Según se estudiaba en el bachillerato, en los años 60 del pasado siglo España era todavía un país eminentemente agrícola (tal era el calificativo). Aunque el régimen se había descolgado con los famosos Planes de Desarrollo, que publicitaba en los cines con imágenes de saltos hidroeléctricos y botadura de barcos de gran calado, la pertinaz sequía (otro adjetivo muy de época) seguía cebándose con los campesinos de la españa rural, y el labrador, un tipo de faz quebrada por el sol, perdida la guerra y los grandes sueños, o huía a Alemania con una maletica que cerraba con cuerdas o salía vanamente en procesión, tras los patronos, con rogativas que atrajeran lluvias esquivas.
La península, como las costas mediterráneas y gran parte de Europa, es ahora un territorio eminentemente turístico. Los nietos y biznietos de los labriegos han cambiado la laya y el hazadón por el grifo cervecero y la bandeja circular. El país, de espalda a las sequías pertinaces, está metido en una orgía permanente de regadíos, campos de golf y piscinas, amén de la voracidad de los millones de bárbaros del norte que nos invaden para beber como cosacos: cubatas, gin tonic y sangrías, por supuesto, pero también para despilfarrar el agua de las duchas que ahora escasea.
Si añades que un tal Biden, ese señor gagá que comparte el mundo con un asiático y un caballista con cara de malo, ha decidido vetar al Dr. No la parte de Ucrania que dice le corresponde y nos ha metido en una guerra que estamos perdiendo: bingo!!!
No hay agua, ni gas, y el precio de la gasolina está al albur de lo que llaman mercado, una inacabable partida de póker entre tahúres de la peor especie, pero aun así los titulares, las sesudas discusiones de tertulianos y la desazón de un alto porcentaje de la población se dedica una semana a las corbatas, otra a la falta de cubitos de hielo y la siguiente a los escaparates, terribles plagas que este, nuestro sobrado primer mundo, no parece soportar y puede llevarse por delante al gbierno y quien sabe si a la democracia.
No falta en este caos creciente una caterva de actores secundarios, arribistas propios de este país de pillos: negacionistas, lameculos, fachillas de diversas banderías, presidentas ambiciosas, exsocialistas agradecidos, periodistas de encargo, policías corruptos, hidroeléctricos que insultan a sus clientes, políticos gallegos que nunca sabes si suben o bajan, y siempre los más airados, los hosteleros. Porque el quejío permanente, el cante jondo ha pasado del labrador al hostelero, sea el empresario tripón, acostumbrado a contratar, pagar y cotizar por el mínimo legal, o el/la camarera latina, nuevo modelo de jornalera para lo que haga falta. No en vano estamos hablando de un nuevo sujeto revolucionario, la herencia actualizada de los labradores colectivistas, y de una nueva fase del capitalismo: la terracista.
Haya
o no cubitos de hielo...
Aunque eso de los ranking musicales es siempre muy subjetivo, dicen que este es uno de los mejores rocks, canciones sobre el verano e interpretaciones del tema. En lenguaje futbolístico, siempre colonizado por los "anglos", esto es un hat trick: pues eso, el "Summertime blues" de Eddie Cochran con The Who en directo en la ciudad de Leeds (1969).
Como siempre durante el verano, vuelvo a la colección de vinilos que conservo en una estantería de Orduña. En este caso, siguiendo más o menos el orden cronológico dejado el año pasado, me voy a los correspondientes a The Durutti Column.
Pues
bien, uno de los numerosos amigos italianos que venían a Barcelona a
principios de los ochenta del pasado siglo me dijo, escuchando el
primer disco del grupo, que conocía a varios tipos colgados de
aquella música que calificaba de suicida. Aunque más tarde supe
que Vini Reilly (Manchester 1953), “alma mater” del combo, sufría
de anorexia nerviosa desde niño, enfermedad que supongo ha influido en una
carrera musical tintada de tristeza y ceñida casi exclusivamente a
los estudios, el que se suicidó pronto (1980) fue su paisano, colega
de discográfica y cultura post-punk, Ian Curtis, líder de Joy
Division.
