domingo, 29 de septiembre de 2013

FUGA DE MUERTE,
UN POEMA DE PAUL CELAN

Aunque uno se considere ciudadano del mundo tiene que ser una putada no saber el país en el que ha nacido. Ese es el caso del Paul Celan, poeta triste y eterno prófugo, nacido en noviembre de 1920 en Chernovsti, en aquel momento parte de Rumanía.

Celan, hijo de un judío ortodoxo y una miembro de la minoría alemana, se movió en su infancia entre dos culturas, dos ideologías y dos lenguas. Ya en su madurez se decantó por el socialismo, la nacionalidad francesa y la lengua germana, todo un collage, pero antes vivió en Palestina, perdió a sus padres a manos de los nazis que hablaban su propia lengua,  estudió en Tours, fue recluido en un campo de concentración de Moldavía, probó suerte en Bucarest, Viena, Ginebra y acabó tirándose al Sena en 1970.

Se dice que se es de donde se pace, pero de un suicida también podría decirse que es de donde decide morir. 

Fuga de muerte
http://youtu.be/Ghta_HavPaQ
Hacedor de una poesía hermética,
simbólica, existencial, difícil, se dice que Celan nunca superó la contradicción de escribir en la lengua de sus verdugos.

Chernovitsi, su ciudad natal, luego Czernowitz o Cernauti, primero rumana, luego alemana y más tarde rusa, forma actualmente parte de Ucrania.

El poema “Fuga de la muerte”, cuya interpretación tomo prestada a los “compis” de Auralaria, es un bello ejemplo de su escritura desolada y confusa.

viernes, 20 de septiembre de 2013

EL FRUTERO DEL BARRIO

Los clientes del frutero del barrio nos dividimos entre los que creemos que se parece a Robben, uno de los jugadores del Bayern que ridiculizó al Barça hace unos meses, y los que no. Es una exageración, pero también es cierto que no soy el único que se acuerda de él cuando ve correr la banda al delantero holandés.
el falso frutero

Además de parecerse a Robben, el frutero se adelantó a la crisis antes de que Santiago Niño, pariente y amigo, acertara de lleno y se paseara por las cadenas de televisión como un nostradamus laureado. Algunos años antes de que se produjera, el frutero predijo el pinchazo inmobiliario y la debacle bancaria cuando vio aflorar aberraciones como Seseña y observó que bancos y cajas cambiaban la oferta de créditos por la de depósitos. Ambos somos aficionados a la economía, aunque no sepamos un carajo ni seamos capaces de ligar dos de sus términos seguidos, pero no parecía difícil presagiar que el castillo de naipes tenía que derrumbarse más temprano que tarde. La precisión y calidad del presagio se la dejamos a Santiago Niño, porque es justo reconocer que nunca pensamos, como él, que el cataclismo se pudiera llevar tanta gente por delante.

Como el protagonista de “Para después de la nada”, dueño de una tienda de ultramarinos, el frutero del barrio ha ido viviendo el desarrollo de la crisis con la mengua de los pedidos y el cambio de la demanda. Las ciruelas de importación a precios superiores a los 15 euros el kilo, que antes traía fuera de temporada para estómagos caprichosos, han dado paso a la yuca, el mango, la papaya, el cilantro, que gente de países lejanos compra en medidas medidas, valga la redundancia, porque no está la vida para ir tirando mercancía costosa. Describe Mercabilbao como un espacio cada vez más desolador y me dice que la gente mira y remira los precios, se tira a los más bajos y compra por cantidades a veces irrisorias.

Siempre generaliza y jamás habla de gente que puedas conocer, y si alguna vez le quieres dar el motivo de algo concreto evade la información con un definitivo, “sí, por lo que sea”, como cerrando cualquier puerta al cotilleo, pero a veces, sin darte más referencia, te habla con sentimiento de las pequeñas catástrofes personales que nos rodean: la enfermedad, la vejez, el hambre, la pobreza…

Este tipo, como antes el peluquero, otro hombre discreto, y tantos otros, forma parte de una pequeña patria, el barrio, con personajes que nacen, crecen y envejecen, un país con fronteras inconscientes y sitios intemporales que cabe en unas cuantas calles.

El frutero del barrio solo tiene un defecto: en navidades tortura a sus clientes con una cassette de villancicos que repite durante todo el día. Pero como “nothing is perfect”, este año le regalo una canción que llega a reconciliarnos con festejos tan odiosos y ahora puedes ver en youtube: 

lunes, 9 de septiembre de 2013

AGURTZANE ESTRADA PUBLICA LIBRO Y ABRE EDITORIAL; DOS PÁJAROS DE UN TIRO

Nuestra amiga Agurtzane Estrada, vecina de Santutxu, persona encantadora, sensible y comprometida, se lanza al mundo de la edición a lo grande, publicando libro y lanzando un proyecto novedoso y solidario, AGALIR EDICIONES, con amigos y conocidos colaboradores, como Iñaki Urdangarín, Kepa Junkera o Xabier Amuriza, que apoyan la aventura.
El 18 de setiembre Agurtzane presentará su libro, “Sentimientos de cristal”, ante los medios de comunicación y el público en general a las 11 de la mañana y 6 de la tarde, respectivamente,  en el café Iruña.
Para hacer boca y no ir de vacío habrá que comprarlo antes. Cuesta 15 euros y se puede pedir a través de este correo electrónico: info@agalir.com

Para interesados en el proyecto editorial y solidario podéis recorrer la web: http://www.agalir.com/inicio.html

lunes, 2 de septiembre de 2013

MI HIJA LAIA ABRE PROYECTO EMPRESARIAL

Con otras dos colegas del mundo artístico y la educación especial, mi hija Laia se lía la manta a la cabeza y se mete a “emprendedora”, ese palabro tan de moda y de tan poco uso. No sé como le irá, pero a estas alturas del desastre económico o lo intentas o te hundes con el resto de la flota. 

