miércoles, 15 de junio de 2016


BUENISMO

Para la gente de mi generación que estudió en colegios de curas la palabra bondad era el paradigma de nuestra conducta. A ningún hermano (así llamábamos a los frailes maristas) se le ocurría alentarnos a ser malos, aunque alguno de ellos te atizara luego con la regla en los nudillos o en la corvas, o te sacara a patadas al pasillo porque habías gesticulado; aunque el término estuviera asociado a la fe (obediencia ciega), la esperanza (naturalmente en el más allá) o la caridad (esa dádiva sobrante que los ricos dan a los menesterosos); aunque su ley fuera el estricto y reducido código de diez normas que un dios barbado posó en las manos de un guía de masas parecido a Charlton Heston.

Parece un cuadro clásico pero es el obispo Cañizares
con su capa encarnada y un grupo de fans
Desde que Zapatero, alias Bambi según la COPE-emisora de la Conferencia Episcopal de la época, empezó a amenazar con alcanzar la Moncloa a principios de siglo (lo conseguiría con desigual acierto poco después), el catolicismo jerárquico, sus medios de comunicación y gran parte de quienes se declaran poseedores de la tradición cristiana, vienen burlándose y detestando lo que con una mezcla de ira y sorna tachan de “buenismo”, y aunque hoy no creyente, como persona educada, y por tanto también heredera de esa tradición, este tema me lleva a mal traer.

He leído hace poco “El reino”, el último libro de Emmanuel Carrère, una especie de ensayo laico sobre el nacimiento y desarrollo del cristianismo a partir del evangelio de Lucas y el liderazgo de Pablo de Tarso, creador de los primeros círculos (es curioso el paralelismo entre la actividad organizativa de aquel Pablo y el actual; y ya es casualidad que éste se apellide Iglesias…), y me ha parecido oportuno transcribir como contrapunto del “malismo” uno de los textos que el escritor considera más fieles de la palabra de Jesús de Nazaret.

“Bienaventurados los pobres porque vuestro es el Reino de los cielos. 
Bienaventurados los que tenéis hambre porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis porque seréis consolados. 
Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen. 
Al que te abofetee en la mejilla ofrécele también la otra. Al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica dale también el manto. 
A quien te pida da, y al que pida prestado, no le reclames el dinero. 
Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué más queréis? 
No juzguéis y no seréis juzgados. Porque con la medida con que midáis se os medirá. Medido con la medida con la que has medido a los demás. 
¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? Saca primero la viga de tu ojo. 
No hay árbol bueno que dé fruto malo y, a la inversa, no hay árbol malo que dé fruto bueno. Cada árbol se conoce por su fruto. 
¿Por qué me llamáis: «Señor, Señor», y no hacéis lo que digo? 
Escuchar mis palabras y ponerlas en práctica es construir sobre piedra: si sopla el viento y cae la lluvia, la casa resistirá. Escucharlas y no ponerlas en práctica es edificar sobre arena: cae la lluvia, los torrentes se desbordan, el viento sopla, todo se desploma. 
Yo os digo: pedid y se os dará. Buscad y hallaréis. Llamad y se os abrirá. El que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama le abren.

Como es evidente estas bienaventuranzas son un perfecto compendio de lo que el obispo Cañizares o el ministro Fernández Díaz, católicos integristas, tacharían hoy día de “buenismo”.

Fantasea Carrére con la idea de que Pablo, el creador y controlador de los círculos cristianos, no hubiera existido, que es como decir que no hubiera existido el cristianismo como estructura organizada, y de que este texto, que no es un producto literario de los evangelistas sino fuente directa de la palabra de Jesús, fuera descubierto siglos después como la obra recuperada de un predicador galileo de los tiempos de Tiberio, un profeta tardío que enlaza con los la Biblia hebraica, para afirmar que, en ese caso, “su originalidad, su poesía, su acento de autoridad y de evidencia nos dejarían atónitos, y que al margen de toda iglesia ocuparía un lugar entre los grandes textos de la sabiduría de la humanidad, al lado de las palabras de Buda y de Lao-Tsé”. 

Más nos valdría. Cuanto menos admiraríamos la belleza simple y alocada de un texto utópico que alienta a que seamos eso que ya no se lleva y el poder establecido desprecia o teme: sencillamente buenos. 

Amén.


