miércoles, 8 de enero de 2014

PUENTES

Puente de Mostar
Me gustan las ciudades con río y los puentes que unen sus riberas. Son como puntadas que hilvanan a los habitantes de barrios antes separados. La imagen más diáfana de lo que representan como punto de unión entre comunidades es la destrucción del puente de Mostar en la guerra que enfrentó a croatas y bosnios, cristianos y musulmanes a principio de los años noventa del pasado siglo. Afortunadamente fue reconstruido y hoy, toquemos madera, es  un aparente símbolo de reconciliación.

Aunque algunos han desaparecido o sido sustituidos por otros con poca personalidad, Bilbao cada vez tiene más puentes, lo que es, sin duda, una alegría. La razón de su ubicación y características concretas son históricamente muy diversas, entre ellas, el simple acceso a conventos situados en una u otra orilla.

También tengo una teoría no verificada estadísticamente sobre la modalidad de los suicidios. Mi experiencia me dice que en los ambientes rurales y entre la gente que procede de ellos la gente se cuelga de los árboles, de las vigas, de las puertas, y que con la industrialización y el urbanismo nacieron nuevas posibilidades y la gente empezó a tirarse a las vías de los trenes o de los metros, y también desde edificios y puentes cada vez más altos a un vacío que prometía un final rápido.


La desaparecida Isla de San Cristóbal - Bilbao
De modo que las ciudades que se precien tienen puentes o viaductos convertidos en estructuras idóneas y han obtenido el halo romántico que acompaña a los suicidas. Ese es el caso del Viaducto de Segovia, en Madrid, o del puente de Vallcarca de Barcelona. Mi abuela paterna me contó hace un montón de años que en el primero de ellos se suicidó un primo hermano suyo que era militar, aunque dudaba si había sido por un desengaño amoroso o por ser acusado de meter mano en la caja. Por cercanía me referiré al alto viaducto que une los barrios de Santutxu y Miribilla y conduce a la autopista, una obra importante que parece haber sustituido dos puentes más modestos y frágiles, los que unían la desaparecida isla de San Cristóbal con las dos márgenes de la aún ría, y ha ofrecido una altura más propicia para que la gente vuele y huya de sus demonios.

Este alto viaducto tuvo hasta hace no mucho otra de las utilidades típicas de los puentes, dar techo a personas sin recursos. No hay que olvidar que por aquí siempre fue tradición lo “de vivir debajo de un puente”, pero no sé por qué razón el grupo de indigentes que lo habitó desapareció poco después de salir en “Salvados”.

Así que también habrá que hablar de puentes de primera y de segunda, entre aquéllos la controvertida pasarela Calatrava, un producto de la idiotez que hizo que no hubiera ciudad que se preciara sin puente del arquitecto. No es feo. Sí, se parece a los costillares de mamífero de otras ciudades, pero tiene una medida humilde, y al lado de la grandilocuencia grisácea de las torres de Isozaki parece doméstica y hasta humana, tan humana que no hubo miembro de la especie que mantuviera el equilibrio antes de su antideslizante alfombrado actual.

Puente de Portugalete
Lo del puente colgante de Portugalete son palabras mayores. Forma parte de la escenografía de la etapa de esplendor de la revolución industrial en la comarca del Gran Bilbao y hace pocos años fue declarado Patrimonio de la Humanidad.

Entre los puentes foráneos y por razones de nostalgia infantil me referiré al puente del Diablo, en Martorell, que pese a sus múltiples renovaciones mantiene la estructura romana y la leyenda que le da nombre, pero nada puede competir con la influencia del cine rellenando nuestra memoria de puentes añorados, en Kwai, Mahattan, San Francisco, cualquiera de los puentes de París, por qué no el que abre “La chica del puente”, de Patrice Leconte, con esa suicida milagrosamente “salvada” por un lanzador de cuchillos…
La chica del puente

Para acompañar este repasito pontonero, los versos y la música de “Zubia” (“El puente”), de Mikel Urdangarin, creo que nada que ver con el príncipe consorte:
Beirazko landare
izan gura nuke
irauteko, ez galtzeko
gaur urrun zaidan pausua ibil dezadan...

...Bihar berriz luma hotz
hitz polittak arrotz, beldur esateko
ispiluaren aurrean mintzo nintzaizun bart

Eta zuk, badakizu, gertu ez baina
zubiaren bestaldean nago

Paperezko ametsak, azken negu beltza margotu, argia piztu
oinak behenganean, bihotza soinean ta sentitu, eta ez gelditu
zauria eta laztana, musua eta orbana

Eta zuk, badakizu, lorak zimur
ibaiaren beste ertzean nauzu
isilpean, gertu ez baina
zubiaren bestaldean nago.
………………………………………………………
Quisiera ser una planta de cristal,
para  perdurar, para no perderme
para  dar mañana el paso que hoy
no alcanzo a dar…

…Mañana, en cambio, la pluma fría,
la falta de palabras bellas,
el temor a hablarte
delante del espejo

Y tú, lo sabes, no estoy sino
al otro lado del puente.

Los sueños de papel, pintar el pasado duro invierno,
los pies sobre el suelo, el corazón a cuestas
y sentir, y no detenerse para  nada
la herida y la caricia, el beso y el moratón.

