miércoles, 31 de octubre de 2018

Peter Porter


UN POEMA DE PETER PORTER 

PARA EL DÍA DE LOS DIFUNTOS


Siguiendo la morbosa costumbre de dedicar un poema “ad hoc”, y echando otra vez mano de esos libros olvidados en las baldas de la librería, en este caso “Poesía inglesa contemporánea” ( Ed. Barral – 1975), he escogido para la ocasión unos versos de Peter Porter, poeta australiano ya fallecido.

foto de Peter Porter en el milenio actual
Es curioso releer estas antiguallas cuando la mayoría de sus autores han muerto o dejado de ser lo rebeldes sin o con causa que fueron entonces. Laureados, envejecidos, dedicados a otras cosas, en algunos casos, como en el presente, sus poemas iniciales muestran una frescura a menudo perdida con la artrosis y la “madurez”.

Porter (Brisbane – 1929-2010) es un poeta muy adecuado para el día. Huérfano de madre a los 9 años, su primera esposa, Shirley Jannice Henry, se suicidó en 1974. El mismo Porter lo intentó por dos veces sin éxito, resignándose a que fuera finalmente la “parca” la que eligiera el día y la hora, exactamente a sus 81 años de edad.

El elegido es un poema muy bello que habla de las cosas que se mueren con nosotros. A mí me recuerda a un pequeño relato de León de Aranoa, del que transcribí unas líneas en el blog hace 5 años ( http://charlievedella.blogspot.com/2013/08/leon-de-aranoa-semete-escritor-he-aqui.html ).

RIP.


Lament For A Proprietor

This was the end of a man but also died
Ten suits, twenty shirts, Clare College ties
And scarves, a radiogram, one hundred dance discs
And Vivaldi's Seasons, shells picked up
On Sark and Ibiza, Phaidon and Skira books
Coverless and crooked – twenty invitations
To Balls and Bottle Parties, some still to be held,
Gin, Whisky, Cointreau, Kirsch, Drambuie,
And an unopened letter from his Mother,
An unfinished letter to a Rowing Coach.
As his Granny was still alive the pots of cash
He would inherit did not die, but who
Could breathe life back into his possessions.
Put Humpty Dumpty safe on the high sea wall?
They died for him since he had lived for them.
In death they share a room – nobody knows
He was alive now all his things are dead.
Lamento por un propietario
Este fue el final de un hombre pero también murieron
diez trajes, veinte camisas, corbatas de Clare College
y bufandas, un radiograma, cien discos bailables
y las Cuatro Estaciones de Vivaldi, conchas recogidas
en Sark e Ibiza, libros de Faidón y Skira
sin pastas, retorcidos - veinte invitaciones
para bailes de gala y otros más, aún por celebrar,
Gin, Whisky, Cointreau, Kirsch, Drambuie,
y una carta de su madre sin abrir,
otra inacabada para un entrenador de remo.
Y a su abuelita, todavía viva, las ollas de plata
que él hubiera heredado.
No murieron, pero a sus posesiones
quién podría devolverles la vida.
¿Salvar a Humpty Dumpty * oscilando en un muro
sobre el mar?
Murieron porque él había vivido para ellas.
En la muerte comparten ese cuarto, nadie sabe
que él vivió alguna vez,
ahora que todas sus cosas están muertas.

*Humpty Dumpty es el personaje de una canción popular inglesa que Lewis Carroll introdujo en “A través del espejo...”




Para que ir más lejos… El grupo Travis dedicó una canción de amor al personaje de Humpty Dumpty, y aunque no acabo de entender la referencia en la letra, ahí está para quien sea capaz de desvelarla.