Nada más preparar el blog busqué esta pieza de Juan Sebastián Bach, “Jesús, la alegría de los hombres”, de la que he encontrado numerosas versiones, incluido el fragmento que Extremoduro incluyó en "Dulce introducción al caos", y  entre todas ellas esta maravilla de Toquinho. Bienaventurados!!!


jueves, 2 de junio de 2016

Jubilación

JUBILACIÓN

El pasado día 15 de mayo me jubilé y la gente me viene preguntando que qué se siente, como si la jubilación llevara incorporado un cambio físico, no sé, que te crecen alas, pierdes la voz, cambias de sexo… En mi caso la sensación predominante es de liberación del personaje profesional, como volver al camerino, despojarte del vestuario y ser de nuevo uno mismo. Al fin y al cabo nos pasamos la vida interpretando papeles de distinta intensidad.

Imagino que hay actores a los que cuesta desprenderse de ese personaje. Claro, los magino siendo protagonistas, actuando en los mejores escenarios, viajando de aquí para allá, con directores punteros de cine y teatro, chupando primeros planos, salvando escalofriantes situaciones de riesgo, enamorando a primeras actrices. No es mi caso. Profesionalmente he sido siempre un actor secundario, supongo que un actor seguro, con el que los directores veteranos no arriesgaban, pero en definitiva un actor de reparto con un papel, el de funcionario, que no permitía la improvisación, atado como está al principio de legalidad.

Jubilado fiscalizando obra en mi zona de influencia
Pues mira por dónde, también hay en esa profesión actores que se aferran a su personaje. A finales de los años ochenta fui destinado por concurso al puesto singular de cajero en una agencia del extrarradio de Bilbao. Yo era, por seguir con los símiles, un personaje falaz, porque por entonces ya no se hacían pagos por ventanilla y apenas disponía de un exiguo fondo de maniobra. Vamos, es como si en “Casablanca” te dan el papel de Rick y acabas tocando el piano.

El caso es que al poco tiempo le aprobaron al jefe del centro una pensión de invalidez. Tenía una enfermedad crónica que le hacía estar de baja cada dos por tres. Pero este actor se había aferrado a aquel protagonismo de película de serie B y siguió acudiendo al centro y ocupando un puesto de trabajo que ya no le correspondía. Durante unas semanas soportamos una situación kafkiana. 

El antiguo jefe permanecía en su despacho, como atado al sillón, esperando a que le sacaran con las piernas por delante, mientras la nueva responsable debía permanecer en una butaca y los subordinados esperar a que aquel se ausentara para pasar a la firma oficios y resoluciones. Solo tras unas semanas de desconcierto, la dirección provincial tuvo la idea feliz y decisiva de hacerle una despedida, algo así como darle un óscar honorífico por el conjunto de su obra. El tipo se dio por fin por aludido y no volvió a pisar el centro.

Tengo que confesar que repetir esa situación, hacerme pasar por loco y seguir yendo durante unos días después de jubilado a ocupar mi puesto de trabajo es una de mis fantasías incumplidas. Es más, sigo pensando que es una buena idea para un cortometraje. La otra está ligada al espacio físico en el que he pasado los últimos 17 años, un espacio diáfano con una largo pasillo central: mi fantasía consistía en recorrerlo dando volteretas. Para ambas sandeces todavía hay tiempo y, además, ahora ya no me pueden echar. El que avisa no es traidor…   

Y bien, la verdad es que nunca me habían ofrecido tantos primeros papeles, controlador de obra pública o privada, anciano ocioso, montañero, nadador nocturno, yayo de nieto por venir… Así que de esta como mínimo me dan un “goya”.


Para amenizar la jubilación, “El secundario” de Julio Bustamante,: https://open.spotify.com/track/3apX4NbshyUvBPrpxjKyIo

jueves, 26 de mayo de 2016

UNA BELLÍSIMA CANCIÓN DE CÉCILE MCLORIN SALVANT 
PARA EL FIN DE SEMANA 


Leo que la comparan con Ella Fitzgerald, y que entre sus referencias cita a gente tan dispar como Mercedes Sosa, Louis Armstrong, Betty Carter, Barbara Morrison, Carmen McRae, Lole y Manuel o Billie Holiday, buena selección. Nominada por su disco "Woman Child" al mejor disco de jazz vocal en los Grammy de 2014, este año lo ha conseguido con su última entrega, “For One To Love”. Tiene solo 26 años y canta con una sensibilidad que promete causas mayores. 

La canción elegida, “Le front caché sur tes genoux”, que musica un poema de Ida Faubert (1882-1969), poetisa haitiana de factura romántica, nos remite a sus raíces paternas.

Sed felices.



Le front caché sur tes genoux
J'ai sangloté toute ma peine,
Il faisait sombre autour de nous,
Et le soir sentait la verveine.

