EMOCIONANTE INTERPRETACIÓN DE GRÂNDOLA VILA MORENA, EL HIMNO DE LA REVOLUCIÓN DE LOS CLAVELES, EN EL PARLAMENTO PORTUGUÉS
domingo, 24 de febrero de 2013
miércoles, 13 de febrero de 2013
John Burnside
A PROPÓSITO DE JOHN BURNSIDE,
POETA
ESCOCÉS
Para aficionados y despegados me permito
aconsejar la lectura de la poesía de John Burnside, aunque, como en mi caso,
deba uno recurrir a su versión traducida.
Reconozco haber descubierto a Burnside en
los últimos meses y gracias a un crítico fogoso, así que sigo la cadena.
Nacido en Escocia en 1955, se trata de un
poeta algo tardío (publicó su primer libro de poemas con 33 años), pero ya con ocho
poemarios en el balance, además de un par de (dicen y seguro que lo son)
espléndidos libros de memorias. Yo he tenido acceso a su obra a través de “Conjeturas
y esperanza”, una antología de su obra poética entre 1988 y 2008.
Aunque luego aportaré alguna opinión
personal, suscribo dos de las características de la poesía de Burnside que se
apuntan en el prólogo del libro: la búsqueda de significados de las cosas de
los que carecen aparentemente a través del lenguaje, y la capacidad,
desarrollada como una verdadera patología, de asociar hechos, tiempos y
experiencias como auténticas revelaciones (a Burnside se le llegó a
diagnosticar de “apofenia”, una especie de paranoia que relaciona hechos con consecuencias
aparentes).
Como nada más lejos de mis querencias
poéticas que las revelaciones místicas, y pese a que la poesía de Burnside bordea
terrenos metafísicos, su escritura parte de objetos y experiencias cotidianas, principalmente las que se dan en
inmuebles, barrios y paisajes periféricos. Con esos mimbres, y con la búsqueda
de la palabra apropiada, es capaz de crear una nueva realidad en la que los
personajes, las situaciones, los vivos y los muertos se superponen, comparten y
reconstruyen sus vidas y vivencias en un ambiente sereno y cadencioso.
A la belleza del libro colabora la reelaboración (mi
bajísimo nivel de inglés me impide juzgarlo como traductor) de Jordi Doce, con
el resultado de poemas de una pulcritud fonética y rítmica muy destacable.
Un último exceso, dos
pequeños cortes para hacer boca:
…”traes a casa la serpiente que
pensaste
tomaba el sol en una roca
a la orilla del río: grácil,
desgastada por la
intemperie,
se mece y columpia en tus
manos
igual que un músculo de luz,
y la doblas como una trenza
para que yo la admire”…
(de “Serpiente”)
y cuando él regresó la
mañana siguiente
Pienso en ella todos los
días, sueño su piel,
y desde entonces sigo
viniendo en coche, en el calor de agosto,
ya sin mi madre, y con mis
donativos
comprados en la tierra:
tarros de pepinillos,
pan envuelto en papel
transparente.”
(de “El baile del manicomio”)
He rastreado las librerías virtuales y
encontrado dos publicaciones en castellano: “Dones” Ed. Lumen y la citada "Conjeturas y
esperanza” – Ed. Pre-Textos
y una en catalán: “El món imposible” –
Eumo Editorial Sau
Pero lo mejor es comprarse el libro. En
poesía todo es empezar…
lunes, 28 de enero de 2013
El ascensor
EL ASCENSOR
![]() |
Ascensor de Begoña - J.M.Lazkano |
Esta semana han estado averiados los dos ascensores del edificio donde
trabajo. Es un antiguo bloque de viviendas de la Gran Vía de Bilbao,
reconvertido en sede administrativa, que conserva sus dos escaleras y
ascensores, el de los señores que lo habitaron y el de la servidumbre que
accedía a los pisos por la puerta de atrás.
Hasta hace muy poco el ascensor era un estimable valor añadido. “Se alquila
o vende piso con ascensor”, se decía, como se anuncia hoy día que el piso tiene
plaza de parking y trastero, o en zonas de clima bonancible “pista de pádel y
piscina”, pero en la actualidad se da por hecho que todo piso en venta dispone
del artilugio. Hasta llegar a ello, arquitectos e industriales han hecho
virguerías para embutir un metro cúbico de ascensor en imposibles huecos de
escalera, en algunos casos construyendo auténticos féretros verticales.
Cuando yo era niño el modelo de ascensor también distinguía la prestancia
del edificio y el status de sus vecinos. Recuerdo el que había en la casa de un
amigo de la infancia que vivía en la Diagonal de Barcelona. Tenía una
estructura de madera que ascendía por un amplio espacio de reja metálica decorada
con motivos modernistas. Desde la escalera que lo rodeaba, y a través de sus
puertas de cristal biselado, se podía ver a los vecinos y hasta saludarles
mientras subían. La botonadura, con el nombre de los pisos en relieve, era de
un latón que el portero mantenía con un brillo impecable, y si mal no recuerdo
el elevador disponía de un pequeño asiento abatible. Tal era la lentitud del vehículo
y tan importante como lugar de encuentro. Creo que entonces no había tanta
prisa y los vecinos aprovechaban la ascensión y la pausa en los rellanos para
conversar, cotillear e intercambiar impresiones.
