EL KIOSCO
https://youtu.be/t7WryP7ktIc
EL KIOSCO
https://youtu.be/t7WryP7ktIc
Dar a la vida unas gotas de alegría, belleza y felicidad tampoco es tan difícil. Tan solo se trata de poner un poco de em/peño/patía y supongo que pertenecer al bando de los ingenuos que siempre vemos el vaso medio lleno.
Rodrigo Carrillo, alias “el tractorista de Castilla”, lo hace todos los días desde el vehículo que conduce por campos de la tierra familiar de Villar de Cañas(Cuenca), a la que volvió tras estudiar sociología en Madrid. Pues bien, yo soy de los receptores agradecidos de las instantáneas que cada mañana cuelga en twitter, para disfrute de quienes unos minutos después nos enzarzamos en una carrera para ver quién tiene más me gusta, retwits o seguidores, como si en ello nos fuera el futuro inmediato.
Por sus fotos, que según un reciente artículo de El Mundo ejecuta con una Nikon o el mismo móvil, las amplias llanuras le dan la serenidad que el ruido de las redes sociales oculta y enmaraña. Crítico no obstante con los sinsabores de la españa vaciada y saqueada, su obra, que él califica de amateur, no es paisajística en un sentido estricto, porque subraya la transformación humana que su propio tractor, “Pequod”, como el barco del protagonista de Moby Dick, hace a diario en la tierra que cultiva.
He elegido unas pocas fotos de febrero, pero vale la pena apuntarse a Twitter, proponer su amistad y recibir el soplo de belleza que expone a diario. Aquí su enlace:https://twitter.com/AgricultorCast
LA CARTERA
Recuerdo haber tenido una parecida. Esta se vende en internet por 18 euros |
Oí por primera vez a esta chica, Valeria Castro, en un concierto celebrado a raíz del desastre volcánico de La Palma interpretando esta canción. No en vano ella es natural de la isla. Luego he sabido que es una currante que se ha ido abriendo camino a base de colgar versiones en youtube. Esta canción, “Guerrera”, también es conocida porque cierra un video dedicado a Margot Friedländer, superviviente del holocausto nazi. Vaya por ella y las mujeres “guerreras”, ahora que se acerca su fiesta anual.
DESCUBRIENDO A LAURA NYRO
Hace algo más de un mes mi amigo Enric me recomendó, entre otras perlas y para mí descubrimientos, a Laura Nyro (New York 1947-1997). Conocía su nombre y creía haber escuchado alguna cosa de ella, pero no sé porqué la asociaba a ese tipo de cantantes americanas de gran calidad vocal pero principalmente aupadas por buenas producciones que parte de nuestra generación rehuye por prejuicio. Gran error, porque Nyro no responde exactamente a ese perfil.
De entre su obra Enric me destacó “New York Tendaberry”, disco de 1969, de modo que con la oferta entre las manos me he dedicado a escuchar ese LP y algunos más de la extensa, posiblemente completa obra musical de Nyro en Spotify.
Además de la cualidad del consuelo, que recordando al poeta Margarit repito casi cada vez que hablo de música, sabemos que ésta amansa a las fieras, no lo suficiente, porque es sabido que algunos carniceros nazis eran melómanos, pero sí para que un bebé de semanas deje de llorar cuando le canta su hermano de cinco años. Es empírico, lo he experimentado varias veces con mis dos pequeños nietos. Pero estas dos cualidades no son las únicas, desde luego.
RENÉ MALTÊTE, CREADOR DE PARADOJAS VISUALES
EL YAYO (2)
primer retrato de Maiu |
Pues bien, el pasado 20 de diciembre nació mi segundo nieto, Maiu. Como adelanté cuando nació Aiert (https://charlievedella.blogspot.com/2016/08/el-yayo-creo-que-ls-yays-estamos.html), sigo pensando que los abuelos estamos sobrevalorados, seguramente porque este status nos pilla en un estado de gracia del que carecíamos cuando éramos más jóvenes y nos proporciona la sabiduría, más o menos ancha, pero sobre todo la paciencia histórica que no teníamos cuando queríamos tener todo, deseos, objetivos, intereses, al alcance la mano. Suelo decir que los padres educan y los abuelos enseñan, una diferencia sustancial que nos permite ser la faz amable del crecimiento de un niño con ganas de aprender.
Claro, también está la parte artificiosa del pequeño, la fantasía cubriendo los agujeros negros, la necesidad de que alguien les dé seguridad, ya ves tú, como si fueras uno de esos seres aguerridos de los dibujos animados o... sí, ese personaje ya desaparecido o en retirada, el ángel de la guarda, ese viejecito que ilumina todo lo malo que pudo ocurrir a James Stewart en la inevitable pero siempre reconfortante “Qué bello es vivir”.