Le front caché sur tes genoux
J'ai sangloté toute ma peine,
Il faisait sombre autour de nous,
Et le soir sentait la verveine.

Mon cœur battait à tristes coups,
Comprenant sa tendresse vaine;
Le front caché sur tes genoux,
J'ai sangloté toute ma peine.

Tu me disais des mots très doux,
Mais je les entendais à peine...
je revivais l'heure lointaine
Où je faisais des rêves fous,
Le front caché sur tes genoux.

Mon cœur battait à tristes coups,
Comprenant sa tendresse vaine;
Le front caché sur tes genoux,
J'ai sangloté toute ma peine.

Tu me disais des mots très doux,
Mais je les entendais à peine...
je revivais l'heure lointaine
Où je faisais des rêves fous,
Le front caché sur tes genoux.
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Con la cara oculta en tus rodillas
he llorado mi dolor.
La sombra alrededor
y la noche con sentimiento de verbena.

Con la cara oculta en tus rodillas
he llorado mi dolor.
La sombra alrededor
y la noche con sentimiento de verbena.

Mi corazón latía con golpes tristes,
incluyendo su ternura vana;
con la cara oculta en tu regazo
he llorado todo mi dolor.

Tú me decías palabras muy dulces,
pero yo las escuchaba con desazón.
Revivía la hora lejana
de mis sueños locos.
La cara oculta en tus rodillas.

Mi corazón latía con golpes tristes,
incluyendo su ternura vana;
con la cara oculta en tu regazo
he llorado todo mi dolor.

Tú me decías palabras muy dulces,
pero yo las escuchaba con desazón.
Revivía la hora lejana
de mis sueños locos.
La cara oculta en tus rodillas.


martes, 17 de mayo de 2016

UN POEMA DE ALFONSO PASCAL


Alfonso Pascual Ros (Iruña 1965) ganó en 2014 el XXX Premio Jaén de Poesía con un poemario dedicado al segundo de sus hijos, Pedro (“Cuaderno para Pedro – Un día de estos se nos va a morir Juan Gelman”). Ya lo había hecho con el primero de ellos, Miguel, en 2008 (“Cuaderno para Miguel – Oteizas”). Ambos son, pues, libros complementarios con segundas referencias, el poeta argentino Juan Gelman y el arquitecto vasco, Jorge de Oteiza.


Lo he leído con cierto retraso alentado por una crítica bondadosa y la verdad es que, pese a que o quizás porque se trata de una poesía que me es formalmente lejana, me ha sorprendido, lo que ya es…

Con una temática pelín endogámica a mi gusto, centrada en el oficio propio, el de poeta, Pascal hace uso del anacronismo para conversar o apelar al citado Gelman, Cernuda, Labordeta, Carver o Bukowski, entre otros…con un estilo sarcástico que come de todos ellos.

Recurro a este poema porque, además de bueno, me parece representativo de un punto de vista sobre la poesía, evidentemente terrenal, que comparto. Para interesados, el libro está publicado por Hiperión y es baratito.

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Poeta de provincias con paisaje de constable al fondo
sigue las instrucciones de un manual del buen poeta

Mira que no hay manera, Pedro, 
de entusiasmarme con amaneceres, 
puedes testificarlo, hijo, 
que llevo una semana como liebre 
saltando de la cama hacia las cuatro 
armado con el lápiz y el cuaderno, 
llegar de noche al campo y esperar 
que salga el sol. Hasta he probado 
sentarme junto a un río como dicen 
con rumor de fontanas, escuchar 
el canto de los pájaros, 
mover los cangilones, 
desnudarme y tumbarme boca arriba 
para entrar en contacto con la tierra, 
ver pasar las ovejas por el fondo 
soñando mientras tanto en amoríos, 
en tu madre también, que no hay manera 
de entrar en comunión con el paisaje. 
He probado a cambiarme de cuaderno 
y de marca de lápiz, la tonsura, 
a recoger frambuesas, nomeolvides, 
contar versos de once con los dedos, 
recitar poesía pastoril 
mientras escucho a Mozart 
y las Cuatro Estaciones de Vivaldi, 
doblarme en las posturas y ejercicios 
de las respiraciones básicas, 
el loto y las flexiones espinales. 
Desisto, hijo, lo dejo, ser poeta 
se escapa de mi alcance. No he ganado 
más que para pinchazos, pulmonías 
y para que tu madre 
me espere en el salón más que enfadada, 
que a ver qué explicación y que a estas horas, 
y padre de familia, tú de dónde, 
con la ropa empapada y sin zapatos, 
qué ejemplo tú para tus hijos, 
abierta la bragueta, oliendo a flores. 

martes, 10 de mayo de 2016

Autocares

PARADA DE AUTOCARES

Frente al centro en el que he trabajado los últimos diecisiete años en la Gran Vía de Bilbao suelen hacer parada autocares de última generación que dan servicio a algunos de los colegios privados con más pedigrí de la comarca. No hay que olvidar que la Gran Vía es una de las cinco calles más caras del reino y esos autocares no se cortan un pelo e invaden la parada de autobús de los mortales.