La casa donde viví de niño también tenía ascensor, repito, ascensor, porque
solo se le podía llamar desde la planta baja o decidir destino en su interior. Era
un ascensor de clase media, es decir, más funcional que aparente. A veces la
puerta se quedaba abierta en nuestra planta, y mi madre, alarmada, gritaba a sus
hijos que no nos asomáramos a aquel abismo de cinco pisos. Los ascensores eran
entonces artefactos no exentos de peligro. No tenían tantos dispositivos de seguridad,
y si se iba la luz o se averiaba y se quedaba entre dos pisos había que confiar
en la amabilidad de algún vecino para que avisara a los bomberos o saltar al
rellano con cuidado de no caer al vacío. Actualmente le das al botón de alarma
y una voz te contesta por el interfono y te envía a los mecánicos en un
santiamén.
![]() |
Ascensor de Solokoetxe - J.M.Lazkano |
En aquella época hubo bastantes accidentes, sea por caída libre o por
aprisionamientos, con resultado de muerte o amputaciones. Quiero recordar que en los años cincuenta o
sesenta se mató de esa forma el hijo de un famoso futbolista del Barça, aunque,
pese a las wikipedias y similares, no lo he podido confirmar. Quizá se trató de
una leyenda urbana que los padres transmitían a sus hijos para que estos
respetaran la prohibición de viajar solos. Sí es verídica la muerte accidental de
un alto dirigente de la ONCE muchos años más tarde, un suceso que seguramente marcó
un punto de inflexión en la seguridad de sus estructuras y maquinarias, obligadas
desde entonces a rigurosas medidas de prevención e inspecciones periódicas.
Pero el hecho más luctuoso del que tuve conocimiento fue la muerte de un
compañero de colegio. Un día, al llegar a casa, un tío carnal que se había
vuelto loco le empujó al vacío sin mediar palabra.
Otro de los peligros, mucho menos trágico, es que alguien descubra una
parte de la intimidad que proporciona la soledad del trayecto. ¿O es que hay
alguien al que no le han pillado nunca atusándose el pelo o pintándose los
morros delante del espejo de un ascensor?
Pese a que lo habitual es que el paseo dure apenas unos segundos, parece que hay
prácticas y sensaciones determinadas que no podemos aplazar. Por ejemplo: no
hay respuesta científica a las ganas de mear casi irrefrenables que muchas
personas tienen al entrar en un ascensor. Sí, claro, hay fluidos peores. Hace
unos meses, en el ascensor del edificio que abre el texto, pulsé el botón de
llamada y compartí espera con dos chicas en la planta baja. Al abrir la puerta
nos dimos cuenta de que devolvíamos a una usuaria despistada a la estación de
origen. Empujada quizás por la semejanza espacial de un ascensor con un retrete
público, la tía se acababa de tirar un pedo de p…madre que desternilló de risa
a mis compañeras de viaje y nos mantuvo en coma inducido durante varios
minutos. Lo peor del caso es que la autora no se cortó un pelo. No paró de
hablar durante los quince o veinte segundos que duró la ascensión, como si el
olor nauseabundo no fuera con ella.
Hay otras veces en los que el ridículo es trivial y pasajero. Por ejemplo:
el ascensor dispone de puerta de entrada y salida y permaneces unos segundos
esperando a que se abra la de entrada cuando lo que quieres es salir. Si hay
testigos es conveniente salvar la vergüenza con alguna broma, y si estás solo
es cuestión de memorizar el procedimiento para no recaer.
También puede ocurrir que estés
despistado y salgas tres pisos antes de tu destino. En esos casos hay que hacer
de tripas corazón y subir el resto del trayecto a pata, como si nada hubiera
pasado.
Están, por fin, esos condenados ascensores que solo responden a la llamada
del botón si la puerta está cerrada. ¿Quién no ha estado esperando que se obre
el milagro y el ascensor no solo tenga memoria sino que además sea adivino?
Como expresa Vicent Andrés Estellés en apenas tres versos de “Coral
romput” (*), una obra que no es un poema, sino una vida entera, el mismo ruido del ascensor tiene características
fisiológicas, principalmente en los viejos edificios, con un tamaño más
reducido y sin aislamiento. Ese
rumor puede invitarnos a revisar nuestras vidas, desde que en nuestra infancia
y juventud anunciaba la llegada de familiares, amigos, novias, hasta que,
padres de adolescentes, casi en vela, esperábamos que el ascensor llegara a
nuestro rellano y oyéramos, por fin, la llave en la cerradura, y pudiéramos
dormir por fin tranquilos.
Llegados a esta parte entrañable, nada mejor que acabar citando algún ascensor que marque estilo, y, con
perdón para el de Santa Justa, en Lisboa, nada como los populares ascensores de
Begoña y Solokoetxe, en Bilbao, parte también de la fisiología y la memoria de
la ciudad, que un guipuzcoano, el pintor Lazkano, inmortalizó situándolos en un
entorno mágico. Amén.