Los lectores más avezados habrán descubierto el error fonético en el nombre del grupo, un doble malentendido que yo mismo desentrañé en “El retorno de la Columna Durutti” (2013), novela definitivamente fallida e inédita, salvo que algún agente avispado la convierta en relato de culto dentro de unas décadas. He aquí el texto:
“Por su parte, Vini Reilly había elegido por sí mismo el impactante apellido cultural de su grupo musical: Durutti Column.
Dice la leyenda que fue fruto de la casualidad o de esa especie de impulso referencial tan propio de los artistas. El caso es que Reilly debió tener acceso al panfleto que los situacionistas lanzaron a mediados de los años sesenta en la universidad de Estrasburgo, Le retour de la colonne Durutti, y por un más que probable desconocimiento se quedó con el caprichoso toque italianizante de la erre y sobre todo de la doble tt, más propio de una marca de farfale o fetuccini que de un grupo de rock o el apellido de un anarquista legendario.
La Durutti Column no pretendía crear comunas libres, rescatar Madrid del asedio fascista, ni acabar con Franco, como lo habían hecho tantos libertarios en plena posguerra. En un estilo minimalista, pausado y repetitivo, tan impropio de la era punk, con la sola compañía casi anecdótica de un bajo, una batería y las bases musicales de un ingeniero de sonido, Vini Reilly empaquetó el producto en papel de lija como un iniciático y remoto acto de anarquía musical.”
“El retorno de la Columna Durutti” es por lo tanto y no por casualidad el nombre del primer disco de The Durutti Column y de mi última aventura narrativa, un texto que entre otras cosas pretendía, sin éxito, homenajear a varios de los anarquistas catalanes que combatieron a Franco en la posguerra, principalmente a Domingo Ibars, alias “Roset”.
El tiempo es cruel e implacable. Foto reciente de Reilly
Como decía en otro apartado de la novela, “al echar un vistazo a las páginas necrológicas del día y descubrir que alguien al que creímos muerto hacía años acababa de fallecer, supo que Reilly seguía vivo, que en ese intervalo de tiempo había seguido actuando y grabando discos bajo su propio nombre y el del alias colectivo”. Notición: otros nueve años después de cerrar aquel relato redescubro que no solo no se suicidó sino que sigue vivo, aunque veo que su última grabación es de 2016, y el otrora músico con pinta de chavalote desaliñado es hoy un anciano algo decrépito. Como es natural he estado “orejeando” las últimas cosas con el fin de ponerme un poco al día y colgar en el blog. Pero antes una curiosidad: y es que los Durutti, no sé si por afinidades ideológicas tras su primera obra filoanarquista o por el éxito del malentendido, titularon su segundo disco “Lotta Continua” (Lucha Continua), nombre de un importante partido italiano de extrema izquierda que en los años 70 llegó a disponer de diario propio.
Conservo dos Lps del grupo, “Circuses and Breads” y “Without Mercy”, aunque recuerdo haber tenido otros dos que, o bien regalé o perdí en alguna dejada inapropiada. El primero está muy bien valorado y el segundo es el que más recordaba, porque me sorprendió por su belleza cuando lo oí por primera vez en una actuación en directo en TVE, que por aquellos tiempos todavía mantenía varios programas musicales.
La primera entrega musical es la canción inicial de su primer LP: https://youtu.be/sqTkXEJuNcI, un bellísimo debut que aventura el tránsito por caminos melancólicos del grupo.
La
segunda, “Tomorrow”, pertenece a uno de los discos que conservo y
es
una canción de desamor, con Reilly repitiendo lacónico
“tomorrow
never comes” (mañana nunca llega): https://youtu.be/CNLY34gbl2Q
La
tercera es la totalidad de “Without mercy”, el otro disco que aún
puedo pinchar en
el viejo NEC durante este verano. Es mi preferido y una de las
grabaciones más ricas instrumentalmente de lo que conozco del grupo.