He solido coincidir con sus horarios matinales y a veces con los vespertinos, y nunca he llegado a acostumbrarme. A la entrega o espera de los alumnos, un grupo de latinas, varias madres de aspecto juvenil y elegante, y uno o dos padres, nunca más. Veo a los niños de un uniforme clásico de americana azul luciendo el escudo del colegio, corbata haciendo juego y pantalón gris corto. En uno de ellos niños y niñas de corta edad gastan una gorra de jinete un tanto estrafalaria, pero no sé por qué extraña genética son generalmente rubi@s y guap@s. No creo que canten “carrascales” ni otro tipo de piezas chuscas o subidas de tono mientras viajan a colegios situados en lugares lejanos, normalmente bellos parajes alejados del bullicio urbano; quizás canciones o himnos en lenguas extranjeras…

Algunas mañanas he observado a los más díscolos sentados en el bordillo de la acera fumando. Se han desabotonado  la camisa y aligerado el nudo de la corbata. Cuando se acerca el verano, a mediodía, las adolescentes se arremangan las faldas y la camisa del uniforme y lucen como “lolitas” en las campas del parque cercano. Imagino a estos chicos y chicas rebeldes dilapidando patrimonio en las discotecas de Eivissa, mientras la mayoría del alumnado, siempre formal, crea offshores en Panamá y dirige los centros del poder industrial, financiero y político del país en años venideros. 

La parada es una metáfora, el punto de partida de un viaje diario que conduce a un determinado proyecto de futuro. Como decían Los Secretos: “Todo sigue igual”.





miércoles, 4 de mayo de 2016

EN LA MUERTE DE GIANMARIA TESTA

Me acabo de enterar por casualidad de la muerte del cantautor Gianmaria Testa el pasado  30 de marzo, y me alegro de haberle dedicado un espacio en el blog en un momento más feliz, octubre de 2013, creo que una noche de luna llena (http://charlievedella.blogspot.com.es/2013/10/biancaluna-de-gianmaria-testa-en-directo.html).

Dedicado desde la publicación de “De questa parte del mare” en 2006 a divulgar la tragedia de las migraciones contemporáneas mediante bellísimas canciones, era un hombre humilde, discreto y, calificativo casi unánime, básicamente bueno. Su muerte, como su obra, ha pasado desapercibida en nuestro país. Nunca es tarde... 



Seminatori di grano
sono arrivati che faceva giorno
uomini e donne all'altipiano
col passo lento, silenzioso, accorto
dei seminatori di grano
e hanno cercato quello che non c'era
fra la discarica e la ferrovia
e hanno cercato quello che non c'era
dietro i binocoli della polizia
e hanno piegato le mani e gli occhi al vento
prima di andare via
fino alla strada e con la notte intorno
sono arrivati dall'altipiano
uomini e donne con lo sguardo assorto
dei seminatori di grano
e hanno lasciato quello che non c'era
alla discarica e alla ferrovia
e hanno lasciato quello che non c'era
agli occhi liquidi della polizia
e hanno disteso le mani contro il vento
che li portava via


Sembradores de trigo
han llegado cuando empieza el día
Hombres y mujeres al altiplano
con el paso lento, silencioso, cauto
de los sembradores de trigo
Y han buscado lo que no era
entre el vertedero y el ferrocarril
e intentado lo que no era
detrás de los prismáticos de la policía
y plegado las manos y los ojos al viento
antes de salir
a la carretera rodeados por la noche
Han llegado al altiplano
hombres y mujeres con la mirada absorta
de los sembradores de trigo
y han dejado lo que no era
entre el vertedero y el ferrocarril
y han dejado lo que no era
en los ojos líquidos de la policía
y  extendido sus manos contra el viento
que los conduce

martes, 26 de abril de 2016

Marsé, "Tito ubicuo"

“TITO UBICUO”, EL RELATO 
QUE JUAN MARSÉ NUNCA ESCRIBIÓ


Si todos los españolitos y españolitas que dicen o decían haber vivido el París del 68 hubieran participado realmente en la revuelta, superarían al número de franceses y quizás desequilibrado la balanza a su favor. Quienes presumen de haber asistido al mítico concierto de los Rolling Stones en el verano de 1982 son tantos que hubieran llenado varias veces el estadio Vicente Calderón. También los hay a millares que dicen haber corrido delante de los toros por la calle Estafeta, leído el Ulises de Joyce o acostado con Ava Gardner. 