FORMARTE (www.bilbaoformarte.com), que así se llama el proyecto, es un centro de Artes Plásticas enfocado principalmente a la formación en el campo artístico de personas con discapacidad psíquica o intelectual, con la finalidad de que desarrollen su creatividad y crecimiento personal. Por las tardes abren las puertas a todo aquel que quiera desplegar sus habilidades artísticas.

El jueves día 5, a partir de las seis de la tarde celebran su inauguración en la calle Zankoeta, 1, A de Bilbao. Estáis invitados.

jueves, 15 de agosto de 2013

Kid Paret y Emile Griffith

KID PARET, EL BOXEADOR QUE 
LLAMÓ MARICÓN A EMILE GRIFFITH

Lo confieso, cuando era un adolescente me gustaba el boxeo. A los catorce años me metía en la cama con un transistor y escuchaba clandestinamente la retransmisión de las veladas de los jueves en el Price de Barcelona. Estaba más empapado de los púgiles de la época que de los futbolistas que poblaban los diarios deportivos de BCN. Podría falsear afición tan políticamente incorrecta con un repaso a las películas que el cine ha ido dedicando a ese deporte, pero por mucho que algunas sean auténticas obras maestras, en aquel entonces o aún no habían sido estrenadas o yo no las conocía. Así que no hay nada que me disculpe. Tampoco la tipología canalla de sus protagonistas; esa pléyade de chulos de barrio golpeándose entre doce cuerdas como nuevos gladiadores. Pan y circo.

Benny Kid Paret era uno de ellos. Pasó infancia y juventud de trifulca en trifulca con otros gallitos de los arrabales más pobres de Santa Clara (Cuba), donde cortaba caña por un dólar diario, hasta que un entrenador vio sus cualidades físicas, encontró un patrocinador que regentaba una carnicería y le convirtió en el “ídolo de los matarifes”. Siendo todavía Bernardo Paret ganó 26 combates como amateur y sufrió una sola derrota a manos un tipo que le sacaba peso, estatura y malas artes.

Kid Paret


Cuando Fidel Castro prohibió el boxeo profesional, los mejores púgiles de Cuba fueron a buscarse la vida a los Estados Unidos. En manos de mafiosos dispuestos a sacar el mayor partido de sus músculos, Kid Paret recorrió varias categorías, incluso la de los semipesados, muy por encima de su talla y morfología. Era un “echao palante” que ni siquiera aprendió a leer y escribir, un faltón dispuesto a comerse el mundo con los puños. 

En abril de 1960 conquistó el campeonato mundial de los pesos welter, un entorchado que perdió y recuperó enfrentándose a uno de los mejores boxeadores de la categoría de todos los tiempos: Emile Griffith.

En el intermedio, los mentores de Kid Paret se aprovecharon de su carácter bravucón y concertaron una pelea con el rey de los pesos medios. Pretendían que ostentara la corona mundial en dos categorías luchando con un contrincante desigual, de mayor peso y envergadura. Todas las peleas de Kid Paret eran cruentas. No era el mejor púgil de la generación cubana que desembarcó en los Estados Unidos pero sí el mejor encajador, con una resistencia al castigo que lindaba lo inhumano. Así que en diciembre de 1961 Kid Paret le aguantó 10 asaltos a Gene Fuller, el rey de los medios, en una de las peleas más sangrientas que se recuerdan.

Solo 4 meses después, el cubano se presentó al pesaje para defender el título inferior ante Griffith con un certificado médico que le habilitaba y su verborrea habitual. Emile Griffith era un atleta espectacular. Lo habían descubierto por casualidad, mientras trabajaba con el torso desnudo en una fábrica de sombreros para mujer. Con solo unos meses de entrenamiento se subió a un ring y en poco tiempo disputó el campeonato del mundo. Solo tenía un “defecto”: se decía que le gustaban los hombres, un tabú en aquel tiempo, más si uno era un gladiador, el prototipo de macho alfa. 

Dice la leyenda que Kid Paret llegó al pesaje contoneando las caderas y la mano en el culo, y que cuando vio acercarse a Griffith le llamó maricón sin más preámbulo. Es verosímil. Al “indio Nevares”, todavía en Cuba, le dijo que le iba a quitar el arco y las flechas, y era habitual oírle burlarse de sus contrincantes. 

