sábado, 7 de marzo de 2020

Isla Correyero 8 marzo

DOS POEMAS DE ISLA CORREYERO 


PARA EL 8 DE MARZO

La lectura de “Mi bien” (Coleccción Visor), la recién publicada antología poética de Isla Correyero, me está dotando de infinidad de poemas que me parece imprescindible compartir. Hay tanta calidad en el libro que vuelvo a seleccionar dos de ellos para esta efeméride (ya lo hice en fin de año) y estoy seguro que me veré tentado a repetir. De todos modos lo mejor es comprar el poemario y degustarlo.

Por cierto, el miércoles día 11 a las 7,30 h. recita con unos colegas en la Biblioteca de Bidebarrieta de Bilbao. 



TAZA DE CALDO

Amnón andaba por ella atormentado, hasta
enfermar por Tamar, su hermana.
(2 Samuel, 13, 2-3)
Cuando yo era muy niña
una mujer amada me cantaba un romance
en las tardes altísimas del final del verano.
Pretendía dormirme con aquella canción
que contaba la historia
de dos hermanos moros cautivos en Granada:
Ella estaba con fiebres malignas en el lecho
y él, un guapo muchacho,
le llevaba una taza de caldo
oculta en la chilaba.
Yo jamás me dormía
porque jamás historia alguna me pareció tan bella.
La ternura corría caliente por mi sangre
como el caldo que a ella le calentaba el cuerpo.
y cerraba los ojos
y veía acercárseme a mi hermano
al que amaba más que a mi propia vida.
¿Cómo podría el tiempo disipar la memoria
de aquellas escaleras
pintadas en un ocre maravilloso y cálido,
y el mandil de la yaya
con el pañuelo siempre guardado en un bolsillo,
o aquella porcelana colgando en las paredes,
y los relojes viejos con esmaltes gastados,
y los paños de hilo componiendo figuras,
y aquellos reposteros de seda descrudada
cubriendo los pasteles?
¡Soñaba tantas veces con ser aquella mora
enferma palidísima!
Quizá para sentirme, como ella,
asistida, por el hermano amado.
Un día de tormenta partimos de viaje.
Y en el coche mi hermano jugaba con un coche.
Una vez más cerré los ojos húmedos
y me metí por dentro del juguete de plástico.
La penumbra y los rayos caían a mi boca
como cayera el caldo de la historia en la Historia.
No sé qué es el incesto.
Pero si alguna vez amé con amores carnales
a alguien de mi sangre,
fue aquella tarde hermosa de truenos y de lluvia,
en el asiento azul de un coche de juguete.
OREJA AUSCULTANDO MAMAS

Quiero a mi hombre de 40 años
porque se vuelve un niño de 14 cuando
se acuesta a mi lado
y me susurra las palabras
más dulces y duras de mi lengua española.
Sus ojos enfocan a los míos y como si filmara
una peli porno con mi lencería
me ilumina la piel de parte a parte
se transforma en mi amigo mi amante
mi soldado mi chica mi novio mi marido
mi ordenador mi hermano mi mujer mi corderito añil
que es el que me propone me dicta
me camela
me enciende el corazón
me afina el cuerpo
me castiga me nubla la conducta
me pone los tangas justos bíblicos
el liguero de terciopelo azul
la camiseta de encaje de Marx Spencer
las medias los tacones
una bomba en la mano y en el sexo
y luego todo me lo va quitando
lentamente con mimos
con cariños del sur;
me lava lo mítico y lo último
me da masajes de aceite con palabras
firmadas en la oreja
me ausculta debidamente mamas y tobillos
él me llama su niña yo mi rey mi papi
mi papito mi adorado
mi pececito eternamente soñoliento y dulce
que se irá de mi vida para siempre
que mañana se casa por la iglesia


Creo recordar que Cecile McLorin Salvant ya pasó por el blog hace tiempo, pero me he acordado de ella y de esta bella canción, "Le front caché sur tes genoux", con letra de la poeta feminista haitiana Ida Faubert (https://poetassigloveintiuno.blogspot.com/2014/04/ida-faubert-11536.html).