Tito, el de la derecha, con varios dirigentes
de las Brigadas Internacionales
Parece que entre los republicanos barceloneses también fue motivo de farde haber conocido a Josip Broz Tito, entonces combatiente en las Brigadas Internacionales, y más adelante héroe de la resistencia antifascista y líder de la que fue República Federal Socialista de Yugoeslavia. Entre aquellos los padres adoptivos de Juan Marsé, tal como éste relató años más tarde:
“Mis padres contaban que Tito había estado en su casa. Yo soy muy escéptico en esto. Porque esa misma historia se la he oído contar a bastantes personas. Fue algo así como una fantasmada que empezó a circular y resultaba que todo el mundo había tenido a Tito en su casa. Es cierto que la gente de las Brigadas Internacionales andaba por muchas casas comiendo y durmiendo, pero de ahí  a que Tito estuviera en tantas casas…Simplemente, no puede ser. Era una forma de alardear. Hubo un tiempo en que tuve la intención de escribir un cuento que se titulase “Tito ubicuo”.”

Lo curioso es que ni siquiera se ha podido verificar la estancia de Tito en la Guerra Civil, un hecho que él mismo desmintió en una entrevista a la revista Life (“Nunca luché en España, una sola vez visité España y pasé un solo día en Madrid”), aunque otras fuentes lo sitúan El Viso de Madrid, Alcalá de Henares, Pozoblanco, Albacete, y desde luego Barcelona, ciudad en la que incluso se le asigna un domicilio concreto, el número 428 de la Diagonal.  Sí está confirmado que dirigió el alistamiento de voluntarios en Francis y  Suiza. Pues eso, “Tito ubicuo”.

He encontrado esta canción de un cantante de folk irlandés, Christy Moore, “Viva la quinta brigada”, en la que nombra a varios combatientes que sí participaron en las Brigadas Internacionales. Es una bonita pieza y un vídeo emocionante. 




jueves, 14 de abril de 2016

MUJERES POETAS DE LA GENERACIÓN BEAT


A raíz de una conferencia celebrada en 1994 Gregory Corso, uno de los poetas/machos de la generación beat, decía que también “hubo mujeres, estaban allí, yo las conocí, sus familias las encerraron en manicomios, se las sometía a tratamientos por electrochoque. En los años 50 si eras hombre podías ser rebelde, pero si eras mujer tu familia te encerraba. Hubo casos, yo los conocí. Algún día alguien escribirá sobre ellas”.

Annalisa Marí ha cumplido la apuesta y recopilado, seleccionado y traducido la obra de 10 poetas pertenecientes a esa generación en un libro publicado por Bartleby Editores.

Estas 10 mujeres, algunas emparejadas más o menos coyunturalmente con los gurús de la generación,  Fritsch, Orlovsky, Ginsberg, a los que lanzan dardos envenenados en algunos de sus poemas, muestran a través de la antología su capacidad literaria, su atrevimiento y, en algunos casos, parte de la tragedia que las persiguió por el mero hecho de ser mujeres: Denise Levertov conoció la cárcel; Lenore Kandel acabó sus días en una silla de ruedas, tras un accidente de moto viajando con su marido, miembro de los Hells Angels; Elise Cowen se tiró por una ventana a los 29 años después de darse una vuelta por varios hospitales psiquiátricos; Janine Pommy  enviudó a los 20 años de edad del pintor peruano Fernando Vega, muerto de sobredosis de heroína.

Ginsberg, Waldman y Corso
Casi todas fueron activistas políticas, flirtearon en algún momento con las drogas y el budismo zen; compartieron amantes de uno u otro sexo; y practicaron y practican (hay supervivientes) una poesía peleona y atrevida, sin puntos, mayúsculas, con lecturas paralelas, siempre apegada a su condición de mujeres.

Como siempre que dedico una entrada a la poesía he aventurado una pequeña selección para hacer boca. Que lo que hay que hacer es comprar el libro, joder!!!

