Pensaba dar por cerrado el asunto pero veo que la distorsión de la
realidad sigue ganando adeptos, y que al calor de la polémica del
Open Arms crece el número de ciudadanos que consideran que el gran
problema del país en verano lo constituyen los manteros.
Esta misma semana se ha producido una reyerta con detenidos en un
puente de Bilbao, porque los manteros dificultaban el paso de los
transeúntes. Curiosa y afortunadamentelos transeúntes
“dificultados” por los manteros se enfrentaban a los ertzainas
“desalojadores”. Dos días después la ertzaina participa
activamente en el operativo que “aconseja” a los 90.000 vehículos
transeúntes que traspasan la frontera de Irún a no hacerlo para no
dificultar la estancia de los líderes del mundo. ¿Contradictorio?
Miquel Buch, conseller de Interior, vaya fenómeno...
Sigamos. No sufro directamente al consejero de interior de la
Generalitat de Catalunya, senyor Buch,pero por sus debates mediáticos nunca me ha parecido especialmente listo.Posiblemente tenga razón cuando defiende que la alarma social sobre inseguridad en Catalunya no está justificada por las estadísticas, pero sus declaraciones señalando quelos manteros son corresponsables de
la delincuencia urbana en Barcelona porque “distraen” a los
turistases de antología del disparate. Le veotapando la casa
Batlló y la Sagrada Familia para que los turistas no se distraigan.
Pero una cosa es que no sean listos y otra que no sean listillos.
Porque las suyas sí que son maniobras de distracción. Por cierto,
un nuevo argumento standard contra los manteros: que introducen
productos falsificados. Ostras Pedrín!!!! ¿No se habían enterado,
o sí, pero mejor pasar de puntillas, de queen 2018la
mitad de los productos vendidos o transportados por Amazon, que
como advertía en al blog anterior factura en BCN quince veces más
que la mercancía de todos sus manteros, eran falsos,
exactamente el 13% de los que se venden on-line (en el caso de Ebay
se habla del 60%)?. En este caso los medios no hablan de mafias y
delincuencia organizada, sino de “preocupación”, “problema a
resolver” y otros eufemismos condescendientes con las grandes
empresas tecnológicas.
Desde mayo de 2019 Amazon ha trasladado a las marcas originales el
control del trasiego ilegal mediante una aplicación informática
(Project Zero), pero qué queréis que os diga, dada la opacidad del
comercio electrónico y que perderían el 50% de su facturación
habrá que tener fe, que como recordaba el gran Monterroso “mueve
montañas”...
Mi “cuñao” Pedro me ha recomendado esta potente orquesta funk,
Snarky Puppy, que tal como están las cosas creo adecuada para
levantar el ánimo.
Me he mercado un
titular fake para empezar por dos motivos: subir el número de
visitas al blog y mostrar que la frontera entre lo aparente y lo real
es sumamente frágil, porque poder podría, el potencial no es falso,
lo falso es que lo haga…
IMPRESIONES
Pues
bien, hace años presencié la lección que un curtido jefe de
personal daba a una sindicalista novata que exigía más recursos
humanos. El jefe la escuchó con atención, y tras un breve silencio
le preguntó si la falta de personal que alegaba era una “impresión”
o venía avalada por datos contrastados. Al no obtener respuesta le
indicó que el ratio de expedientes por trabajador era el más bajo
del organismo, y que según esos datos sobraba un veinte por ciento
de la plantilla.
Manteros en la Gran Vía de Bilbao
Pues
bien, la “impresión” de que los manteros son uno de los grandes
problemas de las ciudades reaparece todos los años con virulencia,
con especial rigor en Barcelona (persecución policial,
enfrentamientos, multas, pintadas en la sede de la PIME COMERÇ...).
No
en vano una paisana me decía hace casi un año que la ciudad estaba
invadida por manteros subsaharianos, y como apenas dos meses antes yo
mismo había visitado BCN y no había visto a uno solo me atreví a
comentárselo, casi disculpándome por haberme movido únicamente por
Gracia, El Guinardó, Poble Nou y Poble Sec, y no haberlo hecho por
Las Ramblas, la Pça. Catalunya, La Barceloneta y el Port Olímpic,
al parecer sí abarrotados por esa “plaga”, lo que me llevó a
la conclusión de que nuestra “impresión”, visualización del
problema, era antagónica, y que lo mejor era documentarme para ver
quién de los dos tenía razón.
NÚMERO
DE MANTEROS: El primer dato para ver cuál de las dos “impresiones”
es más acertada es saber el número de manteros en activo en la
ciudad condal. La pime, manejando fuentes dispares, llega a la
conclusión de que la media anual asciende a 875 manteros. En una
ciudad de 1.600.000 habitantes el porcentaje de manteros es, por
tanto, de un 0,05%, exactamente cinco manteros cada diez mil
habitantes.
OCUPACIÓN
DEL ESPACIO PÚBLICO: El segundo dato que me parece importante, ya
que aborda el tema de la visualización del problema, es saber el
espacio público que ocupan. El cálculo es mío y parte de la base
de que una manta tiene una medida de 4 metros cuadrados, lo que,
multiplicado por la media de manteros, me da una superficie
aproximada de 3.500 metros cuadrados, menos de media hectárea, es
decir un 0,005% de la superficie total de la ciudad, y para ser más
gráfico la mitad de la superficie del Camp Nou. El estudio considera
que el ayuntamiento de Barcelona deja de recaudar alrededor de
1.200.000 euros en concepto de licencia municipal por actividad de
venta no sedentaria, nuevamente algo menos del 0,05% del presupuesto
de ingresos.
Veamos.