(*)”L´ascensor, l´ascensor, com
un dolor d´estómac ara puja, amb un soroll de ferros, amb un soroll lentíssim,
potser fisiològic” – “El ascensor, el ascensor, como un dolor de estómago,
ahora sube, terrible, con un ruido de hierros, con un ruido lentísimo, quizás
fisiológico”.
NOTA: he encontrado una versión entera de “Coral romput” en catalá http://idd007jc.eresmas.net/lletra-coral-2.html
y otra en castellano http://es.scribd.com/doc/2078347/Coral-Romput-castellano
y una copia del disco que Ovidi Montllor dedicó al poema http://www.youtube.com/watch?v=FD_dj19P85A
Bon profit.
sábado, 19 de enero de 2013
EL ÚLTIMO DISCO
DE LUKA BLOOM MUESTRA SU BUEN ESTADO DE FORMA
This new morning
nos devuelve al mejor Luka Bloom, un irlandés de 57 tacos con el nombre de una
canción de Suzanne Vega y el apellido del personaje central del Ulises de Joyce.
Para oír en Spotify :Luka Bloom – This New Morning
viernes, 4 de enero de 2013
POEMA SATÍRICO PUBLICADO EN NUEVA ALCARRIA
SOBRE NUESTRA EXCELSA MONARQUÍA
*En un anciano País* * existió una monarquía
que comenzó en democracia
y terminó en anarquía. En aquel reino reinaba
una curiosa familia:
un Borbón de nuevo cuño
y una griega algo engreída
que engendraron dos princesas
y un príncipe en demasía
por cumplir con la ley Sálica
que consagraba la hombría.
La cosa empezó a torcerse
con las bodas de las hijas,
algo ligeras de cascos
y de moral distraída.
La mayor, que era algo lela,
pasó por la vicaría
con un noble también lelo
en la ciudad de Sevilla.
Al poco tiempo parió
un querubín de revista
que devino en gamberrete
con escasa puntería.
La segunda, buena jaca,
se cameló a un deportista,
que dejó a su antigua novia
y se encoñó con la niña.
De jaca pasó a coneja
y cada año paría
urdangarines de pro,
chupones de dinastía.
Y el principito heredero,
cortejador de coristas,
cayó por fin en el cebo
de una artera periodista,
divorciada y con más mañas
que la puta Celestina;
pero falló en la preñez
por seguir la dinastía
pues en lugar de un varón
paría niña tras niña.
Pero empiezan los problemas
y la cosa se complica
por culpa de estos gañanes
que, de nobleza, ni pizca.
El noble rancio de Soria,
bermudas y en zapatillas,
paseaba por Serrano
cual jocunda modistilla;
circulaba en patinete
con ignorante osadía
saltándose a la torera
direcciones prohibidas
Y el Borbón mandó parar,
se acabó la algarabía,
suspendió la convivencia
y se cargó una familia.
El chico del balonmano,
modelo de deportistas,
se convirtió en un truhán,
en un vulgar chantajista
que,siendo duque de Palma,
tuvo la necia osadía
de estafar unos millones
en tan reputada isla.
Y el Borbón mandó parar,
porque al duque sugería
que se marchase del reino
a ocultar sus fechorías.
La justicia que no es lerda,
apeló a su señoría,
y es fácil que al señorito
le caigan ciento y un días.
El príncipe mientras tanto
afronta esta travesía
sin saber que el gran patrón
prepara una felonía.> Sin encomendarse a nadie
> se ha ido de cacería
> a la sabana africana,
> solito y sin la Sofía,
> sabiendo que a la llegada
> le esperaba mis Corina,
> rubia y jacarandosa,
> cortesana la más fina.
>
> A la mañana siguiente
> salieron de cacería,
> cacería de elefantes,
> que es una cosa muy fina.
> Parece ser que cobraron
> colmillos de gran valía,
> y a celebrarlo montaron
> una generosa orgía.
>
> El Borbón de las narices
> como un cosaco bebía,
> y apañó tan regia trompa
> que salió con alegría
> no a por rudos elefantes
> sino a trincarse a Corina
> que lo esperaba anhelante
> tras las leves celosías
> del bungalow colindante.
> Como al pendejo le ardía
> la cosa entre la entrepierna,
> pensando que ya subía
> al catre de aquella fiera,
> aceleró por la prisa
> y tropezó en un tablón
> y tropezó de tal guisa
> que se crujió la cadera
> y se le aflojó la picha.
>
> Al monarca, trastornado,
> llevan a la enfermería,
> y al ver que es cosa muy seria
> llaman a Cancillería
> para repatriar al bobo
> y salvar la Monarquía.
>
> Corina, desconsolada,
> triste, sola y compungida,
> se consoló con un negro,
> muy bien armado y sin prisas.
> Mientras, la consorte griega
> celebra Pascua Florida
> blasfemando porque el Rey
> la cuernea con Corina.
>
> Esta es la historia,señores,
> del reino de Picardía,
> donde los nobles y reyes
> ejercen con alegría
> un papel desvergonzado,
> las más torpes tropelías,
> mientras el pueblo se jode
> y no le encuentra salida
> a los más duros problemas
> de su aperreada vida.*
SOBRE NUESTRA EXCELSA MONARQUÍA
*En un anciano País* * existió una monarquía
que comenzó en democracia
y terminó en anarquía. En aquel reino reinaba
una curiosa familia:
un Borbón de nuevo cuño
y una griega algo engreída
que engendraron dos princesas
y un príncipe en demasía
por cumplir con la ley Sálica
que consagraba la hombría.