“…siempre he sido a la vez
tan mujer como para derramar lágrimas de emoción
y tan hombre 
como para conducir mi coche en cualquier dirección”
(de “Conducción temeraria” – Hettie Jones)

“Quise un coño de placer dorado
más puro que la heroína
para honrarte…”
(de “Quise un coño de placer dorado” – Elise Cowen)

“¿Cómo perdonarte esta sangre
que no había de fluir de nuevo, si no fijarse feliz en mi vientre
para crecer y hacerse hijo?
(de “Menstruación, septiembre 1964” – Diane di Prima)

“…te amo/ amo tu polla en mi mano
se agita como un pájaro
entre mis dedos
mientras te hinchas y endureces en mi mano
desflorando mis dedos
con tu fuerza rígida
eres hermoso / eres hermoso
eres cien veces hermoso…”
(de Poema Dios/amor” – Lenore Kandel)

“…No seas tan cobarde e indulgente luego
No te preocupes por lo que piensa todo el mundo
No te preocupes por lo que piensa todo el mundo
Sobre ti
No hay nadie más inteligente ni más iluminado ni más famoso
Por el amor de dios Allen, súbete los pantalones tan holgados…”
(de “Algunas líneas para un amigo famoso” – Anne Waldman)

“…Esto es periódico
Llega con la luna llena
Dejadme aullarle a la noche
Que ningún hombre me toque…”
(de “La grieta del mundo” – Anne Waldman)

“…Anne se ha vuelto loca, está hecha un desastre, es inútil
Está ausente, no hay nada que hacer
Golpea su tambor
Golpea su tambor en el templo interior
Al sonido del tambor ella repite
“Buda, Buda”
Es la melodía más dulce.”
(de “A la manera de Mirabai” – Anne Waldman)

“… pero oh          yo no soy cristo
bendiciendo a mis verdugos
no soy buda       no soy santa
tampoco poseo esa fuerza incandescente
de la fe iluminada…”
(de “Poema para tiranos” – Lenore Kandel)

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Como se nombra a Odetta en uno de los poemas del libro, qué mejor para musicar el texto que su apasionada interpretación de “The house of the rising sun” (La casa del sol naciente), una de las canciones más versionadas y, según la revista Rolling Stone, entre las 500 más bellas de todos los tiempos.

miércoles, 30 de marzo de 2016

ESCALERAS

ESCALERAS

Nací en una ciudad que asocia la palabra escalera a un ámbito vecinal, reducido y cercano.  La escalera es un lugar de tránsito y encuentro entre personas que comparten un mismo espacio, el edificio, y por esa razón ha servido a menudo para retratar microcosmos ficticios. Los ejemplos son tan numerosos como dispares, desde un referente teatral como “Historia de una escalera”, de Buero Vallejo, hasta la irreverente y cañí “La que se avecina”, pasando por tantas y tantas obras de diversa calidad y condición.

Las escaleras vecinales tienen un color y un olor característico que las hace material de nuestros sueños. Sus habitantes forman parte de nuestra biografía. Algunos tienen la llave de casa,  nos han oído gritar y gozar, nos han surtido de sal, huevos, un limón…conocen parte de nuestras glorias y derrotas.

Escalera de los Maristas de Iturribide
Para pasar a un terreno más físico, he conocido escaleras de variedad social y material.  Algunas lucen una decoración elegante, a veces recargada, con molduras, cuadros, plantas, asientos. Sus escalones están hechos de materiales nobles, mármol, madera, o torpes sucedáneos. Tienen un olor políticamente correcto, o sea, a casi nada, o a la fritanga característica de los barrios humildes, o a la maría secándose en las casas con jóvenes hedonistas. Las escaleras viejas, como lo fue la de mi abuela materna antes de que reformaran el edificio y pusieran ascensor, tienen los escalones ollados de tanto pisarlas y fregarlas con líquidos corrosivos.

Me alegra comprobar que hay niños que todavía juegan a subir las escaleras de dos en dos para llegar antes que el ascensor, que saltan los tramos apoyándose en pared y barandilla o usan ésta como un tobogán infinito, y que aún hay parejas que pelan la pava y se besan tierna o apasionadamente en la entrada y los rellanos.  

Hasta aquí las escaleras privadas, pero hablemos de las públicas. Ya lo hice en su momento de los ascensores de Bilbao, y aproveché los cuadros surrealistas de Lazkano para acicalar el blog, pero no de las numerosas escaleras que me llamaron la atención cuando vine a vivir a esta ciudad, hace ya 30 años. Bilbao era y es una ciudad plagada de escaleras públicas, normalmente entre su ensanche y los barrios que crecieron en la posguerra , en laderas, pendientes, lomas y colinas. Se trataba por norma general de estructuras  asépticas, de puro hormigón, sin barandillas, quebradas, agrietadas y llenas de verdín, porque nacían como daños colaterales de un urbanismo desordenado. 