lunes, 17 de febrero de 2020

Urkullu


URKULLU Y EL VERTEDERO VASCO


Urkullu con gesto preocupado
El pasado 5 de febrero el lehendakari Urkullu estaba en su zénit político. Ese hombre de movimientos seguros, capaz de articular discursos sin necesidad de chuletas, poco tenía que ver con quien heredó la makila en 2012. Funcionario gris de la Diputación Foral de Bizkaia, en sus primeras intervenciones parecía imitar al rey emérito y estar destinado a protagonizar la etapa más opaca del partido que fundara Sabino Arana, pero ocho años más tarde, flanqueado por una terna de excelentes comunicadores (Ortuzar, Erkoreka, Esteban) y sustentado en centenas de buenos gestores formados en colegios y universidades cercanas al partido, su imagen es la de un hombre de estado que flota por los escenarios políticos con aire de suficiencia.

Todo se torció al día siguiente, el 6 de febrero, cuando entre tres y cuatro mil metros cúbicos de tierra y escombros cayeron sobre la autopista AP-8, el eje que une Donosti y Bilbao, y como una cruel metáfora sobre el lehendakari Urkullu y su gobierno.

Imagino que en ese momento ya había decidido adelantar las elecciones
el vertedero (fuente RTVE)
autonómicas al 5 de abril, una decisión que, a la vista de lo ocurrido estas últimas semanas, ha podido convertirse en un error, porque a la hora de redactar estas líneas el cuerpo de dos trabajadores sigue bajo los escombros. Ahora sabemos, además, que estos contienen elementos peligrosos como el amianto y otros residuos no autorizados que empezaron a arder a los pocos días, y los pueblos del entorno y una parte de la sociedad vasca se han rebelado por la falta de reflejos del ejecutivo y lo que califican de “falta de humanidad” del lehendakari. Algo que intenta paliar los últimos días con una avalancha de información “dulce”.

La Comunidad Autónoma Vasca contiene vertederos reales, como el que ha provocado la muerte de los dos trabajadores, y cientos de pequeños vertederos con residuos morales: corrupción institucional, caciquismo, y una inmensa e inagotable red de clientelismo diseminado por las distintas administraciones, corporaciones, pueblos y ciudades de la geografía del país.

Hablar de esto en la sociedad vasca es complicado. Tal es el nivel de auto complacencia conseguido por lustros de gobierno del PNV, con una televisión dócil y unos medios de comunicación que hablan en sordina, que el ciudadano medio no da pábulo a que sea el tercer partido con más casos de corrupción del estado, tras PP y PSOE. Sabe que conviene llevarse bien con el partido sea cual sea la actividad a la que uno se dedique, más si se quiere hacer carrera en la administración y que, en este supuesto oasis, los políticos amortizados también disponen de amplias puertas giratorias, solo hay que echar un vistazo a los consejos de administración de Iberdrola, Petronor o Enagas, pero lo ve como algo menor en comparación con los grandes casos de corrupción en el estado. Ese ciudadano medio, principalmente el que le vota, disculpa que en un país pequeño como este el PNV sea el partido que ha recibido más donaciones privadas y anónimas desde 1992 hasta la fecha, siete veces más que el PSOE en todo el estado. Huele mal, pero ¿por qué no van a ser más generosos y altruistas los simpatizantes del partido en el poder?

La nómina de casos de corrupción es innumerable solo desde el año 2000: casos Ibarra, Bravo, Cearsoro, Balenciaga, Zabalgarbi, Pagaldai, Telerría, De Miguel, Fonorte, Margüello, Urazca, Hiriko, San Antonio, Bakio d´Or, Alonsotegui y los diversos fraudes en las oposiciones de Osakidetza. Casos que han imputado y condenado hasta a doce ex-alcaldes, además de un ex-senador, un ex-vice lehendakari y numerosos cargos intermedios del PNV, pero que aparecen siempre como de menor importancia que los que puedan producirse en el estado.

