptar que más de una vez hemos tenido una “enganchada” con Nikki, como la de hace unos meses, cuando nos hizo dar vueltas en bucle para salvar unas obras ya terminadas, o cuando te decía que doblaras por la avenida de “fulano”, como si te supieras el callejero de la misma ciudad en la que te has perdido, pero en un 99% de las ocasiones fue una feliz compañera que siempre recordaremos. Y digo fue porque Nikki ha sido sustituida de nuevo por una garganta digital, ahora, sin duda, más sofisticada que la que le precedió.
Como su despido como voz de Goggle Maps ha devuelto a Nikki al universo de la canción, nada mejor que cerrar el homenaje con esta tierna y artesana grabación del grupo “De la sierra”, en el que operaba habitualmente de pianista y cantante: Shelter from the storm. Feliz viaje, Nikki.
NOTA: Como ejemplo del control digital que padecemos cuando nos metemos, por ejemplo, en Goggle Maps, o, como es mi caso, alguien se dedica a emborronar internet con un ingenuo e inofensivo blog, comunicaros que "La vedella Colorá" ha sido visitada 458 veces desde Israel durante este año, algo sorprendente no solo por las diferencias culturales, sino porque desde su existencia solo lo había sido en 60 ocasiones desde ese mismo país.
No quiero ni pensar que el motivo sea que alguna referencia molesta “haya puesto en guardia” a su armamento balístico…Que el dios Musk nos proteja.
Por su larga trayectoria junto al grupo de Liverpool se suele citar a Billy Preston (Houston 1946-2006) como el quinto Beatle, aunque vista su carrera también se podría hablar del sexto Rolling, dada su colaboración con sus diabólicas majestades en los años setenta. Pero lo cierto es que uno de los últimos éxitos de los Beatles, “Get Back”, fue lanzado como single con créditos compartidos, “The Beatles with Willy Preston”, un honor único y muy especial, dado que se dio con el combo en plena descomposición.
Mucho menos conocido es Francesc Gabarró (Urgell 1914-1990), del que, por su participación en algunos de los mayores éxitos de los Beatles podríamos calificar como el Beatle catalán.
Cuando George Martin, ya productor y arreglista del grupo, contactó con él en 1965, Gabarró, más conocido como Gabby en el mundo artístico, tenía tras de sí una importante carrera que transitaba entre la música sinfónica y el jazz. Hijo y nieto de músicos, estudió con Pau Casals y simultaneó el violonchelo con el trombón de varas, según interpretara uno u otro género. En el mundo clásico destaca su participación en la que está considerada mejor grabación del “El lago de los cisnes” de Txaikovski, la efectuada en 1977 a las órdenes del director Richard Bonynge. En cuanto al universo jazzístico, compartió escenario con Benny Carter, Django Reinhardt o Stéphane Grappelli bajo el auspicio del Hot Club de Barcelona.
Antes de ello, y durante once años, Gabarró vivió en la India. Y es que en 1936, visto lo que se venía encima, Francesc Casanovas, amigo de la familia, les convenció para que el joven se fuera con su orquesta a Calcuta. De Casanovas solo apuntaré un par de cosillas, porque conocer su figura merecería otro blog: que dirigió el Conservatorio de Música de Calcuta y la Orquesta Sinfónica de Jazz de Nueva York, casi nada…
Francesc Gabarró
Pero volviendo a Gabarró. Tras su periplo en India con la Orquesta Casanovas, recala en Inglaterra, se casa, adopta su nacionalidad, y gana la oposición de segundo violoncelista de la London Sinphony Orquesta. En ese país desarrolla el resto de su carrera, de nuevo tanto en el mundo de la música sinfónica como del jazz, pero sin olvidar sus inmersiones en bandas sonoras de película y en la música pop, que es en la que quería centrar este pequeño artículo.