Y tú, lo sabes,
me tienes al otro lado del río
con las flores marchitas,
en silencio, no estoy sino
al otro lado del puente.

domingo, 22 de diciembre de 2013

El nombre de las calles

EL NOMBRE DE LAS CALLES

Hay quien dice que los nombres de las personas crean maneras. También se dice que los perros acaban pareciéndose a los dueños y viceversa. Mi calle se llama Santa Lucía (patrona de los ciegos) y con solo dos tramos tiene al menos una invidente. No sé si la calle Santa Cecilia, patrona de los músicos, la siguiente camino de Bolueta, tiene al suyo, pero, por si acaso, en la nuestra se oye el piano de una profesora de ídem en la acera de enfrente. Por si la calle Pintor Losada se quedó sin seguidores, en la casa de al lado vive el tipo que ganó el concurso de carteles de la semana grande, y si en Médico Eguiluz no hay galeno, nosotros tenemos a mi tocayo Carlos por si una gripe,  de modo, que nadie podrá decir que en tan poco trayecto no hay cantera…De todos modos lo más apropiado es que nuestra calle se hubiera llamado San José, porque llegó a alojar hasta cinco carpinterías.

Con los cambios de régimen o gobierno el nombre de las calles suele modificarse, y personajes secundarios, odiados o queridos, pasan a glosar las esquinas en un rótulo más o menos hermoso. Pero la ciudadanía, sea por motivos ideológicos o pura inercia, se rebela. En Barcelona, mi pueblo, el paseo de San Juan nunca fue General Mola, y ni la Diagonal ni la Gran Vía, a lo mejor hasta por ahorro vocal, obtuvieron el beneplácito  popular para pasar a ser avenidas del  Generalísimo Franco y José Antonio Primo de Rivera. Ejemplos similares podrán contarse en capitales y pueblos del Estado, un trabajillo que dejo a blogueros de otras latitudes.
la campa del muerto
A solo dos cuadras de casa, como dicen los sudamericanos, está la campa de Basarrate, desde luego que para los viejos del lugar y una parte del vecindario: la campa del muerto.

Sobre el origen de tal denominación hay al menos dos teorías. La primera hace mención a la aparición de un vecino ahorcado en uno de los plátanos del lugar y es la más reconocida. La otra es, sin embargo, más verosímil, ya que hace referencia a la costumbre de descansar en la campa que tenían las comitivas mortuorias que iban desde Bolueta hasta el camposanto de Begoña, un remanso al final de la cuesta pronunciada de la hoy calle del Pintor Losada.

el poeta Gabriel Aresti
Hay  aspirantes a desclasarse que anhelan cambiar de domicilio porque tiene más caché vivir en la Gran Vía de Don Diego López de Haro que en Particular de Arsuaga,  y famosetes, incluidos políticos y gentes del mundo cultural o del deporte, que venderían su alma por aparecer como ilustres en el rotulado callejero.

Muy otra fue la voluntad del poeta Gabriel Aresti, que en este poema pidió a Dios que no le pusieran calle, un deseo que ha sido traicionado hasta cuatro veces, en Bilbao, Barakaldo, Santurtzi y Vitoria, que yo sepa…

“Jainkoak etezala ni Bilboko karrika bati
nire izenik eman dezaiotela.
Eztut nahi bizargile hordi batek esan dezala:
Ni Arestin bizi naiz, anaiaren
koinata nagusiarekin. Badakizu. Maingua.”

“No quiera Dios que pongan mi nombre a una calle de Bilbao.
No quiero que un barbero borracho pueda decir:
Yo vivo en Aresti con la cuñada
vieja de mi hermano. Ya sabes. La coja.”

(del poema “Nire izena” – “Mi nombre” )

viernes, 13 de diciembre de 2013

PAOLO FRESU, TROMPETISTA SARDO

Como  a mí me lo han recomendado y hay que ser agradecido, sigo la cadena. Aunque lleva unos cuantos años, lo conocí el año pasado por el disco “Alma”, que sacó junto a Omar Sosa y el violonchelista Morelenbaum, y también contenía varias joyas musicales, pero el último es que se sobra.

El disco se llama "Vino dentro" y por lo que he encontrado en internet se trata del desarrollo digital de una actuación dedicada al vino en un conocido local de Barcelona. Vale la pena oírlo todo, porque está concebido como una obra cuasi sinfónica, pero para que entre el apetito recomiendo estas dos piezas (la bebida la ponéis vosotr@s): Paolo Fresu – Classico y Paolo Fresu – Vals des souers belles et sages

Y como en esto de la música todo es empezar, tampoco está nada mal esta versión de Les poètes, de mi querido Leo Ferré, en la voz de Gianmaria Testa y el grupo de Fresu: Paolo Fresu – Les poètes (Live).


Buen fin de semana.

sábado, 7 de diciembre de 2013

EL ANUNCIO

Supongo que mi desafecto a los gin-tonics ha hecho que no me llamara la atención hasta el otro día; que no hubiera descubierto lo que debe ser un secreto a voces entre sus consumidores: “el gin-tonic perfecto empieza entre el Congo y Ruanda”.
Lo decía el anuncio a página entera de una tónica “sutil, de sabor limpio y con sus burbujas finas e integradas”. Joder con el redactor…

Entre 1994 y 1995 fueron asesinadas 800.000 personas en Ruanda, en una guerra que se tildó de genocidio de ciudadanos hutus contra tutsis, las dos etnias mayoritarias del país, pero fue más bien una guerra entre grupos corruptos en un contexto de fuerte crisis económica provocada por el descenso a la mitad del precio del café, principal producto exportador en aquel tiempo.
Campo de refugiados en el Congo
En el otro edén del agua tónica, el Congo, antiguo Zaire, solo desde 1998 han sido asesinadas unas cinco millones de personas, una bagatela si lo comparamos con los cerca de diez millones que se cargó Leopoldo II de Bélgica, dueño personal del que con todo el cinismo del mundo  denominaba Estado Libre del Congo (debo reconocer que no he leído El corazón de las tinieblas, de Conrad, pero sí El sueño del celta, de Vargas Llosa, cuya primera parte es una buena aproximación a la época).