Manifestación (fuente El Insurgente)
El vertedero vasco no solo contiene residuos tóxicos amagados entre pinos. Es un modelo social no tan diferente del que pueden tener otras comunidades con gobiernos de derecha. Un modelo, es cierto, con una clase media acomodada que consume sanidad privada, puede elegir entre cinco tipos de educación y se ve protegido en un porcentaje importante por pensiones complementarias; un funcionariado muy bien pagado; un nivel de renta medio superior al del resto del estado; ciudades modernizadas que han sabido reconvertirse en lugares turísticamente atractivos; pero un modelo que atenúa pero no consigue suprimir la pobreza. Tres datos preocupantes del reciente informe de FOESSA alertan sobre este hecho: (https://www.euskadi.eus/web01-a2estadi/es/contenidos/noticia/not_sosa_informe_foessa/es_def/index.shtml ): 1) pese a una estructura de ingresos más igualitaria “las personas más pobres pierden más renta que en el resto de España”; 2) una de cada siete personas, en torno a 334.000, se encuentra en situación de exclusión social moderada o severa; y 3) se percibe un aumento preocupante de este tipo de exclusión y la valoración muy negativa de los Servicios Sociales por las personas que la sufren.

La dicotomía social sobre la que alerta el informe de FOESSA permanece agazapada en pueblos y barrios que se desertizan, que pierden cohesión social y sufren cada vez más inseguridad. Son los vertederos sociales que, junto con los residuos de la corrupción citados al principio, pueden aguar la fiesta y acabar cayendo como un alud sobre el ensimismado “oasis vasco” del lehendakari Urkullu.




Y un "lugar común": Los Lendakaris muertos.



jueves, 13 de febrero de 2020

Poema de amor


UNA CANCIÓN/POEMA DE AMOR 




PARA EL DÍA DE LOS ...


































Aunque dicen que Leonard Cohen no llegó a terminar nunca el poema “A thousand kisses deep”,




















que retocó durante veinte años, en 2001 musicó parte de sus versos, los que empiezan “los potros




















corren”, en una canción dedicada a la pintora Sandy Serriman, suicidada en 1998 tras un doloroso









proceso cancerígeno.




























Cohen colocó su resultado en una de sus últimas grabaciones, “Ten new songs”.















A mí me gusta una reciente versión del heterodoxo Howe Gelb, una especie de Cohen del siglo
















XXI, junto a A.Ward.



































A mil besos de profundidad
Viniste a verme esta mañana
Y me trataste como si fuera carne

Hay que ser un hombre para saber
Lo bueno y dulce que es eso

Mi doble en el espejo, mi pariente más cercano

Te conocería hasta durmiendo

¿Y quién sino tú podría llevarme
A mil besos de profundidad?
Te amé cuando te abriste
Como una azucena al calor
Yo sólo soy otro muñeco de nieve
Bajo la lluvia y la cellisca
Que te amó con su amor helado
Y su físico de segunda mano
Con todo lo que es y todo lo que fue
A mil besos de profundidad
Sé que tenías que mentirme
Sé que tenías que engañarme
Posar con todo el ardor y la altivez
Tras los velos de la pura falsedad
Nuestro perfecto porno aristócrata
Tan elegante y barato
Soy viejo pero aún me gusta
A mil besos de profundidad
Aún funciono con vino
Aún bailo mejilla con mejilla
La banda está tocando Auld Lang Syne
El corazón no piensa retirarse
Hice una carrera con Diz y Danté
Aunque nunca tuve su fondo
Pero una o dos veces me dejaron tocar
A mil besos de profundidad
El otoño se coló en tu piel
Algo me ha entrado en el ojo
Una luz que no necesita vivir
Ni necesita morir
Un enigma en el libro del amor
Oscuro y obsoleto
Hasta que con el tiempo y la sangre lo vea
A mil besos de profundidad

Soy bueno con el amor soy bueno con el odio
Es en medio donde me quedo paralizado
He estado preparándome pero es demasiado tarde

Hace años que es demasiado tarde

Pero tú estás muy guapa, de verdad

El orgullo de Boogie Street
Alguien debe de haber muerto por ti
A mil besos de profundidad
Te amé cuando te abriste
Como una azucena al calor
Yo sólo soy otro muñeco de nieve
Bajo la lluvia y la cellisca
Pero ahora no necesitas oírme
Y cada palabra que diga
Sólo irá en contra mía
A mil besos de profundidad

Los potros corren, las chicas son jóvenes
Las apuestas están para batirlas
Ganas un poco y ya está