DOS POEMAS NAVIDEÑOS DE FERNANDO PESSOA,
EL POETA QUE NUNCA EXISTIÓ
Los poemas elegidos en “fechas tan señaladas”, como diría el emérito en tantos y no menos esotéricos discursos de navidad, muestran el punto de vista del poeta sobre tales eventos.
De todos modos, felicísimos y sobre todo saludables festejos
NAVIDAD
Nace un Dios. Otros mueren.
La verdad ni vino ni se fue: el Error mutó.
Tenemos ahora otra Eternidad,
y fue siempre mejor cuanto pasó.
La Ciencia, ciega, la gleba inútil labra.
Loca, la Fe vive el sueño de su culto.
Un nuevo dios es sólo una palabra.
No busques ni creas: todo es oculto.
LLUEVE. ES DÍA DE NAVIDAD
Llueve. Es día de Navidad.
Allá en el Norte es mejor:
está la nieve que hace mal.
Y el frío que es incluso peor.
Y toda la gente está contenta
porque es el día de estarlo.
Llueve en la Navidad presente.
Antes eso que nevar.
Pues a pesar de ser esa
La Navidad convencional,
cuando me refresca el cuerpo
tengo frío y no Navidad.
Dejo el sentir a quien convenga
y la Navidad a quien la hizo,
pues si llego a escribir otra cuarteta
se me congelan los pies.
El grupo portugués de rock gótico Gonspell se inspiró en el poema “Opio”, de Álvaro de Campos, es decir, del Fernando Pessoa más emocional y entregado, para esta canción tan “desasosegante” y poco navideña.
Por
isso tomo ópio.É um remédio.
Sou
um convalescente do Momento.
Moro
no rés do chão do Pensamento
E
ver passar a vida faz-me tédio.
Por
eso tomo opio, es una medicina.
Soy un convaleciente del
Momento.
Yo vivo en la planta baja del pensamiento
Y ver
pasar la vida me aburre.
https://youtu.be/XoooX3OVGoI
LA ENTRADA
La entrada que te permite asistir a una sala de cine o a un concierto es ahora incorpórea, se enseña como casi todo en la pantalla del móvil y conserva, por lo menos, un tamaño similar al de tiempos pretéritos. Todo lo demás está en la nube, quizás para dar pábulo a los que, habrá que reconocerlo ahora que nadie me oye, solemos estar demasiado a menudo en las nubes.
También es cierto que para preservar el lastre objetual que acumulamos a lo largo de nuestras vidas necesitaríamos varios pisos, un almacén, quizás un museo, de modo que la nube permite archivar la cacharrería que arrastramos en una especie de limbo contemporáneo.
No en vano se empieza a hablar de testamento digital para saber qué parte de nuestro mundo virtual queremos dejar a nuestros sucesores, no vaya a ser que entre la morralla figuren muestras de lo peor de nuestra existencia. Ya conté en el blog el caso de aquel compañero de colegio al que una “ex” ponía a parir en las redes entre panegíricos y elegías, y no sé si los herederos habrán podido demandarla. En cualquier caso, ¡ojito!. Si uno quiere dejar buen sabor de boca deberá repasar antes su nube, no vaya a ser que granice…
Y ahora volviendo al principio. Las entradas describen una senda que tiene que ver con la música directamente, pero también con la memoria vital de dónde fue el concierto, con quien o quienes fuiste, qué pasaba en tu vida aquellos días. Repasar esos cachos de papel amarilleados y cuarteados por el paso del tiempo te retrotrae al pasado, y cuando este va acompañado de música, suele ser parte del mejor.
Entre esos, mis recuerdos: ir a ver a los Rolling a Madrid en un autocar nocturno de ida y vuelta; el pésimo concierto de Dylan y Santana la noche anterior a examinarme de conducir con apenas tres horas de sueño; Frank Zappa con Maite a punto de parir en La Casilla o Ismael Serrano tres días antes del confinamiento. Después, un largo, demasiado largo vacío de música, es decir, de consuelo…
Voy a confesar que el concierto de los Rolling al que asistí no es el mítico que celebraron bajo un vendaval, sino el de dos días después (véase la entrada) , pero como hay video del susodicho, ahí queda.
POESÍA FAKE
RECITADA POR VÍCTOR CLAVIJO
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Perfil de Twitter de Víctor Clavijo |
Suelo decir en broma que yo descubrí a Víctor Clavijo (Algeciras - 1973). También lo digo de otros actores, músic@s o artistas vari@s a quienes aventuré un futuro de éxito que luego se confirma. Es evidente que no siempre acierto, pero de los fracasos, como es lógico, no pienso hablar.