El motivo de que la zona siga siendo ahora mismo un avispero en el que guerrean ugandeses, ruandeses y congoleños no es el café ni la tónica, sino el coltan (columbita-talantita), el mineral óxido del que se nutren la casi totalidad de dispositivos electrónicos, entre ellos los teléfonos móviles. No en vano en el Congo está el 80% de la extracción mundial de coltan. Como directamente interesadas están  grandes empresas extractivas, como Barrick Gold Corporation, de Canadá, y la American Mineral Fields, entre cuyos propietarios está la saga de los Bush, e indirectamente la totalidad de los fabricantes de teléfonos móviles.

Ante tanta desolación y barbarie es fácil olvidarse del anuncio y del gin-tonic, pero es cierto que en la frontera de Ruanda y Congo subsiste la última plantación salvaje de cinchona, el llamado árbol de la fiebre, especie de la que se extrae la quinina, base de la bebida tónica y curativo de la malaria, aunque el entorno sea como para aborrecer el gin-tonic y no usar nunca más un teléfono móvil.


Para los que no lo hayáis descubierto todavía, recomiendo vagar por los numerosos intérpretes del ritmo hipnótico de la zona, el soukous, que nació en el Congo pero se ha extendido por toda África central. Empezar con el grupo Zaiko Langa Langa es una opción más que razonable.

jueves, 28 de noviembre de 2013

JOSEP PLA, SIEMPRE ACTUAL Y CONTROVERTIDO

Estoy leyendo una biografía de Josep Pla, para muchos el mejor escritor catalán del siglo XX, y he encontrado un párrafo de 1923 que me ha parecido de plena actualidad. Siempre controvertido y “tocacollons” (no creo necesario traducirlo) Pla, pese a un carácter pragmático y posibilista que le llevó desde una primera etapa de simpatía anarquista a militar en la Lliga Regionalista de Cambó, colaborar con el franquismo y acabar detestando la dictadura, terminó peleado con todo el mundo, empecinadamente solo en su masía de Llofriu, en la que murió. Como buen polemista que fue, sus reflexiones nunca te dejan indiferente.
“Si fuera francés, o inglés, o italiano, yo no sería nacionalista, sino internacionalista y liberal. Dado que soy catalán, tengo que ser nacionalista mientras, claro está, no hayamos resuelto nuestro problema ni tengamos la libertad asegurada. Cuando todo esto esté resuelto, pediré que me borren del nacionalismo, porque no creo que el pueblo catalán tenga tantos defectos como para creerse el pueblo ungido y el mejor pueblo del mundo.”. (En començar l´any nou: el bon vell temps de l´absolutisme – La Publicitat – 12 de enero de 1923)


Para conocer al personaje, a menudo odioso y a menudo admirable, nada mejor que leer algunas de las  30.000 páginas que escribió tanto en catalán como en castellano; la biografía de Cristina Badosa, que me ha estimulado a transcribir estas líneas; o al monográfico que le dedicó “Imprescindibles”: http://youtu.be/AXVCCOKYQ9o

miércoles, 20 de noviembre de 2013

COCHES              

Esta noche, al bajar la basura, he visto un coche con la puerta delantera protegida con cinta adhesiva. El otro día, solo a unos metros, un chico joven hacía otro tanto con el retrovisor. En el barrio hay abundantes automóviles vendados como heridos de guerra y coches de gama alta con carteles de “se vende” a precios asequibles.

A principios de siglo cuando la chavalería cobraba su primer salario se iba al concesionario más cercano y se llevaba un “buga” con las ventanas abiertas y flamenquito o perreo a todo trapo. La pasión por los coches de lujo alcanzó a las limousines. En los años de bonanza no era raro ver alguna de ellas en un barrio como el nuestro, de obreros y pequeños comerciantes, trasladando a contrayentes vestidos como horteras famosos. También se veía todo tipo de trastos tuneados con abundante parafernalia sonora y luminotécnica.

Muchos de aquellos coches permanecen aparcados, convalecientes, porque no hay pasta para repararlos o simplemente mantenerlos. El dueño del taller que hay debajo de casa me explica que la gente le deja el coche durante semanas y meses porque no tiene dinero para pagarle. El “buga” por el que muchos jóvenes perdieron el sueño yace llenándose de mierda, esperando que un milagro les proporcione la guita suficiente para sacarlo de ese monte de piedad callejero.


