“HASTA AHÍ NOMÁS”, DE MARIO CAPASSO;
ENTRE KAFKA Y MONTERROSO…
Suelo repetir que tengo cierto reparo
a las redes por la cantidad de basurilla mediática que corre por ellas, pero este
no es el caso. Hace ya unos años y no sé por qué vía ni razón, Mario Capasso
(Buenos Aires – 1953) me remitió dos de sus relatos cortos.
Ocurre de vez en cuando. Por caminos
desconocidos escritores de procedencia varia te invitan a leer alguna de sus
obras. Uno no es crítico literario ni tampoco está sobrado, pero ello no es un
obstáculo para separar la obra original, trabajada, de la que es pasto de
lugares comunes. Algunos van precisamente de eso, de sobrados. Despotrican
contra los escritores consagrados y se consideran injustamente despreciados por
el mundo editorial. A uno de ellos, que la había cogido con Juan Marsé, al que
ponía a caldo por motivos peregrinos, le tuve que pedir que no insistiera,
porque es uno de los tipos que me ha hecho pasar mejores ratos con sus novelas
mayores o menores.

Pues bien, hace más o menos un mes Mario
me envió un archivo con una recopilación de micro relatos espléndidos, “Hasta
ahí nomás”, que me atrevo a situar a medio camino entre el absurdo de Kafka
y la ironía siempre original de Augusto Monterroso, con permiso de los
cronopios que Julio Cortázar diseminó por aquellas tierras.
Unas veces convierte sensaciones en
personajes, como ese “resquemor” que
entra sigilosamente en la habitación de un hotel y amarga la relación y las
bocas de una pareja, o a “la desidia”
o al “asombro”, que salió a la calle
un día soleado, “reventó como un sapo
y se desparramó por las calles,
afectando a partir de ese episodio en especial a los pibes y pibas del barrio,
que desde ese momento viven de sorpresa en sorpresa y preguntan a cada rato por
la vida y sus cuestiones”; otras veces son accidentes físicos o
meteorológicos, “el temblor”
apasionado del paciente que acude al médico al ser besado por su hermosa
secretaria, un temblor “que le hace
sentir morir, pero no le importa”, los charcos que persisten mucho después
de “la lluvia”, “para beneplácito de los pibes y la molestia de los adultos”.
Kafka está en “el agujero”, la ventanilla de un organismo público, o en “la barricada” que una revolucionaria
deja hecha un primor tras varias horas de trabajo esmerado “con la intención de
que a los enemigos, en caso de que tuvieran algún sentido de la estética, les
causara una gran pena pasarle por encima y destruirla”.
En fin, “Hasta ahí
nomás” ganó el premio edición “Luis Di Filippo 2014”, convocado por la
Asociación Santafesina de Escritores, y Mario Capasso me ha dado permiso para que
se lo pase en edición digital a todo aquel que me lo pida. Un placer.
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Mario Capasso nació el 9
de Marzo de 1953, en Villa Martelli, localidad del Gran Buenos Aires, República
Argentina, en la que continúa residiendo.
Literariamente, se ha
formado con Beatriz Isoldi, Nilda Adaro, Federico Jeanmaire y Luciana Carolina
De Mello.
Ha publicado cuatro
libros:
El futuro es un tropel absurdo, cuentos, año 1999.
El Edificio, Una novela en escombros, novela, Ediciones AQL,
año 2002.
Piedras heridas, cuentos, Ediciones Corregidor, año 2005
(2do. Premio del Fondo
Nacional de las Artes, año 2003-Jurado:
Ana María Shua, Vicente
Battista y Juan José Hernández).
La Ciudad después del humo, novela, Martelli y López Editores,
año 2011.
Las novelas El Edificio, Una novela en escombros y Piedras heridas han sido traducidas en
Francia en 2012 por Editions La Dernière Goutte.
La novela La Llanura antes recibió una mención del Fondo Nacional de las Artes, certamen
año 2012. El jurado estuvo integrado por Matilde Sánchez, Daniel Guebel y Juan
Ignacio Boido.
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