UN POEMA NAVIDEÑO DE SALVAT PAPASSEIT
Y OTRO DE PROPINA
Y OTRO DE PROPINA
Joan Salvat Papasseit (Barcelona
1894-1924) es uno de los poetas más peculiares de los inicios del siglo XX. Autodidacta,
pacifista, vanguardista, militante antitaurino, hombre de ideas libertarias, catalanista
radical, conoció a muchos de los intelectuales y políticos más influyentes de
la época en el Ateneo Enciclopédico Popular. Quizás porque solo vivió 30 años,
su poesía me parece de una ingenuidad y cotidianidad entrañables, y pese a que
arrastró desde muy joven una tuberculosis que acabó llevándole a la tumba y
perdió a una hija de dos años, sus poemas tienen una gran vitalidad y un
optimismo contagioso.
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estatua de Salvat Papasseit en el Moll de la Fusta de Barcelona donde trabajó en su juventud |
Cuento en un poema que escribí en
los años noventa que conocí a Salvat Papasseit por la publicación de unos
versos suyos en una hoja parroquial de Arenys de Mar en pleno franquismo
(“Somos mediterráneos,/ niños que cogen ranas en los aljibes de la huerta/ o
van camino arriba por la riera de Arenys/leyendo los versos locos,/
extravagantes, de Salvat-Papasseit/ en la hoja parroquial de un domingo de
verano,/ y esperan que una torrentera, de improviso,/ lance al mar el coche del
alcalde,/ y lo jalean/ llenos de esa risa contagiosa de jóvenes/ sin prisa y
sin dolor”). Cuando lo recuerdo me parece algo surrealista, teniendo en cuenta la
ideología del poeta, redactor jefe de la enemic del poble” (Un enemigo del
pueblo), revista autotitulada “fulla de subversió espiritual” (hoja de
subversión espiritual) y tampoco soy muy consciente de qué hacía en mis manos
una hoja parroquial. Pero así fue.
Aunque lo tenía un poco olvidado,
reencontré a Salvat Papasseit hace unos días buscando versos dedicados a la
Navidad. Tratándose de un poeta no creyente y teniendo en cuenta lo de la hoja
parroquial, me ha parecido una buena elección. El otro poema, escrito durante
una de las convalecencias previas a su muerte, muestra el optimismo que le
caracterizaba.
Nadal
Sento el fred de la nit i la simbomba fosca. Així el grup d'homes joves que ara passa cantant. Sento el carro dels apis que l'empedrat recolza i els altres qui l'avencen, tots d'adreça al mercat. Els de casa, a la cuina, prop del braser que crema, amb el gas tot encès han enllestit el gall. Ara esguardo la lluna, que m'apar lluna plena; i ells recullen les plomes, i ja enyoren demà. Demà posats a taula oblidarem els pobres -i tan pobres com som-. Jesús ja serà nat. Ens mirarà un moment a l'hora de les postres i després de mirar-nos arrencarà a plorar. |
Navidad
Siento el frío de la noche Y la oscura zambomba. El grupo de muchachos, que ahora pasa, cantando Siento el carro de apios que sostiene el empedrado
y otros
carros que avanzan, todos hacia el mercado.
Los de casa en la cocina junto al rojo brasero que quema, con el gas encendido han preparado el gallo. Ahora miro la luna que parece llena y recogen las plumas y ya añoran mañana. Mañana en la mesa olvidaremos a los pobres -¡Tan pobres como somos!- Jesús ya habrá nacido Nos mirara un instante a la hora del postre y después de mirarnos, se echará a llorar. |
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Tot l'enyor de demà
Ara que
estic al llit
malalt, estic força content. Demà m’aixecaré potser, i heus aquí el que m’espera: Unes places lluentes de claror, i unes tanques amb flors sota el sol, sota la lluna al vespre; i la noia que porta la llet que té un capet lleuger i duu un davantalet amb unes vores fetes de puntes de coixí, i una rialla fresca. I encara aquell vailet que cridarà el diari, i qui puja als tramvies i els baixa tot corrent. I el carter que si passa i no em deixa cap lletra m’angoixa perquè no sé el secret de les altres que porta. I també l’aeroplà que em fa aixecar el cap el mateix que em cridés una veu d’un terrat. I les dones del barri matineres qui travesseen de pressa en direcció al mercat amb sengles cistells grocs, i retornen que sobreïxen les cols, i a vegades la carn, i d’un altre cireres vermelles. I després l’adroguer, que treu la torradora del cafè i comença a rodar la maneta, i qui crida les noies i els hi diu: -Ja ho té tot? I les noies somriuen amb un somriure clar, que és el baume que surt de l’esfera que ell volta. I tota la quitxalla del veïnat qui mourà tanta fressa perquè serà dijous i no anirà a l’escola. I els cavalls assenyats i els carreters dormits sota la vela en punxa quje dansa en el seguit de les roderes. I el vi que de tants dies no he begut. I el pa, posat a taula. I l’escudella rossa, fumejant. I vosaltres amics, perquè em vindreu a veure i ens mirarem feliços. Tot això bé m’espera si m’aixeco demà. Si no em puc aixecar mai més, heus aquí el que m’espera: Vosaltres restareu, per veure el bo que és tot: i la Vida i la Mort. |
Toda la nostalgia de mañana
Ahora que estoy en cama enfermo, me noto muy contento. --Mañana me levantaré quizás y he aquí lo que me espera: Unas plazas brillantes de luz, y unas cercas con flores bajo el sol, bajo la luna, al ocaso; y la chica que trae la leche de cabecita loca con su delantalito de bordes rematados por encajes, y con su risa fresca. Y además aquel chico que voceará el diario, que sube a los tranvías y que los baja en marcha Y el cartero que me angustia si pasa sin dejarme una carta porque no sé el secreto de las otras que lleva. Y también el avión que hará alzar mi cabeza tal si desde un terrado me llamara una voz. Y las mujeres del barrio Madrugadoras, que cruzan muy deprisa camino del mercado con sus cestos pajizos y vuelven rebosantes de coles, algunas veces carne, y en otro, rojas cerezas. Y después el tendero que saca la tostadora de café y empieza a darle vueltas al manubrio, y que llama a las chicas y les dice: --¿Ya lo tiene todo? Y las chicas sonríen son la clara sonrisa, que es el olor que sale de la esfera que él mueve. Y todos los niños de mi vecindario que armarán mucho ruido porque ya será jueves y no irán a la escuela. Y los caballos dóciles y los carreteros dormidos bajo la lona en punta que danza al recorrer las roderas. Y el vino que hace días no he bebido Y el pan, puesto en la mesa. Y el cocido rubio, humeante. Y vosotros amigos, porque vendréis a verme y nos miraremos, felices. Todo eso me espera si me levanto mañana. Si no me puedo levantar nunca más, he aquí lo que me espera: --Vosotros quedaréis, Para ver que todo es excelente; y la Vida y la Muerte.
Traducción de José Agustín Goytisolo
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Se trata de un poeta que ha sido
musicado infinidad de veces por Serrat, Ribalta, Miserachs, Llach, Toti Soler,
Ovidi Montllor, etcétera, etcétera, pero me ha parecido más original echar mano
a la versión de Loquillo de “Ara no es fa, però jo encara ho faria”