lunes, 8 de octubre de 2018

Catedral


CATEDRAL
Henry Beyle (Grenoble - 1783-1842), entró un día en la Basílica de la Santa Croce de Florencia y le dio un vahído ante la contemplación del templo, un éxtasis que desde entonces es llamado “síndrome de Stendhal”, alias del autor de “Rojo y negro”. Actualmente debería pagar 8 euros, 48 por una visita guiada, para recorrerla entre cientos de turistas que huelen a sudor y protección solar, y pese a que la basílica preserva su esplendor la emoción no sería la misma.
La Pagoda
El fenómeno de la gentrificación, del que ya he hablado en otras ocasiones, hiere la belleza de los templos turísticos, es decir, los mejores, diseñados para enaltecer, asombrar, estremecer, dependiendo del estilo, el volumen o el color y la luz velada que entra por sus rosetones y vidrieras, al eliminar algunas de sus características principales, el silencio y la sensación de soledad compartida.
Iglesia de los Dominicos de Alcobendas
Aunque las iglesias eran el epicentro de la vida social y un lugar de encuentro, y en su interior se producían y reproducen arengas destinadas a amedrentar a los fieles, a salvo de las muchedumbres preservan el sobrecogimiento que impone la intención artística, a veces contenida, otras excesiva, de quiénes las idearon.
Miguel Fisac (Daimiel – 1913-2006) era pariente y paisano de mi abuelo materno. Aunque vivió hasta 2006 no le llegué a conocer, y pese a mi interés por cualquier tipo de expresión artística no lo hice en su caso, creo que por el prejuicio de haber sido el arquitecto estrella del opus-dei durante buena parte de su vida profesional. Para los desatentos a la arquitectura les recuerdo un acontecimiento controvertido que cundió entre los medios periodísticos de la época: la demolición de un edificio emblemático de Madrid llamado La Pagoda. Fisac era el creador de obra tan peculiar. Según las malas lenguas pagó su tosca salida de la secta, así definió al Opus al largarse, y pese a la oposición del colegio de arquitectos, Álvarez del Manzano, alcalde y él mismo miembro de la “obra”, se responsabilizó de su demolición en 1999.
Hablo de Fisac por desagravio personal y porque durante su época religiosa diseñó hasta siete Iglesias, algunas de ellas con una mezcla de sobriedad y luminosidad que impresiona. No en vano tres de sus construcciones están consideradas entre los veinte mejores edificios de Madrid en el siglo XX, entre ellos la iglesia de los dominicos de Alcobendas.
Pero este blog no viene motivado por Stendhal o Fisac, sino por la audición de un viejo vinilo (costumbre anual cuando accedo a los que hibernan desde hace años en Orduña), el que Paul Horn (Nueva York – 1930-2014) grabó en la catedral de Santa María, en San Francisco, principalmente por su último corte, una interpretación de “Jesu, dulcis memoria”, de Tomás Luis de Victoria (Sanchidrián – 1548-1611).

Paul Horn era otro “místico” de la belleza, también dopado por la creencia religiosa, en este caso cristiana, pero en la mayoría de sus discos inclinada al hinduismo. Quería haber incrustado el corte en el blog por una autenticidad sonora en vivo que incluye hasta una tos y su  mayúscula hermosura, pero al buscarlo en internet he visto que el disco no ha sido digitalizado. Se ofrece por un precio módico en Spotify (https://www.merchbar.com/vinyl-records/paul-horn/paul-horn-in-concert-st-marys-cathedral-s-f), en su formato de vinilo inicial, y yo lo presto previa garantía de conservación. He podido incorporar, eso sí, una de las múltiples versiones corales que hay en Youtube.
Catedral de Bilbao 

Sigo con las catedrales para confesar que a veces, en los días desapacibles o multitudinarios, me gusta entrar en la de Bilbao, que en épocas no turísticas es, para un apóstata como yo, un remanso en el que reposar la mente y admirar la hermosura del coro, los vitrales, pero sobre todo del triforio que la rodea. Me apunto por tanto a la heterodoxia de Fisac, que algún crítico calificó de “pagana”, porque me permite suplir la religiosidad por la emoción que Stendhal sintió por la belleza.





Pero para rebajar el famoso síndrome he elegido otro viejo tema en directo, “Cathedral”, de Crosby Stills and Nash, un grito airado y dolorido por ese Cristo “en nombre de quien tantas personas han mentido y muerto”. Amén.


lunes, 24 de septiembre de 2018

Nadando en Banyoles 2018


NADANDO POR SEGUNDA VEZ 
EN BANYOLES
Se atribuye decir a Baroja que los “nacionalismos se curan viajando”, una frase muy loada, paradojas, por determinados nacionalistas cuando no hablan de sí mismos. El problema es que el nacionalismo no es una enfermedad que sanar, sino un sentimiento identitario que, pueda o no compartirse, goza de una legitimidad que nadie debería discutir.
Por segunda vez (http://charlievedella.blogspot.com/2017/10/lestany-de-banyoles.html), y con la excusa de superar mi marca del año pasado, el domingo 16 de setiembre volví a lanzarme al agua del Estany de Banyoles para “viajar” por su superficie entre 1.400 nadadores. Se daba la circunstancia de que era el 75 aniversario de la primera travesía y la organización conseguía batir el récord de participantes (2.700 contando todas las modalidades y distancias), así que el momento era especialmente emocionante.

