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Chasca: aunque intrumento musical rudimentario, era usado para apresar o golpear a alumnos díscolos |
jueves, 27 de marzo de 2025
Abusos 3
jueves, 6 de marzo de 2025
Ruth Stone
lunes, 10 de febrero de 2025
Trump
EL TONTO MALO
Un pariente de mi mujer definió con acierto a un perfil de persona que parece abundar, cuando no estar de moda, el "tonto malo". Al tonto malo, nos aconsejaba, no hay que despreciarlo ni ningunearlo, hay que temerlo, porque es tremendamente peligroso.
Según he leído en un artículo de la BBC Trump ganaba 200.000 dólares a los 3 años y ya era millonario a los 8, herencia de su abuelo y padre, migrantes bávaros, y de su madre, de origen escocés.
Como buen tonto malo con poder ejecutivo, legislativo, militar y económico sin casi contrapeso, el negociante acostumbrado a humillar al débil, el niño arrogante al que nunca le dieron un par de tortas a tiempo, se puede permitir disimular su imbecilidad y destapar al tiempo una perversión sin límites morales. Ahí están sus proyectos genocidas, el de la desokupación de los gazaties y la conversión de su tierra en una gran Marina d'Or para jubilados yanquis, también el desprecio de la legalidad internacional y el abandono de toda institución científica, de salud y cooperación.
Viene de lejos. En el S. III de nuestra era el emperador Constantino optó por la Biblia, se cepilló a los filósofos neoplatónicos contemporáneos y dejó en manos de Teodosio la fundación del primer estado teocrático. Ambos prefirieron la creencia a la razón y retrasaron la evolución de la civilización varios siglos, persiguiendo y asesinando a quienes siguieron defendiendo la ciencia y la tolerancia frente al fanatismo y la superchería. De aquellos barros vienen estos tontos.
Que los siete sabios de Grecia nos protejan...
Creo que nunca había traído a Lucio Dalla al blog y aunque sea con calzador introduzco aquí uno de sus himnos, "Piazza Grande".
Quienes como Francesco De Gregori, que le acompaña, fueron sus amigos, dicen que Lucio era un mentiroso compulsivo y un hombre contradictorio, pero sobre todo un "listo bueno" y un espíritu realmente libre.
sábado, 25 de enero de 2025
Vicente Cutanda
"LA HUELGA DE OBREROS EN VIZCAYA",
UN CUADRO DE VICENTE CUTANDA
Hace unos años, a raíz de una visita al museo de Bellas Artes de Asturias, en Oviedo, dediqué un blog a “Felicidad”, cuadro de Dionís Baixeras, pintor costumbrista de mi tierra. (https://charlievedella.blogspot.com/2017/04/felicidad-un-cuadro-de-dionis-baixeras.html?m=0)
Si tal como decía en aquel artículo Baixeras nunca retrató temas y personajes escabrosos, el protagonista de esta nueva entrega, Vicente Cutanda (Madrid 1850-1925), autor descubierto en el libro que Kirmen Uribe dedicó al museo de Bellas Artes de Bilbao en su 110 aniversario, sí lo hizo. En concreto abundantes obras que mostraban los avatares de la industrialización, principalmente en los dos márgenes de la ría del Nervión en Bizkaia, mi tierra de adopción.
Me ha parecido adecuado comparar ambos cuadros, porque desde el punto de vista formal comparten una pintura clásica, ajena a las vanguardias que avanzaban imparables en Europa, pero son antagónicos en la forma de afrontar la realidad que retratan. Mientras Baixeras se acerca a la vida de la gente sencilla con una mirada complaciente, Cutanda, que ha empezado a pintar en Toledo, ocupando durante años la plaza de dibujo en la Sociedad Cooperativa de Obreros, opta, por lo menos durante un largo intervalo de su vida, por reflejar momentos críticos de la clase obrera industrial. Hablo de “intervalo”, porque parte de su obra, principalmente de encargo, está orientada a la imaginería religiosa, de alta demanda en Toledo.
Miembro de una familia acomodada e intelectual – su padre fue catedrático de Organografía y Fisiología vegetal en el Jardín Botánico de Madrid y de Fitografía y Geografía botánica en la Universidad de Madrid - Cutanda, persona conservadora y religiosa, da un giro a su obra a partir de la publicación de la encíclica papal “Rerum Novarum”, que en 1891 muestra un nuevo interés de la iglesia católica por las condiciones de trabajo de las clases populares.