Tu pequeña racha de suerte

Y emplazado a enfrentarte

Con tu invencible derrota
Vives tu vida como si fuera real
A mil besos de profundidad
Hago la calle, me estoy pinchando
He vuelto a Boggie Street
La cosa se te escapa y caes
En la Obra Maestra
Y quizá aún tuviera kilómetros que recorrer
Y promesas que guardar
Lo dejas todo para seguir vivo
A mil besos de profundidad
Y a veces cuando la noche es lenta
Los miserables y los mansos
Recogemos nuestros corazones y vamos
A mil besos de profundidad
Confinados al sexo, nos apretamos contra
Los límites del mar
Entonces vi que no quedaban océanos
Para carroñeros como yo
Alcancé la cubierta de proa
Y bendije al resto de la flota
Consintiendo naufragar
A mil besos de profundidad
Hago la calle, me estoy pinchando
He vuelto a Boggie Street
No creo que te cambien los regalos
Que tendrías que haber guardado.
Tu recuerdo es fragante
Tu ficha está completa
A excepción de lo que olvidamos hacer
A mil besos de profundidad

Y a veces cuando la noche es lenta
Los miserables y los mansos
Recogemos nuestros corazones y vamos

A mil besos de profundidad.






domingo, 26 de enero de 2020

Guantes



GUANTES

Hace unos días me puse uno de los tres pares de guantes que tenía sin estrenar. No me gustan, algo que confirmaré en próximas líneas, pero ese día hacía mucho frío y pensé que ya era hora de honrar a las personas que me los habían regalado.

Pues bien, creo que, de necesitarlos alguna vez para degollar o disparar a alguien sin dejar huella, hubiera acabado cortando un dedo a la víctima o baleado un objeto decorativo de los estantes del lugar del crimen, pero no con nadie, tal es la ausencia total de tacto que me producen. Para muestra un botón. Ese día me los calo en el rellano y al dar al de llamada del ascensor con los guantes puestos, me doy cuenta de que es un artilugio tactil que no reconoce el cuero. Así que, venga!!, a quitarte el diestro hasta que llegues a la calle. Creo que lo más parecido a usar guantes es beber o comer algo saliendo del dentista con media anestesia entre los labios.

Francisco Paesa en sus mejores tiempos
Además de ser muy socorridos en películas de asesinos en serie, no voy a hablar aquí de los de trabajo, los guantes tienen abundantes usos literarios. Hay butroneros, carteristas, aluniceros a lo bestia, como el famoso “niño Juan”, pero también “ladrones de guante blanco”, que asocio más a determinados papeles cinematográficos de Cary Grant o David Niven, que a tipos mal educados y algo chapuceros como Luis Bárcenas, alias “el cabrón”, u otro Luis, Roldán, al que siempre se recordará por esa foto del desaparecido Interviu en la que lucía en calzoncillos mientras se llevaba crudos los fondos reservados de la guardia civil. De esta banda de delincuentes de “salón”quizá salvaría a Francisco Paesa, el tipo elegante y taimado que, aparentemente salido de una novela de Graham Greene, engañó a Roldán para llevarlo al trullo.

También se dice de un encuentro deportivo limpio que ha sido de guante blanco y que tal o cual prenda te queda como un guante. Hay futbolistas que, limpios o guarretes, tienen un “guante en el pie”, porque donde ponen el ojo colocan el balón. Lo propio es que sean los boxeadores los que “cuelguen los guantes”, pero también se dice de profesionales y políticos cuando deciden jubilarse. Seguro que hay otra docena de habladurías con ellos de por medio pero ahora mismito no se me ocurre ninguna otra.

Este verano leí una famosa novela de Philip Roth, “Pastoral americana”, cuyo personaje central es el heredero de una saga familiar, los Levov, dedicada a la fabricación de guantes. El libro, un recorrido por los años sesenta en la ciudad de Newark (New Jersey), se detiene en largas y curiosas descripciones sobre el proceso de creación de una parte del vestuario que calificamos de complemento, el orgullo de una familia que caerá en desgracia. Ewan Mc Gregor la hizo película con una fortuna que apenas salva su tono melancólico.

No sé si los guantes se llevan más o menos, ni si su fabricación habrá recalado, como casi toda, en Asia. Habrá estadísticas, habrá “influenciers”, hay cada vez más manguis de guante blanco, Messi calza guante de seda en cada uno de sus pies, pero yo, antes de colgarlos definitivamente, prefiero pasar frío y disfrutar del tacto, uno de los mayores placeres que no nos dio dios.







