miércoles, 13 de marzo de 2019

De solos y riffs


DE SOLOS Y RIFFS

El éxito clamoroso del blog dedicado a la gramola, batiendo el récord de visitas (850 en menos de una semana), más o menos las que reciben muchas blogueras en apenas 5 minutos, pero para mí un auténtico bombazo, me anima a reincidir en lo musical.

Me lleva a ello, además, la invitación de mi amigo Trespa, asesor musical esporádico del blog, a contemplar la lista de riffs y solos de guitarra que el mítico promotor Gay Mercader ofrecía en “El Periódico” este mismo mes (https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20190305/solos-riffs-guitarra-rock-gay-mercader-7337663).

Como erudito que es, mi amigo dice coincidir en un 90% con la elección. Yo tengo que confesar que había cinco canciones que no conocía y otras tantas que tenía olvidadas, entre ellas “Savoy truffle”, nada menos que de los Beatles, una herejía para alguien de mi edad y de mi cultura sentimental que solo excuso porque pertenece al disco blanco, el más desconocido y hace poco recuperado del grupo.

El riff, también llamado “ostinato”, es un recurso musical que la wikipedia considera término derivado de “rhythmic figure”, consistente en una especie de estribillo instrumental, es decir, de un motivo que se repite a lo largo de la canción. De los “solos” no creo que haga faltar decir nada.

Y bien. Un vez he rellenado mis lagunas acudiendo estos días al consejo de Gay Mercader, tengo que decir que la selección me parece francamente buena, aunque siempre se podrían incluir otros tantos solos y riffs sublimes. Yo he echado a faltar uno especialmente, “Jessica” de The Allman Brothers Band, que acompaño en una interpretación de 1982. Por cierto, hace unos años escuché una apabullante versión de Raimundo Amador en las fiestas de Areatza.

También me he atrevido a incluir una cosa algo más moderna, que espero le guste a mi amigo Trespa, si es que no la conoce, que casi seguro que sí, porque para mí incluye uno de los solos más bellos de los últimos tiempos: “Imposible germany”, de Wilco.

Como agradecimiento a su apoyo al blog y por merecimiento propio introduzco también la que más le ilusionó de la selección de Gay, “Shakin all over”, de Johny Kid and the Pirates, y “All right now', de Free, por recordármela.

¡Joder, que empacho de buena música…!




martes, 5 de marzo de 2019

Gramola


LA GRAMOLA

El Kubrick, en la esquina del muelle de Ripa con la calle Villarías, es uno de mis bares favoritos de Bilbao. En los días soleados de invierno la orientación de su terraza, junto a la ría, frente al Arenal y con el teatro Arriaga al fondo, es un chute de vida difícilmente comparable. Si a ello le añades que a una de sus camareras jóvenes le encanta preparar marianitos dándole a la coctelera y a la imaginación, no hay lugar mejor para abandonarse a la contemplación o a la lectura.

Pero tras lo que parece un anuncio turístico iré al grano. En el interior del Kubrick, engalanado con referencias al director de cine, principalmente a “El resplandor”, sobrevive una gramola o jukebox, a saber, una reliquia cultural y sentimental para gente de mi edad. Repasando las canciones que contiene, parece varada en algún anochecer de 1982, pues creo que el single de “Thriller” (https://youtu.be/sOnqjkJTMaA), lanzado ese año, es el más cercano a nuestros días.

En la adolescencia urbana, quizás también rural, porque recuerdo a una prima mía bailando “El continental” (óscar a la mejor canción de 1934 - https://youtu.be/uh5u5dmeABI) en un bar de Malagón, los jukebox eran auténticos altares mediáticos. A falta de Spotify, qué digo!!, en muchos casos de tocadiscos, las gramolas, como las televisiones de los teleclubs, eran una ventana por la que asomarse a una modernidad que en la España de los cincuenta y sesenta del pasado siglo parecía lejana.

Recuerdo que hubo incluso serios intentos de renovación. En una bar de mi barrio había una especie de gramola/televisión que permitía ver la interpretación a todo color. Hablo de una época en la que la única TVE era en blanco y negro, así que se trataba de algo impactante. 

