jueves, 27 de junio de 2024

Jueces

JUECES

Pocos años antes de jubilarse definitivamente ofrecieron a mi padre ingresar en la carrera judicial como magistrado por el cuarto turno, un procedimiento reservado a juristas, en su caso abogado, de reconocido prestigio. Pese a la ilusión que le hizo, renunció porque ya estaba por encima de los 65 de edad. Esta opción de acceso a la judicatura, pertrechada en 1985, supongo que se planteaba con una pretensión democratizadora y como alternativa a la vía normal de acceso, una oposición durísima, con la criba de memorizar 328 temas y dos años de curso teórico práctico en la Escuela Judicial.

Como es obvio ninguna de las dos alternativas ha servido para socializar la judicatura. Puede que la primera haya aportado a lo largo de este tiempo mayor experiencia práctica, pero solo incorporado a un porcentaje mínimo de jueces "chusqueros", ya que, si no me equivoco, es un procedimiento solo destinado a 1/4 de las plazas convocadas. En cuanto a la segunda, ¿Qué joven de condición humilde puede salvar una carrera de cuatro años, un máster de acceso a la abogacía y varios años de preparación y consolidación de oposición tan endiablada?

Pese a haber trabajado durante casi 20 años en terrenos muy cercanos al mundo del derecho, solo he asistido a dos juicios, uno de carácter civil, acompañando a una de mis hijas, y otro contencioso administrativo defendiendo un derecho entonces no reconocido, el de paternidad en los casos de adopción internacional.

Mi experiencia es casi contradictoria pero en ambos casos me pareció curiosa. El juez civil, un chico muy joven, sentenció mirando al tendido, en ningún momento al "público" asistente o personas juzgadas, recitando, como si aún lo hiciera a un juez preparador, una retahíla de preceptos y normas con el lenguaje entre decimonónico y críptico que caracteriza a la profesión. Pese a su tono educado, su distanciamiento me recordó a la prevención de mi padre con algunos magistrados que, según contaba, menospreciaban, se burlaban, e incluso insultaban a los abogados novatos, algo que,  ahora que hay juicios/espectáculo, hemos podido ver de primera mano. Un paréntesis: la actividad preparatoria proporciona pingües ingresos a los jueces, unos 4.000 euros al mes, además de un poder de tutelaje que luego utilizan para maniobrar profesionalmente.

En mi caso se trató de una jueza de mediana de edad y una apariencia de despiste que confirmó cuando semanas después de dejar el juicio visto para sentencia redactó un fallo que a una vez me denegaba el derecho y me invitaba a recurrir. De esa experiencia saqué la conclusión de que muchos jueces saben más de procedimiento que de cuestiones de fondo, y que si quieres ganar se lo tienes que dar todo bien mascado. Por cierto, dos años después conseguimos el derecho por vía político sindical. Hay que batallar en todos los frentes...

Volviendo al principio. Por razón de la dificultad de acceso, la judicatura no sólo es un mundo tan endogámico como el del resto de los aparatos del Estado. En sus jerarquías superiores sus protagonistas son jueces muy ideologizados porque "proceden de" y "viven en" un entorno de poder que alterna en comedores, palcos y eventos varios. Ideologizados hacia el mantenimiento de un status que conserva en las formas una parafernalia viejuna y prepotente.

Según una reciente encuesta el 60% de los y las españolas desconfían de los jueces (https://www.eldiario.es/politica/60-espanoles-no-confia-jueces-cree-instrumentaliza-justicia-fines-politicos_1_11458885.html?utm_source=adelanto&utm_medium=email&utm_content=Socio&utm_campaign=23/06/2024-adelanto&utm_source=elDiario.es&utm_campaign=292697b46f-ADELANTO_23-06-2024&utm_medium=email&utm_term=0_10e11ebad6-292697b46f-%5BLIST_EMAIL_ID%5D&goal=0_10e11ebad6-292697b46f-60187161&mc_cid=292697b46f&mc_eid=44912bad91) y porcentajes también altos de la población creen que hay instrumentalización política en la judicatura. Un 44% habla incluso de persecución y lawfare contra adversarios políticos. Los ejemplos se dan en todas las latitudes y disciplinas judiciales, y ha llegado a un límite insufrible. Para muestra el botón del Consejo del Poder Judicial, recién pactado con un reparto político de vocalías, y la desesperanza de que, tras lo expuesto, la alternativa es aún peor.


En 2021 La Maravillosa Orquesta del Alcohol" (La MODA) publicó un estupendo disco llamado "Nuevo cancionero burgalés", con letras rescatadas de recopilaciones efectuadas a principios del pasado siglo por los músicos y folcloristas Federico Olmeda (1868-1902) y Antonio José Martínez Palacios (1902-1936), fusilado este último por los fascistas recién iniciada la sublevación. "Miraflores", el corte elegido, no habla de sentencias judiciales pero no me parece mal traída.


https://youtu.be/fR8zTtreqk0





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