La cosa empezó a torcerse
con las bodas de las hijas,
algo ligeras de cascos
y de moral distraída.
La mayor, que era algo lela,
pasó por la vicaría
con un noble también lelo
en la ciudad de Sevilla.
Al poco tiempo parió
un querubín de revista
que devino en gamberrete
con escasa puntería.
La segunda, buena jaca,
se cameló a un deportista,
que dejó a su antigua novia
y se encoñó con la niña.
De jaca pasó a coneja
y cada año paría
urdangarines de pro,
chupones de dinastía.
Y el principito heredero,
cortejador de coristas,
cayó por fin en el cebo
de una artera periodista,
divorciada y con más mañas
que la puta Celestina;
pero falló en la preñez
por seguir la dinastía
pues en lugar de un varón
paría niña tras niña.
Pero empiezan los problemas
y la cosa se complica
por culpa de estos gañanes
que, de nobleza, ni pizca.
El noble rancio de Soria,
bermudas y en zapatillas,
paseaba por Serrano
cual jocunda modistilla;
circulaba en patinete
con ignorante osadía
saltándose a la torera
direcciones prohibidas
Y el Borbón mandó parar,
se acabó la algarabía,
suspendió la convivencia
y se cargó una familia.
El chico del balonmano,
modelo de deportistas,
se convirtió en un truhán,
en un vulgar chantajista
que,siendo duque de Palma,
tuvo la necia osadía
de estafar unos millones
en tan reputada isla.
Y el Borbón mandó parar,
porque al duque sugería
que se marchase del reino
a ocultar sus fechorías.
La justicia que no es lerda,
apeló a su señoría,
y es fácil que al señorito
le caigan ciento y un días.
El príncipe mientras tanto
afronta esta travesía
sin saber que el gran patrón
prepara una felonía.> Sin encomendarse a nadie
> se ha ido de cacería
> a la sabana africana,
> solito y sin la Sofía,
> sabiendo que a la llegada
> le esperaba mis Corina,
> rubia y jacarandosa,
> cortesana la más fina.
>
> A la mañana siguiente
> salieron de cacería,
> cacería de elefantes,
> que es una cosa muy fina.
> Parece ser que cobraron
> colmillos de gran valía,
> y a celebrarlo montaron
> una generosa orgía.
>
> El Borbón de las narices
> como un cosaco bebía,
> y apañó tan regia trompa
> que salió con alegría
> no a por rudos elefantes
> sino a trincarse a Corina
> que lo esperaba anhelante
> tras las leves celosías
> del bungalow colindante.
> Como al pendejo le ardía
> la cosa entre la entrepierna,
> pensando que ya subía
> al catre de aquella fiera,
> aceleró por la prisa
> y tropezó en un tablón
> y tropezó de tal guisa
> que se crujió la cadera
> y se le aflojó la picha.
>
> Al monarca, trastornado,
> llevan a la enfermería,
> y al ver que es cosa muy seria
> llaman a Cancillería
> para repatriar al bobo
> y salvar la Monarquía.
>
> Corina, desconsolada,
> triste, sola y compungida,
> se consoló con un negro,
> muy bien armado y sin prisas.
> Mientras, la consorte griega
> celebra Pascua Florida
> blasfemando porque el Rey
> la cuernea con Corina.
>
> Esta es la historia,señores,
> del reino de Picardía,
> donde los nobles y reyes
> ejercen con alegría
> un papel desvergonzado,
> las más torpes tropelías,
> mientras el pueblo se jode
> y no le encuentra salida
> a los más duros problemas
> de su aperreada vida.*
miércoles, 28 de noviembre de 2012
EL LIBRO DE MEMORIAS DE AZNAR, DE MEAR Y NO ECHAR GOTA
Me han enviado esta cita del libro de memorias de Aznar ( que como es obvio no pienso comprar ni leer) y no me lo podía creer. Este tío no solo quiere pasar a la historia como estadista galáctico, quiere ser santa, como cantaba Ana Curra en Parálisis Permanente.
He aquí la cita: “La primera vez que supe que no era un ser humano corriente, lo recuerdo bien, fue cuando ETA voló mi coche conmigo dentro. Salí de allí, envuelto en llamas, y pensé: ¿cómo es posible que haya sobrevivido? Nadie se lo explicaba. Los médicos no encontraban una respuesta, tampoco mi personal de seguridad. A todo el mundo le pareció… milagroso. Esa noche soñé con Dios. Era una luz, no tenía rostro, pero sí voz. Me iluminó con su haz y me dijo: “Jose Mari, si te he salvado es porque te necesito vivo para que lideres a la humanidad”. Me dijo un par de cosas más, pero son personales. Aquella experiencia me cambió, por supuesto. Desde entonces soy mucho más humilde.”
miércoles, 21 de noviembre de 2012
BENEDETTI Y QUINTÍN CABRERA DE NUEVO DE MODA
Sr.Ministro ¿de qué se ríe?
domingo, 4 de noviembre de 2012
LA CONDICIÓN MECÁNICA
Publicado por Babelia el pasado 27 de octubre corre por las redes por su apabullante clarividencia.