DOS POEMAS DE BEGOÑA M. RUEDA
PARA EL DÍA DE LOS DIFUNTOS
Creo que la primera vez que le dediqué un blog al día de los difuntos dije no ser amigo de efemérides, pero lo cierto es que, contrariamente a lo afirmado, mi cita anual con los muertos se ha convertido en un ritual que me invita acercarme a algún/a poeta. No en vano la muerte es un tema manido, fácil para el verso.
Viene esta referencia al encuentro con Correyero, porque Begoña M. Rueda, última ganadora del Premio Hiperión, podría ser considerada una especie de hija o cuanto menos relevo poético de aquélla, tanto por su cercanía profesional, una enfermera y la otra auxiliar en un hospital, como por su estilo desgarrado, “humano, demasiado humano”.
Con 29 años Begoña M. Rueda (Jaén, 1992) ha ganado ya el ramillete de los mejores premios de poesía, uno por cada uno de sus siete libros publicados, entre ellos el prestigioso Hiperión con “Servicio de lavandería”. Solo he leído este último y algunos poemas sueltos anteriores, y aprecio un camino que va madurando desde una temática más amorosa y adolescente, también más metafórica, al desgarro del que hablaba anteriormente desde la experiencia cercana de la enfermedad, el deterioro físico, la muerte, e incluso el lenguaje, el argot del trabajo en esa lavandería de hospital.
Así que creo que Rueda podría suscribir los versos de Isla Correyero en uno de los mejores poemas de su “Diario de una enfermera”: “Escúchame, Paolo, yo quisiera escribir para todos los que/sufren en esta larga galería de la muerte”. He aquí dos pruebas casi complementarias:
A 23 de marzo de 2019 De camino a la cafetería atajo por los pasillos de urgencias. Me pregunto por aquel paciente de aspecto enjuto, macilento, al que parecían agarrarle las vísceras las hondas raíces de la quimioterapia mientras esperaba a saber qué, rendido en uno de los asientos del pasillo junto al soporte del suero. Hace un año que me lo encontré allí, con la cabeza lisa y una delgadez extrema, la boca entreabierta y unos ojos perdidos en algún recuerdo remoto como remota es la vida para quien espera sabe Dios qué o a quién con un pijama de listas verdes en los pasillos de un hospital donde todos los días muere un hombre o una mujer da a luz a un niño, así, me pregunto si logró salir adelante, ponerse en pie aquel día, arrastrar sus zapatillas de estar en casa hasta la planta de oncología, tumbarse en la cama y apretar la mano de su esposa hasta recobrar poco a poco la salud, o si en cambio no tuvo otro remedio que continuar esperando sepa Dios qué cosa en ese maldito pasillo de bombillas parpadeantes hasta que la muerte, con su bata blanca, se dignara por fin recogerle. |
A 11 de abril de 2019 A pesar de que la ropa es lavada a temperatura de ochenta grados y tratada con detergentes específicos, productos neutralizadores de cloro, lejías y suavizantes, no es raro percibir un leve aroma a perfume al doblar las camisas de los pijamas. Sé a qué huelen los enfermos antes de fallecer, sé que algunos se peinan, se afeitan, y se empapan de Varón Dandy como si morir no consistiera sino en dar otro de muchos paseos los domingos por la mañana. |
¿QUÉ FUE DE JOHN CALE?
He aquí la traducción más o menos literal.
El barco de los tontos está llegando
Llévame, tengo que comer
Y aquí dos versiones, la original del disco y la que he encontrado junto a Nick Cave y Chrissie Hynde de 2008.
LA ESPAÑA SAQUEADA ( y II)
“La tierra no es de la señora de V… A ella sólo le pertenece el agua.
Cuando el agua sube de nivel crecen sus dominios.” Ilya Ehrenburg
VICTORIANA VILLACHICA MURGOITIO, “LA MARQUESA”
LA CATÁSTROFE DE VEGA DE TERA
LOS EMBALSES DEL DUERO
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Campus de Iberdrola |
EL DESEMBALSE DE RICOBAYO, LA RUINA DE LOS PUEBLOS
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el embalse desembalsado en agosto |
Buscando música y cantantes zamoranos he encontrado una bella simbiosis. La de David Rivas, por lo que he leído prolífico y multipremiado compositor, y una jovencísima cantante, Lucía Gonzalo, en un corto y minimalista fado, esa música triste que salta desde el otro lado del Douro.