Pero antes de navegar durante 46 minutos y 28 segundos con la mirada puesta en un fondo vítreo de color turquesa, un intervalo muy útil, como todos los deportes individuales, para la introspección, me gustaría mencionar otro detalle del viaje, eso que no se hace para curar una patología identitaria ni para “dilapidar espacio”, pero sí sirve para aprender.
A mitad de camino elegimos Ayerbe por casualidad, o mejor, pura y simplemente porque está cerca del castillo de Loarre, una fortaleza que había visto muchas veces en internet. Esta rinde con creces lo que promete: un bastión espectacular desde el que Sancho III de Navarra controlaba la Hoya de Huesca. Ahora sirve como inigual localización para películas (“El reino de los cielos”) y series varias.
Cuando la suerte te acompaña y caes en un hotel regentado por alguien culto y sensible (Liam Neilson, que allí descansó, así lo agradece) el viaje se convierte en aprendizaje, y en solo unas horas conoces realidades que en un pueblo tan pequeño y en una comarca casi de paso sorprende: un grupo de seis artistas cincuentones forma una cooperativa; jóvenes emprendedores mantienen un negocio sostenible y de timbre ecológico con productos de la zona, y el hecho de que una mujer llamada Habiba Bahdi lleve el timón de la principal pastelería/panadería del pueblo, nos invita a imaginar que el fundador del pueblo, Yahyà b. Mundir al-Muzaffar, fue quizás paisano suyo.
La plaza Mayor de Ayerbe con la torre del Reloj
Todos nos hablan de las dificultades de mantener sus negocios contra la corriente de una turistificación adocenada, del poco apoyo de las instituciones, también, en tono autocrítico, de la manía de echar balones fuera, pero sobre todo de lo mucho que su tierra ofrece si los itinerarios de la globalización fueran más razonables. También nos subrayan las muchas cosas que en tan poco tiempo hemos dejado de ver. Concluyendo, que habrá que repetir.
Banyoles sí está en un itinerario más oficial. Se lo ha ganado a pulso creciendo con prudencia, cuidando y explotando su belleza natural, y acabando con sus viejos demonios. No en vano, en el club náutico de este pueblo, que durante años exhibió a un africano como animal exótico (https://www.lavanguardia.com/hemeroteca/20161022/411000402862/negro-de-banyoles-museo-darder-catalunya.html), ahora te atiende una chica negra con hiyab y en català, por supuesto. Así lo hacen muchos de sus miles de emigrantes (el 18,75% de la población), que deambulan y trabajan en una población que ya vive la república catalana como un imaginario colectivo muy mayoritario.
En fin, la identidad es libre. Estos dos últimos años he sentido el orgullo y la emoción de pertenecer a una colectividad esporádica, la que desde hace 75 años se tira al agua para recorrer los 2.150 metros que separan los límites del lago de Banyoles. Para quienes viven ese imaginario y para los que no acaban de entender que las personas y los pueblos tienen derecho a desarrollarse como deseen, supongo que este tipo de identidades es propio de “esnobs” sin una patria que echarse a la espalda, pero es que uno tiene una edad ya difícil para entrar en razón...

A raíz de mi zambullida del año pasado revisé “El nadador”, película basada en un cuento de John Cheever que protagonizó un todavía atlético Burt Lancaster. Aunque a mi modo de ver la película ha envejecido mal, la idea de ese nadador que recompone su vida atravesando a nado las piscinas de sus colegas ricachones de Connecticut, es característica del cine de la época y casi un clásico de culto.
He encontrado una especie de trailer acompañado de una canción de Ray LaMontagne, un músico que no había nacido cuando se hizo el film.


lunes, 10 de septiembre de 2018

La revancha del plátano


LA REVANCHA DEL PLÁTANO
No es el título de un ensayo ecológico ni de una novela o cómic, una referencia a Gotan Project o un texto surrealista. Se trata simplemente de que los plátanos vuelven a brotar en el tramo recto que separa la última curva de la Barrerilla de la muy noble ciudad de Orduña.