La totalidad del texto se puede leer con el siguiente enlace: http://issuu.com/mvillar2/docs/la_condici_n_mec_nica_de_anthony_burgess
Algunos aperitivos:
..."Uno de los eslóganes del superestado de George Orwell en 1984 es: "La libertad es esclavitud". Se puede interpretar como que la carga de tener que tomar uno mismo sus decisiones es, para muchas personas, intolerable. Estar atado a la necesidad de decidir es ser esclavo de la propia voluntad"...
..."Los ministerios de la guerra pueden pensar en términos de muertes masivas, mientras que el hombre medio puede aspirar, como mucho, a soñar con matar a su jefe".
lunes, 29 de octubre de 2012
Hastiales de Orduña
13 ARTISTAS VASCOS PLASMAN LA HISTORIA DE
ORDUÑA EN SUS SOPORTALES A TODO COLOR
La Navidad dejará en Orduña un
regalo para la posteridad. Algo que hubiese sido imposible sin la colaboración
desinteresada de trece reconocidos artistas vascos. En espacio cedido por la
Compañía de María ya están pintando los catorce murales -algunos ya están
terminados-que componen el proyecto que llenará de color los soportales
medievales de la Foru Plaza para darles un nuevo aire.
ORDUÑA EN SUS SOPORTALES A TODO COLOR
Texto extraído de El Correo Digital
«Y su ayuda -gratuita- es una gran
suerte para la ciudad», destaca el pintor local José Luis Abajo, 'Porrilló',
impulsor del proyecto de regeneración de los característicos soportales
medievales de la ciudad. Es el caso de Richard, quien se está enfrentando a 32
metros cuadrados de superficie que decorará. Profesor de artes plásticas, el
bilbaíno celebra que «la que realizamos es una obra perpetua y la compensación
es que quedará fija en los hastiales».
Mano de obra
valiosa
«Orduña es la primera ciudad de
Bizkaia, la primera plaza de mercados de ganado, era paso fronterizo…»,
recuerda antes de aclarar que «nuestra aportación puede quedar integrada en su
historia».
La obra repasará en tres
dimensiones la historia de los tres incendios que asolaron el municipio a modo
de libro. Jugando con los relieves y con la luz que se instalará, este pintor
razona que aunque «es un trabajo de mucha labor», merecerá la pena porque
«puede ser mi última obra de estos tamaños. Es un reto y espero verlo en el
techo y saber lo que opina la gente», explicó.
Para 'Porrilló', el encargado de
'vender' la idea a sus colegas de profesión, que la recibieron de buen grado,
«es algo novedoso y con gran calidad. Son verdaderos profesionales y será algo
impactante», asegura. Impulsado por el anterior Gobierno local, a su juicio fue
«un gran acierto que los actuales mandatarios retomaran el proyecto» de
revitalización de los míticos soportales de la Foru Plaza. Asimismo, desvela
que pese a ser 13«aventureros» por lanzarse a ello, «cuando vimos todos los
paneles limpios nos asustamos». «El temor inicial se evapora -prosigue- y te
das cuenta de que Orduña es un marco divino porque la plaza es grande y se
podrá contemplar la obra sin aglomeraciones».
Según considera, los artistas
«tienen un corazón amplísimo por hacer este trabajo sin cobrar su mano de obra.
No suele ocurrir esto casi nunca». Y aunque aún no ha visto los murales de
todos sus compañeros confía en su experiencia y reconoce que «el ser humano
busca alternativas para demostrarse a sí mismo que puede hacer cosas
maravillosas», algo que está muy relacionado con la historia de la ciudad.
sábado, 20 de octubre de 2012
El peluquero
EL PELUQUERO DEL BARRIO
Ayer me acordé del peluquero de mi barrio. Falleció hace unos dos años con
poco más de cuarenta de edad. No sé la razón de este recuerdo repentino. Quizás
es el cementerio en que se han ido convirtiendo las calles colindantes, con los
escaparates escondidos por anuncios de se alquila, se vende, se liquida o se busca trabajo, esos anuncios
fotocopiados que ofertan labores de limpieza y cuidado de niños o ancianos, y tienen
una ristra de teléfonos en su parte inferior. Lo digo porque ni yo era un buen
cliente - me corto el pelo unas dos veces al año - ni la peluquería estaba en
un lugar de paso, ni siquiera habíamos
intimado más de lo estrictamente necesario.
Apenas hablábamos de la familia, del trabajo y el tiempo, pero éramos
cómplices de nuestra calvicie prematura y, como buen profesional, él conocía
los secretos de mi cráneo, mi insuficiencia barbilampiña o ese lugar que, tras
la oreja, suele alojar un eczema irritante. Aquel hombre pequeño y regordete había
visto a los hombres del barrio desde una posición inusual y podría reconocernos
desde una altura media sin demasiado esfuerzo, pero se trataba de un hombre
discreto, alguien que observa el secreto profesional como si fuera un cirujano,
y calla las historias que unos cuentan de otros, como si estuviera limitado por
otro secreto, el de confesión.