Hemingway en los sanfermines de 1959 
Al verme rodeado de escaleras que comunicaban calles, edificios, barrios, vaguadas,  pensé que merecían un libro fotográfico; que algún profesional las retratara y diera un cierto orden estético. Recordé entonces que hacía años, su mujer, con la que yo trabajaba, me había presentado  a Julio Ubiña. Supongo que a la mayoría ese nombre no os dice nada. Yo supe entonces que era un fotógrafo más o menos conocido, pero no hasta el punto de ser uno de los referentes de la época. Ni mucho menos que era uno de los fotógrafos de Carmen Amaya, y el que había inmortalizado a Heminway en los sanfermines de 1959. Julio era un tipo afable, muy cercano a la gente joven, y recuerdo que en uno de las pocas conversaciones que mantuvimos me pidió que le propusiera algún tema. La idea de un álbum con retratos de barmans y camareros de Barcelona, que yo imaginaba con textos míos, nunca se llegó a realizar. Por lo menos ni él ni yo lo llevamos a cabo, pero siempre que pienso en el inmenso campo fotográfico que ofrecen las escaleras de Bilbao me acuerdo de él, que supe falleció relativamente joven en 1988.

Calzadas de Mallona
El tiempo las ha ido adecentando, dotándolas de barandillas, iluminándolas, mecanizándolas o complementándolas con rampas y ascensores, no siempre acertadamente, pero es lo que hay. Una de las más cool, la que baja desde la explanada del  Guggenheim  a la ría, ha sido apodada como la escalera de los cojos, pues ese es el efecto que produce su huella desproporcionada, quizás un capricho de Frank Gehry;  otra, una de las primeras que conocí, tiene un puntito blade runner cuando la iluminan de noche, la de los Maristas de la calle Iturribide; y la que toda la vida se ha llamado así, “escaleras de Solokoetxe”, combina rampa y escalinata, e iluminada es una bella combinación de modernidad y ambiente de barrio.

Pero en esta mi ciudad de adopción, yo me quedo no con una escalera, sino con una calzada paralela, la desaprovechada y poco conocida (a lo mejor  es lo que hace que conserve su sabor natural) de Mallona, que nos permite descender desde el cementerio de Begoña a la plaza de Unamuno por adoquines centenarios.

De acompañamiento musical una canción de casa de barrio pobre; “Cuando la pobreza entra por la puerta”, de El último de la fila.



viernes, 18 de marzo de 2016

Paolo Fresu

PAOLO FRESU INTERPRETA A MONTEVERDI


Traigo por segunda vez al blog a Paolo Fresu, y uno  no se cansa…, aprovechando que acaba de publicar Mare Nostrum II, otra vez al lado de Richard Galliano y Jan Lundgren. Este disco incluye una nueva versión del madrigal de Monteverdi, “Si dolce è il tormento”. Sobran los adjetivos… 

En Youtube solo he encontrado la que interpretó junto al pianista Uri Caine hace unos años. No importa. También vale la pena. Y para escuchar todo Mare Nostrum II: https://open.spotify.com/album/4o01vFPQ9LRl5BkE7MutEQ. 

Ahora que los más viejos podemos recordar el tiempo en que la semana santa era un espacio para meditación obligada, belleza laica de inspiración divina. Que nadie se prive.


Claudio Giovanni Monteverdi (Cremona, 15 de mayo de 1567 - Venecia, 29 de noviembre de 1643) compositor, gambista y cantante compuso “Si dolce è l tormento” en 1624, un madrigal integrado en Quarto scherzo delle ariose vaghezze.  




Si dolce è’l tormento / Es tan dulce el tormento
Ch’in seno mi sta, / que tengo en mi pecho,
Ch’io vivo contento / que vivo contento
Per cruda beltà. / por una beldad cruel.
Nel ciel di bellezza /En el cielo de la belleza
S’accreschi fierezza / aumenta la fiereza
Et manchi pietà: / y falta la piedad:
Che sempre qual scoglio / Que siempre cual roca
All’onda d’orgoglio / a la ola de su orgullo
Mia fede sarà. / mi fe estará.
La speme fallace / La falsa esperanza
Rivolgam’ il piè. / me revuelve.
Diletto ne pace / Ni alegría ni paz
Non scendano a me. / descienden a mí.
E l’empia ch’adoro / Y la impía a la que adoro
Mi nieghi ristoro / me niega el consuelo
Di buona mercè: / de buena merced:
Tra doglia infinita, / Entre dolores infinitos,
Tra speme tradita / entre la esperanza traicionada
Vivrà la mia fè. / vivirá mi fe.
Per foco e per gelo / Por fuego o por hielo
Riposo non hò. / no tengo reposo.
Nel porto del Cielo / A la puerta del Cielo
Riposo haverò. / reposo tendré.
Se colpo mortale / Si el golpe mortal
Con rigido strale / de una rígida flecha
Il cor m’impiagò, / me hiere el corazón,
Cangiando mia sorte / cambiando mi suerte
Col dardo di morte / con dardo de muerte
Il cor sanerò. / el corazón sanará.

