jueves, 24 de diciembre de 2020

Dos poemas...

 

DOS POEMAS PARA FIESTAS ATÍPICAS

Me encantaría que las atípicas fiestas que nos esperan demuestren que hay otras formas de acompañarse; que como dice Saramago “no pasa nada”, nada importante, si es que no es importante esa mano, “solamente tu mano” de la que sí depende “muchísimo del mundo, la sucesión de las cuatro estaciones, el canto de los gallos, el amor de los hombres”.

Pasadlo lo mejor que podáis!!!



Navidad

Ni aquí, ni ahora. Vana promesa
De otro calor y nuevo descubrimiento
Se deshace bajo la hora que anochece.
¿Brillan luces en el cielo? Siempre brillaron.
De esa vieja ilusión desengañémonos:
Es día de Navidad. No pasa nada.

Jose Saramago (Azinhaga/Portugal – 1922-2010), premio Nobel de literatura 1998.




Happy New Year
Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestas tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas. Entonces
la tramo en aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo, como
si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.

Julio Cortázar (Ixelles/Bélgica - 1914-1984)



Además de reo de la cárcel de Stockton con una condena de 19 años de cárcel por el asesinato de la actriz Lana Clarkson, Phil Spector es el gran genio de la producción musical de estudio. Leo que esta grabación de 1963 con The Ronettes, The Crystals, Darlene Love, Bob B. Soxx and the Blue Jeans está considerado el mejor disco de villancicos de todos los tiempos. Solo es cuestión de comprobarlo.



lunes, 14 de diciembre de 2020

Cosecha Roja

 COSECHA ROJA

“Si no puedes alimentar a tu equipo de trabajo 

con dos pizzas, es que es demasiado grande”

Jeff Bezos

EL AGENTE HAMMETT

Dashiell Hammett, si no el mejor sí el escritor que más ha influido en la historia de la novela negra, trabajó para la agencia de detectives Pinkerton entre 1915 y 1922. Sabía por tanto de qué hablaba cuando solo un año después creó al agente de La Continental, un tipo bajo y regordete, hermético y sagaz, cuya amante nocturna más preciada era una botella de güisqui King George. Si no habláramos de un personaje de novela que trabaja en la sucursal de San Francisco (USA) creeríamos que se trata del mismísimo Villarejo, ese hombre bajo, regordete, hermético y sagaz que mantiene en vilo al Estado y a buena parte de la clase política y empresarial. La única diferencia es que en el fondo el agente de La Continental, como el propio Hammett, era un sentimental que valoraba una cierto modelo de lealtad. 

La agencia Pinkerton tiene una “inmaculada” hoja al servicio de grandes empresas y corporaciones. En 1875 detectives infiltrados acabaron con las revueltas de los Molly Maguires, un movimiento de origen irlandés que reivindicaba mejores condiciones laborales. Diez de sus dirigentes fueron ahorcados en 1877, tras un juicio lleno de irregularidades. En 1886 trescientos de sus agentes más aguerridos se trasladaron a Chicago para acabar con los últimos rescoldos de la huelga por la jornada de ocho horas que dio pie a la consagración del primero de mayo como día de los trabajadores. La agencia tampoco fue ajena a las masacres de la plaza de Homestead y Ludlow, en 1892 y 1914, y solo pasó a un segundo plano cuando la represión fue asumida por las policías de condado y se produjo un avance en los derechos laborales de los trabajadores a partir de la segunda década del pasado siglo.