Lo he encontrado en Youtube dividido en dos partes y vale la pena
escucharlas enteras.
Para
verle tocar y conocer su aspecto de chico desaliñado, una
demostración de lo que Reilly y el batería Bruce Mitchell podían
hacer en un directo de 1988: “Jacqueline” -
https://youtu.be/OEGvzjmUs8Y
Y
laúltima
y
más reciente canción
del
recorrido,
“Réquiem”. Pertenece
al disco que Reilly dedicó a la
muerte de Tony
Wilson (2007),
padre del mítico sello discográfico Factory Récords (Joy Division,
New Order, Cabaret Voltaire, además de la
Durutti
Column) y manager del grupo durante muchos años:
Si alguien no se ha empachado de tanta melancolía y se ha enganchado a la obra de The Durutti Column, transcribo el
enlace a un espléndido blog con su trayectoria hasta 2014. Salud, anarquía y lucha continua!!!
El día 29 de junio pasado el blog cumplió 10 añitos y ahora se puede ver como una especie de diario que ha ido dejando anhelos incumplidos, contratiempos y lo que es peor, cadáveres por el camino, pero también reencuentros, satisfacciones, éxitos, felicidad...
Ya hice varios resúmenes de su itinerario musical, que espero que hayan servido para algo, sea descubrir, recordar e incluso aborrecer a algún que otro grupo, músico o cantante. Pero en esta ocasión va un resumen más alternativo.
Creo que fue Vázquez Montalbán el autor de la máxima que decía que el Barça era más que un club, pero si hay algún equipo que pueda presumir de ello es sin duda el Athletic de Bilbao, así que Aitor, el protagonista de mi primer blog, que solo tuvo en su momento 11 míseras visitas, es ya un joven que, superado el llanto infantil, va a su primer curro con unos gramos de mala leche si el equipo pierde pero sigue aferrado a la camiseta zurigorri, llueva o relampaguee.
¿QUÉ HOSTIAS PASA
CON LA POESÍA?
Me sigue pareciendo
paradójico que lectores/as aguerridos/as sigan esquivando a la
poesía con la excusa de que no entienden de ello, como si la novela
o el ensayo no requirieran tanta o más comprensión, atención y,
desde luego, muchísimo más tiempo, pero lo cierto es que los blogs
del género son siempre los menos visitados, ello pese a una nómina
como ésta por orden de aparición: Benedetti, Burnside, José A.
Goytisolo, Salvat Papasseit, Paul Celan, Aresti, Cortázar, Meerepol,
Estela Guerra, Inger Christensen, Wistawa Szymborska, Raúl Zurita,
Manuel Vilas, Marià Manent, Brodsky, Alicia Pastore, Lisel Mueller,
Alfonso Pascual, Gil de Biedma, García Lorca, Angelina Gatell,
Hettie Jones, Roger McGough, Carlos Barral, Joan Margarit, Lars
Noren, V.A. Estellés, Peter Porter, Chirinos, R.López San José,
Dave Cunliffe, Correyero, Leonard Cohen, Artemi, Saramago, Paul
Eluard, Begoña Rueda, Pessoa y hasta un joven Mao Tse Tung...
También aprovecho
para seguir publicitando mi última incursión en el género,“PERIPLO”, que dados los pocos comentarios personales que he
recibido (ninguno en el propio blog), sospecho que intimida, asusta y
aleja al personal al tratarse de poesía. ¡¡¡Descargadlo, joder,
que la descarga es gratis!!!!:
Y qué decir de los cines, paulatinamente cerrados, incluido el Texas de mi infancia y adolescencia, así que me es imposible no dar botes cuando encuentro alguna maravilla de colores hopperianos, como el descubierto hace unos meses en Aguilar de Campoo y ahora incorporo al blog esperando no me deje mal y haya muerto en el camino.