Como con muchos de los objetos que han pasado por nuestras vidas podríamos recrear un itinerario; también, y en este caso con más razón, eso que ahora se llama playlist, la lista de las canciones que nos han acompañado, aliviado, alegrado o entristecido. Si retrocedo me descubro en otro bar de esquina gastándome la mayor parte de la paga, cinco pesetas, para oír “Oh lord why lord” de los Pop Tops (https://youtu.be/9mx1Ah9dTuY) o “Wath a wondeful world” del gran Satchmo (https://youtu.be/CWzrABouyeE), seguramente enamorado; o la ultima vez, ya casi treintañero, en el lago di Garda, me gustaría decir que escuchando a Fabrizio de André, pero si la memoria no me falla “Year of the cat”, de Al Stewart (https://youtu.be/wJl5z1dt5d0), que las gramolas no están para la rebelión/reflexión sino, como cualquier altar, para el consuelo y la transustanciación.

Tan cierto como que los Buggles no acertaron con aquello de "el video mató a la estrella de la radio", lo es que los nuevos formatos, principalmente la aparición del CD (precisamente en 1982) y su reproductor, el walkman, pero sobre todo la socialización de las cadenas de música a buen precio, acabó definitivamente con las gramolas.



Para coleccionistas irredentos, en internet aún se pueden adquirir jukebox por entre 500 y 2.000 euros según su estado. Así que si alguien se anima...

Yo me conformo con asomarme a mi pasado, meter cinco pesetas en la ranura y escoger a Carlitos Santana entre la selección de letra más bien torpe del jukebox del Kubrick interpretando “Europa” en 1982.




lunes, 25 de febrero de 2019

Atletismo


EL NEGRO FUTURO 

DEL ATLETISMO ESPAÑOL

Siempre que un concurso atlético me pilla con la tarde libre por delante, agarro el mando y no lo suelto hasta que veo la pista casi abandonada con los últimos momentos de alguna prueba de salto o lanzamiento.

Así que para alguien que ha visto volar a Bob Beamon más allá de los 8,90 metros en aquel milagroso 1968 en el que pasó de todo, vivido las grandes reyertas entre Ovett, Coe y Cram en el 1.500 a principios de los años ochenta del pasado siglo, o a Aouita o Gebrselassie dominar todas las carreras de fondo entre los 800 y el maratón en décadas sucesivas, difícil es que algo le sorprenda.

No vi correr a Zatopek, al que en su tiempo llamaban “la locomotora humana”, pero he leído el libro que hace unos años le dedicó Jean Echenoz, demasiado triste, pero seguramente la mejor metáfora sobre la rapiña patriótica con que el poder se jama a sus héroes deportivos. 

Pues bien, hace dos fines de semana tuve la fortuna de presenciar el campeonato de España de atletismo en pista cubierta. Alejado del tonillo machista y todavía casposo de los comentaristas futboleros, el de los que se dedican al atletismo tiene un aire familiar, a veces incluso excesivo, porque conocen el estado físico pero también el anímico de l@s atletas y sus entrenador@s.

Así que no hay problema. Aunque estés desvinculado algún tiempo de la actualidad atlética, que esto no es como el fútbol deporte de lunes a domingo, es relativamente fácil ponerte al día, saber la evolución, las marcas, el estado de forma, el futuro inmediato de sus protagonistas, y en este caso, emocionarte, ya que esas protagonistas han sido mujeres y además de color negro, es decir, hijas de los migrantes que los macho alfa del panorama político estatal parecen empeñados en echar a palazos, salvo que lo evitemos.

De color negro es Jaël-Sakura Bestué, paisana mía pero de padre guineano, campeona de 60 metros lisos en pista de cubierta y de 4x100 y 200 metros al aire libre con solo 18 años.

Otra que parece no tener límites es María Vicente. También catalana, pero hija
María Vicente ganando 60 metros vallas
de emigrante cubano es, con 18 años, campeona y récord del mundo de pentatlón sub-20, prueba que, como es natural, dominó en el campeonato.