AMAZON RESUCITA A LA PINKERTON

La noticia de que la Pinkerton viene trabajando para Amazon desde hace al menos dos años me ha llevado a revisar esa etapa más cruenta y visible de la agencia, desconociendo que seguía vivita y coleando, y de qué manera…

La agencia de detectives Pinkerton ya no necesita matones con más o menos modernas armas de repetición. Ahora todo es más sutil pero no menos contundente. Integrada como división de “inteligencia” y “protección” de la potente empresa sueca Securitas AB, su reaparición en los medios durante el presente siglo se produjo en la Universidad de York (Toronto) en 2003, cuando un pequeño grupo de detectives escoltó al activista de extrema derecha y ex asesor de Bush y Giuliani, Daniel Pipes. Pero su retorno al pasado anti sindical, algo más de cien años después de la masacre de Ludlow, se da en 2018, cuando trabajadores de Frontier Communications, en ese momento octava empresa proveedora de manga ancha en USA y en quiebra desde abril de 2020, denuncian que son seguidos e intimidados por miembros de Pinkerton. 

Según diversas fuentes el trabajo para Amazon comienza en 2019, cuando la empresa de comercio electrónico introduce a “espías” de la Pinkerton en un almacén de Wroclaw (Polonia) alegando un supuesto fraude en la contratación de trabajadores. Según la portavoz de la empresa, Amazon  solo pretendía "asegurar los envíos de alto valor en tránsito", no reunir información de inteligencia sobre los trabajadores del almacén; todas las actividades están "totalmente en consonancia con las leyes locales", pero lo cierto es que el Centro de Operaciones de Seguridad Global de Amazon, (a que acojona el nombre…) puso a sus analistas de datos a rastrear las actividades de las incipientes organizaciones sindicales, incluidas fecha, hora y lugar de sus reuniones. 

Ese mismo año Amazon parece resuelta a cercenar el movimiento iniciado con las  huelgas de 2018 en el centro de San Fernando de Henares, ahora en España, que pretendía relanzarse aprovechando el Black Friday. Además de las técnicas habituales de la compañía, entre las que se incluye la existencia de un video de “capacitación para acabar con los sindicatos” de casi treinta minutos, la multinacional se pone en comunicación con el hombre de la Pinkerton en nuestro país, Julián Peribáñez, propietario de la agencia de detectives Castor & Polux y autor del libro “Descubriendo el laberinto rojo”, sobre el nacimiento de Podemos. El encargo consiste en espiar las huelgas previstas durante el otoño de 2019, así como toda información colateral, principalmente periodística. El Diario.es habla específicamente de una especie de lista negra, en la que aparecería Juan Martínez, a quien los documentos internos de Amazon definen como “un periodista habitualmente crítico y muy próximo a los sindicatos". Según ese mismo diario en el encargo para espiar la huelga del 30 de octubre de 2019 en Barcelona, Castor & Polux contó con la colaboración de Antonio Giménez Raso, el hombre de Villarejo en Catalunya.

CONSPIRACIÓN Y CONTROL SOCIAL

Como husmeador de redes varias, he frecuentado durante la pandemia comentarios que achacan el virus a una conspiración universal con un objetivo final: insertarnos un chip, financiado por Soros y Bill Gates, con el que los enviados del diablo nos controlarían definitivamente.

Lo paradójico es que quienes defienden esas tesis lo hacen a menudo de forma hiperactiva a través de Goggle y un móvil cuyo mantenimiento en línea les cuesta una pasta mensual, es decir, de redes que saben hasta la talla de sus bragas o calzoncillos. Amazon no es una excepción: su base de 30 millones de clientes en 2010 o sus más de 200 millones de apuntados al Prime Day en 2017 son datos desfasados. En el interín Jeff Bezos, el fundador, se ha convertido en el tipo más rico del mundo vendiendo únicamente el 2% de su participación en la sociedad. El futuro pasa sin duda por él, un poder omnímodo que igual sirve para meterte un espía en casa (Alexa), colaborar con la CIA, financiar las tesis de grupos políticos que niegan el cambio climático y, desde luego, atacar cualquier intento de sindicación, o sea, de “sedición” de sus trabajadores. Si es difícil que a través de sus métodos de contratación se le cuele algún rojo, más difícil es que alguien conserve el puesto de trabajo si enrojece al ver las deplorables condiciones de trabajo en sus almacenes.