PREMONICIONES Y
APOFENIA
No pensaba yo que al escribir eso de que “a perro flaco todo son pulgas” hablando de Vega de Tera, el embalse que acabó con Ribadelago (Zamora) en los años cincuenta del pasado siglo, estaría vaticinando que hay males que nunca vienen solos ( https://charlievedella.blogspot.com/2021/09/la-espana-saqueada-ii.html ). En junio la misma comarca se ha visto golpeada por una serie de incendios que vuelven a mostrar el desdén, cuando no la insolencia de la administración de la comunidad, empeñada en mantener vivas las palabras que Ehrenburg escribió ya hace un siglo; “Se resiste uno a creer que la gente pueda vivir así toda la vida”.
Y es que las cadenas de sucesos, situaciones, etcétera, es decir la apofenia sigue alimentando el blog ( https://charlievedella.blogspot.com/2020/10/apofenia.html ), no en vano apenas un mes de otra publicación, la dedicada al “piscionariado”, veo en twitter que siempre se puede ir más allá, y se pasa de la piscina de comunidad a la individual, aunque como la de la foto sea incómoda por su estrechez e incluso inusual para obesos y/o por su largura dé apenas para un par de brazadas.
MUERTOS
Del mismo modo que quisieron matar a Eric Burdon antes de tiempo y eso me hizo dedicarle un pequeño hueco sonoro, muchos han sido los personajes, amigos y familiares que nos han dejado durante estos diez años. Algunos de ellos, como Koldo, Ángels e Isabel solían dejar comentarios y al leerlos repasando el blog me han puesto la carne de gallina. También perdí a toda mi familia más cercana en este tiempo y así tuvieron su espacio y su música y ahí siguen, en la nube. ¿No era acaso eso, el cielo, lo que se les/nos prometió? Pues todos ellos lo han conseguido gracias al blog.
FELICIDAD
No sé si fue en las
primeras elecciones post-Franco que Dolores Ibarruri, la Pasionaria,
apeló a la felicidad como primer objetivo del programa electoral.
Aunque los muy mayores sepamos que es solo la utopía que debería
dirigir nuestros empeños, no sería tan utópico como parece si no
existiera una cuadrilla de maleantes codiciosos empeñados en lo
contrario, porque sabemos que la felicidad es,
sencillamente, estar tumbado en una playa con los pies medio hundidos
en la arena, contemplando el mar, junto a la gente que queremos…,
algo que en su día retrató Dionís Baixeras (
https://charlievedella.blogspot.com/2017/04/felicidad-un-cuadro-de-dionis-baixeras.html
) y sigue incomprensiblemente vedado a la mayoría de nuestro mundo.
Desde hace años
recopilo música y canciones que enlato en CD cuando llega el verano.
El nombre del disco es siempre “Música y canciones para ser
felices”. Pues bien, la cantante Barbara Pravi, a la que he
conocido a través de una recomendación en las redes y no por su
actuación en el festival de Eurovisión 2021, tiene una canción
titulada “Prière pour être hereux” (Oración para ser feliz),
que interpreta con la cantante camerunesa Irma. Hélas!!!
Me parece recordar a “Poupou”, Raymond Poulidor, como un ciclista un tanto atípico, de osamenta ancha, una estructura física alejada de la extrema delgadez de la mayoría de los ciclistas de fondo. Supongo que es más una impresión que una certeza, porque pese a que era el prototipo de deportista segundón, leo ahora que ganó cerca de 200 veces entre etapas, criteriums y vueltas, entre esas el campeonato de Francia, la Milán-San Remo, Flecha Valona, París-Niza, Dauphiné Liberé o Vuelta a España de 1964, y eso no se hace con un culo rebosante y exceso de peso.