Negra y también hija de guineana es Salama Celeste Paralluelo, que con 15 años ya ha sido medalla de bronce en 400 metros. En los tres días que duró el campeonato batió su propia marca otras tantas veces, pero lo más sorprendente de esta chica es que también es campeona del mundo de fútbol sub-17. Una pasada para alguien que es solo una niña.
Ana Peleteiro

La más veterana es Ana Peleteiro aunque solo con 23 años. Gallega adoptada, fue campeona del mundo junior de triple salto con 16 años y está empeñada en serlo en categoría absoluta. Ya fue tercera en pista cubierta el pasado año.

La irrupción de semejante negritud, con el rasgo añadido de que no se trata como otras veces de mercenarias sino de hijas de migrantes, es ilusionante y espero que imparable, por más muros y concertinas que se inventen. 

Sirva esto como anticipo de los campeonatos de Europa de Glasgow del próximo fin de semana (preparad el mando para conectar con Teledeporte) y de la celebración del próximo 8 de marzo.












Daymé Arocena pertenece a una nueva generación de cantantes cubanas que como ella misma afirma no puede considerarse integrante de una cultura nativa que no existe.
"No tenemos un pueblo indígena como el Maya o el Quechua. Hicimos un país con un gente de todos lados, eso es lo que distingue a la cultura cubana", afirma. 
Para muestra una rumba.




viernes, 15 de febrero de 2019

Dentro de este sur


PRESENTACIÓN DE 
"DENTRO DE ESTE SUR", 
DE ROBERTO LÓPEZ SAN JOSÉ




Hay quien dice que no le gustaría vivir 500 años porque considera que acabaría siendo aburrido, y es evidente que Roberto, y en eso coincido con él, no pertenece a esa gama de personas.
Artesano y artista, actor, rapsoda, escritor multidisciplinario, le imagino dispuesto a nacer una y otra vez para reencarnarse en algo creativo, si se pudiese, por qué no, en una canción de Brel, un cuadro de Gauguin o un poema de Verlaine, porque le sé, y también lo comparto, afrancesado y pagano. Lo del simbolismo ya es cosecha suya.
Y bien, como no he leído esta su primera publicación, que no su primer libro, no puedo enjuiciarlo con objetividad, de modo que como se dice ahora: ahí lo dejo…
Seguro que no decepciona.

sábado, 9 de febrero de 2019

Etxegiroan

ETXEGIROAN, 

DIEZ AÑOS DESTAPANDO CUENTOS Y POEMAS, 

CAMBIA DE PIEL


Tras ya diez años de andadura profesional, la página web de audio/literatura ETXEGIROAN, que alumbran nestr@s amig@s María Uriarte y Tomás Juanes, ha cambiado de piel. Ya son, si no me equivoco, 160 audios de literatura infantil y para adultos, tanto en euskera como en castellano, que ahora visten con una página espaciosa, clara y muy bien ordenada, así como con más información sobre los elementos de la producción y sus
autor@s.

Exponen en la web que siguen combinando su actividad principal, la grabación, edición y masterización de diversos formatos, con aspectos educativos y la creación de atmósferas y voces, además de su participación en eventos públicos.

En fin, como no soy ni puedo ser imparcial, porque son buen@s amig@s y han colaborado en algunos de mis humildes proyectos, a los que han dado realce de un modo generoso, solo puedo desearles que sigan expandiendo belleza y buen rollo. El éxito es siempre una consecuencia.


Como ejemplo, dejo ahí el enlace a un poema que me embellecieron hace ya más de un lustro, “Algunas veces encuentro la palabra...”, http://etxegiroan.eus/es/audios/literatura-castellano/algunas-veces-encuentro-la-palabra... 
Pero lo mejor es sumergirse en todos y cada uno de los audios que lo acompañan: http://etxegiroan.eus/es/ . Vale la pena...



jueves, 31 de enero de 2019

Piscinas 2


PISCINAS 2

Enseñé a nadar a mis dos hijas en el Polideportivo de Begoña, así que, aunque dejé de frecuentarlo hace tiempo, tiene para mí un gran valor sentimental. Dejé de hacerlo porque pese a su magnitud está absolutamente petado, ya que abastece de ocio deportivo a unos cincuenta mil habitantes de los barrios bilbaínos de Txurdínaga y Santutxu. Al ser este último uno de los más densos de Europa, en los días calurosos del verano sus piscinas descubiertas parecen ubicadas en una metrópoli oriental.