También se dice que tuvieron que separarlos y que la frase fue el motivo del ensañamiento de Griffith en el duodécimo asalto de la pelea que les enfrentó a las pocas horas: veintitantos golpes en una de las esquinas del cuadrilátero con la televisión en directo (ver enlace en siguiente viñeta).  Éste no volvió a recuperar el conocimiento. Falleció diez días después. Pese a la paliza, es mayoritaria la sensación de que el cubano empezó a morir en el combate que había librado con Fuller unos meses antes, del que no tuvo tiempo de recuperarse debidamente.

https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=E_hgassgD94
Sigue la leyenda que Griffith, que boxeó hasta los 47 años, no volvió a golpear con todas sus fuerzas y se convirtió voluntariamente en una esgrimista que ganaba los combates a los puntos, lo que, unido al reconocimiento de su bisexualidad, agrandó el mito iniciado con la muerte del cubano. Griffith falleció el 23 de julio pasado y los medios de comunicación recordaron con unanimidad la frase que resumía los años posteriores a la tragedia que acabó con su contrincante: "Sigo preguntándome lo extraño que es todo esto. Mato a un hombre y la mayoría lo entiende y me perdona. Sin embargo, amo a un hombre y esa misma gente lo considera un pecado imperdonable. Aunque nunca fui a la cárcel, he estado en prisión casi toda mi vida"

Acabaré con los últimos versos del poema que Nicomedes Santa Cruz, poeta peruano, dedicó a Kid Paret.
"La gente aplaude al que me mata
El referee no dice break
Que mi mujer no sepa nada
Mi nombre es Benny Kid Paret."

jueves, 8 de agosto de 2013

LEÓN DE ARANOA SE METE A ESCRITOR

He aquí 113 relatos en 190 páginas sin desperdicio. He aquí un Monterroso actualizado, tierno, agrio, divertido, melancólico. He aquí un aperitivo de tanto como hay para elegir:

“Cuando muere María muere la hija de Juan y Rocío, muere la hermana de Carlos, y también la mejor amiga de Ana Villares, con la que paseaba cada viernes por Reforma. Mueren también cuando muere María la amiga de Violeta, la de Marga, la de Juancar y Simón. Y muere la mujer a la que Peralta más quiso, a la que hoy pierde por segunda vez, y a la que aún abrazaba en silencio cuando duerme, a pesar del tiempo transcurrido y los consejos…” (de “Las muertes de María”)

viernes, 26 de julio de 2013

EL CONTENEDOR

Con un estribillo y unos coros podría ser el título de una canción del verano de Georgie Dann, pero fue en primavera cuando los contenedores sembraron la discordia en numerosos municipios de Gipuzkoa por un quítame un puerta a puerta. 

Cierto es que detrás de la polémica hay intereses económicos y planteamientos divergentes sobre el tratamiento de residuos, y que la desaparición, salvo de los destinados al vidrio, de un instrumento que al menos tiene tanta historia por detrás como la fregona o el portero automático, merece un debate extenso y reposado, pero lo que recrudece la controversia - a mí al menos así me lo parece - es el espíritu revanchista de los desalojados de los gobiernos municipales (PNV), promotores repentinos de grupos de desobediencia civil y referéndum populares. Lo que hay que ver…
Dice una leyenda urbana que la kale borroka abandonó su obsesión por la quema de contenedores el día que un grupete de pirómanos vio salir a un joven rumano de la tripa de uno de ellos con un manojo de quincalla metálica. Las leyendas nunca son del todo ciertas pero suelen esconder medias verdades, porque algo parecido le ocurrió a un amigo mío cuando bajó a echar la basura de su casa y oyó que alguien con acento extranjero se cagaba en su parentela. Desde entonces abre el artefacto con precaución, saluda con un protocolario “buenas noches”, y si nadie contesta lanza la bolsa de la basura a su interior.

El contenedor, como las bolsas de basura, es un instrumento urbano relativamente moderno. Hace solo unas décadas los cubos de basura iban tal cual, sin aislantes; se acumulaban frente a la puerta de los edificios y eran descargados directamente por los empleados del ayuntamiento en los camiones. Pese a lo que pueda parecer también había reciclaje selectivo, ya que en cada barrio había un trapero que compraba “ampolles i papers, draps i roba bruta, paraigües i mobles vells”  (“botellas, trapos y ropa sucia, paraguas y muebles viejos”, decía la viejísima canción de Serrat / http://www.youtube.com/watch?v=LbjgCCcCOl4), que luego revendía y reintegraba a la cadena productiva. 

Con la asunción de la responsabilidad del reciclaje urbano, los municipios consiguieron que éste se multiplicara exponencialmente. Fue la irrupción de los contenedores de colorines varios y su creciente modernización, incluso con destino en el subsuelo.  En la actualidad los contenedores de basura orgánica son, además, fuente de nutrientes para pobres y clases medias en caída libre, que los merodean en busca de algo que echarse a la boca. Para muestra un botón.

viernes, 19 de julio de 2013

ALTERNATIVA LAICA PUBLICA SU INFORME 
SOBRE EL ESTADO DE LA LAICIDAD EN 2012

Como es evidente la laicidad en el Estado Español es una asignatura pendiente, que no gana con los gobiernos supuestamente laicos y pierde mucho gas con los confesionales de derecha. 