Lo curioso, quizás lo que le empareja a Baixeras, cosecha personal, es que ambos pintan como espectadores. Todo pintor lo es, pero en este caso se manifiesta claramente en ese Baixeras que acude a las playas barcelonesas a contemplar el descanso de las familias, pero también en esta especie de cronista de los avatares de la clase obrera en los altos hornos de Sestao. Si observamos el punto de vista del pintor en el cuadro que encabeza este blog, éste se sitúa por detrás y a cierta distancia del tumulto generado por la arenga de un líder sindical. Una óptica, la de observador, que le aisló del compromiso político directo, pese a haber colaborado puntualmente con el periódico socialista “La lucha de clases”.
En cualquier caso la obra de Cutanda tiene un alto interés histórico, porque es insólita en un momento en el que los pintores se inclinaban hacia el post-impresionismo, el fauvismo y los primeros atisbos del cubismo.
El prejuicio vanguardista, a menudo injusto cuando no hablamos solo de arte en un sentido abstracto, sino también del entorno en el que nace, hizo que “La huelga de obreros en Vizcaya”, hoy considerado el cuadro más representativo del realismo social de la época, estuviera a punto de perecer en los sótanos del Ministerio de Trabajo, primero olvidado y luego proscrito durante el franquismo.
Solo a primeros de este siglo XXI, más de cien años después de su creación, de ser premiado en la Exposición Internacional de Madrid de 1892 y adquirido por el Museo del Prado, fue redescubierto y restaurado, volviendo al lugar que sin duda le corresponde.
Nota: hay un elemento del cuadro que a mi modo de ver desvirtúa su indudable calidad, la dos figuras, adolescente e infantil, que aparecen por detrás de la vagoneta, no solo extrañas, sino desproporcionadas respecto del conjunto. Nadie es perfecto...
Hemos tenido una entrada de año familiar un poco complicada pero estoy seguro de que acabaremos ganando "la champions y el mundial", como dice esta animosa y bella canción de Love of lesbian acompañado de Leiva.
martes, 7 de enero de 2025
La pipa
LA PIPA
No es que fumar en pipa te permitiera completar la lectura del "Ulises"de Joyce o entender "Materialismo y empirocriticismo" de Lenin, pero quienes alguna vez probamos un artefacto que había que re-encender repetidamente, pensábamos que ello te dotaba de un plus cultural, como cuando en los exámenes metías algún latinajo, cita o barbarismo sin venir a cuento, para ver si colaba y pasabas del aprobado justo. Confieso que a mí no me duró mucho la experiencia, creo que un par de pipas que, como es obvio, no conservo.
Ya nadie fuma en pipa, salvo que se trate de algún rito narcótico e imagino que los jóvenes no entenderán expresiones ligadas a ese objeto: estoy que fumo en pipa o fumemos la pipa de la paz. Hace tantos años que dejó su sitio entre la parafernalia personal que el último usuario conocido, un compañero, técnico de la administración, tenía el apodo de "el pipas", si bien creo que también abandonó la costumbre hace unos años.
La pipa tenía un ritual previo que parecía el preámbulo de un gran acontecimiento. Había que elegir el tabaco apropiado, en mi época el dulzón y aromático Amsterdam, que leo aún existe, y prensarlo con cuidado en la cazoleta. Cánula y boquilla habrían sido limpiadas previamente con una especie de escobilla para eliminar los restos de nicotina, y solo en ese momento se podía encender el contenido con cuidado de no quemarte con el mechero.
Supongo que su prestigio venía dado por los hombres que la popularizaron, Henry Miller, Bertrand Russell, Jean Paul Sartre, célebres intelectuales de su época dorada, mediados del siglo XX. No en vano y años antes Valle Inclán había dedicado un poema a la "pipa del kif", con esos versos que describe que "en mi pipa el humo da su grito azul, mi sangre gozosa claridad asiste si quemo la verde yerba de Estambul."
Nota: leo alarmado que las cazoletas solían estar aisladas con amianto, riesgo añadido al mero hábito de fumar, todo tan lejos del temerario reclamo de Sara Montiel: fumar es un placer genial, sensual...