En una de las escenas más emblemáticas del cine negro, Rita Haywort se quitaba unos guantes de vampiresa mientras bailaba “Put the blame on mame”, canción que realmente interpretaba Anita Ellis. Las mentes calenturientas y reprimidas de la españa franquista corrieron el rumor de que en la versión americana la Haywort se quitaba todo. Veamos.





lunes, 13 de enero de 2020

Exposición


EXPOSICIÓN

Exposición en la parada del 40 de la Mina del Morro
Frecuento la parada de autobús de la foto los días de lluvia porque me permite acercarme al polideportivo del barrio de la Peña sin empaparme. Es una parada poco concurrida por la débil frecuencia del único autobús que la asiste, el 40, y creo, también, que por ser una de las últimas del recorrido, así que suelo sentarme con paciencia a divagar.

Hice la foto el mes de noviembre pasado, según las estadísticas el más lluvioso de la historia en Bilbao. Me acercaba con el paraguas en ristre cuando vi al acercarme que alguien, quizás el señor mayor que se alejaba lentamente hacia la esquina u otro ser anónimo, había dejado algo que a primera vista me pareció una especie de altar urbano: un par de pequeños cuadros de temática animal y dos manojos de papel de periódico a los lados, casi bañados en los charcos que inundaban el banco.

"Mastín napolitano"
autor anónimo
Me dio rabia no saber quién era el autor para entender el sentido o motivo de la exposición de aquellas pequeñas obras de arte, ¿la venta, su simple exhibición?, y me pareció curioso que hace unos dos años diera con otra pintura a solo cien metros, abandonada junto a un contenedor de basura (https://charlievedella.blogspot.com/2017/12/artistas.html), lo que demuestra que, pese a su carácter popular, o quizás por eso, Santutxu es un barrio especialmente creativo.

Pues bien, pese a su pequeño tamaño y una paleta nada rica, los dos cuadros tenían su no se qué. Por lo que he visto en internet el perro es un mastín napolitano, un animal de apariencia triste, que el pintor ha ubicado sobre un extraño fondo grana; y el toro, castaño, tiene una perspectiva correcta y desde luego que he visto pinceladas peores.

"La huída a Egipto"
Isabel Baquedano
Quería enganchar aquí con la exposición que vi por esos mismos días en el Museo de Bellas Artes, la dedicada a Isabel Baquedano (Mendavia 1929-2018). Lo lamento tratándose de una pintora reconocida, con presencia en el Museo del Prado, pero algunas de las obras expuestas en el bellas artes no son mejores que las dos pequeñas telas anónimas de la parada.

Por lo que he observado en las tres visitas realizadas (se puede ver hasta el 26 de enero) creo que la culpa no es de la pintora, fallecida en 2018 tras una fructífera vida académica y el reconocimiento de los mejores críticos, sino del responsable de una exposición que parece haber hecho una recopilación desordenada de la obra de Baquedano para colgarla sin mucha convicción: telas de amplio formato junto a bocetos, cuadros inacabados, fotocopias coloreadas, etc. Todo ello con saltos y errores cronológicos de bulto. En descargo de la artista hay que reconocer que cuelgan algunas telas espléndidas, además de sugerentes, algo que flota durante toda la exposición pero no acaba de asentarse.

Pues sí, como no soy crítico de arte me lo puedo permitir, más sugerente me parece la exposición litúrgica de dos telas en un banco encharcado, en una barrio en repliegue, junto a la escuela ecuménica y multicolor de la Mina del Morro. Y es que me pierde el barrio, lo reconozco.


Como por estas fechas me he enterado de que en junio vienen los Jayhawks a Bilbao, he estado buscando alguna de sus obras maestras en youtube. The Jayhawks me recuerdan a mi última etapa profesional, porque los solía escuchar mientras redactaba resoluciones e informes de maraña articulada. Frente a ese mundo hiperlegal, sus canciones ofrecían una frescura que a mí me suena a un buen combinado de Beatles y Byrds. Es una pena que todas las versiones que he encontrado de mi favorita, “Miss Williams Guitar”, que Mark Olson dedicó a su novia, la cantautora Victoria Williams, recién diagnosticada entonces de esclerosis múltiple, sean bastante defectuosas, así que la dejo en su versión original en disco y la acompaño de otro de sus clásicos, este sí en directo: “Save it for a rainy day”.