La piscina de Atxuri, con la iglesia de la Encarnación al fondo
En la actualidad frecuento las de Atxuri y La Peña, también barrios populares a las que acuden diversas especies de nadadores, solitarios o en grupo, a veces singulares y hasta exóticos... hace poco un setentón que combinaba bermudas con chaleco y corbata mientras escuchaba reggae a todo volumen.

Y es que las piscinas, como cualquier espacio público, tienen su idiosincrasia, sus peculiaridades, su historia colectiva y personal, y aunque la natación es un deporte individual y siempre defiendo que introspectivo, también proporciona historias, anécdotas, reflexiones. Podría hasta decirse que los vestuarios son reductos con una doble desnudez, la física y la moral.

A mí me encanta coincidir con grupos de chavalotes de alguno de los colegios “pobres” del entorno, casi en su totalidad negros o latinos. Un día felicité al “profe” por lo bien que llevaba a aquel rebaño de ovejas negras, nunca mejor dicho, consiguiendo que su adolescencia resultara amable. También por su tenacidad al seguir dirigiéndose a ellos en euskera. A menudo yo también hablo con ellos. Me explican sus cosas y me doy cuenta de que si hay algo que nunca cambia es la inocencia salvaje (pedazo de oxímoron) de los jóvenes, una virtud que caracteriza una a una y una tras otra a las generaciones que nos han precedido e, imagino, que nos sucederán.

La Piscine de Roubaix en la actualidad
En los vestuarios también se habla de religión, de política, generalmente local, y cómo no, de deporte. Los nadadores somos, como cualquier deportista, mentirosos. Los más veteranos exageran sus largos y los más jóvenes sus marcas, pero hay también momentos de solidaridad, y hasta de ternura. En Atxuri suelen chapotear grupos de personas con problemas cognitivos y psicomotores que parecen mejorar su humor y su autoestima ante la perspectiva de flotar, pienso que lo más parecido a volar. Esta última piscina, construida en 2008, me parece de una gran dignidad arquitectónica, especialmente su bello techo de láminas de madera, que invita a nadar espalda. Pero si hablamos de arquitectura hay que hacerlo de dos piletas francesas de parecida época, La Piscine de Roubaix y la Molitor, en París.

La primera (http://www.roubaix-lapiscine.com/le-musee/la-piscine/) convirtió hace tiempo su espacio art déco en Museo del arte y de la industria tras cincuenta años de existencia.

En cuanto a la Molitor fue fundada en 1929, y en ella se bañó Boris Vian pocas antes de morir, historia recogida en un cómic que hace años publicó Editorial Impedimenta (http://impedimenta.es/libros.php/piscina-molitor). La piscina fue recobrada recientemente como hotel de semilujo y sirvió de escenario en “La vida de Pi” ( https://youtu.be/nxuWOzJ_Vn4).

Piscina Molitor

En fin, donde hay una piscina o un océano que echarme a la espalda allí estoy para recrearme en sus muros y en sus fondos, Poznan, Hammamet, Neiva o Ziguinchor, mientras pueda. Al fin y al cabo nadie sabe cuándo ni dónde va a dar su última brazada…

















En estos tiempos de fervor patriótico parece apropiado escuchar a Boris Vian, escritor, ingeniero, trompetista y cantante, además de nadador frecuente, interpretando “Le deserteur” (El desertor), canción dirigida al presidente de la república francesa en el contexto de la guerra de Indochina.  




jueves, 17 de enero de 2019

Piscinas 1


PISCINAS (1)

No hace tanto que usé un montaje audiovisual de “El nadador”, swining movie a la mayor gloria de un Burt Lancaster que se recorría todas las piscinas de su localidad, lo que me ha animado a calmar mi pasión por el medio con mi propia travesía histórico-virtual. También para una cierta revisión arqueológica de la Barcelona desaparecida.
Vestíbulo de la antigua piscina del CNC en la
Travassera de Gracia