Es cierto. El coche siempre ha sido un símbolo de ostentación. Un tipo con el que trabajé en los años ochenta, alguien desesperado diariamente porque daba vueltas y vueltas para aparcar un coche muy grande, enorme (soy un analfabeto en marcas) me reconoció que a su edad, más o menos la mía actual, le correspondía un coche grande y una buena marca. Así que esto no es el fin de los tiempos. Cuando la economía arranque, por utilizar lenguaje automovilístico, los jóvenes se endeudarán por una mala copia de deportivo y hombres, y quizás mujeres de edad adulta,  competirán para ver quien lo tiene más largo. Manda güevos…

Como el cantante era de mi barrio y vivía en la misma casa que un compi del colegio, una cita entrañable con Los gatos negros, un grupo de los sesenta, cantando Cadillac.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

SHOMEWHERE OVER THE RAINBOW DE IZ

La amiga Vitoria me pasó el enlace de esta preciosa versión mezclada del Over the rainbow y me ha descubierto tardíamente a IZ, un personaje entrañable del que reconozco no haber oído hablar nunca. Para mi vergüenza he leído en internet que esta interpretación es muy conocida, así que, en que estaría yo pensando...


Como nunca es tarde, ahí va el enlace de esta versión de Israel Kamakawiwo`ole, IZ de nombre artístico, que falleció hace ya dieciséis años.

https://www.youtube.com/watch?v=V1bFr2SWP1I

sábado, 2 de noviembre de 2013

¿QUIÉN SE ACUERDA DE CHARLOT?

En el piso principal de la casa familiar en la que nací vivía una de las taquilleras del cine Savoy de Barcelona. Aunque creo que me llevaba más de veinte años de edad, la recuerdo como una mujer bella, quizás más interesante que bella. Vivía sola con su hija, y en un entorno conservador de clase media siempre la rodeó una barrera de silencio que hizo que yo nunca llegara a saber si era viuda, separada, o, simplemente, madre soltera.
Cine Savoy 

Verla en la taquilla del cine Savoy cuando yo era un adolescente fue una sorpresa. Con la salvedad de algún inquilino, desconocía cuales eran las ocupaciones de los vecinos y, todo hay que decirlo, tampoco es que me importara. Creo recordar que la traté como si no la conociera y fue ella la que me saludó y me dedicó una sonrisa de complicidad. Ayer mismo, al hablarle de ella a mi madre, me dijo que la primera vez que coincidieron en la taquilla del Savoy la vecina no les cobró las entradas. Todo un detalle.

Me he acordado de esa mujer por puñetera chamba. Es un hecho que empieza a ocurrir con más asiduidad cuando llegas a cierta edad. Algo te trae a la memoria a un personaje secundario de tu vida, alguien que te llamaba la atención, con una categoría intermedia entre la figuración y el protagonismo. 

En aquellos tiempos el cine Savoy ofrecía sesiones matinales. Era algo inusual pero muy socorrido, y creo que el fenómeno tenía cierto éxito. Asocio una de esas sesiones mágicas a Charlot y a la extraña felicidad, quizás irrepetible, que transmitían sus películas. 

Viene todo esto a cuento del video que hace unos días encontré en internet buscando por casualidad versiones distintas de “Smile” , una canción que Chaplin, también compositor, compuso para “Tiempos Modernos”. No tenía ni zorra idea de que fuera una de las piezas preferidas de Michael Jackson. Ni mucho menos que la hubiera interpretado (debajo de la fotografía de El chico está el enlace). 

https://youtu.be/kmw1yYRdDOM
Así que viendo en ese video los pequeños fragmentos de sus obras maestras, rebeldes, transgresoras, con policías y ricos malos, malísimos, trabajadores alienados y pobres abocados a “delinquir”, reflejadas con una expresividad que traspasa la frontera limitada del blanco y negro y el cine mudo, pensé en lo poco que se habla ya de Charlot, en el modo injusto con  que le estamos olvidando, También, cómo no, de la taquillera y del cine Savoy, que desapareció hace ya algunos años. 
 
John Turner y Geoffrey Parsons le pusieron una letra especialmente optimista a Smile para que fuera interpretada por Nat King Cole en 1954:
  Sonríe aunque te duela el corazón.
  Sonríe aún, mientras se rompe.
  Cuando el cielo este nublado, 
  estarás bien si sonríes. 
  Aunque sientas miedo y pena,
  sonríe, y tal vez mañana
  verás el sol brillar para ti.
  Ilumina tu cara con gozo.
  Esconde cada trazo de tristeza
  aunque una lágrima te conmueva.
  Es entonces cuando debes seguir intentando
  sonreír. ¿Qué ganas con llorar?
  Verás que la vida vale la pena
  si  tan solo sonríes.
  Es entonces cuando debes seguir intentando
  sonreír ¿Qué ganas con llorar?
  Verás que la vida vale la pena
  Si tan solo sonríes.

domingo, 27 de octubre de 2013

POBRES

Para no ser menos, las calles de Bilbao también se están llenando de pobres ostentosos, los que no se cortan y salen a las puertas de los centros comerciales o a los portales, principalmente de las casas bien, a pedir un euro que echarse al bolsillo.

Ya no se trata de esas bandas de familias organizadas alrededor de un pequeño capo mafioso que les exige una recaudación mínima al acabar la jornada de “trabajo”. Es una nueva especie de pobre que va expandiéndose por mucho que el PIB haya subido un pírrico 0,1% y el país grande, no sé el pequeño, ya no esté en recesión. Estos pobres son especialmente cuidadosos. Se les nota en su forma de vestir y en los textos de los cartones con los que nos transmiten que no tiene casa, comida, ayuda, ni recursos, sin faltas ortográficas, con una caligrafía de persona escolarizada.

Su despliegue viene siendo imparable. En algunas calles del centro de Bilbao hay un pobre cada diez portales y ya se les ve turnándose en los supermercados como siempre lo han hecho en las iglesias. 

