LA
AGENDA
![]() |
la legendaria Lexycon 80 |
Hace unos meses, revisando papeles, trastos, desechos, encontré la
última agenda de mi padre, que falleció hace más de dos años.
Cada dos o tres, también cuando alguien le regalaba una nueva,
quizás haciendo juego con una cartera de bolsillo, mi padre dedicaba
una o varias jornadas a actualizarla con curiosa dedicación
artesana. Quitaba las grapas que cosían el abecedario, extraía cada
una de sus letras, y después de mecanografiar nombres apellidos,
teléfonos y direcciones con una vieja, pesada y panzuda Lexycon 80,
volvía a zurcirla con una paciencia que nunca fue su fuerte.
Al ojearla me di cuenta de que estaba, como la elegante Porky francesa de la que hablaba Eduardo Galeano en “Días y noches de amor y de guerra”, “llena de muertos”. Ahí figuraban sus mejores amigos, sus hermanos, sus cuñados, algunos compañeros de trabajo y profesión...números de teléfono fijo, por supuesto, y domicilios que dejaron de serlo hace ya muchos años. Leyendo nombres y direcciones podía recomponer la mayor parte de la vida de mi padre y recordar los rostros y las voces de quienes la poblaban. Ya no había anotaciones con citas o tareas pendientes, porque imagino que fue la última agenda que rellenó, ya definitivamente jubilado.
![]() |
La vieja fábrica Hispano Olivetti de Barcelona |
Cuando yo lo hice, hace ya dos años, eché de menos la función
recordatoria de la agenda de trabajo. Durante meses me perdía entre
los días de la semana, los horarios de mañana y tarde, y el cambio
de rutinas. No habituado a hacerlo en mi portátil, estuve a punto de
agenciarme una moleskine, pero antes descubrí que el móvil no solo
contiene un espléndido almacén de contactos, sino un
calendario/notificador con imágenes coloridas y alarmas de signo
diverso. El de los tiempos...
En cuanto a la Lexycon 80 forma parte del progreso de la segunda
mitad del pasado siglo. En su momento fue, junto a otra histórica,
la Lettera 22 (conservo una), la máquina de escribir más vendida de
Hispano Olivetti, empresa que contó con una impresionante fábrica
cerca de la plaza de las Glorias de Barcelona. Una fábrica que llegó
a dar trabajo a más de 3.000 obreros. En la época de las históricas huelgas
que compartió con Motor Ibérica, Roca, La Seda, Seat etcétera...me
tocó hacer alguna pintada por la zona, todo un honor, aunque tengo
entendido que actualmente, vencida por el tsunami de las nuevas
tecnologías y replegada Olivetti, la empresa matriz, el edificio es
hoy un Centro Comercial. Otro signo de los tiempos...
Apoyo el texto con “Life´s work”, de The Weather Station, alias de
la cantante canadiense Tamara Lindeman, uno de mis últimos
descubrimientos. Aunque ésta sea una canción de su penúltimo
disco tiene un toque nostálgico sobre la avatares de la vida y el trabajo que acompañan bien a lo anterior.