La primera pileta (palabra en franco desuso) en la que me bañé casi niño era una cesión de Baños Populares de Barcelona al Club Natació Catalunya (CNC). Ubicada junto al cine Delicias, exhalaba un penetrante olor a cloro que alcanzaba la acera de la Travessera de Gracia de Barcelona. Recuerdo el vestíbulo y la zona de acceso como un decorado con cierto empaque arquitectónico, pero los vestuarios, con el suelo permanentemente mojado, eran más bien cuarteleros. Teniendo en cuenta que ahora busco piscinas poco concurridas, en las que hacer decenas de largos sin compartir calle, no recuerdo que éstas estuvieran separadas por corcheras, de modo que en aquel caos espacial los bañistas se dedicaban más a jugar que a hacer deporte. Tengo que confesar que eso era precisamente lo que buscábamos.

La piscina fue cerrada y convertida en un local de baile llamado Trocadero, muy conocido en su época y también desaparecido. Entré contadas veces en esa discoteca, pero recuerdo haber visto allí a un grupo de rock progresivo llamado OM, que lideraba Toti Soler, y a Donna Hightower cantando jazz con bastante dignidad.

“Piscinas y Deportes”, en la otra punta de la ciudad y hoy día una de sus zonas más caras, era, con los baños de playa de la Barceloneta, el espacio lúdico del verano. Se trataba de un complejo de tres piscinas, campos de fútbol y amplias zonas ajardinadas que absorbía a bañistas venidos de los barrios populares, en los que no había este tipo de servicios.

Nadar, lo que se dice nadar, era prácticamente imposible entre cientos de jóvenes y niños que gamberreamos sin descanso. Sí recuerdo que en una de las piscinas había un trampolín con varias palancas desde el que, con peligro evidente, se tiraban los atletas más aguerridos.
Piscinas y Deportes

Ya más mayor jugué a menudo a fútbol en uno de sus campos de tierra, normalmente bastante bien cuidados en comparación con los cercanos del Remedios o San Juan de Dios. Este último no solía usarse habitualmente. Recuerdo que en una ocasión uno de los extremos se tropezó en una internada con un objeto duro. Se trataba de una bicicleta abandonada entre hierbajos. Tal era la conservación del campo de juego.

El CNC (https://www.cncatalunya.cat/cat/seccio/veure/7), que con anterioridad había residido en la Barceloneta, consiguió sobrevivir a partir de los años ochenta junto al Parc Güell, y allí sigue. Fue entonces, cuando empezaba su momento de mayor gloria gracias a varios campeonatos y subcampeonatos de Europa de waterpolo, cuando me hice socio. Por entonces aún se podía correr por los caminos del parque con cierto desahogo y luego ir a nadar rodeado de tíos como torres que hacían centenas de largos sin descanso.
Seguirá...



La casualidad ha hecho que hace unos días viera “Cegados por el sol”, versión moderna de “La piscina”, en la que un desatado Ralph Fiennes ofrece una de sus mejores interpretaciones. He aquí su bailoteo a cuenta del “Emotional rescue” de los Rolling. BUFFF!!!





lunes, 7 de enero de 2019

Transversalidad


TRANSVERSALIDAD
De las palabras sobreutilizadas en el vocabulario político más de moda hay dos que detesto sobremanera: empoderar y transversal. Como la primera pertenece más bien a cierto ámbito político, me dedicaré a la transversal, es decir, a “transversal”, valga la redundancia.
No deja de ser sospechoso que todo movimiento que se pretende masivo proclame su transversalidad. Así lo hacen feministas, pensionistas, secesionistas y unionistas, pro abortistas y pro vida, taurinos, cazadores y animalistas, en fin, todo quisque que quiera superar los límites que se le asignan o imaginan.
Ahora lo hace el propio Pablo Casado para que su acólito andaluz alcance la presidencia de la Junta banalizando la violencia de género, al convertirla en un elemento más de una más transversal y más amplia “violencia doméstica”, parte del tributo que le exige la extrema derecha sin careta.
Para cierta parte de mi generación la palabra transversal es pseudónimo de interclasismo, y ello requiere considerar que hay cuestiones que trascienden, no me gustaría decir “superan”, para no citar a Fernández de la Mora, inefable ideólogo del franquismo, el enfrentamiento o los intereses de clase. Ahí el gran “pero”, porque en todos esos movimientos, y cuantos transversales se nos ocurran, hay contradicciones en el momento en que funcionan en positivo, es decir, cuando tienen que dar solución a sus reivindicaciones.