Poupou
Pese al tópico de segundón, “poupou” era un ídolo mundial y la afición siempre soñó, me incluyo, con verle doblegar a los líderes de la época: Jacques Anquetil y Eddy Merckx. Imagino que tiene que ver con el deseo de revancha de los “perdedores”, más si uno, como es el caso de Poulidor, además de un tipo muy guapo no era precisamente un perdedor. El problema era que otros le ganaban.
A The Searchers (nombre extraído de una película de John Ford) les ocurrió otro tanto: coincidir con la banda más ganadora de todos los tiempos, The Beatles, y el agravante de hacerlo en su propia ciudad, Liverpool. Si hubieran sido originarios de otra villa británica, como los Rolling, quizás hubieran podido llegar a tratar de tú a tú a los de Liverpool, pero intentar hacerlo en sus mismas calles y clubs era un atrevimiento. Tuvieron un tercer hándicap, y es que, pese a las aspiraciones compositoras de Chris Curtis, el batería del grupo, todos sus éxitos fueron versiones de otros cantantes o conjuntos.
Sin embargo, hace unos días, escuchando en el coche una recopilación de bandas inglesas de los años sesenta del pasado siglo, llegué a confundirles con los Beatles. Así de bien sonaban los segundones del movimiento merseybeat que invadió las emisoras hasta mediados de la década, cuando tras la salida de “Revólver”, el disco que dio un giro a los número 1, estos segundones decidieron dejarlo.
Aprendo también, preparando estas líneas, que Curtis fue fundador con Ritchie Blackmore y Jon Lord de Roaundbout, predecesora de otra banda mítica: Deep Purple.
Para la ocasión y quienes no les conozcáis, cuelgo la primera canción que colaron en las listas yanquis, “Needles and pins”, de 1964, donde se aprecian juegos vocales que recuerdan a los Beatles, y “Sweets for my sweet”, quizás su pieza más conocida, tanto por su versión como la de Jackie DeShannon.
No he podido evitar meter a la propia Jackie DeShannon versionando la primera de ellas, “Needles and pins”, con los Searchers de comparsas bailongos. Así podéis comparar. Por cierto, ¿los que están al borde del escenario no son los Beatles? y por cierto, ¡¡¡qué bien la canta la DeShannon!!!
Se solía decir en mi juventud que la duquesa de Alba podía ir desde Huelva a Girona sin pisar terreno que no fuera suyo. Pues bien, según un curioso libro que he leído recientemente, el famoso nadador del cuento de Cheever, interpretado en la pantalla por Burt Lancaster, casi podría hacer lo mismo sin dejar de nadar por la misma ruta. Tal es el despropósito que ha inundado, nunca mejor dicho, de piscinas las montañas, los páramos, valles, secarrales y barrios de la península.
El libro en cuestión tiene como título “La España de las piscinas” y su autor es el periodista y profesor de lectura y escritura Jorge Dioni. Esta última dedicación, la de profesor literario, se nota a lo largo del volumen, porque aligera la densidad de un texto que podría ser árido, al estar dedicado a la economía y el urbanismo.
Recuerda Dioni que el primer ministro de la Vivienda del franquismo, un falangista llamado José Luis Arrese, es aún a día de hoy el teórico de la política de vivienda que rige en el estado. Su “primero la vivienda y después el urbanismo” sigue siendo la máxima de una economía que, basada en otra de sus impagables citas, “queremos un país de propietarios, no de proletarios”, reincide una y otra vez en construir lo que no se necesita, por más que haya gente que aún tenga que vivir debajo de un puente. Entre 1997 y 2006 nada más y nada menos que cinco millones de viviendas.
El primer modelo de Arrese era el de construcción pública, un millón de viviendas entre 1955 y 1960, pero cuando, derribado por los jóvenes del Opus, él mismo se desprende del yugo y las flechas y pasa al sector privado, es, junto a otros, como José Banús (sí, el que da nombre al puerto marbellí de la jet y las mafias del este), uno de los promotores del modelo urbanístico actual, que “no tiene como objetivo el acceso a la vivienda, sino la creación de un mercado inmobiliario”. Ya no se trata de crear propietarios, sino de forrarse con ellos.
