lunes, 12 de marzo de 2018

Facebook 1


FACEBOOK 1 - SUEÑOS
Desde que me inicié siempre he pensado que las redes sociales son como la vida misma pero a lo bestia, con un inconveniente, dejan acta notarial de éxitos y bondades, pero también de errores y ruindades.
Recién alumbrado al mundo de Facebook me lleve un par de sorpresas sucesivas. A una de ellas hice alusión en una entrada anterior, así que no me extiendo. A la otra me pongo porque tiene su cosa nostálgica.
Creo que corría 2008 cuando A.M., con el que había perdido contacto veinte años antes, me solicitó que le añadiera a su lista de amigos de Facebook. Cómo no…!! A.M. no solo había sido compañero de trabajo, sino de sueños. Acabábamos de pasar la oposición tras un periodo combativo como contratados eventuales y ya estábamos anhelando dedicarnos a lo que nos gustaba de verdad, escribir, a poder ser poesía.
las tertulias pasaron por Casa Isidro, El Raval, locales
con dueños que escribían poesía y participaban en la
tertulia, y el mítico Els quatre gats, con el espléndido
cuadro de Ramón Casas
En poco tiempo congregamos a un grupo de aspirantes a escritores, y entre tertulia y tertulia literaria y vino, mucho vino, creímos llegado el momento de montar nuestra propia editorial. Sin llegar a los veinticinco años de edad y con un equipaje casi vacío conseguimos una entrevista con Enrique Badosa, poeta reconocido y aún en activo. Creo recordar que en un despacho del desaparecido El Noticiero Universal de Barcelona. Nos atendió con una amabilidad y respeto envidiables, porque nosotros le veíamos entonces como un poeta más o menos pasado de moda y él, imagino, como dos gilipollas que se creían capaces de comerse el parnaso. Recuerdo que se echó las manos a la cabeza cuando le anunciamos el nombre que augurábamos a la colección, ”Moco de pavo”. Todo entre underground y populachero... Como es evidente el sueño, perdón, el proyecto, no se materializó, aunque ambos publicamos poco después nuestros primeros libros.
A.M. era un tipo raro, creo que marcado por determinados aspectos trágicos de su infancia y adolescencia, así que no me extrañó que tras veinte años de desconexión volviera a desaparecer de Facebook después de media docena de pequeñas y algo peculiares conversaciones. En el intervalo le pregunté si había seguido escribiendo pero no llegó a contestarme. No me choca. Poco tiempo después una amiga común me comunicó que había fallecido. Las fechas coincidían con su desaparición en la red.
He buscado en los registros si hay alguna publicación más que su primer y único libro y no es así. Es una pena. Tenía una imaginación desbordante, capaz de escribir un relato de un tirón sin corregirlo, y con algo de disciplina creo que hubiera llegado a crear algo sonado.
Hace unas semanas busqué a otro de aquellos escritores noveles en el mismo facebook. Fue el primero en publicar y pronto se hizo una tarjeta de visita que bajo los apellidos señalaba con petulancia la profesión que le adornaba: poeta. Tampoco ha vuelto a publicar y ahora, casi cuarenta años después, supongo que abandonado por la inspiración, se presenta en su perfil como actor figurante. 
Sueños…
Canté muchas veces a viva voz este “Rosa rosae” de José Antonio Labordeta con A.M., cuya letra resume muy bien parte de nuestra infancia.