la vía aún de tierra y el arbolado de tronco delgado
Cuando despojaron la carretera de los inmensos plátanos que la dotaban de una sombra y una mayor belleza no solo me llevé un gran disgusto, sino que no entendí el motivo de tala tan radical. Entre sus beneficios recordaba el tiempo en que volviendo de correr por las pistas sin sombra del valle, ya cansado, descendía al cobijo de la umbría que me aliviaba. En algunos tramos bancos de piedra abandonados descubrían un tiempo en el que los paseantes, quizás las parejas, los poblaban.
Invierno antes de la tala
Sin ser un árbol especialmente bello, su crecimiento rápido y la esbeltez de sus hojas lo hace un atractivo para ramblas y lugares necesitados de sombra. Comunes en las ciudades que bordean el Mediterráneo, a veces engarzadas unos con otros, es, con las acacias, el árbol urbano de mi adolescencia. En cierta ocasión, ya treintañero, escalé uno de los más altos aupado por la euforia del alcohol.
Se dice que la tala en Orduña se debió a que carretera y arbolado no cumplían las medidas legales, así como a reclamaciones de conductores quejosos de que sus raíces invadían la calzada. También es cierto que en esa recta han caído vecinos y viajeros desconocidos, aunque por las noticias que tengo más por la imprudencia y el sueño inoportuno de los accidentados que por apenas un kilómetro de arbolado sin arcén.
La desaparición se une a la de tantas rutas peninsulares, que han cambiado esos túneles de frondosidad natural por eriales con arcenes llenos de matojos secos. Muchas carreteras francesas se han sabido desdoblar para mantener la frescura del arbolado, y a mí me da una envidia malsana y algo de ira cuando veo que les hemos copiado lo peor, las rotondas.
También compruebo en internet que algunos amantes y coleccionistas de vías arboladas desconocen que esta cayó hace unos años, y que los nuevos brotes, creciendo sin el permiso de los humanos que los eliminaron, han iniciado una revancha, retoñando a ambos lados, a la que deseo el mayor de los éxitos.
No quiero dejar pasar la ocasión sin dejar de homenajear a los inmensos plátanos del Arenal de Bilbao, que incluso rebasan los edificios colindantes. Espero no dar ideas al alcalde actual que, como es obvio y merecido, no goza de mis simpatías.

De acompañamiento musical una canción de Radiohead que habla de la plaga de árboles y amores de plástico de los años ochenta del pasado siglo.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Lisa Fischer


¿LAS MEJORES? - y 3

En una entrevista a raíz de su presencia en el film “A veinte pasos de la fama”, Lisa Fischer (Nueva York - 1958) declaraba que pese a que tras la película parecía llegado el momento de mostrar su capacidad solista, también había sido feliz formando parte de un grupo acompañante, ensamblando voces y armonías, algo que ha hecho ininterrumpidamente desde su debut en 1983, a veinte pasos de los Rolling (hay decenas de versiones de "Gimme Shelter" en Youtube), Sting o Tina Turner, entre otros.

La fama no deja de ser el resultado de muchas variables, suerte entre ellas, pero si alguien es feliz con lo que tiene la ambición deja de ser un elemento determinante. Debe ser el caso de la maravillosa Lisa Fischer, una mujer que ahora, en una fase interpretativa especialmente dulce junto al grupo Grand Baton, solo pide tiempo para interpretar la multitud de canciones que la esperan.



Su carrera en segunda fila, a esos pocos pasos del estrellato, no le impidieron ganar el Grammy a la mejor intérprete femenina de R&Blues de 1991 con “How Can I Ease the Pain”, que expongo junto a una actuación más actual,  interpretando el "Wild horses" de los Rolling Stones,  para demostrar que ha sido y es una de las “mejores” voces de todos los tiempos.




viernes, 31 de agosto de 2018

Mary Chapin Carpenter


UNA CANCIÓN DE MARY CHAPIN CARPENTER

PARA EL 1er. FIN DE SEMANA DE SETIEMBRE

Una tía que dice de Donald Trump que "tiene un desequilibrio mental, es un depredador sexual, racista, misógino, narcisista, demagogo, atemorizante", demuestra cordura y capacidad analítica, pero si además es una artistaza con cinco premios Gramy a la que sigo, lo confieso, solo desde la publicación de “The calling” en 2007, cuando ya llevaba grabando veinte años, bien merece un espacio preferente.

He elegido esta canción de su penúltimo disco, “The Things That We Are Made Of”, que habla de alguien que espera a los voluntarios de la guerra de España rodeada de la alejada serenidad de la vida cotidiana. Lo que más me gusta de Mary Chapin es su capacidad interpretativa. La voz se la dio la naturaleza, lo otro es adquirido. A disfrutarla...



"Between The Wars (Charleston 1937)"

Take the train down Friday next,
In summer hat and linen dress
Hail a taxi at the station
There will be artichokes and cabbages,
Sweet honeycombs and radishes
To feed your grateful nation

Bring paper, easel, pen and ink
To set up on the lawn
Where summer mornings brim with light
And evenings fill with birdsong
Between the wars

Ginger cakes are served with tea
Your lovers orbit endlessly
And your children march like soldiers
Their nets for catching butterflies
Fill up with wind and sit up high
Like rifles at their shoulders

But this is where you fled the world
This is where you gather
Take up take up your skirts and twirl
Like angels through the asters
Between the wars
A telegram arrives from Spain
The earth falls off its axis
Grief hands down a kind of pain
You can't prepare or practice

You paint the tables, paint the walls
The mantles, mirrors, lamps and halls
Paint every single surface
No corner here will go untouched
By loss and love and by your brush
Such emptiness is worthless

There are no ghosts except the ones
Leaving us behind
We wave and shout come back come back
Frozen now in time
Between the wars
Entre las guerras (Charleston 1937)”
Toma el tren el próximo viernes, 
Con sombrero de verano y un vestido de lino
Para un taxi en la estación
Habrá alcachofas y coles,
Dulces panales y rábanos
Para alimentar a tu nación agradecida
Trae papel, caballete, pluma y tinta
Para instalar en el césped
Donde las mañanas de verano rebosan de luz
Y las noches se llenan de cantos de pájaros
Entre las guerras.