![]() |
Fotograma de "El hombre que nunca estuvo allí" |
Así que cuando tras una breve recuperación que creí decisiva supe que el
peluquero había muerto, me entró una gran tristeza. Un hombre no debe morir a
esa edad y menos si se trata, como él, de un hombre bueno.
Recordé que mis padres, al volver de visita al barrio de Barcelona en el
que habían residido los mejores cuarenta años de sus vidas, además de a los familiares,
amigos o colegas fueron a ver a Teresina, la dueña de la pollería de la calle
Nápoles, y se acercaron a la tocinería Lleó y a la bodega de la calle Córcega. Es
posible que se dejaran la droguería de la esquina, porque ellos no eran niños cuando su dueño
daba a sus hijos una bolita de anís, pero estoy seguro de que también formaba
parte de lo mejor de su memoria, como lo es ahora para mí el local abandonado
de la calle Pintor Losada, que fue durante tantos años la peluquería del
barrio.
Quiero decir con ello que esos lugares y personajes aparentemente
secundarios son igual de necesarios para
entender lo que somos. Cohesionan nuestro pasado con el mundo que nos rodea, y
su desaparición, en pro de centros comerciales alejados, impersonales,
multitudinarios, convertiría los barrios populares en calles desoladas sin la
argamasa humana que les da consistencia.
viernes, 21 de septiembre de 2012
.¿Sumisión femenina?
Bárbara
Walters, famosa periodista mediática, escribió sobre los roles en Kabul , Afganistan,
varios años antes del conflicto afgano. Señaló que las mujeres acostumbraban a caminar 5 pasos detrás de sus maridos. Recientemente regresó a Kabul y
observó que las mujeres van ahora detrás de ellos.
La Sra. Walters se acercó a una de las mujeres afganas y le
preguntó: ¿Por qué ahora parecen estar satisfechas con una vieja costumbre que
antaño trataron desesperadamente de cambiar? La mujer miró a la Sra. Walters
directamente a los ojos, y sin dudarlo le dijo: “POR LAS MINAS TERRESTRES”
Moraleja de la historia: No importa qué idioma hables o a dónde vayas...
Detrás de cada hombre, ¡hay una mujer inteligente...!
|
miércoles, 19 de septiembre de 2012
Carrillo le chafa el protagonismo a Esperanza Aguirre
Parece que Carrillo quisiera aguarle la “fiesta" a su “adversaria”, que no enemiga (Tomás Gómez dixit), muriéndose un día después de la declaración de abandono de la política de Esperanza Aguirre y borrándola de un plumazo de las portadas y chicha papelera de los medios del café-party.
Parece que Carrillo quisiera aguarle la “fiesta" a su “adversaria”, que no enemiga (Tomás Gómez dixit), muriéndose un día después de la declaración de abandono de la política de Esperanza Aguirre y borrándola de un plumazo de las portadas y chicha papelera de los medios del café-party.
Y no es porque éstos se hayan cortado un pelo. Veamos, el ABC dedica 15 páginas a la ex - presidenta y 1 sola a Carrillo al día siguiente, y La Razón ni más ni menos que 14 páginas y 21 artículos de opinión, y apenas 2 a don Santiago. La nómina de aduladores de Esperanza es curiosa y desmiente su “ultraliberal” lucha contra los subvencionados, ya que se trata en gran parte de estómagos agradecidos, “colocados” por la ex presidenta en puestos de responsabilidad en el área cultural o en tertulias, principalmente en Tele Madrid, Intereconomía y similares, o rebotados dispuestos a ser queridos por alguien que les ponga el hombro: entre ellos Albert Boadella, César Vidal, Luis Racionero, Alberto Lomba, Carmen Gurruchaga…
Salud Don Santiago...
martes, 11 de septiembre de 2012
CRÍTICA LITERARIA O ¿TE COMPRARÍAS UN LIBRO CON SEMEJANTE RESEÑA?
de "El viaje a Budapest", de Daniel Barredo, por Sandra Buenaventura en Babelia del 10/9/2012.
A mi, leyendo la reseña, me ha dado un escalofrío, así que leamos su final:
"Pero todo eso ya no importa cuando agarramos la novela de Barredo: cuando se devora no hay lugar para abrocharse a las estatuas. El viaje a Budapest me ha transformado un trozo de piel y un trozo de víscera, me ha reseteado el desenfreno y mi gusto por lo sucio, sobre todo por la literatura que duele para purificarnos mejor. Es la novela inconexa: corta el cerebro en filetes y te lo vuelve alfombra mágica"
domingo, 9 de septiembre de 2012
martes, 4 de septiembre de 2012
viernes, 29 de junio de 2012
Aitor no para de llorar
AITOR NO PARA DE LLORAR
Ese día Aitor se pasea por el parque
de los patos entre una veintena de compañeros de estudios que gritan a voz en
grito jo ta ke irabazi arte (lucha hasta la victoria), el slogan que la
periodista Carmen Gurruchaga asociará unívocamente a ETA en un programa de
televisión solo unas horas después de la final de la copa del rey. Es cierto
que el grito ha sido emblemático entre los jóvenes de la kale borroka, pero en
el entorno del final de una copa de fútbol es una generalización interesada y
mear fuera del tiesto. Y es que los días previos a la final el ambiente ha sido
calentado por los gacetilleros del “TDT party”, cuyas hercios dominan las ondas
de la capital del reino, y por la mismísima Esperancita Aguirre, la presidenta
de la comunidad, que ha amenazado con desalojar el campo, 50.000 espectadores,
si se produce, como así será, una pitada contra la corona y el himno nacional
de España, la charanga sin letra que preludia el encuentro.
