LAS FOTOS RECUPERADAS
Hace
poco un vecino de Orduña le recordó a mi mujer que yo le había fotografiado y
dado una copia de los retratos a principio de los años noventa del pasado
siglo. Cuando me dijo que era el hombre que remendaba zapatos en un pequeño
taller pegado al ayuntamiento recordé que, efectivamente, era uno de los
lugares que había creído necesario fotografiar porque preveía su desaparición
en poco tiempo. El zapatero era ya un hombre mayor, y el oficio, con la entrada
de productos baratos procedentes de Asia, parecía destinado a permanecer en
viejos grabados, en libros sobre artesanías perdidas, quizás en aquella misma
instantánea, pero no en el mundo real.
Busqué
en viejos archivos de fotos y negativos la inmortalidad del taller, que finalmente
había perecido con el incendio y derrumbe accidental del edificio, pero no
encontré nada. Dudé incluso si era yo el autor de las fotos, porque recordaba
haber buscado el encuadre por detrás de la cristalera que dejaba ver una utilería
ancestral de martillos, tachuelas, cajas de clavos y
puntas de tamaño diverso, pero no haber entrado y menos retratado al artesano. Tampoco
recordaba haberle visto desde que el taller se desplazó en 1992 a otra calle tras
el derrumbe.
Al
advertir a este señor, que ahora tiene 86 años, que había perdido las
fotografías y sus negativos, se ofreció a prestármelas y así lo hizo. Me emociona ver al señor
Guaresti posar mientras trabaja veintiséis años atrás y me enorgullece la
oportunidad y por qué no, también la calidad de las instantáneas, datadas en su
reverso el 11 de setiembre de 1991, tal día como hoy y, casualidad, de la
fiesta nacional de mi país de origen. Me parece una manera quizás no muy épica, pero para
mí entrañable de celebrarla.
Adoro
la fotografía. En éstas el tiempo permanece
detenido para siempre en el golpe que el zapatero lanza con destreza en una
edad madura pero capaz. Rodeado de una utilería que, me dice, se conserva en un
museo. Cómo debe ser. Ambos nos enorgullecemos de este punto de conexión de
cartulina: él, del oficio que le dio sustento; yo, de haber tenido la ocasión de
compartirlo.
He
encontrado esta versión acústica de “Zapatero”, una canción de Manolo García.