UN POEMA DE DAVE CUNLIFFE
PARA EL DÍA DE LOS
DIFUNTOS
Vuelvo a un doble clásico para la ocasión.
Publicar un poema sobre muertos y ver qué ha sido de poetas que en
su momento fueron “antologados”.
En este caso se trata de David Cunliffe, nacido en
Blackburn (Reino Unido) en 1941, e incluido en una selección de
poetas ingleses de 1975 que he utilizado alguna vez por su diversidad.
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Cunliffe en el centro en una presentación |
Cunliffe es un tipo curioso que me ha recordado
algunas experiencias personales de finales de los años setenta del
pasado siglo
(https://charlievedella.blogspot.com/2018/03/facebook-1.html).
He buscado en internet qué fue de él tras una publicación que el
mismo antólogo se cuestionó en su momento y apenas da señales de
vida. En las primeras pesquisas solo he encontrado breves referencias
a la revista que fundó junto a su novia, posterior esposa y
divorciada, Tina Morris, y un par de fotos que reproduzco por lo que
tienen de testimonio gráfico de la época.
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Cunliffe enfrentándose a Enoch Powell |
Más tarde, incentivado por la aparente
desaparición de un señor que llegó a compartir páginas con
autores muy reconocidos como Kingsley Amis, Geoffrey Hill o Philip
Larkin, he encontrado un estudio dedicado a su obra y una nota final
que lo ubica actualmente, ya con 78 años de edad, en la redacción
de “Beat scene”, revista sobre la generación beat fundada en
1988.
El trabajo de Bruce Wilkison (Cultura
oculta, historia olvidada -Penniless Press, 2017), estudioso y “conservador” de la obra de Cunliffe, repasa los
únicos años de una actividad creadora que culmina con su detención
en 1966, por publicación de poesía obscena. Desde ese momento hasta
la noticia de su presencia en “Beat scene”, Cunliffe es un poeta
fantasmal al que podría darse por muerto. Nunca mejor dicho.
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Portada de PoetMeat |
De procedencia humilde, casi marginal, vive de
forma autónoma aún adolescente y se gana la vida trapicheando con
las sustancias más de moda en los años cincuenta y sesenta,
marihuana, heroína, LSD...hasta que conecta por esa vía con la
bohemia que se refugia en el Soho londinense.
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última portada de Beat Scene |
Su politización en los primeros años sesenta le
lleva a aparecer en marchas y manifiestos antinucleares de carácter
anarquista, y ya en 1963 a crear la revista POETMEAT (¿poeta
carnal?), casi principio y fin de su obra poética.
“Poetmeat” era un pequeño panfleto de pocas
páginas e impresión artesanal que se vendía por un chelín en
pubs, tugurios y envíos postales a unas centenas de seguidores que
también escribían poesía, practicaban sexo libre y participaban en
movimientos alternativos. Su exotismo y singularidad hace que esas
revistas se pueden comprar actualmente por entre 45 y 100 libras.
Y
bien, el poema elegido pertenece a uno de sus contados libros, “Night
book of the mad”, publicado en 1964, que por su fuerza expresiva creo que ni piripintado
para la ocasión.
LAS VIDAS Y LAS MUERTES DE UNA RAMERA
Ellos desfilan lentamente a través de tu vida y han probado
la piel estirada y reseca de tu gastado cuerpo, resplandeciendo
suavemente en la noche mientras te penetraban.
Nunca vieron tus muslos desnudos, magullados, apaleados
estúpidamente
entre los suelos fríos y de barro; humedecidos débilmente con
esa rancia orina;
absorviendo los vinos poco a poco a través de la espesa frazada
marrón
y las sábanas delgadas y manchadas de amor.
Has muerto joven, sin cariño,
y tu desalentadora tragedia es que a los que
que han sido sensibles a tus necesidades y a nosotros,
que te hemos visto morir, ni siquiera nos importa.
Pese a la rebeldía de Dave Cunliffe, el hit
número uno del Reino Unido en 1964 no pertenecía a los Rolling,
Beatles o Kinks. Era esta empalagosa balada interpretada por un
olvidado Jim Reeves. Es posible que esto se debiera a que el cantante
falleció ese mismo año en un accidente de avión, tras una exitosa
gira por Irlanda e Inglaterra.
Joee...con tanto muerto me ha quedado el blog la
mar de lapidario.