Aquí el enlace: http://www.alternativalaica.es/articulos/informe-sobre-el-estado-de-la-laicidad-2012

miércoles, 10 de julio de 2013

EQUÍVOCO

Hugo Gatti
Allá estaba Gatti, el legendario cancerbero argentino. Colaboraba en un programa de deportes, y  si la cámara mantenía un plano medianamente fijo yo podría confirmar si se trataba del portero que, durante mis últimos años de futbolista amateur, puse de ejemplo de lo que nunca hay que llevar cuando se juega: un collarcito-amuleto, la esclavina, un arete, el anillo de bodas…
Según creía haber leído años atrás, Hugo Gatti se segó el dedo anular al engancharse la sortija de su mano derecha con uno de los ataderos de los que colgaba la red de la portería. El cronista se dejaba llevar  por la épica del momento y describía el amago del delantero ante la acometida del central, su gesto técnico disparando el balón con una trayectoria en parábola directa a la cruceta, y el salto del guardameta para atajarlo, que comparaba con el vuelo majestuoso de un águila imperial.  
Como si la figura histórica de Gatti fuera irrelevante, no me interesaba el contenido del programa, ni su participación, seguramente amena, llena de anécdotas y sucedidos, sino confirmar la amputación de uno de sus dedos. La posición del portero no permitía una visión clara de las manos. Se trataba de una de esas tertulias con una mesa parecida a la de la santa cena, un director en el centro y media docena de apóstoles repartidos a derecha e izquierda, de manera que éste solo aparecía esporádicamente, cuando el presentador le concedía la palabra. En la primera toma me fue imposible distinguir el número de dedos de ambas extremidades, ya que las mantenía apoyadas en la mesa. Hubo otros dos planos antes de que Gatti, ya metido de lleno en el debate, empezara a gesticular recordándonos su ascendencia italiana, pero, o le había vuelto a crecer o no le faltaba ningún dedo.
Yo nunca había estado seguro de que el protagonista del accidente fuera Hugo Gatti, y ahora empezaba a dudar de que éste hubiera ocurrido realmente o se trataba de una de esas advertencias maternas que se acaban asimilando a un hecho y personaje auténticos. ¿Murió realmente un motorista por la picadura de una avispa cuando llevaba la boca abierta? o ¿hubo alguna vez un portero que perdiera un dedo al parar un balón endemoniado?
Pumpido con el dedo recién recuperado
Pues sí. Nery Pumpido, portero del River Plate, ganador de la Copa del Mundo en México y uno de los mejores arqueros de la República Argentina, perdió el dedo anular mientras se recuperaba de una lesión. El ejercicio era muy sencillo. Pumpido tenía que tocar el larguero cada vez que su preparador físico se lo indicaba. En uno de esos saltos, la alianza se le enganchó en uno de los arneses que servían para atar la red y dejó ambos, anillo y dedo, colgando de la escarpia. 
Tras una insólita operación que duró cerca de cuatro horas, un reconocido microcirujano bonaerense consiguió reimplantárselo, de modo que, en su caso, yo tampoco podría haber comprobado la amputación a vista de pájaro. 
Nery Pumpido jugó varios años más en River, el Betis y el Unión de Santa Fe, y creo que Hugo Gatti sigue tertuliando en Intereconomía.

miércoles, 26 de junio de 2013

LA TRADUCCIÓN

En una de las entregas del blog, la dedicada al semáforo, tuve la tentación de corregir un par de palabras de La noia del semàfor, el  poema de Joan Margarit. Un error y un atrevimiento, ya que el caso de Margarit  es un tanto singular, al tratarse de un poeta bilingüe en toda la extensión de la palabra, un poeta que no traduce de una lengua a otra, sino que versifica en ambas.

Dicen los grandes lectores que hay que leer una obra en su versión original. Pero es evidente que traducir los giros y continuos usos específicos de una lengua entraña una gran dificultad. ¿Cómo pasar al inglés expresiones populares como “se ha pasado tres pueblos” o, la afortunadamente pasada de moda gracias a Camilo Sesto, “mola mazo”?

Al hilo de esta dificultad he recordado y recopilado tres historias divertidas sobre el mundo de los intérpretes, las traducciones y los doblajes.

La primera entrega es un comic de Lauzier, un dibujante ya fallecido que mostró en “Las cosas de la vida” una apasionante y corrosiva visión del mundo con los ojos de los años ochenta del pasado siglo. Pues bien, en el número 2 aparece “Diálogo en la cumbre”, la amarga historia de un intérprete africano obligado a traducir su propia condena. He colgado el comic en Picasa para que se pueda degustar: https://picasaweb.google.com/101454337953235625264/LauzierDialogoEnLaCumbre

La segunda referencia la leí en un artículo de Jacinto Antón dedicado a los llamados “pieles rojas”, los indígenas que poblaban América del Norte antes de su colonización. Archie Fire Lame Deer era un chamán de una tribu nómada, la de los lakota, que trabajó en Hollywood como extra y especialista en decenas de películas, “La diligencia” y “Flecha rota”, entre otras. Ya veterano, Archie se recicló como asesor y doblador de películas de sioux, y aprovechó la ocasión para vengar las afrentas sufridas por su pueblo a lo largo de los siglos. Cuenta Antón que el doblador traducía a su aire, burlándose de los directores de western y de su visión estereotipada de la realidad indígena. Colocaba canciones infantiles en vez de cantos fúnebres, o  frases del estilo de “a ese blanco no se le levanta”, mientras el subtítulo rezaba “mi hermano blanco habla con lengua recta”. El tipo se lo tenía que pasar pipa…

El último regalito es un clásico. La famosa parodia de Tip y Coll sobre cómo llenar un vaso de agua y su traducción al francés. A la derecha está el enlace a una de sus múltiples versiones.