Aitor y sus compañeros de clase
vuelven del Museo Marítimo, adonde han ido de visita lectiva levantando los
brazos hacia el cielo. En ese momento, con apenas diez años, se sienten como
sus hermanos mayores, como los miles de jóvenes o adultos que han tutelado al
equipo hasta la final que les espera esa noche en el estadio Calderón. Lleva la
camiseta que su padre le compró unos dos meses antes, cuando el Athletic acabó
con el United e inició la cadena de combates ganados que lo plantó en Bucarest
a pelear por la Europe Ligue. Allí tuvo Aitor su primera decepción. Falcao, un
colombiano con apellido brasileño, hipnotizó a los leones, el apelativo con el
que se conoce a los jugadores del Athletic, y les dio la noche con un par de
goles y una batería de jugadas de la mejor escuela. Esa noche Aitor no paró de
llorar.
Hoy tampoco va a ser fácil. El
equipo enemigo, el Barça, ha acabado la liga por detrás de su eterno rival, el
Real Madrid, y ha sido eliminado de la Champions por el Chelsea en un par de
encuentros más bien flojos. Para aumentar el factor riesgo, Pep Guardiola, el
entrenador-talismán que les ha dirigido en sus últimos trece títulos, anuncia
una retirada temporal y traspasa el palitroque del relevo a Tito Vilanova, el
mismo al que Mourinho metió un dedo en el ojo en uno de los enésimos partidos
del siglo, como avisándole de la pesadilla que le espera el año próximo. Así
que el equipo blaugrana está empeñado más que nunca en ofrecer una victoria de
despedida a su entrenador.
El ambiente que reina en Bilbao es
indescriptible. Hay que vivirlo. Durante los últimos meses han corrido por
youtube, las redes sociales y los correos electrónicos todo tipo de imágenes y
bromas relacionadas con el evento. Miles de ciudadanos y ciudadanas, sigan o no
el mundillo del fútbol, se han calzado la camiseta del club o algunos de los
múltiples abalorios y complementos rojiblancos que han proliferado durante
estas semanas: banderas, banderines, gafas, pines, pañuelos, bufandas, bragas,
calzoncillos…
Las banderolas han venido en tráiler
desde Levante y Portugal para cubrir los balcones de los ciudadanos y las
fachadas de los edificios emblemáticos de Bilbao. Se dice que los comercios
chinos, siempre oportunistas, han pactado con el club para vender directamente
los complementos oficiales y adelantado su agosto. No hay fábrica, tienda,
calle u oficina sin su banderola rojiblanca.
Varios componentes alientan una
oleada de forofismo como ésta. En primer lugar el equipo es típicamente copero.
Hasta que a mediados de los ochenta se cerró la racha y fue sobrepasado por el
Barça, el Athletic era el que equipo que más veces había ganado la copa del
rey, antes del generalísimo. En muchas casas había una hucha y un hueco
temporal para coger el tren e “ir a la final”. Si no volvía de vacío, el convoy
paraba en las estaciones cercanas a Bilbao y era recibido por miles de
aficionados. En 1983 la celebración se trasladó a la ría. Una gabarra cambió la
escoria de hierro por la plantilla que ganó la liga de ese año y el doblete en
el 84 y llenó las entonces destartaladas márgenes del Nervión de aficionados.
Sacar la gabarra es el objetivo, la culminación de un año de ilusiones, y Aitor
viene dando el coñazo a sus padres para asistir en primera fila al acontecimiento.
El segundo elemento es compartido
por otros clubs, pero en éste llega al arrebato. Hay equipos de fútbol, como el
Atlético de Madrid, que encarnan el malditismo. Un cantante canalla les ha
hecho el himno y se califican a sí mismos de equipo “pupas”. El Barça es “més
que un club” y el Madrid, en este caso el Real, encarna la España oficial, la
que lleva del Generalísimo a Rajoy pasando por José María Aznar, el héroe de
Perejil. El Athletic es otra cosa. Es una religión que impone ritos e imparte
doctrina desde su propia catedral, la dedicada a un santo capadocio, San Mamés.
Su espectacular temporada ha acabado con la polémica creada entre quienes
defendían la continuidad de Caparrós y los que habían apostado por el fútbol
jugón del argentino Bielsa y unido a una afición acostumbrada a un cierto
cainismo. Sus veteranos seguidores vivieron en los años ochenta la guerra
abierta entre Clemente y Sarabia, el uno
entrenador locuaz y el otro fino estilista, casi en paralelo a la que dividió
al país y al que muchos llamaban “el partido” por la Ley de Territorios
Históricos, o lo que es lo mismo, por el enfrentamiento protagonizado por sus
dos líderes carismáticos, Garaikoetxea y Arzallus.