lunes, 7 de marzo de 2016

UN POEMA DE LISEL MUELLER PARA EL 8 DE MARZO

No soy amigo de festividades y efemérides, y si hay que celebrarlas prefiero hacerlo con cautela, pero en este caso es el poema, "Vivir juntos" de Lisel Mueller, que he releído hace unos días, el que merece sin duda una celebración, así que, qué mejor que hacerlo el 8 de marzo...  Zorionak, felicitats, felicidades, chicas!!!

Vivir juntos

Hablando de maravillas, vivo 
junto contigo, cuando podría haber vivido
con otro cualquiera,
cuando podría haber sido la mujer de Abelardo
o la fulana de un papa del Renacimiento
o la esposa de un campesino sin comida suficiente
ni suficiente amor, mis niños
muertos por la plaga. Podría haber dormido
en una alcoba cerca del hombre
de la nariz dorada que apunta
a las estrellas,
o haber cosido una bandera estrellada
para un general con dientes de madera.
Podría haber sido la Pocahontas ejemplar
o una mujer sin nombre
llorando en la cama del Amo
por mi marido, cambiada por una mula,
hija mía, perdida en una apuesta borracha.
Podría haber sido amarrada al palo de un tótem
para apaciguar a un dios vengativo
o abandonada, niña sin provecho,
a la muerte en el acantilado. Me gusta pensar
que podría haber sido Mary Shelley
enamorada del ángel insidioso,
o la amiga de Mary. Podría haber sido tú.
Este poema no tiene fin, las probabilidades 
    en contra nuestra son interminables,
nuestras oportunidades de vivir juntos
estadísticamente inexistentes;
aún así lo hemos hecho, vivir en un tiempo
en que racionalistas de ajustados sombreros
y destocados Testigos de Jehová
están de acuerdo en casi todo,
vivir con nuestros niños vivaces
quienes —para los interminables si—
podrían haberse perdido el vivir
juntos con maravillas y locuras
y anhelos y engaños y deseos
y error y humor y compasión
y viajes y voces y rostros
y colores y veranos y mañanas
y conocimiento y lágrimas y azar.



Alive Together

Speaking of marvels, I am alive
together with you, when I might have been
alive with anyone under the sun,
when I might have been Abelard's woman
or the whore of a Renaissance pop
or a peasant wife with not enough food
and not enough love, with my children
dead of the plague. I might have slept
in an alcove next to the man
with the golden nose, who poked it
into the business of stars,
or sewn a starry flag
for a general with wooden teeth.
I might have been the exemplary Pocahontas
or a woman without a name
weeping in Master's bed
for my husband, exchanged for a mule,
my daughter, lost in a drunken bet.
I might have been stretched on a totem pole
to appease a vindictive god
or left, a useless girl-child,
to die on a cliff. I like to think
I might have been Mary Shelley
in love with a wrong-headed angel,
or Mary's friend. I might have been you.
This poem is endless, the odds against us are endless,
our chances of being alive together
statistically nonexistent;
still we have made it, alive in a time
when rationalists in square hats
and hatless Jehovah's Witnesses
agree it is almost over,
alive with our lively children
who--but for endless ifs--
might have missed out on being alive
together with marvels and follies
and longings and lies and wishes
and error and humor and mercy
and journeys and voices and faces
and colors and summers and mornings
and knowledge and tears and chance.


Lisel Mueller: nacida en Hamburgo en 1924,  emigró a USA a los 15 años, donde ha desarrollado su carrera de escritora. Ganó el el premio nacional al mejor libro de los Estados Unidos en 1981 y el Premio Pulitzer de poesía en 1997.

La canción es vieja, pero a mi sigue pareciendo estupenda: “Nosaltres les dones” (“Nosotras las mujeres”) de María del Mar Bonet: https://open.spotify.com/track/4zoz82rM77EcalKPU1PjgD