Podía haber dedicado una entrada al pobre de mi barrio, como antes lo hice al peluquero o al frutero, no en vano Terry, el amigo nigeriano que empezó a vender “La farola” y más tarde a pedir a cambio de nada a la puerta del supermercado, me ha relatado esta mañana sus veinte días de “vacaciones” en el CIE de Aluche (Centro de Internamiento de Extranjeros), sin poder dormir por el miedo a ser repatriado. Ya antes de su ausencia forzada por una orden judicial, había sido remplazado por otros dos mendigos, y si últimamente solo de vez en cuando venía a saludarnos, a preguntar por nuestra familia y aceptar con dignidad que le pagara un pincho de tortilla, ahora deberá pactar turno con ellos.

viñeta de El Roto
Los pobres exóticos, como Terry, han dado paso a pobres autóctonos, personas hace poco “normales” que han dejado de simular su situación, porque no está el hambre para azorarse, pero aún los hay que se resisten a reconocer su nuevo status. Intentan mantener los hábitos de sus hijos, incluidas las actividades extraescolares, con poco más de cuatrocientos euros al mes, visten con decoro y acuden a los servicios sociales o las oficinas públicas hablando en voz baja, como si quienes hacen cola no supieran que es como ellos, un tipo que ha perdido el trabajo y está a punto de agotar el paro y los ahorros, y está desesperado. La mayoría de sus mujeres se sigue encargando de la intendencia. Aunque muchas veces es él y no ella el primero en perder el trabajo, son las mujeres las que se acercan a los bancos de alimentos y los comedores sociales a buscar con qué llenar el plato. Hace unos días vi a varias, una de ellas con dos carreras, dando la cara en un programa televisivo.

Es verdad. Ha vuelto al país el pobre de solemnidad, una especie que creíamos destinada a las naciones del tercer mundo, a las que llamábamos con superioridad y cierto desprecio, eso, países pobres. Pero, lentamente, como una plaga bíblica, las calles vuelven a estar pobladas de pobres nativos. Es una pandemia de alto riesgo de la que no pueden librarnos las vacunas ni los milagros.

Según Caritas, en 2012 ya había tres millones de pobres en el estado español, más de uno por cada veinte habitantes. Al otro lado de la barricada, el número de ricos ha aumentado un 5,4% y un 13,2% el de millonarios. Vamos… que el dinero simplemente está cambiando de manos.

Podría haber escogido como banda sonora principal “Cuando la pobreza entra por la puerta el amor sale por la ventana”, una verdad como un puño…, pero me ha parecido más reconfortante la versión del Desolation row de Dylan que nos dejó Fabrizio de André antes de morir tan prematuramente: La vía de la povertá (la calle de la pobreza), que puedes escuchar en Spotify: Fabrizio De Andrè – Via Della Povertà

   

sábado, 19 de octubre de 2013


BIANCALUNA, de GIANMARIA TESTA en directo.



C'é una luna questa sera 
che la tocchi con le mani 
lentamente, lentamente s'avvicina 
e si srotola dal cielo 
è un gomitolo di lana 
è un gomitolo di luna che cammina 
Grande luna nella sera 
e sopra i tetti di Torino 
tutti gatti per la strada far mattina 
che si deve festeggiare 
questa notte un po' speciale 
c'è la luna, Biancaluna che cammina 

Biancaluna sotto il cielo 
e sulle antenne di Milano 
non l'avevi vista mai così vicina 
per chi nasce questa notte 
certo porterà fortuna 
sarà figlio, sarà il figlio della luna 

Grande luna così grande 
che la sfiori con le mani 
lentamente, lentamente si allontana 
e si arrotola nel cielo 
è un gomitolo di lana 
è un gomitolo di luna che cammina 

e si arrotola nel cielo 
è un gomitolo di lana 
è un gomitolo di luna ballerina.

domingo, 13 de octubre de 2013

Estaciones de ferrocarril


LA ESTACIÓN


Las estaciones y los mercados de las grandes ciudades son las catedrales de la época moderna. Sus estructuras de hierro mostraban el músculo de la industrialización, la ambición de arquitectos e ingenieros y la fortaleza de la creciente clase obrera. 

Las estaciones eran además la puerta de entrada de las oleadas de emigrantes a la vida ciudadana, de gente que venía de campos lejanos con la casa a cuestas.

Estació de França de Barcelona
En mi infancia ir a un aeropuerto a ver despegar y aterrizar era un premio exótico. Se iba a ver, no a usar, por mucho que tus padres pertenecieran a las nuevas clases medias del desarrollismo. Por el contrario, la estación de trenes era un bien de uso. Se iba a viajar o a esperar.

En grandes urbes, como Madrid o Barcelona, había no una sino varias estaciones, según los viajeros fueran o vinieran del norte o el mediodía. A mediados del siglo XX fueron creciendo pequeñas ramificaciones, las llamadas estaciones de cercanías, creadas preferentemente para trasvasar recursos materiales y humanos de los barrios a las zonas industriales y viceversa. 
Estación de Toledo


Por claras razones vivenciales mi preferida es la Estació de França de Barcelona. He pasado largas veladas entre su sala de espera y su cantina esperando a familiares que venían en trenes que alguien, como con coña, llamaba “rápidos”, pero tardaban doce horas en hacer un trayecto de 600 kilómetros.
Un rudo servicio de altavoces anunciaba algo que había que descifrar preguntando a los numerosos mozos portaequipajes: siempre el retraso de minutos o incluso horas por razones desconocidas. Lo que empezaba como una espera ávida acababa convirtiéndose, ya a altas horas, en un suplicio, pero aún así, cuando entro en su impresionante vestíbulo, hoy muy usado en publicidad, se me pone la carne de gallina. Después está su bóveda curvada y sus anchos andenes, con un olor que asocio, quizás erróneamente, al hierro y al orín. 