Pasteles de jengibre se sirven con té
Tus amantes orbitan sin fin
Y tus hijos marchan como soldados
Sus redes para atrapar mariposas
Se llenan de viento y ondean alto
Como rifles en sus hombros
Pero aquí es donde huiste del mundo
Aquí es donde te reúnes
Recógete, recógete las faldas y gira
Como los ángeles a través de los ásteres
Entre las guerras
Un telegrama llega desde España
La tierra cae de su eje
La pena entrega una especie de dolor
No puedes prepararte o practicar
Pinta las mesas, pinta las paredes
Los revestimientos, espejos, lámparas y pasillos
Pintar cada superficie
Ningún rincón aquí quedará sin tocar
Por la pérdida y el amor y por tu pincel
Tal vacío no tiene valor

No hay fantasmas, excepto los que
nos dejan atrás
Que saludamos y gritamos volved, volved
Congelados ahora en el tiempo
Entre las guerras"


jueves, 16 de agosto de 2018

Potros


POTROS
La palabra potro tiene en castellano dos acepciones principales: la de criatura joven de la yegua y la de instrumento de tortura. No sé cual de estos dos valores le dieron el apodo al recién liberado Santi Potros, el responsable de dos de los atentados más sanguinarios de la historia de ETA, Hipercor y plaza de la República Dominicana, pero imagino que el primero, porque la tortura era más bien especialidad del cuartel de Intxaurrondo. Ahora le veo salir de la cárcel en pantalón corto, como un abuelete al que le empiezan a fallar las canillas y casi me enternece. Luego me entero de que en su pueblo, Lasarte, le han puesto una gran pancarta de bienvenida, y sin querer coincidir con Pablito Casado, los dioses me libren, el homenaje me pone de mala leche.

A finales de los años ochenta del pasado siglo coincidí con un abertzale de apellido con pedigrí. Hacia pocos meses ETA había asesinado a varias decenas de ciudadanos en mi “pueblo”, Barcelona. En su mayor parte trabajadores, dado el lugar donde se ubica Hipercor, Nou Barris. Un lugar que yo mismo había llegado a frecuentar. Cuando hablando del atentado le dije que el responsable, entonces se hablaba de Troitiño, era un salvaje h. de p. El muchacho me respondió que más catalanes debían haber muerto. En aquel momento lo entendí como la típica salida de tono radical ( era un época en la que los hooligans gritaban “ETA mátalos” y los más “imparciales” “algo habrá hecho”), pero la frase cobró un sentido trágico cuando mi interlocutor fue detenido como miembro de esa organización no mucho después. Lo peor es que por una supuesta relación profesional él solía viajar asiduamente a Barcelona, y por entonces pensé que algo tuvo que ver con el atentado, pero lo cierto es que solo estuvo unos pocos años en la cárcel; parece que porque efectivamente no tenía nada que ver con la matanza, pero también, creo, por el peso de su apellido... Me dicen que ahora es un boyante empresario turístico lo que demuestra que la reinserción es saludable. Enhorabuena!!!
No creo en la venganza, aunque sí pienso que hay que pagar por el mal que uno hace y creo que Santi Potros lo ha hecho sobradamente. También, injustamente, los familiares de este y otros presos a los que se aplica una teoría propia de las ideologías fascistas, la socialización del sufrimiento, la condena a ciudadanos civiles no responsables, una teoría que en otro grado ha servido para justificar tanto el bombardeo de Gernika como la matanza de Hipercor, o la que tal día como mañana provocaron en Las Ramblas un grupo de islamistas fanáticos.
En fin, me gustaría pensar que la salida a la libertad de ese hombre que hace años retaba airadamente a jueces y periodistas, ahora con pinta de jubilado inofensivo, es una metáfora del futuro que nos espera. Sic fiat (así sea), como decían los latinos.