Pese a que Gabarró estaba especialmente orgulloso de su colaboración con Frank Sinatra en el único disco que este grabó fuera de los Estados Unidos, “Sinatra Sings Great Songs From Great Britain”, (1962), su interpretación más conocida es la que acompaña a Paul Mc.Cartney en una de las canciones más versionadas de la historia de la música: “Yesterday”. El caso es que su grabación fue conflictiva por causas diversas: las dudas de Paul, único compositor, que pensó durante mucho tiempo que podía tratarse de un plagio; la negativa del resto del grupo a lanzarla como single e incluso como obra de Beatles, por el rechazo a su contenido melódico, muy alejado de su obra hasta esa fecha (1965); y la controversia entre el propio Paul y George Martin sobre cómo acompañarla. Finalmente ganó la opinión de Martin y se enriqueció con un cuarteto de cuerdas en el que, imagino que buscando en las filas de orquestas sinfónicas a un intérprete versátil, dio con Francesc Gabarró, Gabby.
Una interpretación ajustada a lo requerido y el éxito de la canción convirtió al catalán en músico comodín de The Beatles para grabaciones donde tuviera que entrar el violonchelo, lo que ocurrió en “A day in the life” y “All you need is love”, entre otras. Para escuchar su abundante contribución, tanto a la obra de Beatles como a la de otros cantantes, músicos, bandas sonoras, etc. paso enlace con lista y detalle de acceso a páginas. Muy curioso pasear por ella y descubrir la labor a menudo desconocida de los músicos de estudio: https://rateyourmusic.com/artist/francesc-gabarro/credits/
De colofón varias de sus colaboraciones. La primera, una de las piezas compartidas con Sinatra, la preciosa “The gipsy”, también multiversionada, en este caso con la voz prodigiosa del crooner con Gabarró incorporado a la orquesta de Robert Farnon.
https://youtu.be/c4hBOd091Wo
De “All you need is love”, que recuerdo haber visto en la televisión en blanco y negro del crepúsculo franquista como un fogonazo de esperanza, no he encontrado el original, pero sí una especie de mix en el que se puede ver a Gabarró a los 21 segundos.
https://youtu.be/ZGWgthLT3ew
Sí está en Youtube el video original y muy lisérgico de “A day in the life”, en el que volvemos a ver a Gabarró varias veces y muy claramente en el minuto 2´22” siendo interpelado (¿¿) por McCartney.
https://youtu.be/usNsCeOV4GM
Y cómo no, acabo con “Yesterday”, la interpretación que convirtió a nuestro personaje en el “Beatle catalán”. En este caso en lata remasterizada en 2009.
En un viejo libro sobre víctimas civiles de la guerra y postguerra civil en la provincia de Ciudad Real, la tierra de mi madre, descubrí que por aquel entonces todavía se daba la figura del paje, un personaje que yo asociaba a tiempos más pretéritos, y más en concreto a los llamados reyes de Oriente o a las novelas de Alejandro Dumas.
En aquellas páginas se relatan los hechos acaecidos el 22 de agosto de 1936, cuando soliviantado por el asesinato del alcalde republicano José Maestro, de viaje en Valladolid, un grupo de milicianos entró en el palacio arzobispal e hizo otro tanto con el obispo, Narciso de Estenaga, y con su paje, Julio Melgar.
No sé de quién fue la idea de cruzar los nombres de esas dos víctimas, civil y religiosa, provocadas por la furia desatada tras el golpe de estado del general Franco, pero lo cierto es que la calle dedicada al obispo, en el centro de la ciudad, termina en una plazoleta en la que se levanta una estatua/farola que homenajea al alcalde, imagino que en un intento de concordia propio de los años que siguieron a la transición. En cuanto a la memoria del paje, este también tiene su pequeña calle al norte de la villa, muy cerca de la puerta de Toledo.
"Paje florentino" A. Cabanel
Según la RAE se conoce por paje al "criado cuyas funciones eran las de acompañar a sus señores, asistirlos en la espera de las antesalas, atender al servicio de la mesa y otras actividades domésticas." Obvia lo de llevarles la cartera y ahuyentar a moscones y advenedizos porque se supone inherente al cargo.