Bon appétit

miércoles, 12 de junio de 2013

EL URINARIO

Como la altura de los urinarios públicos para hombres siga subiendo creo que acabaré teniendo que mear de puntillas o recurrir a hacerlo sentado en el retrete. Esta observación me ha recordado algo que le pasaba a mi abuela paterna los últimos años de su vida. Comentaba ella  que por las mañanas se veía en el espejo de la cómoda y así podía peinarse y arreglarse, pero por las noches tenía que recurrir a un pequeño taburete porque no alcanzaba. Según decía, iba menguando a lo largo del día. No sé si tiene mucho fundamento científico, pero un compañero de universidad que rayaba el metro sesenta aseguraba haberse librado de la mili con una caminata previa al reconocimiento médico. Su teoría, que le dio buen resultado, es que la fatiga nos acorta por la contracción de la masa muscular.

La primera vez que me tocó fregar los cacharros en la pila de un viejo caserío que alquilamos hace ya unos cuantos años, me sorprendió que tuviera que agacharme. Para mí, que no llego al metro setenta, era el indicio de que los propietarios primigenios eran bajitos. En fin, lo cierto es que la altura humana ha ido ascendiendo a lo largo de los años y que el mobiliario estándar, sea público o privado, se va adaptando a las nuevas proporciones.


Derribo de los aseos públicos de la Plaça Urquinaona de Barcelona
Además de esa adaptación a la antropometría de las nuevas generaciones, los urinarios se han modernizado, incluso en Francia. Lo digo porque aún recuerdo la primera vez que entré en uno de ellos en París. Era una sucia pared sin separación, con un simple y austero canalón a los pies. Para más coña, a la salida había una tía que te ponía a parir sino le dabas propina…

Eso sí. Nada más lejos de mis intenciones que reivindicar los nuevos búnker metálicos y herméticos que en algunas ciudades se anuncian como urinarios públicos. Debo reconocer que no he entrado nunca. Me da la sensación de que el mecanismo de cierre y apertura va a fallar dejándome encerrado de por vida, como a José Luis López Vázquez la famosa cabina telefónica en los años setenta.
La fuente - M. Duchamp

Entre los urinarios míticos que he conocido, ninguno como el de la Plaça Urquinaona de Barcelona, integrado en unos aseos públicos y derribado hace algún tiempo. En épocas de oscuridad y sordidez, era un lugar de encuentro para los homosexuales, que podían contactar y aliviarse en los múltiples cines de la zona, el Maryland, por ejemplo. Pero el más cercano y entrañable para mí es el que existía en la parte del Passeig de Sant Joan  colindante con la Travesera de Gracia cuando yo era niño. Tenía una escalera pronunciada, e igual servía para sosegar la vejiga que para jugar al escondite. Un día el guarda del paseo detuvo a un pequeño ladronzuelo y lo retuvo en el urinario. En aquel tiempo el incidente me pareció propio de una película de gangsters. Creo que el lugar también fue demolido a finales del siglo pasado.

En 1917 Marcel Duchamp, en un insolente arrebato dadaísta, expuso un urinario en Nueva York, “La fuente”. A partir de aquel momento nadie meó igual en el mundo del arte.

Para colorear el texto Los Toreros Muertos – Mi Agüita Amarilla http://open.spotify.com/track/3KALzhgyrDSWrAAJFstx7f

domingo, 2 de junio de 2013

“De rerum natura. Hitos para otra historia de la educación ambiental”, un nuevo libro de Jose Manuel Gutiérrez

El amigo Jose Manu Gutiérrez, además de asesorarme en materia futbolística en sus ratos libres, lleva años elaborando un cuerpo teórico sobre pedagogía medioambiental que, como él dice, en la voz de Violeta Parra: “va brotando, brotando, como el musguito en la piedra”. 

El libro es la segunda pata de lo que pretende ser una trilogía que comenzó con "Sus tenere. Sostenibilidad vs Mercado y Tecnología", y puede adquirirse en Editorial Bubok por solo 20 euros (opción recomendable) o bajarlo directamente: 
https://sites.google.com/site/historiaeducacionambiental/

martes, 28 de mayo de 2013

LHASA DE SELA

La cantante Lhasa de Sela falleció hace tres años. Supe de ella haciendo zapping a mediados de la pasada década. Creo que fue ETB1 la que programó el concierto que dio en directo en el festival Un mar de música de Cartagena en 2004 y me hice enseguida con sus dos primeros discos, pero no conocía esta delicia, “La escala de Richter”, que grabó junto a Vincent Delerm en 2005 y acabo de descubrir husmeando en spotify. Paso la conexión con spotify y youtube: Lhasa – L'échelle de Richter http://youtu.be/vxuI3haSKTI
Para los que no la conocían he rescatado el bellísimo obituario que le dedicó Carlos Galilea.



Lhasa de Sela, la voz de un ángel errante

Se llamaba como la capital del Tíbet. El nombre de Lhasa se le ocurrió a su madre cuando la pequeña había cumplido ya cinco meses: mientras leía el Libro tibetano de la vida y la muerte pensó que era el idóneo para aquel bebé muy sonriente y con los ojos algo rasgados.