Como mañana es el aniversario del atentado que golpeó a mis paisanos en Las Ramblas, he elegido esta bella canción/homenaje a la arteria que da vida a la ciudad, con una muestra de los artistas que sigue pariendo a pesar de la gente empeñada en agredirla, entre ellas Veil, sobrina de mi gran amiga Merche. Per sempre!!!



lunes, 6 de agosto de 2018

Pertenencias


PERTENENCIAS
 Hace unos años, al llegar a la estación de Ciudad Real en una visita familiar, una señora de origen latino de mediana edad me pidió que le ayudara a bajar dos enormes y pesadísimas maletas. Cuando le pregunté que qué llevaba allí me contestó que todo lo que tenía.

Pues bien, la foto que abre el blog es una de las que pueblan la exposición que Lagun Artean, una asociación dedicada al amparo de las personas sin techo, presentó hace poco en el centro cívico de Begoña. Era, con la que se inserta en esta misma página, la que más me llamó la atención, aunque algunas más dramáticas representaran a gente que pedía limosna, personas en comedores sociales o haciendo cola ante algún centro de ayuda. Nada que no esté al alcance de nuestros ojos, salvo que no lo queramos ver.
El tamaño de la fotografía, de aproximadamente un metro cuadrado, te entrometía en un mundo interior, en la intimidad de alguien que ha agrupado su historia personal en ese pequeño espacio, un dormitorio solidario que la ha rescatado de las penurias de la calle. Parece una mujer joven pero ya adulta, y los objetos que la rodean, los que ha salvado de una cadena de derrotas, son mayoritariamente muñecos y peluches (uno de ellos reposa entre sus manos) que remiten a la infancia, posiblemente la mejor, ¿única? etapa feliz de su vida, los únicos rescatados de un naufragio profundo; también algunos retratos de grupo, quizás de alguien a quien quiso, dos estampas de vírgenes, y la única identidad grupal con el equipo de la ciudad. La otra foto tiene un contenido parecido, aunque esa mujer, algo mayor, parece mirar al futuro a través de la luz de la ventana.
A estas tres mujeres, la del tren que hace unos años llegaba a una ciudad desconocida con todas sus cosas en dos maletas, y esas chicas rodeadas de los peluches de su infancia, la vida les ha desposeído de la memoria que dan las pertenencias, las que se guardan como fetiches, recordatorios de los momentos y personas queridas. Ahora mismo bastante tienen con dormir bajo techo…
El pie de una de las fotos subraya que en la Comunidad Vasca hay 409 mujeres en situación de exclusión residencial, de ellas 21 en la p... calle.
No quiero pasar por alto el debate que ahora mismo se mantiene en la Unión Europea respecto de los flujos migratorios, con gente que solo trae la ropa puesta y un chaleco flotador, un debate falseado por la extrema derecha que incluso habla de “invasión”. He aquí un estupendo y aclarador informe de Intermón-Oxfam sobre la materia en formato PDF: https://www.oxfamintermon.org/sites/default/files/documentos/files/personas-refugiadas-Origen-transito-devolucion.pdf

He recobrado esta canción de Los Rodríguez (“Hotel de mil estrellas”) por su belleza y actualidad.



domingo, 22 de julio de 2018

Maldito tres


MALDITO 3
En 2005 el entonces presidente de la Generalitat de Catalunya, Pascual Maragall, le espetó al líder del partido de la oposición que su organización tenía un problema, el 3%. Imagino que alguien le advirtió que los socialistas tenían el mismo problema o, quién sabe, que si seguía removiendo el árbol caerían todas las ramas, una especie de amenaza que el ya anciano Jordi Pujol lanzó en el Parlament en críptica referencia a la familia real española cuando se descubrió que la suya era también un clan mafioso, porque el porcentaje se convirtió en una especie de referente, pero de la acusación de Maragall nunca más se supo.
Maragall hablando del 3%
La pasada semana sí se sabía que una administradora de fincas de Bizkaia llevaba años quedándose con la pasta que sus clientes dedicaban a obras de rehabilitación de sus viviendas. Cerca de 150.000 euros según el diario que publicaba la noticia. 
La traigo aquí porque hace unos dos meses cambiamos dos ventanas de casa con una empresa de confianza a la que habíamos contratado para una reforma anterior. En una de las entrevistas para aclarar cuestiones del presupuesto, salió el tema de los/as administradores de fincas. En ese momento, para nuestro asombro y desconsuelo nos enteramos de que lo normal en el sector era que la/el administrador pidiera a la empresa contratada una comisión mínima del famoso 3%, incluidos los administradores/as amateurs, es decir quiénes se turnan anualmente entre los vecinos y vecinas de la comunidad.
El tres es un mal número, que duda cabe. Estaba redactando estos sucedidos cuando me entero del contenido de la comparecencia parlamentaria del caso OPE-Osakidetza. Para los de fuera del oasis vasco, informo: el sindicato ESK y el grupo parlamentario de Elkarrekin-Podemos se enteran de la posible filtración de los exámenes de la oposición de Osakidetza (Servicio Vasco de Salud) a través de tres médicos opositores, así que, como si de una primitiva se tratara llevan ante notario la lista de los futuros aprobados en varias de las especialidades que ofertan plazas y... ¡Bingo!... 99% de aciertos, con notas, además, desproporcionadas. Pues bien, tras desmentidos, encogimiento de hombros, huida hacia delante, la Consejería anuncia dos medidas en su comparecencia parlamentaria: abrir un expediente administrativo al médico de uno de los tribunales y enviar a la fiscalía a los tres médicos opositores que denunciaron la filtración. Capón al supuesto corrupto y hostión a quienes denuncian la corrupción.
Menos mal que el flamante nuevo secretario del PP, Pablo Casado, todo un fenómeno en máster y similares, nos da esperanza con sus tres medidas estrella: la defensa de la vida, de la familia y de la unidad de España. ¡PROGRAMAZO!