Estas últimas semanas hemos comprobado que esa figura pervive en la España de la picaresca, "vieja y tahúr, zaragatera y triste" que cantara Machado, un puesto de trabajo que requiere una carrera previa de adhesión a todo poder que se precie. El "paje" es aquel chaval de segundo B que merodeaba al cura abusón, el pelota que se apuntaba a todo lo que pudiera hacerle quedar bien, el apolítico en los setenta que se hizo demócrata en los ochenta, el marxista de salón que empezó en “El viejo topo” y acabó en el ABC, el chivato en la fábrica que mejoraba su salario como esquirol y no como huelguista, el “quedabien” en la administración que abominaba de la libre designación hasta que fue designado. Todos y todas hemos conocido a ese personaje servil con los poderosos y poderoso con los servidores y apenas necesitamos un par de horas para reconocerlos por su discurso, sus gestos, su mirada, todos, al parecer, menos quienes son laudados por el paje.
El paje y el jefe
Koldo García, ex aizkolari, ex portero de puticlub, un clon de Luis Roldán con veinte centímetros y cuarenta kilos más, se había ganado la confianza del ministro Ábalos a base de hacerle la pelota, abrirle camino, espantarle a periodistas y compañeros críticos, y llevarle la cartera, solo faltaba, además, se dice, de pagarle el colegio de los chicos y alguna que otra “cosilla”. Si no se hubiera cobrado la lealtad con creces, es decir, una pasta gansa, pisos y coches de alta gama, metiendo al ex ministro en un marrón que le ha dejado hasta sin chófer ni secretaria/o, pobre José Luis..., seguiría siendo el ejemplo viviente del criado ideal, una imagen modernizada de los pajes de novela de espadachines, siempre fieles al duque, y en este caso a la buchaca…
La cosa no ha hecho más que empezar, y la “trama”, una red de empresarios expertos en olisquear en la basura, funcionarios corrompibles, políticos encantados de que les adulen y hagan regalos, y pajes dispuestos a llevarles la cartera y sacudirles la caspa de la hombrera mientras se sacan un par de apartamentos en Benidorm, se extiende al parecer por ministerios y administraciones varias, confirmando aquello de que la alta política es un “quítate tú pa ponelme yo...” .
En el momento de redactar este blog oigo que cazan al novio de la presi de Madrid en otra movida similar. La tradición judeo cristiana...
Además de lo buena que es esta canción creo que puede resumir las expectativas que se dan en el mundillo de los pajes y lo que les rodea: "Cambia!" con C.Tangana, Carin León y Adriel Favela.
Mi amigo y compañero de fatigas Juanan me descubrió al valenciano Rafael Guastavino (Valencia 1842-1908), un curioso tipo, olvidado por la historia, al que en su época nombraron como “el arquitecto de Nueva York”.
Nacido en una familia numerosa de tradición musical, Guastavino trabaja algún tiempo en un estudio de arquitectura de su ciudad natal, quien sabe si empujado por la memoria de su tatarabuelo, Juan José Nadal (Belchite 1690-1762), arquitecto de las iglesias de Sant Jaume de Villarreal y Nuestra Sra. de la Piedad de Azuara. Con solo 16 años viaja a Barcelona, es acogido por un hermano de su padre y cursa estudios en la escuela de Maestros de Obra, equivalente a las actuales escuelas de arquitectura, donde aprenderá los trucos de la profesión.
Guastavino destacó pronto en dos facetas, el ingenio y la bragueta, y en ambas por mediación del tío Ramón, ya que deja embarazada a su hija y consigue sustituir al mano de obra de la fábrica Batlló, posterior Escuela Industrial y actual espacio multifuncional, gracias a la influencia de aquel como sastre de prestigio. Esta fábrica de hilados y tejidos de algodón fue un debut espectacular, ya que equivale a cuatro manzanas del ensanche de Barcelona. Por cierto, yo jugué durante un par de años en su campo de fútbol, de tierra como la mayoría de los de la época, pero también un lujo comparado con los del Remedios o San Juan de Dios, donde también había puesto en riesgo las espinillas años antes.
