UN POEMA DE PETER PORTER
PARA EL DÍA DE LOS DIFUNTOS
Siguiendo
la morbosa costumbre de dedicar un poema “ad hoc”, y echando otra
vez mano de esos libros olvidados en las baldas de la librería, en
este caso “Poesía inglesa contemporánea” ( Ed. Barral –
1975), he escogido para la ocasión unos versos de Peter Porter,
poeta australiano ya fallecido.
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foto de Peter Porter en el milenio actual |
Es
curioso releer estas antiguallas cuando la mayoría de sus autores
han muerto o dejado de ser lo rebeldes sin o con causa que fueron
entonces. Laureados, envejecidos, dedicados a otras cosas, en algunos
casos, como en el presente, sus poemas iniciales muestran una frescura a
menudo perdida con la artrosis y la “madurez”.
Porter
(Brisbane – 1929-2010) es un poeta muy adecuado para el día.
Huérfano de madre a los 9 años, su primera esposa, Shirley Jannice
Henry, se suicidó en 1974. El mismo Porter lo intentó por dos veces
sin éxito, resignándose a que fuera finalmente la “parca” la
que eligiera el día y la hora, exactamente a sus 81 años de edad.
El
elegido es un poema muy bello que habla de las cosas que se mueren
con nosotros. A mí me recuerda a un pequeño relato de León de
Aranoa, del que transcribí unas líneas en el blog hace 5 años (
http://charlievedella.blogspot.com/2013/08/leon-de-aranoa-semete-escritor-he-aqui.html
).
RIP.
Lament For A Proprietor
This
was the end of a man but also died
Ten suits, twenty shirts, Clare College ties And scarves, a radiogram, one hundred dance discs And Vivaldi's Seasons, shells picked up On Sark and Ibiza, Phaidon and Skira books Coverless and crooked – twenty invitations To Balls and Bottle Parties, some still to be held, Gin, Whisky, Cointreau, Kirsch, Drambuie, And an unopened letter from his Mother, An unfinished letter to a Rowing Coach. As his Granny was still alive the pots of cash He would inherit did not die, but who Could breathe life back into his possessions. Put Humpty Dumpty safe on the high sea wall? They died for him since he had lived for them. In death they share a room – nobody knows He was alive now all his things are dead. |
Lamento
por un propietario
Este
fue el final de un hombre pero también murieron
diez
trajes, veinte camisas, corbatas de Clare College
y
bufandas, un radiograma, cien discos bailables
y las
Cuatro Estaciones de Vivaldi, conchas recogidas
en
Sark e Ibiza, libros de Faidón y Skira
sin
pastas, retorcidos - veinte invitaciones
para
bailes de gala y otros más, aún por celebrar,
Gin,
Whisky, Cointreau, Kirsch, Drambuie,
y una
carta de su madre sin abrir,
otra
inacabada para un entrenador de remo.
Y a
su abuelita, todavía viva, las ollas de plata
que
él hubiera heredado.
No
murieron, pero a sus posesiones
quién
podría devolverles la vida.
¿Salvar
a Humpty Dumpty * oscilando en un muro
sobre
el mar?
Murieron
porque él había vivido para ellas.
En la
muerte comparten ese cuarto, nadie sabe
que
él vivió alguna vez,
ahora
que todas sus cosas están muertas.
*Humpty
Dumpty es el personaje de una canción popular inglesa que Lewis
Carroll introdujo en “A través del espejo...”
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Para
que ir más lejos… El grupo Travis dedicó una canción de amor al
personaje de Humpty Dumpty, y aunque no acabo de entender la
referencia en la letra, ahí está para quien sea capaz de
desvelarla.