COSECHA ROJA

El primer personaje de la novela del mismo nombre es Bill Quint, un sindicalista de Chicago que pronto desaparece, quizás porque Dashiell Hammett, el autor y ex agente de la Pinkerton, quería subrayar que lo que se cuece casi siempre, en ese caso en Poisonville (“ciudad venenosa”), no es una reivindicación laboral, sino quién manda en la ciudad. 

Hammett abandonó la escritura en 1934, veintisiete años antes de su fallecimiento, y apenas siguió escribiendo guiones cinematográficos que le servían para sobrevivir. Desde entonces se dedicó a desarrollar decenas de actividades por los derechos civiles que acumularon casi 300 páginas en los archivos del FBI y le llevaron una temporada a la cárcel. Todo ello, sin embargo, teñido del pesimismo profético y lúcido de quien siempre se supo perdedor.


El año de la publicación de "Cosecha roja" hubo por lo menos una buena recolección de canciones: entre otras "Aquellos ojos verdes", "Guantanamera", "More thank you now", "Siboney", la mismísima "Singin´in the rain" o "Lágrimas negras", lo que indica la importancia de la música cubana en esa época. De esta última hay numerosísimas versiones, pero yo me quedo con esta, callejera e improvisada, del documental "Cuba feliz".


miércoles, 2 de diciembre de 2020

Arias Navarro (y dos)

 ESPAÑOLES, FRANCO HA MUERTO ( y II)

En el capítulo anterior: tras un corto viaje al lugar de nacimiento de mis bisabuelos descubro que mi tío abuelo Blas, uno de los "calaveras" de la familia, litiga con la madre de Carlos Arias Navarro por un quítame esos terrenos, etcétera...

LA EMPRESA HULLERA VASCO-LEONESA
La empresa que conserva el legado de Arias Navarro fue fundada por un grupo de empresarios vascos en 1893, con la finalidad de abastecer de carbón a la siderurgia vizcaína, así como a la industria ferroviaria que, en pleno crecimiento, acometería pronto la construcción del tren de La Robla, trescientos treinta y cinco kilómetros de vía estrecha entre el pueblo leonés y la villa de Bilbao. 
En el grupo de primeros accionistas aparece José Amézola, propietario de una de las empresas hulleras que se coaligan, los dueños de diversas explotaciones y un grupo de empresarios vizcaínos, entre ellos tres miembros de la familia Ibarra. Estos ostentan poca participación pero una más que evidente importancia estratégica, porque uno de ellos, José Antonio, consigue el primer contrato con otra sociedad de la que también es consejero, la empresa ferroviaria Compañía de los Caminos de Hierro del Norte, que ya en 1916 asume el 90% de la producción.

el mítico pozo Ibarra
Tras su esplendor durante las primeras décadas del siglo XX, en la llamada “orgía hullera”, la empresa entra en una fase de conflictos laborales que terminan con su cierre temporal por falta de liquidez y la expropiación durante el periodo republicano. La situación de ruina hace que Francisco de Ibarra, hermano de José Antonio, pida la intercesión del presidente del recién creado Instituto Nacional de Industria tras la guerra civil, pero es entonces cuando aparece la figura salvadora de Emilio del Valle y Egocheaga.
Cabe decir que si la compra de la empresa por Emilio del Valle y el traslado de su sede de Bilbao a León se hubiera producido en la actualidad, esta se interpretaría como una pérdida interesada del peso de la economía vasca, pero estamos hablando de otro momento y de una transferencia que se da entre una saga claramente alineada con el nuevo régimen, la de los Ibarra, y otra no menos comprometida en la causa franquista, la de los Del Valle. 
La compraventa se efectúa en 1942, a razón de 716 pesetas por acción, y tras ella la familia del Valle se convierte en principal accionista de Hullera Vasco Leonesa. Del nuevo consejo desaparecen sus habituales apellidos vascos, que son sustituidos por los Del Valle Menéndez y sus socios, entre ellas María Luz, la que será años después esposa de Carlos Arias Navarro.
Carlos y Mari Luz, su esposa
No es extraño, por tanto, que entre el patrimonio actual de la empresa Hullera Vasco Leonesa, mejor dicho de su fundación, esté el Archivo del que fue penúltimo presidente de la dictadura, por más que su sucesor, ese sí fue el último, encabezara la transición hacia la democracia. 