Teatro La Massa
Inaugurada en 1870, cuando el maestro de obra aún no ha llegado a los 30 años de edad, se supone que su construcción le proporcionó importantes ingresos. Sin embargo, la muerte de su protector barcelonés, el tío Ramón, antes de 1875, el mantenimiento de mujer y cuatro hijos, además de alguna que otra amante, quebraron su patrimonio, “empujándole” a crear una estafa piramidal que le obligaría a huir de la justicia y dar el gran giro a su vida personal y profesional, viajar a los Estados Unidos.
Antes ideará y desarrollará una pequeña obra, el teatro La Massa, en Vilassar de Dalt, la más emblemática de su etapa barcelonesa, por contener el primer uso de la bóveda tabicada, una técnica constructiva heredada de la arquitectura de origen islámico, muy extendida por la zona mediterránea. Este uso enlaza, además, con las bóvedas que dan techo a las iglesias de su tatarabuelo, Juan José.
La inauguración del teatro en 1881 casi coincide con la separación de su esposa, que se va a Argentina con tres de sus hijos, y la huida de Guastavino a Nueva York con Rafael, su hijo menor, que acaba de cumplir nueve años de edad. Atrás deja una deuda considerable, acusación de fraude y apropiación indebida, pero no a su última amante, Paulina Roig y a sus dos hijas, que le acompañan. Estas volverán a Barcelona solo un año después, incapaces de aguantar la situación de precariedad y el clima social y literal de la ciudad. Guastavino, por el contrario, nunca volvería a cruzar el charco. Ya con 40 años de edad, el arquitecto da un giro a su vida y en Nueva York alcanzará, no sin altibajos, su momento de zénit profesional.
Si bien subsiste inicialmente con dibujos e ilustraciones para una revista de decoración, en 1884 gana el concurso para la construcción del Progress Club, lo que le da cierta fama y una pasta que invertirá en la compra y promoción de viviendas en el centro de la ciudad. Siempre dispuesto a vivir en una montaña rusa se ve arrastrado nuevamente a la ruina por la crisis financiera de ese mismo año.
Biblioteca de Boston
Apurado por su situación económica da el paso que le acabará convirtiendo en un referente arquitectónico a nivel mundial: patenta la bóveda tabicada. A mediados del siglo XIX las ciudades de Boston y Chicago habían sufrido grandes incendios, ya que las estructuras de las casas eran de madera. Además de patentar el método constructivo Guastavino hizo varias perfomances con pequeñas muestras a las que él mismo intentaba dar fuego, demostrando su carácter ignífugo, además de barato. Es evidente que era un tanto manirroto, pero también un excelente comercial.
Como parece lógico su primera gran obra se da en Boston, la Biblioteca Pública, hoy considerada una de los mejores edificios de la época. El contrato fue de 90.000 dólares, un estipendio que le aventura a crear la Compañía Gustavino junto a su hijo Rafael, desde entonces una de las más importantes del país, creando 1.000 edificios hasta 1960, momento de su desaparición definitiva, no solo en USA, también en India, Cuba y Canadá.
Oyster Bar
Es curioso que la figura de Guastavino no haya sido conocida en su tierra hasta
hace pocos años, ni siquiera entre la mayoría de los arquitectos. De hecho no aparece en los manuales de la profesión hasta 1972, cuando goza de obra tan inmensa, inmortalizada en parte en películas con Nueva York de fondo, como es el caso de la bóveda del actual Museo de la Inmigración, antigua vía de entrada a los Estados Unidos en la isla de Ellis, una construcción espectacular con 14.000 azulejos; el bar de ostras y la llamada “galería de los susurros” en la Gran Estación Central, o la bóveda del Puente de Queensboro. Sin olvidar su participación en la construcción de la iglesia de Saint John Divine, aún inacabada al no reanudarse su obra tras la segunda guerra mundial.
De acompañamiento musical el grupo Al Tall con uno de sus primeros éxitos, "Darrer diumenge d´octubre" (Último domingo de octubre), día de celebración nacionalista del País Valencià.