La canción elegida no es para echar cohetes pero sí el video que la acompaña, casi una película de terror.

martes, 10 de julio de 2018

Víctor Jara

RECORDANDO A VÍCTOR JARA

Creo que oí por primera vez a Víctor Jara en el invierno de 1971. Con 19 años y todo el ansia de la vida encima, reunirnos los sábados por la noche con lo que quedaba de la pandilla del barrio a oír discos prohibidos, asediados, censurados, nos proporcionaba, como la asiduidad a los cine-fórum del Clot, la vitamina necesaria para sobrevivir a la grisura del último franquismo.
Los discos de Jara los traía un compañero jienense de mi hermano, al que recuerdo acompañado de la muleta que aliviaba una cojera más que evidente, seguramente producto de la poliomielitis, otro de los daños colaterales del franquismo.

En aquellos tiempos un tocadiscos tenía un valor totémico, alrededor del que éramos capaces de permanecer en un silencio eclesial, y si el disco era prohibido o perseguido el ritual tenía algo de catarsis colectiva. Solo de vez en cuando alguien hacía un comentario sobre la letra u osaba tararearla con voz queda.
A Víctor Jara solo le quedaban 2 años para ser acribillado, después de que un grupo de torturadores le quebraran los dedos de ambas manos.
Leo emocionado que 45 años después han sido condenados sus asesinos, ahora quizás ancianitos candorosos, a los mejor incluso arrepentidos. Así de lenta es la justicia...tanto, que varios de quienes escuchábamos a Víctor jara en el setenta y uno ya no están entre nosotros, entre ellos mi propio hermano.
En estas mismas fechas se conmemora el asesinato de Germán Rodríguez en los safermines de 1978. Los responsables directos e indirectos de su muerte siguen sin pagar por ello, aunque solo sea de forma declarativa. Solo puedo decir que me gustaría verlo.

"Te recuerdo Amanda" es una de las canciones de amor más bellas de todos los tiempos. Hay decenas, probablemente cientos de versiones de un poema que convierte lo íntimo en épico y viceversa. No he querido pasar por alto la original, ni la última que he oído, solo instrumental, a cargo de un asiduo del blog, Paolo Fresu, acompañado de Daniele Di Bonaventura.

domingo, 1 de julio de 2018

Eugeni Gay


“DESDE LA ISLA CUÁNTICA”, 
UN LIBRO DE EUGENI GAY MARÍN
Soy por lo menos tan analfabeto en fotografía como devoto de su poder de evocación y su capacidad de captar instantes mágicos. Pues bien, ya hace tres años que Eugeni Gay Marín (Barcelona - 1978), amigo e hijo de amigos, apareció en estas páginas porque presentaba en el FNAC de Bilbao parte de la obra que había sido premiada en el certamen de Arles (Francia) de 2014. En aquella exposición aparecían algunas de las fotos de “DESDE LA ISLA CUÁNTICA”, el trabajo al que ha dedicado casi seis años en la Isla del Sol del lago Titicaca, que ahora recopila en un libro de cuidada edición.
Lo primero que llama la atención de la publicación es que no hay ningún texto que acompañe las instantáneas, supongo que como una invitación a que las imágenes funcionen por sí mismas, es decir, demuestren que no necesitan palabras que las expliquen. El libro tiene, además, un ritmo secuencial que intercala imágenes de la naturaleza con las de sus pobladores, siempre integrados, nunca con un protagonismo superior a la lluvia, las nubes, la superficie del agua del lago, árboles, rocas, animales…con luces y colores que transmiten la magia de una isla a 3.800 metros de altitud.

Bueno, mi analfabetismo fotográfico me impide seguir: es mi lectura, pero seguro que hay más.