La cantante y compositora falleció el 1 de enero en su casa de Montreal, a consecuencia de un cáncer. Tenía sólo 37 años. Hija de un profesor y escritor mexicano y de una fotógrafa estadounidense, Lhasa de Sela pasó su infancia recorriendo carreteras de México y Estados Unidos en un viejo autobús escolar convertido en el hogar de dos adultos, cuatro niñas, tres gatos, un loro, dos tortugas y un perro. Sin televisión. Ni electricidad ni agua corriente ni teléfono. Las pequeñas leían todo el tiempo y por la noche organizaban espectáculos.
Lhasa nació cerca de Woodstock (Nueva York), en 1972, y vivía desde los 19 años en Montreal (Canadá), donde llegó para estar con sus tres hermanas, que estudiaban en una escuela circense. Ya había despertado el interés de los medios musicales con su premiado disco La llorona (1997), al que seguirían The living road (2003) y Lhasa (2009), tras pasar un año en el sur de Francia en el pequeño circo en el que trabajaban sus hermanas, una como payaso; otra, funambulista, y la tercera, contorsionista y acróbata.
Creció escuchando a Violeta Parra, Chavela Vargas, Billie Holiday, Amália Rodrigues, Maria Callas... Siempre le atrajo la música triste, confesaba. El crítico británico Charlie Gillett comentó que, de haber tenido Nico y Leonard Cohen una niña en la década de los setenta, hubiera sido Lhasa.
En Montreal, acompañada por el guitarrista y productor Yves Desrosiers, Lhasa actuó durante cinco años en bares como Le Quai des Brumes o Les Bobards. Lugares ruidosos en los que cantaba con las manos en los bolsillos y los ojos cerrados para un público que bebía y hablaba. Lo explicó en una entrevista para EL PAÍS: "Me dije que no podía enojarme con ellos porque no tenían obligación de escucharme. Era yo quien tenía que hacer que quisieran escucharme de verdad y no por cortesía".
Según ella, cada canción surgía de una chispa y ya venía en un idioma determinado: español, inglés -las lenguas de mamá y papá- o el francés de la ciudad que la acogió. Sus composiciones se escuchan en la película de John Sayles Casa de los Babys, el documental de Madonna o la serie Los Soprano, y suenan a chanson francesa, folknorteamericano, blues, ranchera... Escribía frases como "tuve que quemarme p'a llegar a tu lado" y contaba en sus conciertos la historia de su abuelo libanés, que se escondió en un barco con destino a Marsella para huir de un padre que no lo quería. De La confesión ("Me siento culpable porque tengo la costumbre") aseguraba que tardó meses en comprender que se trataba de una fantástica explicación sobre la culpabilidad y cómo librarse de ese terrible sentimiento. Y Lhasa no quería sentirse culpable nunca más.


sábado, 18 de mayo de 2013

CINEMA TOGNAZZI

El cinema Tognazzi está en Cremona, a apenas 100 metros de la Piazza Roma, en el centro de la ciudad. El nombre me pareció entrañable y el edificio tan o más merecedor de una foto que la catedral y su campanile, el más alto de Italia, porque estos sobrevivirán al tiempo, pero no ocurrirá lo mismo con el cine. Rodeado de hasta doscientos talleres de luthiers que construyen violines siguiendo la tradición de Antonio Stradivari, natural de Cremona, la cata arqueológica nos descubrió un vestíbulo sucio y cristales polvorientos. Los últimos carteles anunciaban un espectáculo teatral dedicado a los Beatles en 2011. Según parece el cine dio ese año sus últimas bocanadas y ahora espera su derribo o conversión en un uso más adaptado a los tiempos que corren.



Quien haya nacido entre 1940 y 1980 se acordará de Ugo Tognazzi. Su cara está tan ligada al cine italiano de la época, principalmente a la comedia, como las de Nino Manfredi, Alberto Sordi o Vittorio Gassman. No sé si su ciudad natal le dedicó el cine o el negocio era suyo, pero si los santos Imerio y Omobono tienen su estatua en el pórtico de la catedral, este “santo” laico también se merecía un homenaje. ¿O no?

Para interesados en la arqueología urbana y nostálgicos en general, nada como el blog http://barcelofilia.blogspot.com.es/ dedicado a la de la capital catalana, con espacios dedicados a tiendas, bares, discotecas, mobiliario urbano etc, etc, etc., y la foto y la historia de 89 cines. Escarbando en internet  se encuentra multitud de coleccionistas de entradas, programas etc… de todo el mundo.

lunes, 13 de mayo de 2013

Abusos


ABUSOS

Durante varios meses de un curso de principios de los años sesenta del pasado siglo, el hermano L.A., uno de los frailes más jóvenes de la congregación, se metía con C.M. y M.T., dos alumnos especialmente brillantes, en un aula del colegio de los Maristas de Barcelona durante la hora posterior a la comida. El hermano L.A. cerraba el aula a cal y canto y allí pasaba un tiempo secreto con dos alumnos que tenían entonces once o doce años de edad.

Entre los compañeros, principalmente entre los más mayores, se corrió pronto que se “metían mano”. Era sabido que el hermano L.A. era un sobón. Quien más quien menos había sufrido sus toqueteos el día de su cumpleaños, fecha que aprovechaba para hacerlos pasar como muestras de cariño.

Pese a una inocencia mayoritaria que ignoraba casi todo sobre sexo, abusos, pederastia, entre los alumnos de curso se pensaba que M.T. sentía alguna inclinación “malsana” por C.M., y que ambos mantenían una relación “extraña” que el hermano L.A. convertía en un triángulo aparentemente “perverso”.

Con el rumor bastante extendido, el hermano L.A. convocó a una decena de alumnos en la misma aula que les servía de lugar de encuentro furtivo. Cerró la puerta con el pasador y tras una introducción sobre el pecado de la maledicencia empezó un incisivo interrogatorio.