Tras
haber pescado y cazado personas, principalmente rojos, durante los
años cuarenta, un Franco cada vez más perezoso y enriquecido se
dedicó a partir de los cincuenta a otro tipo de caza y pesca, en el
segundo caso principalmente la del salmón. Aunque la prensa y el
NODO de la época cantaban sus excelencias como pescador avezado, lo
cierto es que la guardia civil cerraba zonas de los ríos Sella y
Narcea durante semanas, de tal modo que en cuanto el caudillo lanzara
la caña los salmones picaran el anzuelo sin remisión. Múltiples
son los testimonios gráficos de semejante desaguisado, como el que
acompaña el texto, con un Franco ya en despistada decadencia.
Tantos años después de la muerte del dictador, la pesca del salmón sigue, ahora en sentido metafórico, cada vez más de moda, y así lo describe en un pequeño manual sobre “bulos, narrativas y poder en la prensa económica” el periodista Yago Álvarez Barba bajo el nombre más que evidente de “Pescar el salmón”.
El salmón al que hace referencia es el color del papel heredado por la prensa económica de uno de los periódicos decanos, el Finantial Times, fundado en 1888. Desde entonces, siglo y medio, no hay prensa dedicada a la “ciencia” económica que haya osado desviar su imagen a otro casilla del Pantone.
Este ejemplo sobre el color puede servir de introducción a la perspectiva esclerotizada de una disciplina, la económica, que algunos de sus cultivadores críticos y sociólogos califican de “teológica”, por seguir aceptando mayoritariamente lo que David Graeber define como “providencia” del mercado. Como bien explica Álvarez “la economía no es como la física, en la primera no se pueden establecer regularidades empíricas inmutables en el tiempo porque en ella participan seres humanos, y cada uno de ellos es diferente y con infinitas posibilidades de acción”. Pero claro, todo empeora cuando es el periodismo asalmonado, es decir, el que está a sueldo de lobbys varios quien se mete a economista con el fin de ideologizar datos, encuestas y previsiones.
Para
demostrar sus tesis Álvarez echa mano de varios recursos, estos sí que
empíricos, como el listado de los medios salmón (Expansión, Cinco Días,
El Economista, Invertia, etc, etc.) y su dependencia de poderes que
no tienen nada que ver con la ciencia sino con el negocio, así como unos
cuantos ejemplos, a mi modo de ver cortos y misericordes, de
economistas y periodistas, algunos de ellos dedicados a la política,
que han errado estrepitosamente en sus previsiones, amén de aquellos
que ni siquiera disimulan.
Hace unos días el propio Álvarez criticaba en Twitter que El Economista anunciara a bombo y platillo que Indonesia adelantaba a España en PIB y la relegaba al puesto 15. Álvarez apuntaba que se trata de un país con una población seis veces mayor que la española y que, como el propio artículo puntualiza luego, eso se dará en 2038. Como bien subraya a lo largo del libro, el uso avieso del titular es una de las herramientas históricas de manipulación ideológica, algo que, en una sociedad que cada vez lee más titulares y menos texto, adormece e/o idiotiza a la opinión pública. Pero ¿qué interés tiene El Economista en dejar caer que la economía española pierde posiciones, cosa que puede ser cierta, pero no a costa de titulares engañosos o medias verdades?
Con el fin de despejar esa duda me he dedicado a ver quién estaba detrás de la publicación y he visto que los socios mayoritarios, con cerca del 40%, son Resco Prens, S.L. e Industrias Mecánicas de Extremadura, S.A. La primera tiene dos administradores solidarios de larga vinculación empresarial, principalmente a través de Campofrío Food Group, conocida empresa de alimentación y según Greenpeace en el top ten de los “trileros del clima” como una de las más contaminantes de España; la segunda está dirigida por Gregorio Peña Varona, abogado y tiburón empresarial que ha desempeñado hasta 100 cargos en 76 mercantiles, desde la estructura metálica hasta el detergente, pasando, cómo no, por el “negocio” de la comunicación a través de El Mundo, Telva o, en la actualidad, El Economista. Peña Varona es el presidente y al parecer responsable “ideológico” del periódico salmón, línea ideológica incómoda con un gobierno que apenas intente entorpecer la acumulación de poder y, por tanto, proclive a amplificar cualquier noticia que remarque que ese no es el camino…
No quiero pasar por alto que el tal Peña estuvo envuelto en 2022 en la peculiar enajenación de un cuadro de Goya por menos de la mitad de su valor, en este caso como presidente de la Fundación Selgas-Fagalde de Cudillero, un hecho que los vecinos del pueblo consideran ha podido servir "para financiar sus negocios privados: su empresa periodística, sus hoteles, su inmobiliaria”. Y es que son insaciables...