Acompaño el enlace al pequeño video con el que Eugeni fue ganador de la Beca Áqaba Media en 2015 (http://aqabamedia.davidlinuesa.com/portfolio-item/desde-la-isla-cuantica), que a mí me parece precioso, un enlace a su página web (http://www.eugenigay.com/project/desde-la-isla-cuantica/), y a Ediciones Anómalas para adquirir el libro: http://www.edicionesanomalas.com/producto/desde-la-isla-cuantica/

miércoles, 20 de junio de 2018

El Jurado


EL JURADO
Supongo que por la veteranía que se presupone a gente de mi edad, pero sobre todo por razones de amistad, soy miembro del jurado de un concurso literario en los dos últimos años. Se trata de un certamen humilde en la cuantía y valor de sus premios, pero generoso en el ámbito y cantidad de los que concede, dado que uno de sus objetivos es motivar la escritura en las nuevas generaciones. Así que además del concurso de relato corto y poesía para adultos, tanto en euskera como en castellano, las entidades que lo promueven auspician otros cuatro premios infantiles y juveniles.
Aunque no se trata de decidir la inocencia o culpabilidad de alguien, ni por tanto de asumir el papel de un Henry Fonda enfrentado a once hombres sin piedad (https://www.filmaffinity.com/es/film695552.html), hacerlo de la bondad o no de una obra creativa también tiene su exigencia. Como he sido circunstancialmente premiado y finalista en certámenes, en general también humildes, sé que, cualquier éxito, por sencillo que sea, el mero reconocimiento de una obra que te ha llegado a quitar el sueño, recompensa la pelea contra el papel en blanco y el reto de la expresión de ideas, de emociones, de la memoria y sus demonios.
Una votación del jurado en "Doce hombres sin piedad"
Tengo que decir que es seguramente en estos premios en los que el jurado más en serio se lo toma, ya que es sabido, y ni se oculta, que muchos de los grandes certámenes literarios se resuelven por encargo al prefijado ganador o ganadora. Hace unos años, por cierto, me enteré con gran decepción que un poeta muy reconocido, cercano ideológicamente a mí, participaba de ese pasteleo en concursos de mediana cuantía. También sé, porque he sido bendecido por alguna de sus decisiones, que los hay profesionales del oficio, lo que les supone una fuente complementaria de ingresos e invitaciones.
El jurado del que hablo está compuesto por voluntarios y voluntariosos aficionados a la escritura, profesores, algún o alguna periodista, dispuestos a tirarnos tres o cuatro semanas leyendo todo tipo de escritura. En estos dos años cosas interesantes, gente con oficio, alumnos de talleres; también, todo hay que decirlo, bisoñez, porque algunas/os de sus autores no han traspasado la barrera que separa un diario privado de un relato y, además, aún no han vivido lo suficiente para que sus vidas tenga demasiado interés, pero como he dicho más de una vez, el solo hecho de superar el vértigo del papel en blanco tiene su mérito.
Yo creo, por lo menos para mí, que el veredicto más difícil es el correspondiente a los apartados juvenil e infantil. Decía con ironía uno de los miembros del jurado que las chicas no sólo están permanentemente enamoradas, sino que además lo cuentan. Es cierto que abunda ese desamor tan propio de la adolescencia, pero no falta la crítica social y el despecho intergeneracional. Sin embargo, ¿qué cabe valorar en esos casos? Porque en los adultos hay menos dudas. No se puede pasar por alto una escritura pesada, en la que se adivina la figura literaria forzada, mucho menos los anacronismos, las faltas sintácticas u ortográficas, pero tampoco los lugares comunes, ese déjà vu que calca algo ya leído. Ahora bien, a un niño o niña de diez o doce años, ¿qué le puedes exigir? Detrás de un poema lleno de ripios, corto en vocabulario, puede haber una inocencia que fascina, y ante un relato que discurre por espacios y tiempos lejanos el esfuerzo de una imaginación que se descontrola. Uff! Qué responsabilidad cuando lo que se juega esa muchacha o chico que ha empezado a escribir es ver publicado el relato después de subir a un escenario a recoger un premio, algo que quizás le aliente a seguir por ese camino. Tengo entendido que anteriores ganadores/as juveniles ya son periodistas profesionales y han publicado su primer libro.
Así que menos mal que el equilibrio que dan seis jurados no precisa de un Henry Fonda dispuesto a jugarse el tipo por una decisión justa…
Uno de los casos más populares de jurado injusto fue el que, formado por doce blancos, condenó al boxeador Rubin “Hurricane” Carter a cadena perpetua en 1967, una decisión que fue anulada 18 años después tras un calvario de apelaciones. Bob Dylan le dedicó una de mis canciones preferidas en 1975.