La página web de la fundación es austera y tiene una estética común a entidades que se presumen serias y rigurosas. Un color único, el granate, además del negro de los textos, y apenas tres enlaces a los productos editoriales de la institución. Abriendo el apartado “archivos” del menú lateral descubrimos el contenido del correspondiente a Arias Navarro que no ofrece, una vez más, ninguna sorpresa: con la excepción de un capítulo dedicado a sus “documentos personales” y otro a “vida religiosa”, el resto es una relación de su vida oficial, desde su paso por el gobierno civil de León hasta su retirada política. Nada nuevo bajo el sol. 
Pese a ello, con el impulso inicial que da descubrir que alguien de tu familia pleiteó con la madre de un personaje tan de primera fila, me atreví a contactar con la fundación a través de su formulario de contacto. Nuevo error, porque no sabiendo muy bien cómo argumentar mi interés por los años de infancia y adolescencia de Arias, así como por su faceta personal, no se me ocurrió otra cosa que apelar al pleito de mi tío abuelo Blas, lo que, imagino, puso en guardia al receptor del formulario. El caso es que no me contestaron. 
Solo cabía una posibilidad, ir al lugar donde tiene su sede social, es decir, a La Robla, a ver si había suerte, pero salvo que quisiera escribir una biografía exhaustiva y seguramente hagiógrafa de Arias Navarro, lo que no estaba entre mis planes, me pareció prescindible. Sí decidí continuar mi recorrido personal y no renunciar a conocer cuanto pudiera del personaje para redondear el blog. 