Vuelvo a los titulares y al libro de Álvarez para cerrar el blog con un ejemplo palmario de la servidumbre del poder mediático al económico, o cómo convertir una multa por esclavitud infantil en una donación para combatirla por mor del “benefactor” Amancio Ortega, la Agencia EFE y la prensa asalmonada. Sé que la foto no favorece su lectura, siempre se puede comprar el libro, pero vale la pena hacerlo por lo bochornoso del tema:
Para desengrasar la lectura, páginas y estrellas multicolores: "My back pages".
Tengo que decir que para un ateo y apóstata como soy, la imagen de la navidad es la que más me reconcilia con la herencia cristiana en la que fui educado y todavía nos envuelve, aunque siga siéndolo en sus peores ejemplos. Me refiero, claro es, a la imagen inicial, la de una pareja pobre que se refugia en un establo para que ella, María, una mujer galilea que ha quedado encinta sin haberse desposado, de a luz a un pequeñajo destinado a convertirse en futura leyenda.
Que Rafael Azcona (Madrid 1926-2008) era “navidadista” parece evidente, y así lo demostraba en “Plácido”, considerada su obra maestra como guionista, pero desconocía su faceta poética y evidentemente los tres “romances ingenuos” que dedicó a las fiestas navideñas. Tampoco es de extrañar, porque hay facetas de su vida profesional desconocidas, como las de su debut como escritor de novelas románticas en la Editorial Cid y el seudónimo de Jack O´Relly.
Publicados en la revista literaria Codal a principios de los años cincuenta del pasado siglo y compendiados en la edición de su poesía completa, “No canto porque existo, existo porque canto” (2012), me ha sido imposible acceder a su totalidad, imagino que porque la tirada fue de solo 300 ejemplares y no hay copia digital accesible. Pero la curiosidad del caso, la atractiva personalidad de Azcona y el oportunismo me han empujado a que sea él, aunque sea solo con trazos incomplertos de uno de los tres romances, quien protagonice el blog dedicado a la efeméride del nacimiento del judeo-palestino Jesús (las traiciones de la historia y la papiroteca), y en este caso concreto a la entrada del nuevo año.
“Unos,
borrachos perdidos;
otros,
con aire solemne;
éstos,
con ávido gesto;
esos,
con risas alegres…
Doce
campanadas, doce.
Doce
uvas. Doce meses.”
[…]
¡Año
nuevo! ¡Vida nueva!
Y
algunos –¡pobres!– lo creen.”
(
“Nochevieja”, 1950).
El bello villancico que Shane McGowan dedicó a una pareja de irlandeses perdidos en Nueva York una nochebuena de los años ochenta ya estuvo en el blog en su versión original. Ahora vuela de nuevo en la impresionante despedida que el pueblo de Dublín dedicó a Shane tras su muerte hace solo unos días.
Supongo que tener un hermano o hermana apabullante tiene que ser duro. Que en los medios de comunicación, en el entorno, incluso en el plano doméstico se te conozca como el hermano de...es un castigo que debe golpear al ego de forma permanente, algo quizás insuperable. También imagino que en esos casos la víctima no deseará matar al padre sino a ese hermano triunfador que después de mirarte por encima del hombro te abraza con aire de suficiencia y compasión. La serie “Succesion”, que se me acabó atragantando por larga y repetitiva, trata muy bien ese fenómeno y los roles que los hermanos adquieren para “sobrevivir.”
En el mundo musical hay numerosos casos de hermanos secundarios. No me remontaré a los clásicos, los Bach, Strauss o Mozart, principalmente porque me supondría un esfuerzo considerable de documentación que desconozco, así que me conformaré con los modernetes que me son más cercanos.