Estación de Amberes
Las viejas catedrales laicas han perdido su carácter sacro.  Algunas han sufrido una reconversión forzada por su mala localización, desbordadas por el crecimiento de las ciudades que las albergan. Han alojado en ellas museos de época o exuberantes especies botánicas y han sido sustituidas por modernas estaciones intermodales, a veces subterráneas. 

Para quienes conocimos el esplendor de las viejas estaciones no hay color. Guardan la melancolía de las despedidas que eran entonces para mucho tiempo.

Vidriera de la Estación de Bilbao
No quiero ser muy chauvinista, así que apunto y muestro otras tantas estaciones de tren que recuerdo y resalto por motivos diversos: la estación de Toledo, que descubrí en mi primer viaje de libre adolescencia; la de Amberes, por su espectacularidad artística; y desde luego, la de Bilbao, por su preciosa vidriera, y sobre todo porque me recuerda las primeras visitas de fin de semana a mi ciudad de acogida.

En cuanto a la nota poética, recurro por enésima a Joan Margarit; a algunos versos del poema del mismo nombre del libro que dedicó a la Estació de França de Barcelona:

“Cada dissabte el tren duia retard
i s´anava fent fosc sota la volta
de ferro i vidre a l´Estació de França,
amb l´olor de carbó de les andanes
i el mostrador mullat de la cantina.
Des de lluny, ella i jo et reconeixíem
entre els vagons, el fum i la gentada.”

“El tren se retrasaba cada sábado;
oscurecía bajo la estructura
de hierro y de cristal de la Estación de Francia,
con olor a carbón en los andenes
y el mostrador mojado en la cantina.
Ella y yo desde lejos entre el humo,
los trenes y la gente ya te reconocíamos.”

viernes, 4 de octubre de 2013

LA VERGÜENZA DE LAMPEDUSA

En el viaje que hicimos a Senegal hace poco más de dos años estuvimos charlando con uno de los cientos de vendedores de telas y toallas que pueblan las dos orillas del río Gambia.  El gobierno se resiste a construir un puente que una los dos márgenes del río, porque alrededor de su paso en barcazas, que puede durar incluso más de un día, viven varios decenas de miles de personas de la venta de todo tipo de mercancías.

Gambia, una lengua alrededor del río de su propio nombre, divide además a Senegal en dos mitades, norte y sur,  y es, por tanto, un obstáculo y una frontera natural. El caso es que el vendedor de toallas se nos acercó al reconocer la lengua castellana y con un humor que mostró la ausencia de rencor, nos contó su experiencia de emigrante frustrado, los trece días en una patera, la muerte de varios de sus  tripulantes, su detención nada más llegar a la costa, el envío a Barcelona y la repatriación forzada en un avión que lo devolvió a su país de origen. Decía con sorna que había tardado dos semanas en llegar a España y apenas 24 horas en ser expulsado. Le preguntamos si volvería a intentarlo y nos dijo con una sonrisa llena de bonhomía que “ni hablar”. Pero lo dijo sin odio. Encima parecía tenernos simpatía…

He recordado a aquel tipo encantador al conocer el desastre de Lampedusa, algo que ya todo el mundo califica con razón como una gran vergüenza europea.  

domingo, 29 de septiembre de 2013

FUGA DE MUERTE,
UN POEMA DE PAUL CELAN

Aunque uno se considere ciudadano del mundo tiene que ser una putada no saber el país en el que ha nacido. Ese es el caso del Paul Celan, poeta triste y eterno prófugo, nacido en noviembre de 1920 en Chernovsti, en aquel momento parte de Rumanía.

Celan, hijo de un judío ortodoxo y una miembro de la minoría alemana, se movió en su infancia entre dos culturas, dos ideologías y dos lenguas. Ya en su madurez se decantó por el socialismo, la nacionalidad francesa y la lengua germana, todo un collage, pero antes vivió en Palestina, perdió a sus padres a manos de los nazis que hablaban su propia lengua,  estudió en Tours, fue recluido en un campo de concentración de Moldavía, probó suerte en Bucarest, Viena, Ginebra y acabó tirándose al Sena en 1970.

Se dice que se es de donde se pace, pero de un suicida también podría decirse que es de donde decide morir. 

Fuga de muerte
http://youtu.be/Ghta_HavPaQ
Hacedor de una poesía hermética,
simbólica, existencial, difícil, se dice que Celan nunca superó la contradicción de escribir en la lengua de sus verdugos.

Chernovitsi, su ciudad natal, luego Czernowitz o Cernauti, primero rumana, luego alemana y más tarde rusa, forma actualmente parte de Ucrania.