Por ello la ambigüedad casi siempre medida de la transversalidad, o usemos otra palabra de moda, su equidistancia social a derecha o izquierda, un lenguaje simple y muy genérico (“pensiones dignas”, “la España de las banderas en los balcones”, “defensa de la vida”, “violencia doméstica”…) que sirve de cajón de sastre para problemas complejos y grupos que en otro terreno estarían enfrentados.
De modo, que pese a pecar de anticuado, a mí me sigue pareciendo más adecuada la palabra “unitario” al hablar de un movimiento social (a mí solo me interesan los progresistas), porque alude a un acuerdo coyuntural y parcial, un pacto en el que las partes se dejan pelos en la gatera en torno a un objetivo común y obvian o demoran conflictos que en ese momento consideran secundarios, pero ojito, no los olvidan. En términos pseudo médicos la “unidad” sería algo así como una anestesia local y la “transversalidad” una amnesia casi definitiva.
Así que a darle al sudoku y al crucigrama blanco, no vaya a ser que perdamos la memoria antes de tiempo…

La música más transversal es esa que se escucha en la sala de espera del dentista, la peluquería o el ascensor, una música que te mantiene en un extraño estado de letargo y nunca molesta. Brian Eno creó una obra peculiar en esa línea, “Música para aeropuertos”, que inició el camino de lo que vino a denominarse “música de ambiente”.
The Milk Carton Kids es uno de mis últimos descubrimientos. Sus juegos vocales, que recuerdan a Simon y Garfunkel, (también se les compara con los más melosos Everly Brothers), parecen acercarse a esa tonalidad transversal de la “simpleza”, pero hay en sus letras más profundidad de lo aparente. Yo he elegido ésta que habla de pelea inconformista.






jueves, 20 de diciembre de 2018

Chirinos


UN POEMA DE EDUARDO CHIRINOS 

PARA ESTAS FIESTAS

Eduardo Chirinos
Cuando era joven pude cumplir uno de mis deseos transgresores: no celebrar de navidad.

Lo conseguí entonces, incluso sin la necesidad de irme a otro país, por una mezcla de azar y el deporte de riesgo de la "insociabilidad".

Cerrado ese objetivo, he de decir que he conseguido sobrevivir a su creciente degradación gracias a la ilusión que siempre ha despertado en mis menores. Para ayudar a tal supervivencia suelo escoger algún poema dedicado a la natividad o similar. Este año el que Eduardo Chirinos (Lima 1960 – 2016) ofreció a “La casa del Señor” en su libro “Escrito en Missoula”, que adquirí cuando lo publicó en 2003.

Fallecido prematuramente, Chirinos nunca renunció a su educación religiosa en el colegio La Inmaculada y la Universidad Pontificia de Perú, pero siempre tamizada por un humanismo tierno y una ironía sutil (“Si hubo algún Dios en estas tierras/debió tener cara de bisonte”).

Pues eso, ¡sobrevivid!



LA CASA DEL SEÑOR*

La casa del Señor no tiene baños.
Solo una gran sala, con suerte un comedor
y bancas donde es menester arrodillarse.

Son altos los techos en la casa del Señor.
Allí vuelan ángeles entre nubes de cristal
y hay nidos de gorriones
(el Señor ama los gorriones)
y manchas que nunca se limpian.

La casa del Señor no tiene cuartos.
Sólo retratos de familia y algunos parientes
que lloran y se exhiben tras las velas.

Los mercaderes no entran en la casa del Señor
(Él nunca los recibe). Tampoco los gatos
(que se comen los gorriones).
Los demás
son siempre bienvenidos a la casa del Señor.

Todos cantan en la casa del Señor.
Y miran hacia abajo en busca de consuelo.

