DOS POEMAS DE ISLA CORREYERO
PARA EL 8 DE MARZO

Por cierto, el miércoles día 11 a las 7,30 h. recita con unos colegas en la Biblioteca de Bidebarrieta de Bilbao.
TAZA DE CALDO
Amnón
andaba por ella atormentado, hasta
enfermar
por Tamar, su hermana.
(2
Samuel, 13, 2-3)
Cuando
yo era muy niña
una
mujer amada me cantaba un romance
en
las tardes altísimas del final del verano.
Pretendía
dormirme con aquella canción
que
contaba la historia
de
dos hermanos moros cautivos en Granada:
Ella
estaba con fiebres malignas en el lecho
y
él, un guapo muchacho,
le
llevaba una taza de caldo
oculta
en la chilaba.
Yo
jamás me dormía
porque
jamás historia alguna me pareció tan bella.
La
ternura corría caliente por mi sangre
como
el caldo que a ella le calentaba el cuerpo.
y
cerraba los ojos
y
veía acercárseme a mi hermano
al
que amaba más que a mi propia vida.
¿Cómo
podría el tiempo disipar la memoria
de
aquellas escaleras
pintadas
en un ocre maravilloso y cálido,
y
el mandil de la yaya
con
el pañuelo siempre guardado en un bolsillo,
o
aquella porcelana colgando en las paredes,
y
los relojes viejos con esmaltes gastados,
y
los paños de hilo componiendo figuras,
y
aquellos reposteros de seda descrudada
cubriendo
los pasteles?
¡Soñaba
tantas veces con ser aquella mora
enferma
palidísima!
Quizá
para sentirme, como ella,
asistida,
por el hermano amado.
Un
día de tormenta partimos de viaje.
Y
en el coche mi hermano jugaba con un coche.
Una
vez más cerré los ojos húmedos
y
me metí por dentro del juguete de plástico.
La
penumbra y los rayos caían a mi boca
como
cayera el caldo de la historia en la Historia.
No
sé qué es el incesto.
Pero
si alguna vez amé con amores carnales
a
alguien de mi sangre,
fue
aquella tarde hermosa de truenos y de lluvia,
en
el asiento azul de un coche de juguete.
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OREJA
AUSCULTANDO MAMAS
Quiero
a mi hombre de 40 años
porque
se vuelve un niño de 14 cuando
se
acuesta a mi lado
y
me susurra las palabras
más
dulces y duras de mi lengua española.
Sus
ojos enfocan a los míos y como si filmara
una
peli porno con mi lencería
me
ilumina la piel de parte a parte
se
transforma en mi amigo mi amante
mi
soldado mi chica mi novio mi marido
mi
ordenador mi hermano mi mujer mi corderito añil
que
es el que me propone me dicta
me
camela
me
enciende el corazón
me
afina el cuerpo
me
castiga me nubla la conducta
me
pone los tangas justos bíblicos
el
liguero de terciopelo azul
la
camiseta de encaje de Marx Spencer
las
medias los tacones
una
bomba en la mano y en el sexo
y
luego todo me lo va quitando
lentamente
con mimos
con
cariños del sur;
me
lava lo mítico y lo último
me
da masajes de aceite con palabras
firmadas
en la oreja
me
ausculta debidamente mamas y tobillos
él
me llama su niña yo mi rey mi papi
mi
papito mi adorado
mi
pececito eternamente soñoliento y dulce
que
se irá de mi vida para siempre
que
mañana se casa por la iglesia
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Creo recordar que Cecile McLorin Salvant ya pasó por el blog hace tiempo, pero me he acordado de ella y de esta bella canción, "Le front caché sur tes genoux", con letra de la poeta feminista haitiana Ida Faubert (https://poetassigloveintiuno.blogspot.com/2014/04/ida-faubert-11536.html).