El poema “Fuga de la muerte”, cuya interpretación tomo prestada a los “compis” de Auralaria, es un bello ejemplo de su escritura desolada y confusa.

viernes, 20 de septiembre de 2013

EL FRUTERO DEL BARRIO

Los clientes del frutero del barrio nos dividimos entre los que creemos que se parece a Robben, uno de los jugadores del Bayern que ridiculizó al Barça hace unos meses, y los que no. Es una exageración, pero también es cierto que no soy el único que se acuerda de él cuando ve correr la banda al delantero holandés.
el falso frutero

Además de parecerse a Robben, el frutero se adelantó a la crisis antes de que Santiago Niño, pariente y amigo, acertara de lleno y se paseara por las cadenas de televisión como un nostradamus laureado. Algunos años antes de que se produjera, el frutero predijo el pinchazo inmobiliario y la debacle bancaria cuando vio aflorar aberraciones como Seseña y observó que bancos y cajas cambiaban la oferta de créditos por la de depósitos. Ambos somos aficionados a la economía, aunque no sepamos un carajo ni seamos capaces de ligar dos de sus términos seguidos, pero no parecía difícil presagiar que el castillo de naipes tenía que derrumbarse más temprano que tarde. La precisión y calidad del presagio se la dejamos a Santiago Niño, porque es justo reconocer que nunca pensamos, como él, que el cataclismo se pudiera llevar tanta gente por delante.

Como el protagonista de “Para después de la nada”, dueño de una tienda de ultramarinos, el frutero del barrio ha ido viviendo el desarrollo de la crisis con la mengua de los pedidos y el cambio de la demanda. Las ciruelas de importación a precios superiores a los 15 euros el kilo, que antes traía fuera de temporada para estómagos caprichosos, han dado paso a la yuca, el mango, la papaya, el cilantro, que gente de países lejanos compra en medidas medidas, valga la redundancia, porque no está la vida para ir tirando mercancía costosa. Describe Mercabilbao como un espacio cada vez más desolador y me dice que la gente mira y remira los precios, se tira a los más bajos y compra por cantidades a veces irrisorias.

Siempre generaliza y jamás habla de gente que puedas conocer, y si alguna vez le quieres dar el motivo de algo concreto evade la información con un definitivo, “sí, por lo que sea”, como cerrando cualquier puerta al cotilleo, pero a veces, sin darte más referencia, te habla con sentimiento de las pequeñas catástrofes personales que nos rodean: la enfermedad, la vejez, el hambre, la pobreza…

Este tipo, como antes el peluquero, otro hombre discreto, y tantos otros, forma parte de una pequeña patria, el barrio, con personajes que nacen, crecen y envejecen, un país con fronteras inconscientes y sitios intemporales que cabe en unas cuantas calles.

El frutero del barrio solo tiene un defecto: en navidades tortura a sus clientes con una cassette de villancicos que repite durante todo el día. Pero como “nothing is perfect”, este año le regalo una canción que llega a reconciliarnos con festejos tan odiosos y ahora puedes ver en youtube: 

lunes, 9 de septiembre de 2013

AGURTZANE ESTRADA PUBLICA LIBRO Y ABRE EDITORIAL; DOS PÁJAROS DE UN TIRO

Nuestra amiga Agurtzane Estrada, vecina de Santutxu, persona encantadora, sensible y comprometida, se lanza al mundo de la edición a lo grande, publicando libro y lanzando un proyecto novedoso y solidario, AGALIR EDICIONES, con amigos y conocidos colaboradores, como Iñaki Urdangarín, Kepa Junkera o Xabier Amuriza, que apoyan la aventura.
El 18 de setiembre Agurtzane presentará su libro, “Sentimientos de cristal”, ante los medios de comunicación y el público en general a las 11 de la mañana y 6 de la tarde, respectivamente,  en el café Iruña.
Para hacer boca y no ir de vacío habrá que comprarlo antes. Cuesta 15 euros y se puede pedir a través de este correo electrónico: info@agalir.com

Para interesados en el proyecto editorial y solidario podéis recorrer la web: http://www.agalir.com/inicio.html

lunes, 2 de septiembre de 2013

MI HIJA LAIA ABRE PROYECTO EMPRESARIAL

Con otras dos colegas del mundo artístico y la educación especial, mi hija Laia se lía la manta a la cabeza y se mete a “emprendedora”, ese palabro tan de moda y de tan poco uso. No sé como le irá, pero a estas alturas del desastre económico o lo intentas o te hundes con el resto de la flota. 

FORMARTE (www.bilbaoformarte.com), que así se llama el proyecto, es un centro de Artes Plásticas enfocado principalmente a la formación en el campo artístico de personas con discapacidad psíquica o intelectual, con la finalidad de que desarrollen su creatividad y crecimiento personal. Por las tardes abren las puertas a todo aquel que quiera desplegar sus habilidades artísticas.

El jueves día 5, a partir de las seis de la tarde celebran su inauguración en la calle Zankoeta, 1, A de Bilbao. Estáis invitados.

jueves, 15 de agosto de 2013

Kid Paret y Emile Griffith

KID PARET, EL BOXEADOR QUE 
LLAMÓ MARICÓN A EMILE GRIFFITH

Lo confieso, cuando era un adolescente me gustaba el boxeo. A los catorce años me metía en la cama con un transistor y escuchaba clandestinamente la retransmisión de las veladas de los jueves en el Price de Barcelona. Estaba más empapado de los púgiles de la época que de los futbolistas que poblaban los diarios deportivos de BCN. Podría falsear afición tan políticamente incorrecta con un repaso a las películas que el cine ha ido dedicando a ese deporte, pero por mucho que algunas sean auténticas obras maestras, en aquel entonces o aún no habían sido estrenadas o yo no las conocía. Así que no hay nada que me disculpe. Tampoco la tipología canalla de sus protagonistas; esa pléyade de chulos de barrio golpeándose entre doce cuerdas como nuevos gladiadores. Pan y circo.