Hay que aceptar que cuantificar el impacto económico es complicado,
ya que el “problema” de los manteros reside precisamente en su
situación irregular, es decir, en que su actividad no está
declarada ni, en consecuencia, controlada fiscalmente, pero entender,
como hace la asociación de comerciantes, que ese impacto alcanza 65
millones de euros considerando que todos los manteros venden todos
los días del año toda la mercancía que contiene su manta (página
6 del informe), es un tanto peculiar, porque imagino que lo que
importa al pequeño comerciante es lo que deja de vender porque lo
hace el mantero, y no el volumen de productos que este pone a la
venta. ¿Y si no vende nada en toda una semana?
¿PERMISIVIDAD?:
Mención aparte merece el tema de la permisividad, una de las
acusaciones estrella a la gestión del ayuntamiento regido por Ada
Colau. La verdad es que es un dato que me ha sorprendido, por más
que haya presenciado en Bilbao verdaderas situaciones de acoso,
incluso del atropello de un joven senegalés por un coche patrulla,
porque la Guardia Urbana de BCN efectuó nada más y nada menos que
54.626 denuncias (177 diarias) en 2018, incluso menos que en años
anteriores pero con mayor decomiso de productos en venta.
A la
vista de esos datos vuelvo al tema de la “visualización” del
problema, porque parece evidente que en todos sus aspectos (número
de manteros, ocupación del espacio público, impacto económico…)
se trata de una actividad sin duda ilegal y de cierta magnitud en
determinados barrios, pero que me atrevo a calificar de marginal en
el conjunto de la ciudad.
Cartel de la última concentración de apoyo en Bilbao
A mi
modo de ver, la economía virtual nos enfrenta descarnadamente al
falseamiento de la realidad. No es que tengamos la “impresión”
de lo que pasa, es que vivimos es un espejismo colectivo. Porque, no
digo que no tenga su incidencia, tampoco que no deba perseguirse,
pero ¿Es insufrible para el pequeño comercio, para los ciudadanos,
la existencia de pequeñas bolsas de venta ilegal de carácter
marginal, o es una “impresión” inducida que nos deslumbra? ¿De verdad es el top manta el fenómeno que está acabando con
los pequeños comerciantes? ¿De verdad es uno de los problemas
prioritarios de las grandes ciudades?
Según
algunos medios de investigación económica la empresa AMAZON, que ya
en 2017 lideraba el comercio electrónico en España, facturó ese
año 4.241 millones de euros, aproximadamente un 20% en Catalunya, 13
veces más que la totalidad (vendida o no) del top manta en
Barcelona. En términos espaciales hablamos por tanto de una manta
virtual que ocuparía siete campos de fútbol en Catalunya y más de
treinta en todo el estado, siendo su aportación a esas arcas
públicas de poco más de 800.000 euros aquel mismo año, menos de lo
que según el estudio de PIME COMERÇ debería pagar el colectivo de
manteros solo en la ciudad de Barcelona.
Pues eso, IMPRESIONES...
Como la mayor parte de manteros de Bilbao son senegaleses me ha parecido de recibo dedicarles la música de su país de origen, que tuve ocasión de visitar hace unos años. Ya antes, desde que reapareció en 2001, la veterana ORCHESTRA BAOBAB me suele acompañar a menudo con su música pegadiza y vitamínica.
No me refiero a ese viejo negocio de usureros, esa antigualla
medieval que cobra por un sírvase usted mismo a través de
transacciones virtuales y te obliga a hacer todo por cajero, móvil u
ordenador de tu casa; no a la empresa titular de esas oficinas
minimalistas en las que, no se sabe porqué imperativos tecnológicos,
un pobre esclavo, un ingeniero o economista al que han colocado
detrás del mostrador por un puñadito de euros, te remite a la
oficina de origen aunque esté a más de cincuenta kilómetros ya
que, dice cabizbajo y avergonzado, no puede acceder a tu cuenta; no,
no es a esa rémora del sistema a la que en muchos pueblos de la
península llaman con el gracejo que les caracteriza “la
diligencia” porque, como en los tiempos de John Ford, acude una vez
cada tanto tiempo a proporcionar de cash a los lugareños; ese
negocio improductivo que hace no tanto tiempo ocupaba uno sí y otro
también los bajos de nuestras calles y ahora se repliega nuevamente
a las avenidas principales, a las que hay que ir de nuevo, sin
remisión, a que te maltraten.
Uy!!!, me he venido arriba y olvidado
que quería hablar del otro banco, el de carne y hueso, el de toda la
vida, el banco de piedra, madera o metal, el banco gratuito para
solazarse y ver pasar el mundo y la vida.
Traigo el tema a cuenta de que oigo por la radio que algunos
ayuntamientos se plantean la recuperación no comercial de los
espacios públicos, calles, paseos, bulevares. Antaño reivindicábamos áreas peatonales para
ralentizar la vida, pero al peatonalizarse las vías públicas se han ido privatizando convirtiéndose en bares, comedores y fumaderos de gente estresada,
de modo que bienvenida la oferta municipal.
Pero mientras se mueven o no las alcaldías aprovechemos lo que
queda, sentémonos a ver pasar la vida sin prisa, aburrámonos.
Mientras los bancos, estos naturalmente, sigan siendo gratuitos, no
haya que consumir o pagar un alquiler, poseámoslos, hablemos con sus
pobladores, seguramente gente ociosa como nosotros, ancianos, ricos,
pobres, espectadores, protagonistas, tullidos, cansados, porretas,
indigentes, aburridos, cotillas, meditabundos, dibujantes,
pensadores, sedientos de sol o de aire libre. ¡¡Viva el banco, el
público, el de todos!!
Pues a ello, a sentarnos a ver como “Pasa la vida” (Pata Negra).