lunes, 10 de noviembre de 2025

LAS REDES Y EL TDH


LAS REDES Y EL DÉFICIT DE ATENCIÓN

Según estadísticas recientes la media de audición de las canciones en Spotify no llega a los 30 segundos. Es una muestra de lo mucho que ha cambiado el mundo de la audición musical desde los años sesenta y setenta del pasado siglo, cuando a los jóvenes muchas canciones nos parecían demasiado cortas. 

 Es evidente que el exceso de información produce ruido, la máxima de los teóricos de la comunicación, que en mi juventud confrontaban con el consumismo de la publicidad intrusiva pero que ahora se manifiesta en el petardeo de las redes, la multiplicidad de los canales y plataformas televisivas, los podcast, los medios tradicionales, los fakes, etcétera etcétera. Actualmente la información no necesita invadir ni agredir, está disponible a través de una polifonía de agentes, incluido el más clásico, la radio, y el consumidor es un ser que busca diversión, emoción, argumento, confrontación o consuelo compulsivamente.

Viene todo esto a raíz de que el blog llegó el mes pasado a las 100.000 visitas, algo impensable cuando empezó - tampoco era previsible que durará más de diez años - pero una nimiedad en la galaxia digital. 

Ahora bien, situémonos. Un blog, este blog, es a X, antes Twitter, como la novela decimonónica al relato corto, en el caso de Tiktok como la superproducción de cinerama a un corto de Tom y Jerry o la Pantera Rosa. En el mío, su elaboración, lo digo con humildad, requiere un esfuerzo de documentación y un plus de redacción, porque uno no es Modiano ni Paco Umbral... Después está el lector, que si pertenece al grupo de amig@s y seguidor@s recibirá la nueva, y si es un@ desconocid@ aficionad@ a la poesía, la música, la arquitectura, podrá tropezar con él y descubrir algo que le llame la atención. Pero en ambos casos, si le apetece leerlo y oír la música que acompaña, deberá dedicarle esa atención durante varios minutos. 

Tiktok es otro mundo. Juntas un par de fotos, varias frases molonas, a poder ser irónicas, mejor mordaces, y una música apropiada que la propia red te recomienda y en media hora te han visto 500 veces. Voy a confesar algo, el mes pasado superé, con mucho, las 100.000 visitas que el blog ha tardado doce años en conseguir. Pero hay más diferencias. Ese visitante que ve el mensaje mientras va a currar en el metro de alguna ciudad salvaje, te da un like y pasa pantalla e incluso, si tiene tiempo, una frase de apoyo o un exabrupto. Pero eso sí, no ha necesitado prestar demasiada atención. Esa es la razón de que a menudo piense que el trastorno por déficit de atención (TDH), una acepción relativamente reciente, es ya mayoritario en la actualidad, lo que para un bloguero esforzado como yo, qué decir de los novelistas, los músicos o los cineastas, es desilusionante.

En cualquier caso, bienvenidas sean estas primeras 100.000 visitas. Y felicidades a mis sufridos y “atentas” seguidor@s.

Se supone que Edu Requejo (Barcelona - 1997) pertenece a la generación más afectada por el TDH. Presentado por la crítica como artista multidisciplinar y ecléctico, yo le veo muy influenciado por los ritmos latinos. Música simple, a veces minimalista, me gusta. Aquí canta "Baghoo (ritmo tropical)", que engancha con la tradición de la salsa catalana.


https://youtu.be/Dkrdp-gzld4 

sábado, 1 de noviembre de 2025

Gil de Biedma

UN POEMA DE GIL DE BIEDMA PARA EL DÍA DE LOS DIFUNTOS

La muerte ronda la poesía de Gil de Biedma (Barcelona 1929-1990), uno de los referentes de la generación de los cincuenta, fallecido de sida tras una vida muy marcada por su condición homosexual en un país aún pacato y represivo.

Poeta que ya ha aparecido en el blog hasta tres veces, una como protagonista, mi primera intención era reproducir su poema ad hoc, "El día de difuntos", que narra una visita al cementerio civil de Madrid, pero me ha parecido más sugerente usar su auto-obituario, creo que de más calidad, "Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma", que dice tal que así: 



DESPUÉS DE LA MUERTE DE JAIME GIL DE BIEDMA

En el jardín, leyendo,

la sombra de la casa me oscurece las páginas

y el frío repentino de final de agosto

hace que piense en ti.

El jardín y la casa cercana

donde pían los pájaros en las enredaderas,

una tarde de agosto, cuando va a oscurecer

y se tiene aún el libro en la mano,

eran, me acuerdo, símbolo tuyo de la muerte.

Ojalá en el infierno

de tus últimos días te diera esta visión

un poco de dulzura, aunque no lo creo.

En paz al fin conmigo,

puedo ya recordarte

no en las horas horribles, sino aquí

en el verano del año pasado,

cuando agolpadamente

-tantos meses borradas-

regresan las imágenes felices

traídas por tu imagen de la muerte…

Agosto en el jardín, a pleno día.

Vasos de vino blanco

dejados en la hierba, cerca de la piscina,

calor bajo los árboles. Y voces

que gritan nombres.

Ángel,

Juan, María Rosa, Marcelino, Joaquina

-Joaquina de pechitos de manzana.

Tú volvías riendo del teléfono

anunciando más gente que venía:

te recuerdo correr,

la apagada explosión de tu cuerpo en el agua.

Y las noches también de libertad completa

en la casa espaciosa, toda para nosotros

lo mismo que un convento abandonado,

y la nostalgia de puertas secretas,

aquel correr por las habitaciones,

buscar en los armarios

y divertirse en la alternancia

de desnudo y disfraz, dsempolvando

batines, botas altas y calzones,

arbitrarias escenas,

viejos sueños eróticos de nuestra adolescencia,

muchacho solitario.

Te acuerdas de Carmina,

de la gorda Carmina subiendo la escalera

con el culo en pompa

y llevando en la mano un candelabro?

Fue un verano feliz.

…El último verano

de nuestra juventud, dijiste a Juan

en Barcelona al regresar

nostálgicos,

y tenías razón. Luego vino el invierno,

el infierno de meses

y meses de agonía

y la noche final de pastillas y alcohol

y vómito en la alfombra.

Yo me salvé escribiendo

después de la muerte de Jaime Gil de Biedma.

De los dos, eras tú quien mejor escribía.

Ahora sé hasta qué punto tuyos eran

el deseo de ensueño y la ironía,

la sordina romántica que late en los poemas

míos que yo prefiero, por ejemplo en Pandémica…

A veces me pregunto

cómo será sin ti mi poesía.

Aunque acaso fui yo quien te enseñó.

Quien te enseñó a vengarte de mis sueños,

por cobardía, corrompiéndolos.


Hacía tiempo que quería traer esta canción y creo que esta vez es oportuno, porque también habla de un desdoblamiento, el de la imagen que damos y la imagen con que nos ven. La bellísima y danzarina "Katamalo", del grupo del mismo nombre.


https://youtu.be/9julCt3Kl64