CARNICERITO DE MÁLAGA 
La calle Cocherito de Bilbao transcurre a apenas cien metros de casa. Está dedicada a Castor Jaureguibeitia Ibarra, antiguo conductor de cocheras de la villa y matador de toros entre 1904 y 1919. Su figura sigue alimentando un club taurino con su nombre y la llama en Bilbao de una afición en decadencia, la de los toros. He recurrido a esta referencia porque el torero bilbaíno es familia de uno de mis primos hermanos por vía paterna y me sirve de entradilla al apodo de Arias Navarro, Carnicerito de Málaga, que imagino debido a aficionados taurinos que sufrieron su “severidad” en la posguerra. 
En 1933 Arias Navarro, que cursa la carrera de derecho, se doctora, oposita y obtiene una primera plaza en la Dirección General de Registros y Notarias, donde es subordinado de D. Manuel Azaña, y más tarde, por concurso, la de fiscal de la ciudad de Málaga, complementando esa actividad profesional, que algunas fuentes tildan de excesivo rigor, con el fervor religioso heredado de su madre, Nieves Navarro. 
Cuando la sublevación del 18 de julio provoca su destitución como fiscal por sus posiciones ultraconservadoras, Arias Navarro simula cambiar de chaqueta y se introduce en patrullas anarquistas de la mano de Juan Castro, un militante con prestigio en la CNT. Leo repetidamente que ese acomodo le servía para pasar información al general Queipo de Llano, quien le acabará poniendo en peligro por sus excesos verbales. Sabiéndose en el disparadero, Arias recurre a finales de 1936 al presidente de la audiencia provincial, que le esconde y protege, primero en la misma Málaga y más tarde en la casa que el hijo del juez tiene en el pueblo de Pizarra, hasta que es descubierto y trasladado a la cárcel. 
Entre la soldadesca se solía decir que Franco tenía “baraka”, una especie de
Los franquistas entran en Málaga
don 
divino que le daba suerte en los momentos más complicados. Arias Navarro no podía quejarse. Durante esos años tampoco le faltó la potra que le salvara una y otra vez de ser apresado y quién sabe si fusilado, fuera por la intermediación del hijo del juez, Pelayo Varea, o de un anarquista que le reconoce en prisión y consigue que sea liberado y desaparezca durante los meses que preceden al triunfo del golpe militar en la provincia. 
A partir de esa fecha, febrero de 1937, Arias se desprende del supuesto halo libertario y reaparece como capitán honorario, participando con saña en una represión de la resistencia republicana que, según datos del Foreign Office británico, alcanzó en Málaga la cifra de 17.000 ajusticiamientos. 
Para un mejor conocimiento de esa nueva faceta, y con las cautelas que ofrece todo testimonio partidista, transcribo literalmente lo que en su momento expresó el comunista malagueño Cristóbal Criado: “Cuando Málaga fue ocupada, el anarquista Juan Castro fue detenido por las tropas franquistas. El cenetista se quedó estupefacto al ver a su amigo y compañero de patrulla anarquista ocupando el cargo de capitán honorario adscrito al cuerpo jurídico militar del ejercito franquista, firmando innumerables sentencias de muerte. El acompañante salvador de Arias Navarro desde Pizarra hasta Málaga también fue detenido, nadie intercedió por él. D. Pelayo Varea Rodriguez fue condenado a pena de muerte, notificándose la sentencia en la cárcel de Málaga el 26 de febrero de 1937. A las doce de la noche del 2 de marzo fue fusilado.” 
Hay otros testimonios que ilustran la faceta dura, alejada del olor a incienso y la contemplación mística, del personaje. Se dice que a menudo cerraba las vistas judiciales con un “como es muy tarde y no tenemos tiempo de deliberar, pena de muerte para los restantes”
Porfirio Smerdou
Igual de concluyente es la experiencia del cónsul mexicano Porfirio Smerdou, a quien el periodista Diego Carcedo llama “Schindler español” y dedica el siguiente episodio: “En la Málaga ocupada, D. Porfirio Smerdou quiso interceder por su amigo el alcalde republicano D. Eugenio Entrambasaguas Caracuel. Por ello le pidió audiencia y el fiscal le recibió en una actitud muy cordial. El cónsul le expuso con todo lujo de detalles la ayuda que había prestado el alcalde a muchas personas amenazadas de ideologías de derechas, ayudando incluso a familias enteras a abandonar la ciudad, sobre todo a través del puerto; le detalló el rechazo social del edil a la violencia criminal y sobre todo que sus manos no estaban manchadas de sangre. Arias Navarro escuchó atentamente, llegando a convencer a Porfirio de que sus argumentos estaban dando resultado; al final de su alocución el fiscal le sonrió, moviendo la cabeza de derecha a izquierda y respondió: "Le entiendo señor Smerdou, pero nada puedo hacer. El alcalde de Málaga es una persona fusilable de oficio.”
“Carnicerito” no solo consiguió que el alcalde fuera fusilado el día 6 de marzo de 1937, junto a otras 93 personas. También procesó al cónsul con la intención de encarcelarle como cómplice, cosa que, afortunadamente y gracias a numerosos testimonios favorables, no pudo lograr. 

PRUEBAS DE TIRO
No querría cerrar el periplo vivido por Arias Navarro en Málaga sin hacer mención a la matanza que se dio en la carretera que la une a Almería. Un hecho del que hay numerosas pruebas gráficas, entre ellos los documentales “A sangre y fuego” y “1937, memoria de una huida”, que he visionado para conocer el entorno en el que se movió el ex presidente. El caso es que tras la toma de la ciudad por las fuerzas franquistas se produce un éxodo masivo de civiles hacia Almería, a unos 200 kilómetros, a través de la carretera paralela a la costa; un blanco fácil para los bombarderos y las baterías de los barcos rebeldes. En uno de los documentales una voz radiofónica habla sin escrúpulos de “pruebas de tiro”. El resultado, una carnicería de entre cinco y quince mil civiles, en gran parte niños que huyen con sus madres.