* poema perteneciente al libro “Escrito en Missoula” (Pre-Textos 2003)


Susana Baca  (Lima - 1944), cantante, compositora, investigadora de música y educadora de profesión, ha recuperado y renovado la tradición musical afroperuana; considerada sucesora de Chabuca Granda, la gran dama de la canción peruana, ha ganado dos veces el Grammy latino. Descubierta a escala mundial por David Byrne, ex líder de los Talking Heads, pasó a grabar en su sello Luaka Bop a partir de 1995. Mujer comprometida, fue ministra de cultura y presidenta de la Comisión Interamericana de Cultura de la OEA.
He elegido esta grabación de estudio de "María Landó", que el poeta César Calvo compuso para Chabuca Granda.





lunes, 10 de diciembre de 2018

El juego


EL JUEGO
Una de las grandes ventajas de tener nietos es la posibilidad de volver a jugar, es decir, de volver al territorio, ¿la patria?, inocente de la infancia, en el que los mayores problemas estaban relacionados con bolas, botones, cuerdas, tizas o balones; el futuro eran los reyes godos o la tabla del nueve que tenías que recitar al día siguiente; y el mundo el itinerario que separaba la escuela de tu casa.
A mi nieto lo que más le gusta son los trenes, no en vano el ferrocarril que une Bilbao con la meseta transcurre a apenas quince metros de la casa familiar. En consecuencia, entre sus primeras palabras estaba el tren, en euskera o castellano, y el vocabulario que le acompaña; y entre sus juegos preferidos, construir estaciones y trenes con todo lo que pilla. Diría que le ayudo y acompaño, pero para qué nos vamos a engañar, lo que hago es algo tan sano y ancestral como volver a jugar, vamos…, volver a ser niño.
Se me ocurrió escribir estas líneas hace poco, cuando descubrí la inscripción en piedra cuya imagen acompaño, en la que, pese a que es un lugar por el que paso a menudo por razones también lúdicas, no había reparado hasta ese día. Está en uno de los laterales de la fue Casa Cuna de Bilbao, un pequeño pero muy bello y emblemático edificio ideado por Ricardo Bastida, uno de los más prolíficos e interesantes arquitectos de la villa, aunque su obra más conocida, no la mejor, es el edificio del Banco de Bilbao, en la calle Alcalá de Madrid.
Quiero imaginar que ese “se prohíbe toda clase de juegos” tenía relación con la necesidad de mantener un entorno silencioso alrededor de la casa cuna, pero el tono imperativo nos retrotrae a épocas, fue construida en 1912, en las que cualquier placer, entre ellos el juego, era siempre pecaminoso. Recordemos la famosa controversia sobre el carácter herético de la risa en “El nombre de la rosa”, o la obsesión del franquismo por contener las fiestas populares en términos protocolarios y oficiales, porque la gente acababa desmadrándose, o sea, siendo feliz, aunque fuera por unas pocas horas. 
acta de defunción de un niño de 9 años
en el Museo de la Minería de Gallarta
La "Casa cuna", obra de Ricardo Bastida
Tampoco era infrecuente por entonces que muchos niños cambiaran demasiado pronto el juego por el trabajo. Hace unos días visité por segunda vez el Museo de la Minería de Gallarta, una buena manera de conocer parte de la micro historia, la verdaderamente heroica, de Bizkaia, y fotografié el certificado de defunción de Alonso Palacios, fallecido en la mina a los nueve años. Debajo, el texto de Dolores Ibarruri, vecina e hija de esa localidad, que hace referencia al trabajo infantil, una vergüenza que aún se da en gran parte del mundo.
También hay gente que se desmadra de un modo trágico en el primer mundo. A veces contemplo con amargura seres solitarios asomados al abismo de un tragaperras en sórdidos bares de barrio. Hablo de personas a las que la ludopatía ha transformado hasta físicamente, amigos o conocidas que han destruido su vida o, en el mejor de los casos, la mayor parte de un pasado ahora irreconocible. Pero no creo que eso, por mucho que se diga, tenga que ver con la palabra juego. Tampoco la veo adecuada cuando se habla de jugar en bolsa, una afición que la crisis ha demostrado situada entre la usura  y el esoterismo.
Volviendo al principio. Suelo decir que la diferencia entre la paternidad y la “abuelidad” radica en que los padres educan y los yayos enseñamos, y supongo que estaremos de acuerdo en que no hay nada mejor que enseñar jugando. Yo al menos me lo paso chachi piruli, como dice mi nieto.