Creo recordar que yo fui el primer interpelado. El hermano L.A. quería saber el contenido y la extensión de los rumores que habíamos propagado, pero no lo consiguió. En aquel tiempo era difícil que su presión pudiera vencer al miedo a aparecer como chivatos ante los ojos de nuestros compañeros. De modo que uno tras otro lo negamos todo. Al acabar el interrogatorio sin ningún resultado, el hermano L.A., con una voz especialmente severa, nos amenazó con tener que tomar medidas, que incluían la expulsión del colegio, si no dejábamos de hablar de su relación con C.M. y M.T.

Nunca volví a tratar el tema con los compañeros con los que compartí el episodio. Ni siquiera cuando el fraile desapareció al año siguiente. Creo que, o bien fue trasladado porque el asunto llegó a trascender entre sus superiores, o él mismo pensó que lo mejor era poner tierra de por medio antes de que las cosas se complicaran. El caso es que nunca más volvimos a saber de él.

Hace más o menos un año El País Semanal publicó un artículo sobre directivos de las grandes empresas del Estado. Entre esos grandes ejecutivos figuraba M.T., uno de los dos alumnos que habían protagonizado aquel lejano y lúgubre incidente, lo que lo reavivó en mi memoria. Durante algunos días pensé en la posibilidad de localizarle y preguntarle directamente qué es lo que realmente ocurría en aquel aula. Lo consulté con personas allegadas y me hicieron desistir.

En la foto del semanario, M.T. aparecía elegantemente vestido y rodeado de flamantes ejecutivos, y de acuerdo con los parámetros estándar del periodista era uno más entre un colectivo de triunfadores, pero supongo que en más de una ocasión habrá repasado lo sucedido en aquel tiempo y deseado borrarlo de su currículo íntimo y personal.

No sé absolutamente nada de su evolución, ni de la de C.M., ni mucho menos de la del hermano L.A. Si sus superiores no le apartaron de la profesión religiosa o él mismo se dio cuenta de que aquel no era el mejor camino, seguiría toqueteando y abusando de decenas o cientos de niños durante años.

Mientras en Irlanda, Australia, Estado Unidos o Alemania se han abierto cientos de procedimientos judiciales e investigaciones parlamentarias sobre abusos continuados en establecimientos religiosos a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, en el estado español solo hay un pequeño goteo de denuncias personales. Por alguna razón que se me escapa, parece un tema que no se quiere afrontar de forma colectiva.

lunes, 22 de abril de 2013


CICATRICES

Es casi un tópico literario hablar de las cicatrices que te va dejando la vida, pero ¡ostras!, cuando uno llega a cierta edad es que es verdad. No me refiero a las cicatrices metafóricas, sino a los costurones con sus puntitos a uno y otro lado de la herida, con el buen o mal acabado que le dio el médico de urgencias.

Tengo una pequeña cicatriz en la parte posterior del muslo derecho, cerca de la rodilla. Me la hizo un compi de los maristas de Barcelona cuando tenía siete u ocho años. El capullo me rajó la piel con la hebilla de una de sus sandalias. Aunque el corte fue relativamente profundo, el fraile encargado de la enfermería no consideró conveniente cosérmela.

Un sábado por la noche de mis diecinueve años me senté de paquete en la bultaco de uno de mis mejores amigos con la esperanza de comernos el mundo y acabé en el Perecamps. No se me ocurrió otra cosa que meter el tobillo en los radios de la rueda trasera. Un médico en prácticas salvó mi tendón de Aquiles y una “prometedora” carrera futbolística con diecisiete puntos de factura desigual. A veces, cuando cambia el tiempo, aún siento un débil cosquilleo en la costura.

Hace unos cinco años, cepillando el suelo de la terraza de casa como todos los años cuando se acerca el verano, me rajé el dedo pulgar con el trozo cortante de una maceta rota. Es la última de mis cicatrices físicas, constatables, las que sirven para identificar el cadáver de un desconocido y solo un forense meticuloso puede descubrir.

Así que es verdad. Las cicatrices del cuerpo son, además de accidentes orográficos, hojas de un calendario íntimo: en la infancia fue el juego; en la adolescencia, la fiesta; en la madurez, mantener la propiedad.


domingo, 21 de abril de 2013


EL TÍO QUE LES HACÍA LAS PORTADAS 
A LOS PINK FLOYD

Hubo un tiempo en el que la portada de un disco de vinilo era una pequeña pieza artística a coleccionar. Storm Thogerson, fallecido la semana pasada, perteneció al grupo Hipgnosis, el nombre de un colectivo que, hasta su desaparición en 1983, diseñó algunas de las mejores portadas de los años sesenta y setenta del pasado siglo.
Hipgnosis y el propio Thogerson, ya separado del colectivo, trabajaron para conjuntos y solistas punteros, como Alan Parsons, Led Zeppelin, Al Stewart, Peter Gabriel o Pink Floyd. Yo he podido conservar como oro en paño algunas de esas reliquias y sus sorpresas interiores (el LP Wish you were here, de Pink Floyd, por ejemplo, contenía una tarjeta postal en su interior), auténticas obras de arte, generalmente de carácter onírico y surrealista. 

sábado, 13 de abril de 2013

EJECUCIÓN

La Cadena Ser ha publicado un cortometraje en apoyo a la lucha ciudadana contra los desahucios. Está protagonizado por Laura Domínguez y Carlos Serrano. Es una producción colectiva de Audiovisual Working Class.