ESA EXTRAÑA MORAL... 
Me cuesta entender la moral que hace que una persona sea capaz de establecer una relación tan mística con un ente inasible como para llegar a ingerirlo (comulgarlo) y dé la orden de matar a mansalva a gente de carne y hueso en apenas unas horas. Imagino que a mi tocayo Carlos le impresionaría que el colegio en el que pasó su infancia, las Escuelas Pías de San Fernando, ardiera un día después del golpe militar a manos de un grupo de milicianos. Imagino que la muerte de dos de sus hijos y la moral disoluta de esposo e hijos supervivientes quebraría el carácter de la madre y que él, apenas un niño, fuera refugio en el que consolar tanto dolor. Imagino que los avatares del triunfo republicano, tan inestables y zozobrantes para el vástago de una familia burguesa, alentarían el instinto de conservación que convierte a seres vulnerables en asesinos en serie. Este lo llegó a ser, y además con los parabienes que da detentar el poder. 

Tras la guerra y durante unos pocos años, “carnicerito” trocó el traje de luces y el delantal de matarife por el más grave y gris de notario hasta poco después de la muerte de su madre en 1943. Este hecho le sume en una tristeza que, cosecha propia, pudo incluso hacerle pensar en coger los hábitos, pero es entonces cuando entra en contacto con la que será su esposa: tal como hemos dicho anteriormente, la hija del dueño de la Hullera Vasco-Leonesa, Mari Luz . 
La conoce en León, en la etapa en la que Arias es gobernador de la provincia. Su
padre, Emilio del Valle había recurrido a él tras el secuestro de uno de sus hijos por maquis refugiados en la zona montañosa de la provincia. El secuestro tiene su coña, porque la primera intención de los guerrilleros era llevarse a otro de los hijos, el que fanfarroneaba de esquivarlos, pero al no encontrarle se llevaron al hermano. El caso es que Arias se involucra directamente y consigue su liberación, no sin el pago previo de un rescate que según los guerrilleros ascendió a medio millón de pesetas, un auténtico dineral que les permitió huir a Francia en pocos días. A raíz de su amistad con don Emilio, Carlos Arias inicia el largo, lejano y púdico noviazgo de diez años con Mari Luz, ya que en el interín es destinado a la notaría de Almódovar del Campo y más tarde a los gobiernos civiles de Tenerife y Navarra. 

Su historia posterior, un ascenso meteórico siempre a la sombra del dictador, es conocida. Director General de Seguridad, Alcalde de Madrid, Ministro de Gobernación y Presidente de Gobierno entre diciembre de 1973 y julio de 1976. Abre ese último periodo con el anuncio de la muerte del dictador y de una supuesta apertura, la del "espíritu del 12 de febrero", que no supera la prueba del algodón democrático. De modo que, sabiendo que no ha pasado el casting, cierra su trayectoria política con un último ejemplo de crueldad: el franquismo reencarnado en él muere matando al anarquista Puig Antich, al polaco alemán Georg Michael Welzel, más conocido como Heinz Chez (1973), a los miembros de ETA Txiki y Otaegi, y a los del FRAP Baena, Sánchez Bravo y García Sanz. Sin duda una rúbrica macabra.

Después, la caída en el ostracismo por su incapacidad de adaptarse a los nuevos tiempos y el marcaje al que le someten viejos compañeros de viaje; una oscura retirada al desván de la historia hasta su muerte a los ochenta años de edad, siempre envuelto en el aroma a cera quemada y la oscuridad lóbrega de las catedrales. 

The end