Lluvia 2
Dice el refranero castellano que nunca llueve a gusto de todos, una verdad que el cambio climático refuerza alternativamente con pertinaces sequías e inundaciones. Pantanos que en verano estaban a menos del diez por ciento de su capacidad se ven ahora obligados a desaguar. El fenómeno se lleva además vidas y recursos por delante, algo a lo que, aunque estuvieran responsables políticos y ciudadanía dispuestos a tomar medidas quirúrgicas inmediatas, cosa nada probable, deberemos acostumbrarnos, porque según todos los indicadores científicos vamos ya con retraso.
Pero es que además todo indica que, pese a catástrofes y hecatombes varias, la dinámica va globalmente en sentido contrario.
La tragedia en la C.Valenciana de la Dana, una palabra que hace apenas tres años desconocía, me ha pillado releyendo "Tratado de ateología", un libro muy recomendable que reivindica el esfuerzo de la razón, de la evidencia científica frente a las creencias, que su autor ubica en los viejos libros sagrados, la biblia, el corán y la tora, a los que Borges ubicaba dentro de la literatura fantástica.
Tras listar el elenco de pensadores y científicos denostados y perseguidos por unos y otros, Onfray, autor del ensayo, señala que "dar la espalda a los logros de la investigación, obrar como si esos hallazgos nunca hubiesen tenido lugar y volver al comienzo significa, en el mejor de los casos, estancarse y entrar en un inmovilismo peligroso; en el peor de los casos, mientras otros avanzan retroceder a viva marcha y dirigirse a ciegas hacia las tinieblas, de las que, por esencia y por definición toda civilización intenta librarse para poder ser".
Como en aquellas épocas pretéritas se nos ha llenado el mundo de nuevos charlatanes, eso que ahora denominan youtubers o influencers, vendedores de "crecepelo" y de lo que haga falta, pretendidos antisistema siempre que no te metas con el mega sistema. Los "constantinos" actuales, grandes propietarios con poder y omnímoda riqueza, los Musk, Zuckenberg, Bezos les dan el púlpito virtual de los nuevos templos, X, Facebook, Instagram, donde los nuevos profetas sueltan mayormente estupideces para un público entregado, entre otras, que el cambio climático es un invento ecocomunista para tenernos dominados.
Urdaibai, la reserva de la biosfera amenazada |
Después viene o vendrá todo lo demás. La asignación de culpas, los lemas propagandísticos, la solidaridad emocional y la real, el desahogo, la demagogia, la mentira, la heroicidad, la tragedia, el a “río revuelto ganancia de pescadores”…, filfa, porque esto de las tormentas, tempestades y grandes sequías parece venido para quedarse, y como la cosa no cambie nuestros hijos y nietos bastante tendrán con poder guarecerse, porque como dice este clásico y profético poema de Bob Dylan, "A Hard Rain’s A‐Gonna Fall", "es dura, es dura, es muy dura, es muy dura la lluvia que va a caer".
Vagi per València i els valencians.
Una dura lluvia va a caer
Oh,¿dónde has estado,mi querido hijo de ojos azules?
¿dónde has estado, mi joven querido?
He tropezado con la ladera de doce brumosas montañas,
he andado y me he arrastrado en seis autopistas curvadas,
he andado en medio de siete bosques sombríos,
he estado delante de una docena de océanos muertos,
me he adentrado diez mil millas en la boca de un cementerio,
y es dura, es dura, es dura, es muy dura,
es muy dura la lluvia que va a caer.
Oh, ¿y qué viste, mi hijo de ojos azules?
Oh, ¿qué viste, mi joven querido?
Vi lobos salvajes alrededor de un recién nacido,
vi una autopista de diamantes que nadie usaba,
vi una rama negra goteando sangre todavía fresca,
vi una habitación llena de hombres cuyos martillos sangraban,
vi una blanca escalera cubierta de agua,
vi diez mil oradores de lenguas estaban rotas,
vi pistolas y espadas en manos de niños,
y es dura, es dura, es dura, y es muy dura,
es muy dura la lluvia que va a caer.
¿Y qué oíste, mi hijo de ojos azules?
¿Y qué oíste, mi joven querido?
Oí el sonido de un trueno, que rugió sin aviso,
oí el bramar de una ola que pudiera anegar el mundo entero,
oí cien tamborileros cuyas manos ardían,
oí diez mil susurros y nadie escuchando,
oí a una persona morir de hambre, oí a mucha gente reír,
oí la canción de un poeta que moría en la cuneta,
oí el sonido de un payaso que lloraba en el callejón,
y es dura, es dura, es dura, es muy dura,
es dura la lluvia que va a caer.
Oh, ¿a quién encontraste, mi hijo de ojos azules?
¿Y a quién encontraste, mi joven querido?
Encontré un niño pequeño junto a un pony muerto,
encontré un hombre blanco que paseaba un perro negro,
encontré una mujer joven cuyo cuerpo estaba ardiendo,
encontré a una chica que me dio un arco iris,
encontré a un hombre que estaba herido de amor,
encontré a otro, que estaba herido de odio;
y es dura, es dura, es dura, es muy dura,
es muy dura la lluvia que va a caer
¿Y ahora qué harás, mi hijo preferido?
¿Y ahora qué harás, mi joven querido?
Voy a regresar afuera antes que la lluvia comience a caer,
caminaré hacia el abismo del más profundo bosque negro,
donde la gente es mucha y sus manos están vacías,
donde el veneno contamina sus aguas,
donde el hogar en el valle encuentra la sucia prisión,
y la cara del verdugo está siempre bien escondida,
donde el hambre amenaza, donde las almas están olvidadas,
donde el negro es el color, y ninguno el número,
y lo contaré, lo diré, lo pensaré y lo respiraré,
y lo reflejaré desde la montaña para que todos puedan verlo,
luego me mantendré sobre el océano hasta que me hunda,
pero sabré bien mi canción antes de empezar a cantarla,
y es dura, es dura, es dura, es muy dura,
es muy dura la lluvia que va a caer