Hay que pinchar en el enlace que está debajo de la imagen.











http://www.cadenaser.com/espana/articulo/23ejecucion/csrcsrpor/20130413csrcsrnac_1/Tes

martes, 2 de abril de 2013


EL SEMÁFORO

Hay un semáforo de peatones en una de las dos avenidas que circundan el hospital de Valdecilla cuyo rojo dura más de setenta segundos. Creo que, si no lo hace ya, merece figurar en el libro Guinness de los récords como ejemplo de exceso locomotor. Tiene sus ventajas (romperte el ritmo endiablado que damos a nuestras vidas) y desventajas (es un horror presenciar el vendaval de vehículos que pasa por tus morros).

Una de las primeras enseñanzas en los centros de preescolar es que los chiquitines aprendan a esperar, pero pese a semejante entrenamiento es algo a lo que, ni ya adultos, parecemos acostumbrarnos. Aunque lo esperado sea una noticia o un hecho no deseado, aguardar nos inquieta e irrita. En las salas de las consultas del tipo que sean veo a gente nerviosa, dispuesta a alborotarse cuando cree que la espera se convierte en “plantón”, aunque sea por diez minutos de retraso. Para superar la incomodidad y la sensación de pérdida de tiempo yo recomiendo la lectura y la observación.

Pero volvamos a los semáforos. Desde un punto de vista gramatical los semáforos son paréntesis y las rotondas, que se postulan como alternativa sucesora, son puntos suspensivos. A veces vienen bien, pero hay otras que, si no hay contenido para rellenar el paréntesis, pueden convertirse en una pausa incómoda. Entre los semáforos para automóviles, detesto los que te obligan a parar en una cuesta. Creo que se debe al revival de mi primer examen de maniobras. Sí, la cagué en la rampa. No acerté con el embrague y el coche de mi autoescuela cayó a peso sobre el automóvil que me seguía. Desde entonces, cuando abordo un semáforo en rojo en una calle empinada, meto el freno de mano y pego un arrancón que se chupa media llanta. Otra de mis debilidades son los semáforos con rotonda incorporada, un extraño híbrido de reciente factura. Lo reconozco, nunca sé si prevalece el semáforo, el paso de peatones o las reglas de la propia rotonda.  Por cierto, el paso de peatones más conocido del mundo y de la historia, el de Abbey Road, nunca ha tenido semáforo. Los Beatles no eran de Ciudad Real, ni alcaldes de la localidad, como Rosa Romero, que en su primera legislatura se puso paso y semáforo para cruzar la Ronda desde la puerta de su casa. Faltaría más.

Todos tenemos semáforos aliados y semáforos enemigos, y también estrategias para esquivarlos si creemos que no nos convienen. Sé la forma de vadear el rojo del paso de peatones de la Alameda de Urquijo en la plaza de Indautxu o el intervalo que permite  cruzar la Gran Vía de Bilbao sin que te atropellen, pero un despiste o un mal cálculo puede darte un disgusto. Hace ya unos cuantos años una compañera de trabajo perdió al hijo que esperaba por esa imprudencia, así que no vale la pena arriesgar el futuro por unos segundos, y si hay niño o anciano a la vista el respeto al semáforo es ley divina, porque como pases en rojo éstos salen detrás de ti como posesos.

A menudo coincidimos con las mismas personas a un lado y otro del semáforo. Las conocemos de vista y sabemos si vamos bien de horario si las vemos a la otra  orilla del cauce que separa las dos aceras de una calle como todas las mañanas. Con el paso del tiempo echamos de menos a personas a las que hemos frecuentado en un paso de peatones durante años. Son personas anónimas, como nosotros para ellas, de las que solo sabemos que tienen un horario parecido al nuestro. Algunas se han jubilado y cambiado de horario, de domicilio. Quizás han muerto. Alguien también nos echará de menos cuando dejemos de atravesar ese paso de peatones, sea cual sea nuestra propia circunstancia.

Joan Margarit aprovechó el artilugio para uno de sus poemas más bellos y románticos; uno de mis favoritos:
LA NOIA DEL SEMÀFOR
Tens la mateixa edat que jo tenia
quan començava a somiar a trovar-te.
Encara no sabia, igual que tu
no ho has après encara, que algun dia
l´amor és aquesta arma carregada
de soledat i de melancolía    
que ara t´està apuntant des dels meus ulls.
Ets la noia que vaig estar buscant
tant de temps quan encara no existies.
I jo sóc aquell home cap el qual
voldràs un dia dirigir els teus passos.
Però llavors seré tan lluny de tu
com ara tu de mi en aquest semàfor.

LA CHICA DEL SEMÁFORO
Tienes la misma edad que yo tenía
cuando empezaba a soñar en encontrarte.
Entonces no sabía, igual que tú
no has aprendido aún, que llega el día
en que el amor es este arma cargada
de soledad y de melancolía
que está apuntándote desde mis ojos.
Tú eres la muchacha que busqué
cuando aún no existías.
Y yo el hombre hacia el cual
querrás un día dirigir tus pasos.
Pero estaré tan lejos de ti entonces
como estás tú de mí en este semáforo.

 (el poema está traducido al castellano por el mismo Joan Margarit)