Cartel de David Hockney, fanático piscinero, para los JJOO de 1972
Para hablar del urbanismo de piscina hay que mentar a otro teórico, el arquitecto José Mangada. Primer consejero de Ordenación del Territorio de la comunidad de Madrid en los años 80, con gobierno del PSOE, Mangada diseñó una ciudad amable, con amplias zonas verdes, baja densidad, comunicaciones, equipamientos y…….piscinas. Cuenta Dioni que el entonces presidente de la comunidad, Leguina, abrumado por el éxito de la propuesta pero paulatina derechización del voto en los barrios le espetó: “Oye, no hagas más viviendas cooperativas porque votan al PP”. Frase que, vista la evolución del mismo Leguina, es evidente que hoy no pronunciaría.
La tesis principal del libro es, en consecuencia, que el urbanismo crea ideología, algo que el autor demuestra sazonando las páginas con la evolución del voto en los barrios “piscineros” de la “ciudad dispersa”, entendida como un refugio de las llamadas clases medias aspiracionales, concepto este, el de clase media, que es ya más una actitud o un deseo que un concepto objetivo basado en la renta de sus sujetos.
Concebido como un islote “frente a la oleada globalizadora, los nuevos bárbaros que quieren arrasar la civilización”, no importa si el barrio carece de un centro de salud, transportes y escuela pública, incluso de un centro comercial. Para eso están las circunvalaciones y las rotondas, también el orgullo de que tus hijos van en autocar y de uniforme a una escuela concertada y desarrollan actividades extraescolares en negocios con nombres generalmente ingleses.
La piscina es por tanto una metáfora del proceso mental que lleva a un vecino de barrio obrero a creer que ha subido varios pisos en la escala social, cuando lo que realmente hace cuando llega a casa en verano, después de un montón de horas de curro a precio medio, es solo darse una chapuzón de irrealidad.
Y es que el espejismo funciona, y de qué manera... Según el índice Ned Merrill (una sorprendente estadística que mide el número de piscinas por 100 habitantes) hay pueblos, como Espartinas en la provincia de Sevilla, con 16 piscinas por cada 100 habitantes. La escasez de agua por la depredación de un medio natural tan imprescindible o la desecación progresiva de espacios naturales como Doñana o Las Tablas de Daimiel, el pueblo de mi abuelo materno, es lo de menos.
Pero lo mejor es leer el libro. Goza del divertimento de una tragicomedia.
Pensando en otros discos he recordado a Egberto Gismonti, uno de los músicos de "Mágico", vinilo al que fui adicto a principio de los ochenta del pasado siglo, y encontrado esta versión en directo de la bellísima "Agua y vino", con Franco Luciani en la Sala Sinfónica "La ballena", así que creo que no desentona entre piscinas...
En 2007 The Washington Post financió un curioso experimento socio-musical. Contrató a un conocido violinista clásico, Joshua Bell, para que se hiciera pasar por músico callejero en el metro de la ciudad. En plena hora punta interpretó varias piezas de Bach con la mayoritaria indiferencia de los viajeros y apenas 32 dólares de recaudación, cuando solo unos días antes había llenado un teatro a 100 dólares la butaca y parecido repertorio.
PERIPLO es un collage puramente artesanal que he recopilado, manufacturado y acabado durante la pandemia. Como el original es único he decidido darle la vuelta a la historia de Bell. En este caso es el músico callejero, es decir yo, quien decide vender ese ejemplar único por 1 millón de euros, incluidos gastos de envío, y divulgar la obra en el metro de internet, o sea, a través del blog y las redes gratuitamente.
El libro se puede ver y leer a través del blog, pinchando en cada una de las páginas, o descargarlo directamente en varios formatos (PDF, Mobi y Epub) :