El último elemento, el que podremos
definir como hecho diferencial, es la cercanía. Los jugadores o son del país o
se han hecho en él. Viven en una ciudad asequible, en la que paseando te puedes
encontrar con uno de ellos, como puedes hacerlo con una amiga, un familiar o un
compañero de trabajo. Ese futbolista que el domingo electriza a las gradas
puede ser el hijo del frutero de la esquina o aquel chaval que jugaba con tu
hijo en la plaza del barrio, de modo que para Aitor no es difícil verse como
ellos, porque los ha visto paseando por la ría o tomando algo en los bares del
casco viejo.
Hace pocas semanas que ha estallado la crisis de Bankia. De la noche
a la mañana bilbaínos, vascos y españoles de distinto grado identitario
descubren que la banca más solvente del mundo mundial tiene los pies de barro,
y que su máximo gestor, Rodrigo Rato, ex ministro de Aznar y ex director del FMI, ha estado
vendiendo humo. La noticia me hace recordar el panegírico que Carmen
Gurruchaga, la escandalizada periodista de las primeras líneas, le ha dedicado
hace solo unas semanas con el título poco oportuno de “Rodrigo Rato, el gran
artífice”. Pero Aitor vive ajeno al hervidero económico y a la catástrofe que
se nos echa encima. No sabe quién es la Gurruchaga ni falta que le hace. En ese
momento solo sueña con Muniain cruzando el campo mientras sortea una, dos tres
entradas, penetra en el área pequeña y esquiva la salida del portero rival
cruzando la pelota al palo contrario.
Sus padres se han juntado con varias
parejas e hijos a ver el partido en la pantalla gigante que han instalado en
una zona peatonal del barrio. Alguno de ellos ha perdido el trabajo en los
últimos meses o está en un ERE, y el que es autónomo renquea para seguir
pagando la cuota mínima, pero intentan que sus hijos no sean conscientes de sus
apuros, y cuando salen a tomar potes por el barrio hacen de tripas corazón y
mantienen el tipo. Esta es una oportunidad de sacudirse la depresión que va
calando en la sociedad. El Athletic es capaz de plantar cara al que ha sido
mejor equipo del mundo en las últimas temporadas, y aunque la euforia que
acompañó a la final de la Europe Ligue ha bajado unos enteros, la gente empieza
a tomar vinos y cervezas desde horas antes del partido. Según las distintas
televisiones 50.000 aficionados atléticos han llegado a Madrid en diversos
medios de transportes, algo insólito, ya que se calcula que, como mucho, serán
30.000 lo que consigan entrar en el estadio. Durante la mañana han llegado
noticias de gigantescas retenciones en los alrededores de la capital, algunas,
se dice, porque la guardia civil de tráfico se está dedicando a parar y multar
a quienes llevan banderas ondeando fuera del coche.
Por eso, cada vez que la pantalla
gigante del barrio enfoca a la afición que puebla el recinto festivo preparado
en un parque de los alrededores del Calderón, los vecinos de toda edad, sexo y
condición, entre ellos Aitor y sus colegas, saltan y gritan enardecidos, como
si no les separaran cientos de kilómetros, como si estuvieran allí, dispuestos
ya a caminar en una lenta y vibrante procesión hacia las gradas del estadio.
Aitor siente envidia. Quiere ser mayor cuanto antes, y si no consigue jugar en
el equipo de su corazón, poder vivir momentos parecidos a los de los miles de
jóvenes que saludan a la cámara mostrando el color rojiblanco de sus bufandas.
Cuando el árbitro hace sonar un
silbato no comparable a la pitada general que ha acompañado a la aparición del
príncipe Felipe y las notas del himno de España es el acabóse. Las gradas del
Calderón, San Mamés, los barrios de Bilbao son un grito único, una locura
colectiva que arrumba los disgustos, las decepciones, la apatía que mañana
continuará poblando las calles y los transportes públicos.
Lo que sigue no tiene mucha
importancia. En apenas veinticinco minutos Pedro y Messi pulverizan las
ilusiones de los aficionados atléticos, conscientes tempranos de que el
espejismo ha terminado. Durante el resto del encuentro los jugadores correrán
impotentes apoyados por una multitud que no pierde el orgullo que les ha traído
hasta aquí. Solo muy hacia el final la televisión enfoca a algunas aficionadas
que empiezan a llorar. Como si esas imágenes abrieran la veda, Aitor, que
durante todo el partido ha achacado la derrota al penalti que el árbitro no ha
pitado por un escandaloso agarrón a Llorente dentro del área, empieza a hacerlo
a moco tendido. Es muy tarde. Está agotado. Tiene sueño. Su padre le lleva
cogido del hombro hacia su casa, consolándole, pero no para de llorar…
Las noticias de la mañana no
mejoran. A la derrota del Athletic, narrada ya como algo casi lógico jugando
contra quien jugaba, se une la confirmación de la bancarrota de Bankia y el
augurio de una hecatombe financiera, quién sabe si en pocas fechas de un
corralito parecido al que asoló Argentina hace una década…
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