LA
REVANCHA DEL PLÁTANO
No es el título de un ensayo ecológico ni de una novela o cómic, una
referencia a Gotan Project o un texto surrealista. Se trata
simplemente de que los plátanos vuelven a brotar en el tramo recto
que separa la última curva de la Barrerilla de la muy noble ciudad
de Orduña.
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la vía aún de tierra y el arbolado de tronco delgado |
Cuando despojaron la carretera de los inmensos plátanos que la
dotaban de una sombra y una mayor belleza no solo me llevé un gran
disgusto, sino que no entendí el motivo de tala tan radical. Entre
sus beneficios recordaba el tiempo en que volviendo de correr por las
pistas sin sombra del valle, ya cansado, descendía al cobijo de la
umbría que me aliviaba. En algunos tramos bancos de piedra
abandonados descubrían un tiempo en el que los paseantes, quizás
las parejas, los poblaban.
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Invierno antes de la tala |
Se dice que la tala en Orduña se debió a que carretera y arbolado
no cumplían las medidas legales, así como a reclamaciones de conductores quejosos de que sus raíces invadían la calzada. También es cierto que en esa recta han
caído vecinos y viajeros desconocidos, aunque por las noticias que
tengo más por la imprudencia y el sueño inoportuno de los
accidentados que por apenas un kilómetro de arbolado sin arcén.
La desaparición se une a la de tantas rutas peninsulares, que han
cambiado esos túneles de frondosidad natural por eriales con arcenes
llenos de matojos secos. Muchas carreteras francesas se han sabido
desdoblar para mantener la frescura del arbolado, y a mí me da una
envidia malsana y algo de ira cuando veo que les hemos copiado lo
peor, las rotondas.
También compruebo en internet que algunos amantes y coleccionistas
de vías arboladas desconocen que esta cayó hace unos años, y que
los nuevos brotes, creciendo sin el permiso de los humanos que los
eliminaron, han iniciado una revancha, retoñando a ambos lados, a la
que deseo el mayor de los éxitos.
No quiero dejar pasar la ocasión sin dejar de homenajear a los
inmensos plátanos del Arenal de Bilbao, que incluso rebasan los
edificios colindantes. Espero no dar ideas al alcalde actual que,
como es obvio y merecido, no goza de mis simpatías.
De acompañamiento musical una canción de Radiohead que habla de la plaga de árboles y amores de plástico de los años ochenta del pasado siglo.
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