Benny Kid Paret era uno de ellos. Pasó infancia y juventud de trifulca en trifulca con otros gallitos de los arrabales más pobres de Santa Clara (Cuba), donde cortaba caña por un dólar diario, hasta que un entrenador vio sus cualidades físicas, encontró un patrocinador que regentaba una carnicería y le convirtió en el “ídolo de los matarifes”. Siendo todavía Bernardo Paret ganó 26 combates como amateur y sufrió una sola derrota a manos un tipo que le sacaba peso, estatura y malas artes.

Kid Paret


Cuando Fidel Castro prohibió el boxeo profesional, los mejores púgiles de Cuba fueron a buscarse la vida a los Estados Unidos. En manos de mafiosos dispuestos a sacar el mayor partido de sus músculos, Kid Paret recorrió varias categorías, incluso la de los semipesados, muy por encima de su talla y morfología. Era un “echao palante” que ni siquiera aprendió a leer y escribir, un faltón dispuesto a comerse el mundo con los puños. 

En abril de 1960 conquistó el campeonato mundial de los pesos welter, un entorchado que perdió y recuperó enfrentándose a uno de los mejores boxeadores de la categoría de todos los tiempos: Emile Griffith.

En el intermedio, los mentores de Kid Paret se aprovecharon de su carácter bravucón y concertaron una pelea con el rey de los pesos medios. Pretendían que ostentara la corona mundial en dos categorías luchando con un contrincante desigual, de mayor peso y envergadura. Todas las peleas de Kid Paret eran cruentas. No era el mejor púgil de la generación cubana que desembarcó en los Estados Unidos pero sí el mejor encajador, con una resistencia al castigo que lindaba lo inhumano. Así que en diciembre de 1961 Kid Paret le aguantó 10 asaltos a Gene Fuller, el rey de los medios, en una de las peleas más sangrientas que se recuerdan.

Solo 4 meses después, el cubano se presentó al pesaje para defender el título inferior ante Griffith con un certificado médico que le habilitaba y su verborrea habitual. Emile Griffith era un atleta espectacular. Lo habían descubierto por casualidad, mientras trabajaba con el torso desnudo en una fábrica de sombreros para mujer. Con solo unos meses de entrenamiento se subió a un ring y en poco tiempo disputó el campeonato del mundo. Solo tenía un “defecto”: se decía que le gustaban los hombres, un tabú en aquel tiempo, más si uno era un gladiador, el prototipo de macho alfa. 

Dice la leyenda que Kid Paret llegó al pesaje contoneando las caderas y la mano en el culo, y que cuando vio acercarse a Griffith le llamó maricón sin más preámbulo. Es verosímil. Al “indio Nevares”, todavía en Cuba, le dijo que le iba a quitar el arco y las flechas, y era habitual oírle burlarse de sus contrincantes. 

También se dice que tuvieron que separarlos y que la frase fue el motivo del ensañamiento de Griffith en el duodécimo asalto de la pelea que les enfrentó a las pocas horas: veintitantos golpes en una de las esquinas del cuadrilátero con la televisión en directo (ver enlace en siguiente viñeta).  Éste no volvió a recuperar el conocimiento. Falleció diez días después. Pese a la paliza, es mayoritaria la sensación de que el cubano empezó a morir en el combate que había librado con Fuller unos meses antes, del que no tuvo tiempo de recuperarse debidamente.

https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=E_hgassgD94
Sigue la leyenda que Griffith, que boxeó hasta los 47 años, no volvió a golpear con todas sus fuerzas y se convirtió voluntariamente en una esgrimista que ganaba los combates a los puntos, lo que, unido al reconocimiento de su bisexualidad, agrandó el mito iniciado con la muerte del cubano. Griffith falleció el 23 de julio pasado y los medios de comunicación recordaron con unanimidad la frase que resumía los años posteriores a la tragedia que acabó con su contrincante: "Sigo preguntándome lo extraño que es todo esto. Mato a un hombre y la mayoría lo entiende y me perdona. Sin embargo, amo a un hombre y esa misma gente lo considera un pecado imperdonable. Aunque nunca fui a la cárcel, he estado en prisión casi toda mi vida"

Acabaré con los últimos versos del poema que Nicomedes Santa Cruz, poeta peruano, dedicó a Kid Paret.
"La gente aplaude al que me mata
El referee no dice break
Que mi mujer no sepa nada
Mi nombre es Benny Kid Paret."

jueves, 8 de agosto de 2013

LEÓN DE ARANOA SE METE A ESCRITOR

He aquí 113 relatos en 190 páginas sin desperdicio. He aquí un Monterroso actualizado, tierno, agrio, divertido, melancólico. He aquí un aperitivo de tanto como hay para elegir:

“Cuando muere María muere la hija de Juan y Rocío, muere la hermana de Carlos, y también la mejor amiga de Ana Villares, con la que paseaba cada viernes por Reforma. Mueren también cuando muere María la amiga de Violeta, la de Marga, la de Juancar y Simón. Y muere la mujer a la que Peralta más quiso, a la que hoy pierde por segunda vez, y a la que aún abrazaba en silencio cuando duerme, a pesar del tiempo transcurrido y los consejos…” (de “Las muertes de María”)