René Clement dirigió "Juegos prohibidos" en 1952, un film "de" y "sobre" niños, en el marco de la segunda guerra mundial. La banda sonora del film era obra de Narciso Yepes (Lorca 1927-1997), que incluyó el famoso "Romance Anónimo". Yepes mantuvo hasta 1982 que la pieza era verdaderamente anónima, atribuyéndose hasta entonces a diferentes compositores. Para mayor información, ver https://www.libertaddigital.com/cultura/musica/2016-09-06/manuel-roman-narciso-yepes-el-compositor-de-romance-anonimo-79921/ y para su disfrute este pequeño trailer con el romance de fondo...


miércoles, 21 de noviembre de 2018

Indiferencia


INDIFERENCIA



Creo que una de las características más acentuadas de M punto Rajoy era su capacidad de indiferencia. Pese a haber llevado durante casi dos lustros la responsabilidad del gobierno de España tenía una arte especial para silbar, zapear y hacerse el loco cuando había problemas que pintaban bastos. No en vano consideraba que los políticos deben saber mirar para otro lado.
Conozco gente, buena gente, que busca esa indiferencia. Les recomiendas un libro o una película y la rechazan porque es cruda, habla de realidades que les/nos hieren. “Bastantes problemas tenemos ya”, te dicen, y se recluyen en distracciones más banales.
La indiferencia con respecto al sufrimiento es la antítesis de una palabra muy desprestigiada por su connotación religiosa que hay quien considera sinónimo de empatía, pero que a mí me gusta más: compasión.
Portada de Charlie Hebdo
anterior al atentado
Compadecer es “padecer con”, es decir, acompañar el padecimiento de otro u otra, paso previo e imprescindible de la solidaridad. Algunos filósofos “duros” creen que la compasión nace de un sentimiento de superioridad. Según ellos solo puede compadecerse alguien que no padece, y los “malistas”, esos herederos de la tradición nacional-católica que defienden la existencia del Valle de los Caídos y rezan con la boca pequeña lo de “perdonar a quienes nos ofenden”, califican a los compasivos de “buenistas”, y se compadecen más de los embriones que de los niños que cruzan mares para intentar sobrevivir o llevar una vida mejor.
Pero eso de la indiferencia, paradojas, debe ser muy propio del poder. Hace unos meses oí por la radio una entrevista a uno de los supervivientes del atentado a la revista satírica “Charlie Hebdo”, Philippe Lançon. Periodista en el diario Liberation y columnista de la revista, Lançon sobrevivió con enormes destrozos en el rostro, lo que le ha llevado a sufrir hasta 18 operaciones reparadoras, un itinerario quirúrgico e íntimo que relata en “Le lambeau”, un libro que Anagrama publicará el año que viene.
En la entrevista, Lançon contaba que poco tiempo después del atentado recibió la visita del entonces presidente de la república francesa, François Hollande, en términos coloquiales no muy ortodoxos, un “picha brava”. Mientras le saludaba protocolariamente se dio cuenta de que la mirada y atención del presidente no se centraba en él sino en la cirujana, una mujer al parecer muy bella. Esa indiferencia no compasiva hacia quien sufre se repitió poco tiempo después, cuando en un segundo encuentro Hollande pareció interesarse más por el destino de la médico que por la salud y el estado anímico del periodista. Lançon lo contaba con cierta ironía, pero para mí tiene un trasfondo tremendamente amargo.

La lista prosigue. Ayer mismo leí que el presidente Trump se declara indiferente al informe que sus propios servicios de información han elaborado sobre el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi. Así que cómo no lo va ser de los informes de las distintas ONGs sobre la hambruna que la misma Arabia Saudí viene provocando en Yemen...

A mí me es difícil ser indiferente a esta canción, “Gallo rojo, gallo negro” (Quico Sánchez Ferlosio - 1940-2003) y a su intérprete, Silvia Pérez Cruz.