Alguno, como Peter McCartney (Liverpool 1944), del que ya hablé parcialmente en
otro blog
(https://charlievedella.blogspot.com/2017/05/un-poema-patriotico-de-roger-mcgough.html)
hasta se cambió de nombre. Ha preferido pasar a la historia como un
desconocido Mike McGear, alguien que también probó, e incluso
saboreó las mieles del éxito con un primer puesto en las listas
británicas con el grupo Scaffold, que como el hermano menor del beatle Paul
McCartney. A punto de cumplir los 80 años de edad, Peter/Mike,
sestea en un cierto ostracismo buscado como ex músico y fotógrafo
mediocre, pero nunca como hermano secundario.
He encontrado esta
insólita actuación del menda en la TVE de 1974.
Ser hermano de Ray Davies, el considerado líder de mis adorados Kinks, tampoco ha tenido que ser fácil. Aunque aún en activo y considerado como uno de los 100 mejores guitarristas de rock de todos los tiempos, Dave Davies (Londres 1947), que estuvo a punto de convertirse en líder de la banda cuando su hermano mayor intentó suicidarse en 1973, no ha dejado de ser un segundón en el mundo del bussines, a menudo más preocupado por el entorno y la vida paralela de los artistas que por su verdadero valor musical. Sin menospreciar a Ray, un tipo inteligente que aún sigue colando obras interesantes en el nuevo siglo, Dave merece un mejor status que ser el hermano menor de Ray Davies, ya que continúa tocando y grabando. En 2022 Dave publicó un libro autobiográfico, “On a thine line”, que creo no traducido, en el que describe la complicada relación de los dos hermanos.
Inevitable colocar el solo distorsionado de Dave en el “You really got me”.
Si el hermano además fallece en accidente o por sobredosis, el rol de secundario de por vida está casi asegurado. El primer caso le corresponde a Jimmie Vaughan (Dallas 1951), hermano mayor y mentor guitarrístico de Stevie Ray Vaughan, leyenda del blues y el rock blanco por méritos propios y la “fortuna” de fallecer en accidente de helicóptero a los 36 años de edad. Como creo que, sea en vinilo o CD, tengo por lo menos la mitad de los discos de Stevie, hablaré en compensación de Jimmie, el secundario. Además de enseñar a su hermano los secretos de las seis cuerdas, el mayor de los Vaughan ha desarrollado una carrera más o menos silenciosa pero de gran calidad. Sigue tocando y llenando escenarios en Austin, la ciudad en la que ha desarrollado su carrera, y en la actualidad su web sigue anunciando la interminable gira de “Jungle show” junto al batería del grupo de su hermano, Chris Layton, y un mito del boogie-rock-blues, Billy Gibbons, guitarrista de ZZTop, entre otr@s.
Aquí
el grupo, con Sue Foley de vocalista, en 2020.
El 17 de noviembre de 1999 Enrique Urquijo fue encontrado muerto en un portal del barrio de Malasaña de Madrid. 19 años antes había fundado con sus hermanos Javier y Álvaro uno de los grupos míticos de la movida, Los Secretos. Como Álvaro ha tenido una carrera más o menos exitosa, dedicaré unas líneas al mayor de la dinastía y guitarra inicial del grupo. Pues bien, pese a ser fundador de Tos, el primer grupo de los hermanos, saborear el éxito y ser el compositor de cosas como “Calle del olvido” o “Quiero beber hasta perder el control”, me ha sido difícil seguir la huella de Javier Urquijo (Madrid 1958), que ni siquiera aparece individualmente en la wikipedia. A base de husmear he sabido que después de salir del grupo en 1986, por desavenencias con Enrique, ha trabajado muy esporádicamente, en este caso siempre a rebufo de su paso por Los Secretos y de su propio hermano. Con un solo disco editado en 2009 con el grupo Ur@Gente, que se vio obligado a autoproducir, en internet se pueden encontrar algunas apariciones, colaboraciones y reuniones a menudo conmemorativas.
Entrañable esta interpretación acompañado de Fabián Benito en 2019.