lunes, 11 de septiembre de 2017

Las fotos recuperadas

LAS FOTOS RECUPERADAS

Hace poco un vecino de Orduña le recordó a mi mujer que yo le había fotografiado y dado una copia de los retratos a principio de los años noventa del pasado siglo. Cuando me dijo que era el hombre que remendaba zapatos en un pequeño taller pegado al ayuntamiento recordé que, efectivamente, era uno de los lugares que había creído necesario fotografiar porque preveía su desaparición en poco tiempo. El zapatero era ya un hombre mayor, y el oficio, con la entrada de productos baratos procedentes de Asia, parecía destinado a permanecer en viejos grabados, en libros sobre artesanías perdidas, quizás en aquella misma instantánea, pero no en el mundo real.


Busqué en viejos archivos de fotos y negativos la inmortalidad del taller, que finalmente había perecido con el incendio y derrumbe accidental del edificio, pero no encontré nada. Dudé incluso si era yo el autor de las fotos, porque recordaba haber buscado el encuadre por detrás de la cristalera que dejaba ver una utilería ancestral  de  martillos, tachuelas, cajas de clavos y puntas de tamaño diverso, pero no haber entrado y menos retratado al artesano. Tampoco recordaba haberle visto desde que el taller se desplazó en 1992 a otra calle tras el derrumbe.

Al advertir a este señor, que ahora tiene 86 años, que había perdido las fotografías y sus negativos, se ofreció a prestármelas y  así lo hizo. Me emociona ver al señor Guaresti posar mientras trabaja veintiséis años atrás y me enorgullece la oportunidad y por qué no, también la calidad de las instantáneas, datadas en su reverso el 11 de setiembre de 1991, tal día como hoy y, casualidad, de la fiesta nacional de mi país de origen. Me parece una manera quizás no muy épica, pero para mí entrañable de celebrarla.

Adoro la fotografía. En éstas el tiempo  permanece detenido para siempre en el golpe que el zapatero lanza con destreza en una edad madura pero capaz. Rodeado de una utilería que, me dice, se conserva en un museo. Cómo debe ser. Ambos nos enorgullecemos de este punto de conexión de cartulina: él, del oficio que le dio sustento; yo, de haber tenido la ocasión de compartirlo.



He encontrado esta versión acústica de “Zapatero”, una canción de Manolo García.